jueves, 24 de agosto de 2023

 

UN FALSO ESTADO DE CALMA

¿Cómo podría interpretarse las amenazas de Yoav Gallant al Líbano y a la resistencia árabe libanesa Hesbolá?


Por Charles H. Slim

Mientras en la Cizjordania ocupada, los colonos judíos siguen atacando e incendiando casas palestinas mientras los grupos especiales israelíes y los militares irrumpen en los campamentos de refugiados y asesinan impunemente a militantes de la resistencia palestina y llevan adelante toda clase d atropellos contra los civiles, en el borde norte fronterizo con el Líbano, esos mismos militares de la FDI mantienen muy bien escondidas sus cabezas detrás de las fortificaciones y sus vehículos blindados porque saben muy bien que Hezbolá vigila y responderá a la mínima provocación.

Tras cumplirse un nuevo aniversario de la guerra del 2006 y en la cual Israel salió magullado militar y políticamente, el actual régimen sionista de ultraderecha religiosa ha estado tratando de crear provocaciones en el sur del Líbano en especial sobre la llamada línea verde que se halla bajo supervisión de Naciones Unidas.

En 17 años de aquella guerra, ha pasado de todo en la zona neutral. Durante todo ese tiempo los intentos de equipos especiales israelíes para infiltrarse en la zona han fracasado gracias a las contramedidas de Hesbolá y es de allí donde nace la impotencia de la elite sionista en Tel Aviv que se repotencia por la humillación en 2006.

La última de estas provocaciones salieron de la boca del ministro de defensa israelí el ex general Yoav Gallant quien tras una visita la frontera norte de la Palestina ocupada sintéticamente amenazó al movimiento de resistencia libanesa de “volver al Líbano a la era de piedra” en alusión al poder destructivo con que cuenta el estado sionista y que sin dudas lo utilizaría, recordando que una expresión similar que el presidente estadounidense George H. Bush en 1990 se jactó de que “regresaría a la era de las piedras a Iraq” -en realidad fue el Secretario de Estado James Baker amenazando a su homólogo iraquí Tarik Asis en la cumbre del 8 de enero de 1991- algo que su hijo (George W. Bush) concretaría en parte en 2003.

Como era de esperar, los Bush conocidos sionistas dentro del espectro político estadounidense no era de extrañar que los israelíes usufructuaran con entusiasmo esta trágica frase. Cuatro años después de la guerra, un ministro israelí afirmaba que si un solo misil de Hesbolá tocaba a Israel destruirían la infraestructura de Siria y la “devolvería a la edad de piedra”.

En noviembre de 2012 en medio de una desmedida y brutal ofensiva de las FDI sobre Gaza el entonces ministro del interior israelí Eli Yishai comentó que “esperaba devolver a la Franja a la edad Media”. Esta clase de comentarios (además de las intenciones que revelan) son parte de un prejuicio muy común entre los sionistas basado en un claro racismo muy instalado en la sociedad israelí y que los jerarcas israelíes sintetizan con la creencia de que la vida de los árabes y en particular la de los palestinos es “barata”.

Ese relativismo en el valor de la humanidad se ha visto hasta el hartazgo, quedando patente en como los medios occidentales han estado ponderando con detestable y clara desigualdad la muerte de israelíes de la de los árabes.

Pero como lo señalan varias fuentes israelíes, las amenazas de Gallant no son creíbles y justifican las risas del líder Sayed Hassan Nasrallah al escuchar las bravatas. Además, los libaneses y en particular los chiitas de Hesbolá no tienen miedo al enfrentamiento.

El experto en asuntos de seguridad nacional Kobi Marom ha dejado entrever que las amenazas de Gallant no se ajustan a la realidad. Como señaló para un medio israelí “son amenazas vacías” ya que según este asesor “cuando se amenaza militarmente a la otra parte, debe ser creíble” y en las actuales circunstancias eso no es así. En igual sentido se expresaron otros funcionarios israelíes señalando que una guerra con la actual situación de potencialidad de la resistencia árabe-islámica y las consecuencias que conllevaría sería para los israelíes simplemente intolerable.

Y este último señalamiento se centra en la población israelí que no estaría a salvo de una respuesta aplastante de los variados tipos de misiles con los que cuenta Hezbolá que cobraría un precio en vidas que terminaría con el gobierno de Netanyahu y sus extremistas supremacistas.

Pero más allá de las opiniones israelíes, la situación del Líbano y de Hesbolá en particular no permiten tomar enserio estas amenazas incluso, si incluso Israel solo se contentara con un ataque masivo con la esperanza de destruir a la resistencia chiita para que no responda, ello es improbable y por ello no podría detener las consecuencias de los misiles que no puedan ser interceptados y de la flota de Drones kamikaze con los que contaría.

Incluso si Israel realizara un golpe sorpresivo y artero contra el Líbano, la respuesta táctica de Hesbolá podría ser más dañina y costosa para la infraestructura estratégica israelí que la masacre que los israelíes cometerían contra la civilidad libanesa. Los jefes militares pero en especial de la inteligencia militar y del Mossad saben que el reactor nuclear de “Dimona” está a tiro de los misiles y que no hay garantías que la “cúpula de hierro” los pueda detener a todos.  

Pero ese solo sería una de las consideraciones para preocuparse. No solo sería el reactor lo que volaría sino los silos y los arsenales con ojivas nucleares bajo tierra que Israel almacena y que la Organización Internacional de Energía Atómica hace la vista gorda.

Las especulaciones sobre el “por qué” Gallant y los sionistas de la extrema derecha buscan excusas para provocar al Líbano y en especial a Hesbolá podrían estar asentadas en la crisis política interna que esta arrinconando a Netanyahu y a su gabinete supremacista judío. También hay algunas sospechas de que se este buscando complicar la situación de Rusia en Siria, visto que Israel es un aliado de EEUU. 

Pero si nos quedamos con la primera especulación y aunque una guerra podría ser la excusa perfecta para distraer y unir a una sociedad israelí fragmentada, también podría ser el comienzo del fin para un estado que se está desmoronando lentamente.

 

 

lunes, 21 de agosto de 2023

 

FOQUISMO

ATLANTIC

The undeniable failure in Ukraine is leading to the implementation of this guerrilla theory by moving NATO assets and sleepers across Asia to create a grand board of localised aberrations and chaos

 

By Sidney Hey

Recent developments in Ukraine and the various failed attempts by the Ukrainians to reverse the situation on the ground are leading the Americans and their British counterparts to become more involved in the efforts, albeit behind the scenes.

Asia is becoming an extension of Ukraine's theatre of operations and this is being reflected in curious developments in places where NATO was until recently and in others where it is seeking to expand its influence.

The re-emergence of ISIS (with new and modern weapons) in Syria ambushing Syrian Arab units and also in Afghanistan harassing the Taliban and threatening border security with the Russian Federation, the growing political instability in Pakistan, the situation around Niger and the revealed intentions of the White House to reinforce -under the guise of Taiwan- the Anglo-American presence in the South Sea paint a critical picture that is no accident.

It is no secret that the US has for years been working under strings to prevent what is now a reality, Russia's resurgence. Democracy is a hollow word that Americans often spit out of their mouths but do not assimilate into their actions. The RAND Corporation's reports outlining plans to stress and unbalance Russia are the best evidence and background for the origin of the current situation in Ukraine, which they are undoubtedly trying to extend to other scenarios.

It is well known that in order to create the ideal scenario that allows Washington and its cronies to claim that human rights, freedoms and the aforementioned international legality are being violated, there must be facts to accompany these stories, and to do this they usually take two paths: Exaggerating a certain fact, with the media as allies in this function, or creating the conditions and the facts themselves to show them as having been committed by the governments they are trying to unseat.

Deception and exaggeration have been their primary means of convincing public opinion of the need for aggression, assassination, invasion and, of course, occupation to ensure “national security”.

When Iraq invaded Kuwait in August 1990, Washington had carefully plotted Saddam's moves and conned him (through Ambassador April Glaspie) into the action. That done, world public opinion had to be convinced that “Iraq had to be punished” and the information poisoning machine, led by CNN and the BBC, began to sow the tares that would underpin what was to come. One of the inventions they spread for these purposes was the alleged destruction of incubators in a Kuwaiti hospital reported by Nayrah Al Sabah which (as we know today) turned out to be a propaganda hoax.

It was from there that the Arabophobic and Islamophobic propaganda began to be strengthened and later refined and capitalised upon.

Precisely when the US and its British colleagues decided to invade Iraq in 2003, the lies about weapons of mass destruction and alleged links with “Al Qaeda” -as part of the demonisation of Sunni Islam- were shamelessly spread by the same media and it soon became clear that they had conned the public. Obviously not. It became very clear that the media were part of the political infrastructure of the hegemonic plans.

In Latin America, too, attempts have been and continue to be made to create destabilisation. The main target is revolutionary Venezuela, which since its foundation by Hugo César Chávez has endured several coup attempts in which foreign elements linked to Washington and NATO intervened.

Closer in time, the race to destabilise the political life of the Russian Federation reached its climax in 2014 with the brazen operation of the US embassy in Kiev and the strutting through the streets of then Deputy Secretary of State Victoria Nuland and then Ambassador Geoffrey Pyatt, exposed by the recordings of their phone calls. Or the visits of the old republican senator John McCain fraternising with the neo-Nazis of “Pradvy Sektor” moments before the Maidan events... What a democrat!

Those were the visible faces. Behind and in the dark were the louts and thugs that the CIA and their MI6 colleagues had recruited to carry out the coup. While their gangs were murdering demonstrators and policemen at the same time, the media were constructing the Russophobic narrative that would try to lay the blame on Russia.

We saw that attempt again in Kazakhstan with the outbreak of street protests in January 2022 which cells composed of foreign types through assaults, beatings and murders tried to degenerate into similar situations in Libya, Syria, Ukraine that would give NATO arguments to come to the nation's aid. Fortunately, the Kremlin reacted quickly and put out the fire.

The bad expectations already recognised in Ukraine have led Joe Biden and his team of neo-conservatives to accelerate their operation around containing and somewhat more against China, as a desperate attempt at provocation, and for this they need to create in the whole surrounding region those atmospheres of insecurity and mistrust with which to justify the intrusive policies they intend to implement. One of the main objectives is to convince Vietnam of the imminent danger from its giant neighbour and (of course) the need for the US fleet to anchor there.

Alongside these measures, Biden continues to encourage further restrictions so that US technology sectors investing in China in Artificial Intelligence, semiconductors and quantum computing are under severe government control.

Another fear is North Korea, which has learned the lessons of contemporary history best and far from relaxing, is putting into practice the adage that if “you want peace, prepare for war”. In this context, tactical machinations such as AUKUS and QUAD are not enough.

Today the visible faces may have changed but the tactics and strategic objectives have not. Ukraine is proving to be a difficult ballast for Washington, and could become the new Afghanistan for Biden, a fact that not only the Democrats but the entire Establishment, let alone the American people, will not forgive, which will mean a farewell to the White House in 2024.

 

 

sábado, 19 de agosto de 2023

 

CON EL CULO VENDIDO

¿Por qué el batacazo electoral de Javier Milei es una demostración de la caducidad de la partidocracia argentina y todo el sistema que lo sustenta? Igualmente eso no significa independencia geopolítica

Por Javier B. Dal

No debe haber mejor frase que la del título, para describir cómo se halla el gobierno y toda la clase política argentina. Tras la brutal devaluación implementada el lunes pasado, el gobierno de Alberto Fernández comenzó un rápido descenso a los infiernos (en especial al de 1989) que hoy se graficaría con una simple pregunta ¿Dónde está el presidente? En realidad, poco o nada importa eso.

La Argentina es un país completamente condicionado, sin horizontes de desarrollo y por ello sin una libertad real para poder trazar una verdadera reestructuración atendiendo a sus propios intereses, que lo lleve a un paulatino mejoramiento macroeconómico y así a la tan mencionada potencialidad. La deuda con el FMI no es la única causa de esta desgracia. El descalabro ya venía de antes y mucho tuvo que ver -especialmente en los últimos veinte años- el denominado “Kirchnerismo” que a propósito muchos también se preguntan ¿Dónde está Cristina Fernández?

El tiempo parece haberse detenido y los mismos argentinos aún no han caído en cuentas de la situación en la que se encuentran. Con un ministro de economía artífice del caos económico y pese a ello con ambiciones presidenciales alimentadas por una parte de la ciudadanía, pone de relieve las inconsistencias que perviven en su sociedad.  Es la hora de una cruda verdad que reviste a su realidad y para peor, una que no tiene soluciones inmediatas como las que prometen los políticos.

El “verso” al que acostumbran los políticos para persuadir a los electores en búsqueda de su voto o también el artilugio discursivo conocido como “saraza” para rellenar con un montón de argumentos sin sentido un discurso que no dice nada, ha sido posible por la pasmosa tolerancia de los argentinos. Y así han ido pasando estos 40 años de gobiernos que bajo la chapa de “democracia” han expoliado, desarmado y destartalado al estado nación.

Tema central en este desmonte del estado-nación es haber matado al nacionalismo bien entendido (Tarea que los medios y los “liberaloides” intelectuales se hicieron cargo), aclarando que el Kirchnerismo y el mismo peronismo que se reconvirtió en eso no son nacionalistas. Su real denominación es “Cuentapropistas”, que hicieron sus dineros a costa del estado que si lo vemos a la luz de su verdadero sentido de este término parece una contradicción. Y si no pregúntense ¿Quiénes manejan los asuntos estratégicos del país? O más bien, tal como están las cosas lo que habría de preguntarse es ¿Existen estos asuntos?

La respuesta es clara y las explicaciones sobran. El país navega a la deriva en medio del choque entre el moribundo unilateralismo angloestadounidense y el multilateralismo chino-ruso que se materializa en una cruenta guerra en Ucrania. Si esos asuntos existieran en la esfera gubernamental el presidente tendría una agenda ocupada tratando temas trascendentales para la nación (energía, defensa y seguridad, relaciones internacionales) y no estaría en nimiedades como inauguraciones de alguna calle en el Cono urbano bonaerense, universidades o colegios.

Todas esas promesas se han ido acumulando año tras año, década tras década, elección tras elección y el tiempo para hacer un país viable ya se acabó. A partir de ahora comienza una era de sacrificios y de obligaciones que los argentinos no podrán eludir si quieren vivir con dignidad y ajustada a la cambiante realidad geopolítica.

El futuro ya está aquí, esto a cuento de ese dicho de Juan Perón que los políticos argentinos suelen citar dos por tres y que reza “el 2000 no hallará unidos o dominados” sin necesidad de tener que aclarar en qué estado se hallan hoy los argentinos. En este contexto las preguntas se vuelven inevitables: ¿Qué tan atrasado y descontextualizado de la realidad global se halla el país? y ¿Quiénes son los responsables de este atraso y de la actual crisis?

La deuda contraída con el FMI no es solo culpa del gobierno de los CEOs de Macri. El mismo Mauricio Macri reconoció su error aunque ello sea un mero consuelo que no lo excusa de su responsabilidad, pero los actuales sucesores (con 20 años de Kirchnerismo a sus espaldas) no hicieron nada para atender y mejorar la situación, solo encontraron excusas para no hacer nada y en algunos casos, la empeoraron.

Pero tampoco estos últimos son los únicos culpables de la actual situación. Los radicales con Alfonsín a la cabeza inauguraron esta era calamitosa de ineficiencias, negociados y corruptelas que Carlos Menem remozará con un poco de maquillaje neoliberal y que se caerá definitivamente en su segundo periodo. Los 20 años de Kirchnerismo, como nueva versión del peronismo progresista, terminaron siendo los clavos del ataúd de la Argentina.  

De aquí en adelante todo esta para cambiar. Si lo vemos desde el llano, es una oportunidad histórica para los argentinos de ser protagonistas de una renovación dirigencial que a su vez, propongan nuevas ideas y el ímpetu para el trabajo que llevara levantar un nuevo país con todo lo que ello significa. El tema es ¿Será con Milei, con Massa o Bullrich?

Adelanto que con cualquiera de ellos y esperando soluciones a temas económicos y seguridad, implicarán el involucramiento (cada uno con diferentes grados) de Washington, Londres y Tel Aviv que vienen con agendas para beneficio propio dejando en evidencia que no han aprendido nada.

Pero el nudo gordiano del problema argentino pasa por un sobredimensionamiento en el empleo público, controles ineficientes (o más bien corrompidos) en el gasto asignado a este propósito que obliga a una ingeniería impositiva asfixiante lo que a su vez aplasta las iniciativas de quienes no viven a la sombra de un estado que se convirtió en una bolsa de trabajo. Así se crearon ministerios, direcciones, secretarías y plantas de funcionarios que no tienen propósitos reales y que simplemente están para cobrar sueldos. Los ejemplos de esta burocracia inútil se pueden ver en cualquier municipio de la provincia de Buenos Aires y eso se traduce en otra dimensión en la nación. Cambiar esta situación es algo que no se discute por fuera del Kirchnerismo, el problema es cómo hacerlo.

Si atendemos al “batacazo” electivo del 13 de agosto pasado, la respuesta a esa pregunta la tendría el libertario Javier Milei aunque eso es muy temprano para evaluar como algo certero. Más allá de las poses, los gritos, las nebulosas inspiraciones teológicas de dudosa espiritualidad (que encubren en parte intereses de otros estados), hay un gran asunto político-jurídico que Milei y su gente no pueden omitir y eso se refiere a un estado colonizado por organismos superpoblados (CONICET, Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Consejos de la Magistratura, etcetc) con empleados ideologizados y cargos que no tienen propósito.

Estos despilfarros han sido en desmedro de la infraestructura y de los sectores estratégicos con los cuales el país podría haber contra restado la actual crisis de alimentos y energía surgida de una lucha geopolítica.

Cortar esa canilla de recursos implicará la reasignación inmediata a objetivos prioritarios del estado para que funcione. Antes deberán allanar el camino legal ya que (como dice Milei) “con una podadora” no alcanzará.

Si se trata de desanudar esta maraña legal que se entremezcla con aspectos laborales y la inamovilidad que caracteriza al empleo público hará falta imaginación, audacia y un valor político que como ya quedo comprobado, no se encuentra entre las fuerzas políticas y los dirigentes que desde hace 40 años se han alternado en el poder.

jueves, 17 de agosto de 2023

 

THE UKRAINIAN FIASCO

The military catastrophe of Zelensky's regime can no longer be hidden, and from what we are seeing on the front lines, the last lines of a war that should never have been started are being written. Will Ukrainians judge the inconsistencies of their president and all the pain he has caused? Zelensky contemplates the remnants of the end

 

By Sir Charlattam

Just as Volodymyr Zelensky himself claimed before winning the presidency that he would seek peace at any cost, the much-hyped counter-offensive (dubbed "Operation Azov") by the Western media that sponsors him has been another terrible lie that Ukrainians have paid for in blood.

These comments come in the wake of the inescapable reality that the Atlanticists are now running up against and that NATO Deputy Secretary General Stian Jenssen suggested Ukraine join the organisation and in turn end the war. Although he was promptly disavowed for this comment, which angered the neo-Nazi hierarchs in Kiev, Brussels knows very well that things as they are cannot go on. That is why Zelensky, the beggar of money and weapons, is now playing the role of peacemaker or at least making an abortive attempt, since it is clear that he is doing so against his will and pushed by the adversity of circumstances Why do you think it will do so?

It seems that Washington is consolidating its refusal to continue with the current war in Ukraine, and not for humanitarian reasons or out of respect for international legality. In addition to the calamitous performance of the Ukrainian forces and the costly human losses (with the 9th and 10th Army Corps literally pulverised) and the war material delivered from their own arsenals and those of their Atlanticist partners, there is also the increasingly evident reluctance to Joe Biden's demands that the arms corporations and defence contractors redouble their production efforts beyond the profit margin, to which the boards of directors of these monsters have told him .... Forget it my friend!

The issue weighs on next year's elections and Biden's advisers are already pondering that his aspirations for re-election or keeping the Democratic party in the White House (highly doubtful) will be affected by the bad situation in Ukraine.

Moreover, it is unrealistic to pretend to continue feeding the black hole that Ukraine represents for billions of dollars, euros and pounds with no sign of positive results, not even in the medium term. Despite the silence of the collective Western media, information is leaking out and there is no way to improve it for public opinion. So bad are things on the front lines that it has been revealed that the regime's last hopes for a southward advance are centred on the 82nd Air Assault Brigade, the last corps of experienced men with the best equipment (including German "Marder" and "Stryker" vehicles) on a par with Russian troops. But this does not solve what is happening all over the north-west of the country where counter-offensives by Russian forces are reported to be coming soon to Kharkov. This is why voices within Congress and Biden's cabinet are suggesting contacting and negotiating with Russia before they end up losing all of Ukraine.

In London, too, Sunak and his colleagues have begun to complain about the futility of sending tens of thousands of pounds worth of equipment and weaponry such as "Storm Shadow" missiles and "Challenger 2" tanks, many of which are now in the hands of Russian engineers.  "We want an explanation from the Ministry of Defence and also from the Foreign Office" is already being heard in the House of Commons.

Certainly there is much to explain and it is not only minister Robert Ben Wallace who must appear before MPs to explain what they cannot explain. The clown Johnson is perhaps the main actor to explain what the points were and the level of involvement that Biden asked Britain to make.

Overall, London's involvement is very high. Not only depleted uranium ammunition, weapons (including Challenger 2 tanks) and fresh pounds, but also military intelligence teams with former S.A.S. and task forces composed of SBU holdovers and Ukrainian criminals recruited by MI6 for the not at all humanitarian operations of assassinations and terrorist attacks. By the way, where is the Director of Special Branch Intelligence Sir Richard Moore to explain these matters?

These are hard hours for the British establishment and its government puppets who are following Washington's lead, making it clear once again that Britain remains second fiddle despite BREXIT. Equally galling for the media reality-makers who like the BBC are paid assets on the payroll of MI5 and, unsurprisingly, MI6.

The failure of NATO's tactics and military doctrine has also become evident and was corroborated in the first weeks of the counteroffensive, resulting in an unacceptable number of casualties, including several foreign officers, including British, and, worse still, without achieving the objectives it was supposed to achieve.

The news from the front is not at all encouraging and the military at Army Headquarters know it and their colleagues in the Pentagon know it better than they do. So, too, do the clever people at VauxHall Cross and, unsurprisingly, the Foreign Office, unless they are hoping for a miracle or engineering a last-minute ploy. But the question is, what might they be scheming to attempt a critical turn in the course of the war?

 

 

martes, 15 de agosto de 2023

UN EJE LIBERTARIO

¿Es el resultado de las elecciones del domingo pasado un preludio de un cambio político más profundo en la Argentina, o el regreso a otras épocas?

 

Por Javier B. Dal

El atípico y fuera de lugar clima de primavera que acompaño en CABA en el último domingo de elecciones, parecía estar a tono con una sociedad confusa, atribulada pero por sobre todo hastiada de los engaños y las promesas de una elite política que sin distinciones de partidos, han canibalizado el estado y destruido el tejido de una unión nacional que ya no existe.

Es un momento critico para el país ya que si no recupera una visión de destino es seguro que desaparecerá.

El triunfo del candidato libertario Javier Milei no fue una sorpresa y tampoco el altísimo ausentismo. Ambas cosas han sido una señal alta y clara de que un gran cambio es reclamado. Lo que si sorprendió es la derrota preclara de una clase política gastada y sin más poder de persuasión. Pero la señal más clara de este hartazgo ha sido sin dudas el alto grado de inasistencia a las urnas que sentencia una dura realidad para los políticos profesionales y todo el “aparato” con el cual se encumbran. Esto a su vez abre la puerta a una nueva época para la política argentina que obligara a la reformulación de la forma en que los políticos actúan cuando llegan al poder.

Otros que deberán reformular su actuación son los medios y sus conspicuos charlatanes, continuos participes (obsecuentes en algunos casos) de la agenda del poder de turno y encargados de proteger un Status Quo que lo ha destruido todo y que bajo el cansino argumento de la “democracia no se toca”, todo vale y las obligaciones se difuminan en la neblina de la demagogia y la mediocridad.

Esa inconsecuencia que llego al colmo en los últimos veinte años, se refleja en una inseguridad desatada, en la corrupción institucionalizada y en una economía productiva inexistente.

Ahora, esos mismos que se reían del despeinado y alterado personaje de traje que llevaba su carpeta a todos los programas de TV con reacciones de un histérico, de repente han comenzado a verlo con mucha condescendencia y hasta simpatía.

Más allá del por qué Milei ha sido ungido como el gran triunfador, esto habla del estado de la sociedad y de un punto de no retorno.

Las consecuencias de este muestrario no se hicieron esperar. Al día siguiente las corridas y la incertidumbre en los círculos financieros en Wall Street llevó a la pronta devaluación que prelude el camino a la hiperinflación. Así el precio de los alimentos que ya estaban escalando de forma insoportable subieron más y con ellos el resto de bienes y servicios licuando cualquier aumento. También ajustaron las empresas de combustibles y los repuestos de automotor encareciendo a su vez todos los precios del transporte. El dólar también se disparo y hoy ya esta rumbo a los 700 pesos la unidad.

La situación del gobierno en este marco de caos macro económico se presenta insoportable y ello tendrá impacto en sus pocas esperanzas por mantener el poder. Precisamente, las dos opciones (Massa vs Grabois) que dirimieron para competir por las presidenciales sufrieron un duro golpe y eso puede profundizarse con un mayor deterioro de la situación económica con lo cual se puede intuir una jornada de pesadilla para las elecciones presidenciales en octubre.

Pero si damos por sentado que la formula oficialista de Massa tiene muy pocas chances de una victoria, ¿Significa que Milei ya capitalizo al electorado? Y para el caso de que eso no sea así, ¿Acaso el oficialismo recurrirá a una estrategia de polarizar al sector de Milei?

Sean cuales quiera las tácticas que usen los “patriotas” del oficialismo para intentar sacar un resultado digno, las expectativas no son muy halagüeñas. La suerte está echada y eso se condice con un cambio cíclico no solo en el país sino incluso en el hemisferio e incluso a nivel global. Por otro lado, a los financistas ortodoxos de Wall Street y de la City londinense la figura de Milei causa espanto y no ven en sus propuestas garantías de mejoramiento de la situación argentina.

El cambio de gobierno es un hecho y con ello el cambio de orientación ideológica con la posible consolidación de Javier Milei y todo lo que él representa. La presidencia de Alberto Fernández es una mera ilusión y atendiendo a la creciente crisis económica que ya ha comenzado a profundizarse no sería extraño que abandone antes el cargo. Una presidencia bajo el ideario “libertario” sería un duro golpe al sistema partidocratico pero al mismo tiempo, un reacomodamiento de sectores con ambiciosos intereses particularmente externos.

Milei sería una especie de Bolsonaro o si queremos ser mas pretensiosos, el Donald Trump de la Argentina y eso traería por añadidura, el acercamiento a sectores internos comprometidos con la geopolítica de ciertos actores externos quienes casualmente estuvieron en sintonía con aquellos. Su ya expuesta posición geopolítica pro-angloestadounidense e israelí marca cuál será la hoja de ruta en este campo. El principal acercamiento será con Washington y en especial con los neoconservadores quienes -entre otras cuestiones- son los que están alentando la continuidad de la guerra en Ucrania. El segundo es con Israel, un objetivo que comparte, aunque por diferentes corrientes y objetivos con Patricia Bullrich y su espacio político de “Juntos por el Cambio”. Ambos militan la posición pro-israelí y abiertamente sionista que se traduce en estrechar lazos en el ámbito de las relaciones en el campo de la seguridad y la inteligencia para implementarlas dentro de la Argentina con todos los peligros que eso traería para la ciudadanía.

Bullrich ya tiene una base de contactos israelíes cosechada durante el periodo como ministra de seguridad de Macri.  Con ello, el compromiso de no discutir sobre las violaciones a los derechos humanos que comete el estado contra la población árabe palestina ni mucho menos, criticar su política expansionista en el Medio Oriente.

En realidad nada que no haya hecho Carlos Menem en los noventas, Néstor Kirchner en los comienzos de su gestión y por supuesto, lo propiciado por la gestión de Mauricio Macri, solo que bajo nuevas y peligrosas circunstancias geopolíticas.

Bajo una administración de estas características, sea con Milei o Bullrich a la cabeza, o incluso en una alianza de gobierno entre ambas posiciones significará un cambio de posicionamientos a nivel internacional que dejará nuevamente descolocado al país y a mitad de camino de posibles planes como es el ser parte del BRICS.

Por lo pronto ya hay señales de que Milei es quien mejores perspectivas tiene de llegar a La Casa Rosada y es por ello (y más allá de la desconfianza y de la incertidumbre que despierta en algunos) ha comenzado a ser requerido por algunos de los actores financieros internacionales como el FMI, quien ya le pidió una reunión para conocer seguramente si llega a la presidencia, cuales serían sus políticas de estado para cumplimentar con el programa de pago de la deuda.

Para finalizar hay algo que debe quedar claro y es que, Milei no quemará el Banco Central ni usará ningún serrucho para podar el deficitario y obsceno presupuesto burocrático del sector público. Lo último que deben creer es que es un loco.