lunes, 15 de julio de 2024

 

DEMOCRACIA EN ESTADO DE COMA

¿Cómo puede interpretarse el intento de magnicidio contra el candidato Donald Trump del sábado 13 de julio pasado?

 

Por Charles H. Slim

Se suponía que la inseguridad y el caos político reinaba en sociedades más allá del occidente anglosajón ya que, desde su perspectiva, estaba protegido por la tan proclamada democracia. Lo ocurrido en Pensilvania el 13 de julio, a pleno día y en medio de miles de personas en el mitin en el cual el candidato Donald Trump se presentaba, expone una realidad política doméstica altamente polarizada que desde hace tiempo los medios han tratado de tapar.

El intento de asesinato contra Donald Trump es un síntoma de claro deterioro de la institucionalidad, de una lucha intestina por el poder y el oscurantismo que reina en la pretendida democracia estadounidense. Pensilvania, uno de los estados donde se asentaron los colonos puritanos como lugar donde se produjo este intento criminal es una señal que no hay que obviar. La andanada de disparos con un fúsil semiautomático “AR-15” provenientes desde un cobertizo a unos 130 metros del palco pudo haberle arrancado la cabeza a Trump, con lo cual el tirador falló por causas que se determinaran en las investigaciones.

Inmediatamente y tras el ataque se supo que el tirador fue abatido por el servicio secreto siendo identificado a las pocas horas como Thomas Crooks, un joven de apenas 20 años de edad, sin antecedentes penales y con muy buenas calificaciones en Ciencias y Matemáticas. Si aceptamos la identidad de este atacante ¿Qué pudo llevarlo a semejante acción?, ¿Tal vez por el supuesto interés de Trump por detener la guerra en Ucrania?

Descartando que se haya tratado de un desequilibrado mental o de ser un drogadicto, pudo haber obrado por convicción propia o instigado a realizarlo y de ser éste último el caso ¿Quiénes y cómo lo manipularon?

Sobre cómo pudo posicionarse en ese cobertizo, las posibles respuestas pueden molestar a muchos.

En una mirada rápida sobre el desarrollo de los hechos podemos ver algunas cuestiones muy sugestivas. Primero no se entiende como el servicio secreto no haya tomado el control de todo el predio y revisado meticulosamente todas las estructuras circundantes. Tampoco porque sus agentes no ubicaron guardias ni tiradores en la parte superior del cobertizo en donde se aposto Crooks. Tampoco porque no se usaron drones para vigilar desde lo alto y tener un panorama más completo y en tiempo real del mitin. O el jefe de la custodia es un aficionado, o alguien sabía muy bien de antemano cuales eran los puntos ciegos en la seguridad. Lo cierto (y esto también es muy sugestivo), fue el mismo servicio secreto que tuvo eficacia para eliminar rápidamente a Crooks.

En cuanto a lo que hace al tirador, un joven brillante en matemáticas, sin aparentes antecedentes de violencia ni uso de armas pero adherente al Partido Republicano, son señas muy peculiares y hasta desconcertantes para que se trate de un asesino motivado políticamente. Mucho menos en la de un asesino profesional. Aún si le quitamos el halo de misterio y lo ponemos como un caso de un simple sujeto indignado con la personalidad de Trump que se levantó de su cama y tomo un fúsil “AR” como si fuera a cazar patos, tampoco se explica.

Es seguro que Trump y sus cercanos descartan la acción errática e impulsiva de un joven perturbado y mucho menos que haya sido planificado en el exterior como ya se ha tratado de argumentar por algunos periodistas y analistas lameculos de medios del hemisferio y particularmente en Argentina.

Trump no solo no nació ayer, él es estadounidense y como tal conoce muy bien la historia política de su país. Incluso fue su mordaz oposición a la elite oscurantista y sus negocios a costa de los simples ciudadanos lo que lo llevó a saltar a la arena de la vida pública. El asesinato del entonces presidente John F. Kennedy, luego su hermano RFK y la intentona de hacer lo mismo Ronald Reagan en 1980 son más que suficientes precedentes para saber que algo muy malo y siniestro se mueve por debajo del suelo de la política en Washington y que hoy le apuntan a él.

Sepamos que, si el tirador hubiera tenido éxito, las reacciones y el desarrollo de los acontecimientos posteriores hubieran sido muy diferentes. Trump estaría muerto, los políticos demócratas con Joe Biden, Nancy Pelosi, Barack Obama y los Clinton a la cabeza habrían montado una gran charada demostrando sus condolencias y un supuesto repudio e indignación dándole al occiso una cobertura mediática espectacular, pero en el fondo todos ellos estarían muy aliviados por este hecho ¿Por qué? Porque Trump no habría podido hablar más, finde la historia.

Quien más ganaría con esta súbita partida no solo serían los demócratas ya que Biden es un caballo viejo que para peor, ya no coordina en la realidad en la que se halla sino el llamado “estado profundo”, un estrato del poder real en los EEUU (dentro del cual se ubican la CIA y otra docena de agencias similares que seguramente a su vez están infiltradas) que no está para nada feliz con un tipo como Trump.

Es por ello que todo el gimoteo y la actuación de estos sectores para Trump son una farsa. Y en realidad no se equivoca ya que él mismo había dicho unos días atrás que Biden lo habría mandado a matar. Como sea que haya sido la trama para este intento, lo cierto es que ello ha engrandecido su épica personal con lo cual los demócratas y sus rivales dentro del partido republicano que se habrían sentido aliviados con otro final hoy se muerden la lengua para no quedar expuestos.

Igualmente Trump no debiera perder de vista que el bajo fondo que lo detesta y se haya incrustado en las estructuras del estado podría intentarlo otra vez aunque, con otra modalidad.

Para concluir no hay dudas que el asunto apesta y si hay libertad para investigar no habrá problemas para dilucidar las responsabilidades intelectuales ya que, como me dijo un viejo camarada “no hay misterios, solo encubrimientos”.

domingo, 14 de julio de 2024

STRATEGIC COORDINATION

With the increase of red signals in the South Sea, how is cooperation between Russia and China progressing?

 

By Sidney Hey

Those who can anticipate their enemy's next move have a good chance of winning a war. This is what China is suggesting with its strategic cooperation with its Slavic neighbour, which was ratified after the last meeting between their leaders at the Shanghai summit.

While the press of the "collective West", which is the same as saying "Atlanticist", continues to distract (in a discretionary manner) from what is happening in Eurasia and particularly in Ukraine, NATO naval forces under the command of the Americans -AUKUS in particular- stealthily advance in the waters of the South Sea while at the same time their intelligence agencies try to soften up and influence the governments of the riverine countries with the sole intention of sowing mistrust towards China.

These manoeuvres are a prelude to a very likely aggression that is now being urged by the volatility and political uncertainty in the US in the run-up to next November's presidential election. While it can be taken for granted that Biden will participate and that Donald Trump will emerge victorious, names matter little since it is the "deep state" that decides how and what will be done, and let us not forget that the Pentagon and the arms industry are part of it.

China is, for this underbelly of Anglo-American power, the most feared and resented danger, even more so than Russia. Not only has Biden failed to re-establish hegemony over the East -especially China - but he no longer knows where he stands. On top of that, Biden and his administration are tainted by his complicity in the Palestinian genocide, making him deeply unpopular with much of America's youth. From this perspective, a president like Trump would be a good fit to pursue a more aggressive and unfettered approach not only to Chinese interests throughout the hemisphere but also to the People's Republic itself. That is why Trump's promises to stop the war in Ukraine may well be a ploy to get Moscow and Beijing to lower their guard.

At the same time, Beijing is well aware of this and will not sit back and wait for war (in whatever form), as happened to Russia with the Ukraine trap, to come knocking at its door. They also know that the US will not strike head-on, let alone in a way that will embarrass it. Deception through covert operations mounted by the CIA and their British colleagues in MI6 -and all the assets they maintain in the region- is the method par excellence to be expected. History is familiar with it and the Chinese know it well. They know that there is strength in numbers and that is why they are going down the path of cooperation (in all areas of life for both states) and greater engagement with the Russian Federation. 

This of course has sparked the ire of US officials, especially neo-conservatives (pro-war) who have gone so far as to say that China is delivering weapons to support Russian efforts in Ukraine. Despite denials from Beijing's foreign ministry spokesman Lin Jian, Beijing should not have to explain its policy to Washington or any other state.

For some time now, the armed forces of both countries have been engaged in joint actions to focus on specific objectives such as combating terrorism and insurgent movements, which, let's remember, are black holes through which Western intelligence agencies penetrate. But since Russia intervened in Ukraine in 2022 and especially in the current geopolitical circumstances, defence and intelligence cooperation has been enhanced to work on common strategic objectives, one of them being the protection of Chinese territorial waters constantly threatened by marauding NATO naval forces, which by 2030 will be augmented by Aussie nuclear submarines.

Although the People's Republic, as part of the People's Liberation Army, has a navy comprising three fleets, one in the North, one in the South and one in the East, which makes it as large as that of the United States, the quality aspect remains an area for improvement. It is known that since the mid-1990s and more precisely by 1998 China began a gradual improvement and modernisation of its fleets including, among other ships, the construction of an all-Chinese aircraft carrier. Thus it was that in 2017 the aircraft carrier "CNS Shandong" was officially launched, bringing to the present three something that makes the bureaucrats of the US Department of Defence and the Pentagon very nervous.

On the other hand, the Russian Navy has been intensively engaged in real warfare in the Black Sea theatre of operations, which gives it valuable experience to share with the Chinese, who know that they will have to deal with similar threats in their vast southern waters at any time.

It is clear that the strengthening of these relations has to do with Russia's announced project to implement a multilateral defence system that goes beyond Asia.

The arrival of two Russian corvettes in the Chinese port of Zhanjiang for joint naval exercises called "Maritime Interaction 2024", in which they will work on naval and anti-submarine tactics, can be seen in this context. 

This deployment is within a strategic geographical space between Vietnam, Hong Kong and halfway to Taiwan in the waters of the South Sea, sending a loud and clear message to the West.

 


sábado, 13 de julio de 2024

POR EL RESBALADIZO CAMINO A LA OTAN

¿Cómo podría la Argentina aspirar a entrar a la organización atlántica, cuáles serían las condiciones y quiénes tienen la última palabra para permitirlo?

 

Por Javier B. Dal

La estridente personalidad y explosivo carácter del actual presidente argentino sin dudas son parte de su fórmula de gobierno y a diferencia de sus predecesores ha logrado embrujar a una buena parte de los argentinos haciendo lo que ningún político había hecho antes y eso es, hacer lo que dijo que iba a hacer. Si bien ello se puede interpretar como algo muy promisorio en realidad y por lo que se esta viviendo en la economía doméstica, las personas de la calle lo están resintiendo de manera muy severa.

Pero aunque ello (hacer lo que dijo) pareciera ser una cualidad sobresaliente en realidad, se oculta otra cosa. Estamos sin dudas frente a una estratagema que sirve para enmascarar otros planes mucho más peligrosos e inconfesables para el futuro del país.

A diferencia del senil Biden en EEUU, Milei no tiene red de contención. En EEUU se sabe que no son los presidentes quienes manejan el país, si así fuera Biden hace tiempo lo habría enviado al abismo. El estado profundo es una realidad nebulosa pero muy presente en la toma de decisiones de los gobiernos y en la Argentina también esta presente.

El estado profundo es una dimensionalidad paralela, un reflejo del tamaño del estado bajo el que se cobija. Si vemos al estado de la Unión deduciremos la complejidad y vasta extensión de su estado profundo.

Por supuesto que el estado profundo argentino tiene otras facetas y beneficiarios y ha ido modelándose con el paso de las décadas y hoy estaría reconfigurándose de acuerdo a las circunstancias.

Milei solo es un fusible, el muñeco de alta voz que el estado profundo ha puesto en ese lugar para beneficiar sus intereses. Tal vez y a diferencia de lo que pasa en los EEUU, el componente estrictamente nacional como es la industria armamentística y el lobby no existe en Argentina o tiene muy poca incidencia, o si la tiene, están siempre apoyados sobre los poderes externos.

En Argentina se habla más de “círculo rojo” que de estado profundo siendo por ello sinónimos.

Quienes están por encima de los gobiernos en Argentina se vinculan más bien al campo empresarial (incluidos los sindicatos)-político-financiero y de su lobby para captar inversiones extranjeras. Estos son los que conforman el “Deep State” aquí, pero ello se estaría ampliando con el actual gobierno dado que hay ciertas medidas que Milei estaría (en beneficio de intereses externos) implementando que se dirigen a crear nuevos beneficios y ampliar las incumbencias a la cloaca nacional.

Milei dice estar contra la casta política lo que pareciera significar, estar contra parte del componente del “círculo rojo”, pero lo que en realidad está haciendo es construir una nueva casta o mejor dicho, reemplazar a la casta vieja abriéndole la puerta a otra casta de componentes foráneos  y de su predilección ideológica para insertarla en el país que con el paso del tiempo lleguen a tener preponderancia en los asuntos de estado (como se trata de hacer con la instauración de juicios en ausencia) como vemos en EEUU, o lo vimos últimamente con las elecciones en Francia y Reino Unido.

Aquí es donde entran sus convicciones personales que calzan perfectamente con los intereses que están comenzando a operar dentro del país no para traer ventajas económicas en medio de una calamidad continua en la que los argentinos de a pie viven sometidos desde hace décadas sino, para desplegar sus estructuras tendientes a impulsar y proteger sus propios intereses que a su vez serán fomentados por estos sectores del “estado profundo” nacional.

Una de las tácticas para que esos intereses vayan colándose dentro del estado es el uso de fundaciones y ONG que bajo fines altruistas esconden una agenda geopolítica de los países de donde proceden. Y no hay dudas que las medidas de Milei están siendo muy funcionales para que estas tácticas funcionen en medio de una crisis que no termina y la creciente desesperación en la población. 

Su carácter es proporcionalmente similar a su fanatismo ideológico-religioso y ello quedo ejemplificado con su cercanía con el líder ucraniano Volodymyr Zelensky por el solo hecho de ser judío sin distinguir el trasfondo político y geopolítico al que representa. Lo mismo tras su visita a Israel donde expreso su incondicional apoyo a las acciones que el régimen de Netanyahu lleva a cabo contra la población palestina que se traduce en el apoyo del estado argentino.

Referente a esto último, la injerencia de Israel en el área de fabricaciones militares y de asuntos castrenses en Argentina ya han dejado de ser meras tratativas y posiblemente más pronto que tarde la industria nacional este fabricando municiones y ciertos componentes para surtir tanto a las FDI como a las agotadas existencias del ejército ucraniano. Esto representaría una peligrosa posición para la Argentina y al mismo tiempo una gran ventaja para los poderes hemisféricos, aliados de estos y muy avocados en seguir sosteniendo tanto al régimen supremacista liderado por Netanyahu como al régimen neonazi de Zelensky.

No hay dudas que uno de las intenciones de Milei y que su fashionista ministro de defensa comparte es ingresar a la OTAN. Habría que ver si esa posibilidad se ha discutido en la cumbre opaca que tuvo lugar en Washington.

Este pensamiento y forma de conducirse del presidente argentino agrada de sobremanera a los atlantistas aún si en el fondo, lo detestan por sus presumidas lecciones en economía de las que se jacta. Milei representa para Washington y la OTAN un importante activo político en la región ya que, necesitan contrapesar la penetración china y hacerse de un punto seguro de repliegue estratégico si las cosas pudieran salir mal con la Federación de Rusia.

Tal vez Milei y su hermana no lo sepan o quizá no lo crean así, pero para los poderes atlantistas son meros recursos desechables.  

  

jueves, 11 de julio de 2024

 

GUERRA PSICOLÓGICA Y MAL TRABAJO

¿Qué fue lo que realmente sucedió en el hospital pediátrico de Kiev?

 

Por Dany Smith

Aunque en Bruselas se resistan a la idea y en Washington los neoconservadores rechinen sus dientes, la guerra en Ucrania está en sus fases finales ¿Cómo puedo estar tan seguro de eso? Pues, tras las acusaciones sin pruebas sobre el supuesto deliberado bombardeo ruso del 8 de julio pasado con misiles hipersónicos a un hospital para niños en Kiev ya toma visos delirantes.

No es la primera vez que el régimen de Kiev acusa a las fuerzas rusas de supuestos ataques contra instalaciones civiles sensibles como escuelas, hospitales y mercados quedando al poco tiempo desmentidos tras corroborarse que habían sido ellos mismos quienes, por torpeza en su trabajo o de forma deliberada (una bandera falsa) mataban a sus propios ciudadanos.

Esta clase de armados siempre van seguidos de una ampulosa proclama anti rusa y en especial dirigida contra Vladimir Putin difundida por los medios en los cuales muchas veces aprovechan a insultarlo por farsantes-periodistas que impostando conmoverse por estos hechos, cierran la boca por masacres indescriptibles y deleznables como las que comete a diario Israel bajo las ordenes de Benjamín Netanyahu.

Dice el dicho “no acorrales a una rata porque hará cualquier cosa para defenderse”. Eso es lo que está haciendo la junta de Volodymyr Zelensky que con el asesoramiento de expertos occidentales, hará cualquier cosa para tratar de dar vuelta una inminente Untergang des Dritten Reiches. 

A las acusaciones directas canalizadas por las Corporaciones de medios en occidente, parte de las unidades rusofobas de combate psicológico le han sumado a sus acostumbrados libretos hollywoodenses componentes documentales en apariencias muy convincentes. Uno de ellos, es un video captado por un supuesto observador causal en un edificio de Kiev quien con su celular capta el momento exacto y en un perfecto encuadramiento, como un supuesto misil hipersónico ruso pasa por delante y golpea un edificio del frente. Si no fuese por el notable montaje que supone esa filmación y la desinformación que lo acompaña en la descripción, cualquier director en Hollywood ya estaría contratando a ese magnifico camarógrafo supuestamente ucraniano.

A pesar del embuste que supone la maniobra, los medios del hemisferio y obviamente los argentinos de la capital[1] no tardaron en reproducir el video y sus comentarios para avalar las acusaciones respaldadas desde Washington y la UE. Pero ¿En realidad eso que se ve en el video es un misil hipersónico ruso?

Como me comento alguien con mucho sentido de la ironía, “ahora la OTAN tiene una varita mágica para convertir un misil estadounidense en un misil hipersónico Kinzhal ruso”. Al parecer y como lo han constatado fuentes independientes en el lugar, lo que cayó sobre el hospital pediátrico en Kiev no fue un Kinzhal sino un misil antiaéreo SLAMRAAM de fabricación…estadounidense.

Vaya vaya!, al parecer y no es nuevo que los medios occidentales traten de engañar a la opinión pública con gazapos similares. No es la primera vez que la Corporación de los Mass Media y sus repetidores en el hemisferio tratan de endilgarle a Rusia masacres que en realidad han sido obra del mal trabajo de las fuerzas neonazis de Zelensky o en casos más oscuros, lo han cometido a propósito bajo la modalidad de operación de Falsa Bandera.

Hay una gran diferencia entre un misil hipersónico ruso y un misil antiaéreo occidental ¿Una diferencia tan solo? Su peso, velocidad y cabeza explosiva son imposibles de equiparar. Si es así ¿Qué es lo que en realidad sucedió?

El mal trabajo de los operadores de la defensa antiaérea ucraniana ha quedado repetidamente registrado y los casos en los que misiles de los sistemas BUK 9K37 y SAM 5V55K de la era soviética han golpeado edificios en Kiev o caídos en países vecinos (caso de Przewodow, Polonia) son bien conocidos. A estas fallas humanas se le suma la antigüedad del software de la era soviética. En el caso del hospital pediátrico las inconsistencias que surgen entre la acusación y la filmación que los propagandistas presentan como prueba contra Rusia los deja en evidencia.

Es posible que los operadores de este sistema estadounidense no estuvieran suficientemente capacitados o, incluso los operadores hayan sido oficiales de la OTAN quienes comprobaron la imposibilidad de interceptar a un Kinzhal. La secuencia de la imagen que tratan de mostrar un Kinzahl, si hubiera sido realmente esa clase de misil, no solo no lo hubieran visto venir sino que la explosión que habría causado al impactar además de devastadora, habría afectado al mismo operador del teléfono que filmaba.  

 

miércoles, 10 de julio de 2024

 

HACIA UN SISTEMA DE SEGURIDAD MULTIPOLAR

¿Cuáles son las motivaciones y también los beneficios para la estabilidad global de una iniciativa de defensa multilateral como la que plantea el presidente ruso Vladimir Putin?

 

Por Charles H. Slim

Sin dudas que quienes inspiraron a Joe Biden para continuar con las ambiciones de extender la menguante hegemonía estadounidense mediante la estructura de la OTAN, vieron tras la invasión rusa de febrero del 2022 la oportunidad de oro para acelerar en ese plan. El problema fue y eso ya quedo bien claro, es que la organización atlántica no es tan organizada y mucho menos coherente en sus objetivos.

A estas alturas de las circunstancias la intentona de hacerse de Ucrania mediante el régimen títere de Zelensky ha fracasado y salvo que Washington siga con sus jugarretas sucias, solo le queda el camino de las negociaciones. La reciente visita del mandatario húngaro Viktor Orban a Kiev y su cordial recibimiento es una prueba muy gráfica de ello.

Igualmente, el daño ya fue causado y la desconfianza que la injerencia estadounidense ha creado a ambos lados y en particular entre Eurasia y la UE no se remediara en mucho tiempo. Además, EEUU (valiéndose de sus vasallos europeos) se encargará mediante sus juegos sucios (como el chantaje financiero, la subversión y el terrorismo) de que esa desconfianza se perpetúe en el tiempo.

Moscú no va caer en la misma trampa dos veces con lo cual, si Kiev quiere negociar, el gobierno ruso deberá cerciorarse de que no lo haga para ganar tiempo -con la complicidad de Alemania, EEUU y Francia- y rearmarse como ya lo hizo aprovechando los acuerdos de Minsk. Es posible que Putin y su gabinete hayan llegado a preguntarse ¿Qué podremos hacer para evitar eso?

La Federación de Rusia saben muy bien de esto y es por ello que más allá de las apariencias, hay que construir un sistema de seguridad moderno que vaya más allá de lo militar (incluyendo la alimentaria, sanitaria y psicológica), estratégicamente inteligente y acorde al formato del multilateralismo que poco a poco va tomando cuerpo con el crecimiento de los BRICS+.

En la actualidad, el concepto de seguridad estratégica no alcanza con tanques, aviones y flotas poderosas, se hace imprescindible establecer un control soberano sobre el ciberespacio con desarrollos informáticos propios y novedosos ya que es un área de movilidad de recursos e información incalculables. Sin dudas Rusia está varios pasos adelante en esto con la ventaja extra de la experiencia inigualable adquirida en los campos de Ucrania.

Las conversaciones entre Vladimir Putin y el Xi Jinping avanzan a estrechar la cooperación en este tema. Tras el encuentro que ambos mandatarios tuvieron en Kazajstán en el marco de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shangai (OCS), esas conversaciones reforzaron los objetivos comunes. Los crecientes movimientos de la OTAN en el Asia-Pacífico y en especial sobre el Mar Meridional hace que China tome muy enserio el interés de conformar un nuevo sistema de seguridad que seguramente tendrá como otros pilares estratégicos a Corea del Norte en la península coreana, a Irán en la zona del Golfo Pérsico, a Sudáfrica al sur del continente africano y a países latinoamericanos como Brasil, Venezuela, Cuba, Nicaragua y cualquier otro estado regional que busque salirse del circulo vicioso de Washington.

La proyección de este sistema apuntara sin dudas a ser superador del OTSC y por supuesto del formato de la OTAN. Obviamente que su funcionalidad inmediata tendrá por asegurar y fortalecer el espacio geográfico Euroasiático, con la posibilidad de extenderse hasta cubrir al resto de países -sin importar su posición geográfica- adherentes al pensamiento de un desarrollo multilateral que quieran estar al margen de los compromisos y políticas que conlleva la hegemonía angloestadounidense.

De este modo los estados con esta orientación tendrán garantizada la libertad de comerciar y de ser de su interés, relacionarse en paridad con el occidente colectivo evitando de ese modo ser cooptados para seguir sus lineamientos político-económico y comerciales y mucho menos, los geopolíticos. 

Nunca como desde el comienzo de este siglo, la seguridad ha sido tan necesaria como vital para garantizar la soberanía de las naciones. La descarada y agresiva política exterior de ciertos estados justifica que parte de los presupuestos estaduales se dirijan a incrementar y modernizar sus defensas. Es cierto que la seguridad no se limita solamente al área militar pero en lo referente a custodiar los intereses estratégicos (recursos naturales, energéticos, rutas comerciales), esta materia sigue siendo la punta de lanza para concretarla.

El presidente ruso Vladimir Putin lo entendió apenas fue designado por Boris Yeltsin para sucederle y tras su abandono del gobierno, aquel pudo poner en práctica de forma paciente y paso a paso una política de reestructuración y modernización del gigantesco ejército soviético que además de inoperante estaba infestado de corrupción.

El tiempo y las circunstancias le han dado con creces la razón a Putin. De no haber procedido así otra sería la realidad. La actual situación de Ucrania ratifica esto y una victoria definitiva rubricara políticamente su decisión. Mientras en países como Argentina que tiene mucho por proteger, una política semejante habría sido blanco de obstrucciones políticas y protestas de ciertos sectores sociales (que esconden negociados), Putin puso por encima de los intereses sectoriales y de los oligarcas (aún los más ruidosos) a Rusia. A la conocida frialdad de Putin, el tiempo ha demostrado que también era consecuente, hábil y persistente en la concreción de sus planes con lo cual, si la Federación de Rusia no se ha desintegrado tras la crisis económico-social de pos-era soviética, las guerras independentistas alimentadas por las agencias de inteligencia atlantistas y menos aún con las sanciones unilaterales del occidente colectivo, ha sido gracias al plan desarrollado por Putin.

Sin dudas que el actual proyecto de un sistema de defensa multilateral ha surgido de su mente y se halla basado sobre las capacidades tecnológicas de la industria rusa. Al mismo tiempo y con la cooperación de su socio estratégico chino, este sistema podrá ser impulsado para que se ponga en marcha en lo inmediato.