CAMINO A
AL QUDS
¿Por qué Netanyahu y su gabinete de extremistas ya han perdido y su
continuidad en el poder amenazaría a los israelíes con perderlo todo? La hora
de reconocer un estado palestino ha llegado
Por Ali Al Najafi
Tal como me informan colegas en occidente, poco o nada es lo que se
difunde sobre lo que realmente esta ocurriendo en la Franja de Gaza y en toda
la Palestina ocupada. Son muchas cuestiones las que se están pasando por alto
no solo por lo pernicioso que ello es para el estado de Israel y en particular
para su gobierno de extremistas, sino también por la nueva dinámica que se ha
desatado tras la invasión y agresión israelí a Gaza.
Hay muchos
indicios que las peores pesadillas para el sionismo y para Netanyahu en
particular se hagan realidad. A pesar del apoyo estadounidense, la resistencia
árabe-islámica parece decidida a emprender una épica lucha que se simboliza con
emprender el camino para liberar Jerusalen (“Al Quds” en árabe) de las garras
sionistas.
Por estas
horas se ha producido el alto al fuego para intercambio de prisioneros, una
alterativa que Netanyahu y su gabinete de extremistas de la ultraderecha no
tenían planeado. En su jactanciosa arrogancia que afiebra sus mentes, creían
que en unas semanas podían eliminar a los palestinos como hormigas. Pero la
situación de sus tropas en el terreno, las dificultades inocultables en tratar
de cumplir con su objetivo por destruir a la resistencia palestina más las
presiones internas de los familiares de los rehenes obligaron a ceder a esta
opción, impuesta por Hamas vía Qatar.
Pero
también hay otros factores que influyeron para esta pausa. Cincuenta días de
guerra (que excedieron el derecho de defensa) ha conllevado altísimos costos
para la población palestina pero también para las FDI (y los nervios de sus
familias) y eso lo evidencian los cruentos enfrentamientos y la advertida
continuidad en las operaciones por parte de la resistencia palestina.
Según
fuentes israelíes, los abastos de municiones y bombas propias utilizadas para
demoler la infraestructura urbana de Gaza se habían agotado en la segunda
semana del inicio de sus brutales e indiscriminados bombardeos y solo pudieron
reponer sus existencias y continuar con los bombardeos gracias a la inmediata y
continuada asistencia de los cargamentos de armas y municiones estadounidenses
gestionados por las fuertes presiones del lobbie pro-israelí AIPAC.
Las bombas
y los misiles más aterradores jamás usados contra una ciudad (salvo por los
estadounidenses en Iraq), fueron lanzados sin piedad sobre la población gazatí.
Hospitales, escuelas, mezquitas e iglesias cristianas repletas de refugiados fueron
blanco de sus bombas y como se vio, ello no ha sido motivo de censura por parte
de Naciones Unidas, que en teoría, tiene un comité[1]
abocado a esos temas. Sobre este punto no hay que dejar pasar que los israelíes
han estado usando desde el inicio de sus acciones, armas prohibidas por las
convenciones internacionales tales como son las bombas termobáricas y las químicas
como el “fósforo blanco” y el “Uranio empobrecido” presente en sus ojivas de
tanques y artillería.
Con ese
poder destructivo (incomparable con el disponible por la resistencia
palestina), además de castigar colectivamente a todos los palestinos,
doblegaría la voluntad de combate de la resistencia.
Según los comandantes de las FDI munidos de la información de inteligencia, con ello destruirían los túneles de “Hamas” y las demás agrupaciones de la resistencia con los cuales se mueven bajo los pies de los ocupantes.
La
brutalidad de estos bombardeos no solo ha matado y lisiado a miles de civiles
palestinos (hasta el momento unos 14.600 asesinados) en particular a mujeres y
niños, sino que ello ha impactado de forma cruenta y traumática sobre la
psiquis de los sobrevivientes de la Franja de Gaza, un aspecto que desde
gobiernos y medios de occidente nadie se ha planteado por su más que evidente prejuicio
y desprecio que les da su posicionamiento pro-israelí.
Se han
escuchado toda clase de argumentaciones para justificar estas masacres. Muchos judíos
que disfrazan su sionismo detrás de actividades culturales y humanitarias en
occidente han alegado que (tal como lo piensan y lo expresan los sionistas más
recalcitrantes) los palestinos de Gaza al votar a Hamas se la buscaron o, que
muchos de ellos tras haber participado en agrupaciones pacifistas mixtas de
palestinos e israelíes, estuvieron en las incursiones del 7 de octubre y eso
justificaría la venganza colectiva que hemos visto. De los 70 años previos ni
una palabra. Desde este cínico punto de
vista, se lo merecen por ser “no humanos” o (como han estado señalando los
sionistas cristianos desde sus atriles de hipocresía) descendientes de los
“filisteos”.
Al final de
cuentas, la persistencia de la resistencia palestina logro visualizar una
realidad que los medios de occidente no muestran y ella es, la del intercambio
de rehenes israelíes por mujeres y niños palestinos encarcelados desde hace
años sin sentencia.
Pero una
vez más, debemos dejar de lado estas intoxicaciones religiosas que sirven y
mucho al discurso sionista ya es por medio de él, que tratan de victimizarse y justificar
la usurpación de territorios, las demoliciones de casas, los desplazamientos,
los arrestos administrativos sin motivos fundados y por supuesto, los
asesinatos justificados por una creencia colectiva entre los sionistas de que
“matar a un árabe no trae consecuencias”.
Estos
argumentos surgidos de un mesianismo falseado (de las escrituras), tratan de
justificar lo injustificable y a su vez, abrirle la puerta a Netanyahu para que
anexe la franja a nuevos proyectos para la construcción de nuevos asentamientos
de colonos importados con un incentivo extra como son las reservas de gas
natural en el lecho marino frente a las costas de Gaza que si “todo sale con lo
planeado”, tal como surge de un memorándum del ministerio de inteligencia
israelí (fechado el 13 de octubre 2023)[2],
será un gran negocio en el cual por supuesto los palestinos no están incluidos.
Pero, pese
a que Tel Aviv cuenta con un apoyo en recursos financieros y bélicos para
concretar esos planes, se ha presentado una situación inesperada.
Esto y a
diferencia de anteriores agresiones, la actual operación ha generado una nueva e
inesperada reacción por parte de la resistencia árabe-islámica que a diferencia
del “pragmatismo” de los gobiernos árabes y la Liga Árabe, no se ha quedado en
las palabras y han decidido pasar a la acción directa. Obviamente y pese a la
modesta infraestructura militar con la que cuentan, tienen el espíritu que
inspira esta decisión política y militar de apoyar a los palestinos a pesar de
las circunstancias y las distancias.
De este
modo, las organizaciones de la resistencia yemení, la iraquí y la libanesa han
entrado en la arena del enfrentamiento teniendo como parte en las hostilidades
a los estadounidenses, aliados y sustentadores políticos y materiales de lo que
Israel ha llevado y sigue llevando adelante en toda la Palestina ocupada.
[1] https://www.un.org/es/global-issues/disarmament
y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas: https://www.opcw.org/es
[2] Tal como dan a conocer Felicity Arbuthnot y el profesor Michel Chossudovsky en el sitio Globalresearch: https://www.globalresearch.ca/israel-gas-oil-and-trouble-in-the-levant/5362955