UNA ESTRAMBOTICA GEOPOLITICA
¿Cuáles son los principios que sostienen la actual geopolítica de la
Casa Rosada y qué tan coherentes con la historia y realidad del país?
Por
Javier B. Dal
Lamentablemente muchos ciudadanos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
pese a que estamos transitando el siglo XXI siguen creyendo que la Argentina
llega hasta la “General Paz”. Obviamente estos especímenes son los denominados porteños,
quienes han nacido, viven y seguramente mueran aquí, pero son también quienes en
su mayoría viajan al exterior (mayormente a Europa y EEUU) desconociendo su
propio país profundo.
Esa misma
ignorancia (y en algunos casos desprecio) se traslada dramáticamente a la elite
política que ha gobernado y que sigue gobernando al país. En este sector campa
a sus anchas el sentimiento anglófilo con una novedosa simpatía sionista y una
lealtad con los poderosos de turno. Con semejante mentalidad ¿Qué dirección
podría tener un país como la Argentina?
Es
necesario una vez más. relegar esa engañosa categorización de izquierdas y
derechas -con las cuales estos políticos tratan de diferenciarse- que
hace tiempo perimieron. Tampoco importan las etiquetas de peronistas y
radicales que en nada les distinguen. En su mayor parte los políticos son prebendarios
y solo buscan el beneficio personal, de sus familias y el de sus leales; los
idearios para ellos se venden al mejor postor y nada más.
En esta
nueva etapa, con un gobierno “libertario” que supuestamente renovaría la política
de aquellas mañas y más allá de la política doméstica acostumbrada a la
contingencia y el interés sectorial, aún no aparece muy clara la dirección que
estaría tomando el país ante el panorama internacional que se inscribe en una
muy peligrosa situación pre-bélica de alcance global y que la nada lúcida
cancillería esta viendo.
Si nos
guiamos por las tendencias ideológicas del gobierno de los Milei y el aparato
de medios que le secunda, no hay dudas para donde están dirigiendo la política
exterior. Igualmente no hay mucha diferencia con los anteriores que ocuparon La
Casa Rosada ya que ellos también siempre tuvieron a Washington en su corazón.
Si bien el
estado se ve obligado por su crónica dependencia económico-financiera producto
de una deuda cíclica, estas relaciones con Washington han sido tan obscenas (con
aquellas relaciones carnales) como desventajosas para los intereses argentinos.
Pero a esta
continuada dependencia del norte, Milei le suma una conexión más estrecha y
directa con el estado de Israel y que no tiene nada que ver con lo religioso ni
mucho menos con lo espiritual. Hasta donde sé la Argentina sigue siendo en su
población con una mayoría católica apostólica y romana aunque realmente hoy muy
poco importaría eso.
Las
vinculaciones que se vienen estrechando con un estado conflictivo y que (aunque
no les guste reconocerlo) hoy bajo el comando de un criminal como Benjamín
Netanyahu y Cía se halla en medio de un siniestro proceso de limpieza étnica
contra la población árabe-palestina -que incluyen matanzas de niños y mujeres-
que no surgió de la nada el 7 de octubre pasado, enturbian y mucho la
moralidad del ejecutivo. La cantidad de crímenes y abusos que se han venido
cometiendo desde 1948 y que se potenciaron aún más desde 1967 son hechos que a
estas alturas ya no se pueden ocultar y que incluso están bien documentados en
Naciones Unidas.
En resumen
de cuentas, un estado que se pasa el derecho internacional por el forro del
culo.
Pero
sacando (si se puede) la muy criticable moralidad de estas relaciones que están
claramente inscritas en una predilección ideológica personal del presidente,
habría que preguntar ¿Qué beneficios le agrega a los intereses argentinos estas
relaciones? Salvo para algunos sectores elitistas del país (en especial financieros
y empresarios), para los argentinos en general, ninguno.
Si alguno se
atreviera a sugerir que uno de los beneficios que provee Israel pasan por el
mejoramiento en el área de seguridad con la provisión de asesoramiento
personal, de tecnología cibernética y entrega de cierto equipamiento militar
para las devastadas FFAA, no es tan así. Ni la tecnología para interceptar las
comunicaciones que masivamente la S.I.A. usará contra todos los habitantes es de
punta ni los equipos militares que han llegado son de última generación ni nada
por el estilo. Y en lo que respecta al “asesoramiento” que prestan efectivos
israelíes en el país, es muy seguro que algunos (y quien sabe si no todos), hallan
torturado y asesinado a ciudadanos palestinos con lo cual si se detectara esta
situación y fueran denunciados ante la justicia ¿Pueden ser detenidos y
procesados por esos crímenes que tienen carácter universal?
Pero si también
se hace la vista gorda a esta repulsiva cuestión, el gobierno no parece haber
considerado que Tel Aviv es un aliado de Gran Bretaña y más allá de la
diplomacia y las sonrisas que se dispensan los políticos en los cocteles de la
embajada, las fuerzas militares y de inteligencia de ambos estados trabajan desde
hace décadas y mancomunadamente en una misma geopolítica -con las
consecuencias que hoy vemos en Gran Bretaña- y nadie se creería, que la van
a dejar de lado por la Argentina.
Incluso,
esta incoherencia manifiesta que va contra la misma historia del país ha creado
cortos circuitos dentro del mismo gobierno de los Milei dejando a la vista dos
caras opuestas en cuanto a cuál debería ser la política exterior y que ya quedaron
expuestas con las agraviantes y en algunos casos descalificantes tratos que ha
proferido el presidente para con su canciller y con la propia vicepresidente.
Si algo
termina por cerrar la incoherencia con esta aparente dirección geopolítica del
actual gobierno es sin dudas, la cuestión de las islas Malvinas y todo el
atlántico sur que valga la reiteración, se hallan ocupadas y con un
emplazamiento militar de la OTAN que entre otros sistemas de armas cuenta con
uno provisto por Israel.