jueves, 21 de noviembre de 2019



“UNA VACA MUERTA”
El yacimiento de gas y petróleo en provincia del Neuquen es una promesa de inversiones en dólares frescos  que pueden dar un puntapié a la reactivación de la magra economía argentina pero ¿Para quiénes serán finalmente las ganancias netas?

Por Javier B. Dal
Uno de los problemas que recurrente y cíclicamente aqueja a la clase política argentina es sin dudas, su notable afición por la obtención de ganancias rápidas a costa de poco esfuerzo y cero planificación lo que suele conducir por el amplio y muy rentable camino de la corrupción. No hay nada de escandaloso en este comentario sino una mera descripción de la realidad. Los mismos argentinos de a pie lo saben muy bien  y son ellos mismos quienes lo permiten, con cada elección refrendando a los mismos personajes que durante los últimos 36 años estuvieron una y otra vez alimentándose de los dineros públicos del estado.

Su población hoy por hoy sufre por este endémico y continuo proceder de sus políticos. Con todos los climas y tipos de tierra para la producción agropecuaria, se dice que su población pasa por una hambruna. Si bien esto último es una clara exageración destinada para fines partidocraticos, lo cierto es que una persona paga por el kilogramo de pan 180 pesos, es decir 3 dólares y por una fruta tan común como la banana llega a pagar 100 pesos es decir casi 2 dólares. Lo mismo sucede con los combustibles y el pago de servicios públicos que por lo que ya se advierte de lo dicho por el “Alberto”, se agravara con más medidas y la creación de nuevos impuestos ¿Será tolerado por la población o veremos un escenario como en Chile o Bolivia?

Argentina o más bien sus gobernantes parece olvidar que se halla en medio de una convulsión regional que –a la zaga de fuerzas que operan subterráneamente- esta reconfigurando la geopolítica y las relaciones con los polos de poder. En este escenario tanto los actuales gobernantes como los que el 10 de diciembre tomaran el poder parece no se han preguntado ¿Para dónde debemos dirigirnos? Esta pregunta es tan básica que su respuesta debiera ser certera pero,  ésta aun no tiene una respuesta desde hace tres décadas y por lo visto hasta el momento, nadie sabe responderla.

La oleada neoliberal de políticos alineados al Macrismo, periodistas y medios obsecuentes pro-estadounidense y de otras yerbas, se retira con prisa dejando una situación de descalabro económico financiero. La que ya está llegando no trae corrientes nuevas o expectativas de mejoras en el ámbito de políticas de gestión y planificación a largo plazo. Sin dudas el país pasara de ser aquel mendigo arrastrado por las migajas de Washington y Londres a jugar nuevamente al revolucionario de las viejas épocas de la Cuba Castrista, con hilarantes personajes que más que guerrilleros fogueados por la lucha armada, se asemejaran a los personajes de aquella delirante comedia de Woody Allen titulada “Bananas”.

Algo de cierto dijo Mauricio Macri en estos cuatro  años y es que, puso al país dentro del mundo, de ese en el cual los anglosajones manejan a golpe de negocios y finanzas digitales que se manipulan en el amañado “Wall Street” y que sin respaldo físico, los bancos privados han utilizado para estafar incluso a los mismos ciudadanos estadounidenses con la misma ingeniería de la llamada “estafa Ponsi”, logrando así reafirmar la cualidad de país con una clase política poco informada y nada confiable. Y si no ¿Cómo se entiende que  los gobernantes hayan recurrido nueva y ciegamente a endeudarser de manera tan abierta y sin respaldo con prestamos del FMI? No caben dudas de que para que este organismo haya prestado a un país con gobernantes tan poco fiables como corruptos, que han colocado  al país al borde del Default, implica una verdadera estafa.

Macri dijo que había reinsertado a la Argentina en el mundo y con ello  al sistema financiero internacional (entiéndase EEUU y la UE), condición sin la cual no habría reactivación de la economía nacional. Sumado a ello, el regreso a la política de postración diplomática con Washington y Londres  dando por sentado que daría valor agregado a los beneficios esperados. 
Pero esto no sucedió nunca y pese a que el país volvió a involucrarse con los prestamistas externos y con organismos como el FMI, las inversiones privadas nunca llegaron y la especulación conocida como la “bicicleta financiera” hizo que los vivos de siempre hicieran negocios fabulosos con plazos fijos a tasas de ciencia ficción (Caso de las Leliq).

La búsqueda de una solución inmediata a una problemática de décadas mostró la inmadurez y la ceguera política de un gobierno que supuestamente buscaba terminar con doce años de negocios oscuros a costa de un estado elefanteásico sobrepoblado de “ñoquis” –termino argento para los holgazanes-, empleados y funcionarios con pocos o ningún objeto planificado.

Cuatro años tirados a la basura y la pregunta retumba en la cabeza de muchos ¿De dónde saldrá el dinero para solventar las promesas del gobierno entrante y de una estructura burocratica que pareciera retomar aquella sobrepoblación de empleados ñoquis? Es ahí donde los “Albertistas” han balbuceado la respuesta: “Vaca Muerta”.

El yacimiento de gas y petróleo de “Vaca Muerta” en la provincia del Neuquén además de una invaluable veta energética, es una promesa de muy buenas ganancias pero en las actuales circunstancias del país hay que preguntarse ¿Para quién? El estado argentino es una mera entelquia administrativa inoperativa que no cuenta con recursos materiales propios para afrontar un emprendimiento como este. Una vez más, los políticos y los empresarios apuestan por la “inmediatez” dejando de lado planificaciones estratégicas o de políticas soberanistas al largo plazo.

Fue así que durante la gobernación de Sapag bajo la presidencia de Cristina Fernández, los neuquinos realizaron sus propias gestiones para buscar inversores externos para concretar la explotación de éste yacimiento que había sido descubierto en 1931 por un empleado de la actual “Chevron”, llamado Charles Weaver con lo cual, era una cuestión de tiempo para los estadounidenses reclamaran su interés por este lugar.

Pero para comenzar, se requería de inversores. Uno de los interesados que se presentaron es la Overseas Private Investment Corporation (OPIC) que otorga el financiamiento para la exploración y explotación de gas y petróleo no convencional, que obviamente no esta exento de condiciones impuestas desde Washington.

Este aspecto esta muy avanzado. El Departamento de Estado y el Departamento de la Defensa ya tenían bien delineado el desembraco en ésta región precordillerana. No es un secreto que el ejército de los EEUU está próximo a instalarse con una base en las cercanías de “Vaca Muerta”, dejando patente el interés estratégico que existe implicado. También se halla en la misma provincia y a muy pocos kilómetros de ésta zona la base de la 
Administración Espacial Nacional China que más allá de su rotulo “cientifisicita”, lleva adelante operaciones de inteligencia estratégica y protección de sus inversiones (Tianqi) para la extracción de Litio en Chile y posiblemente muy pronto en Bolivia con la “Xinjiang TBEA”; y si nos atenemos a estas participaciones que refieren a lo meramente geopolítico y estratégico deberíamos preguntarnos ¿Para cuándo una base de la Federación rusa?

No es un sarcasmo ni una sugerencia. Rusia es otro actor importante en esta reconfiguración. Se trata de un planteo realista y hasta en cierto punto ineludible, dadas las actuales circunstancias regionales y particularmente las de un país que dejan traslucir una completa falta de decisión y dirección en políticas estratégicas propias. Esto nos lleva a una breve pero cruda reflexión en la cual pareciera que éste yacimiento puede llegar a tener dos significados al mismo tiempo. Para los inversores y las empresas estadounidenses que capitalizaran la extracción no convencional de gas y petróleo “Vaca Muerta” será sinónimo de magnificas ganancias por varias décadas; pero para la Argentina, de seguir bajo esta continua política inorgánica e improvisada de gobiernos pasatistas y sin una política de estado seria ésta cuenca será sinónimo del significado literal de una verdadera “Vaca Muerta”.

domingo, 17 de noviembre de 2019



“IMMORAL LEGALITY”
Everything serves to achieve the ends. This can be said of the policy of double standards that represents both American policy and that is currently being seen in the forgiveness of penalties (pardons) that Trump is granting to Army officers accused of atrocities in the war zone

By Charles H. Slim
In one of the videos taken by American aviation that bombed Iraq back in April 2003, one could see how an Iraqi man who walked carelessly down the green of a street in Baghdad instantly disappears in the middle of a flash of light and smoke that it was nothing but the impact of an AGM-114 “Hell-Fire” remote control missile fired to destroy a supposed military target. Between comments and laughter some of the military who exposed this event gave the clear impression of being playing a video game. Nothing new that has not been seen before during the first campaign of 1991 in which the dead and the pain caused to thousands of civilians would hide from television cameras. And then here come the questions How could this type of facts be explained against the civilian population of an attacked country and who should judge them?

The death machinery of the Americans and their allies guaranteed, in addition to the mass and impersonal death, a supposed impunity of their actions since, without witnesses in sight and demolished the government of Saddam Hussein would eliminate the legal system of the country which included to his administration of justice and of course to his judges who would be replaced by others elected by the same State Department. In addition, the profuse and continuous propaganda against Muslims (instigated from the Neosionist evangelistic pulpits) that dehumanized the inhabitants of the attacked countries had to be taken into account.

iraqi man before to die

With this panorama in sight, the brains of the Ministry of Defense and the State Department were questioning who was going to judge the pilots, soldiers and even US commanders for massacring citizens of a country that no longer had judicial independence? The assurance that their actions would be covered by the media story and the bias of their historians was guaranteed.

They were even confident that any atrocity would be forgotten because no one would dare to bring to justice the commission of these crimes. Very surely the same Secretary of State Donald Rumsfeld and his legal advisors at that time were confident when they thought “And if someone did it whos would prosecute these crimes?” In a way, Bush-Cheney administration officials were very sure that “nobody” He was going to open his mouth and much less dare to raise his allegations of heinous war crimes such as those seen in both Afghanistan and Iraq.
Al Aqaeda bomb? No a US Hellfire Missil blow 

To the terror that they said to fight, there was another that was installed between their own ranks and that era that acts of treason would not be tolerated that besides being against the National Security it was a treason to the Mother Country. The psychological control was assured.

Several factors led to this misjudgment of the planners of these wars. With the very sure statement “Lord, do not worry that nobody can claim anything against our boys”, I ignore the importance of the Internet as at that time new real-time news vehicle and the decided opposition that existed (and still persists) to the American presence in these countries. And there is no doubt that those officials who talked about “winning the mind and hearts” of the inhabitants of the invaded countries, was an argument as childish as irreproducible in reality Who can believe that someone can get to love you for What pain do you cause? Only that they are masochists. Or even who can want an invading power that slaughters entire families, arrests, abuses and tortures their fellow citizens with the impunity of a simple thug band?

The contempt of these officials not only overlooked the revelations for investigations that men like Julian Assage with the invaluable contributions of former officer Bradley “Chelsea” Manning and former spy Eduard Snowden exposed to world public opinion putting the political and intelligence world on its head in Washington, I leave in evidence the deep immorality that governs “American democracy.”

The disclosure of an unclear number of crimes committed by US troops (both military and intelligence) over these 18 years can not be clearer in this regard. But we do not even know for sure how many are harmed by the actions of these types.

It is only one more controversy in the political framework that surrounds all these criminal acts carried out under the misleading label of the “Fight against terror”. It is a state policy that the US has not modified since the Bush-Cheney neocon administration and that Donald Trump has only made up on some occasion but without touching the bottom of the matter. Particularly as regards the crimes committed by the military personnel who were seized with their hands in the mass or left irrefutable evidence (Photos with dead or agonized people at floor) because they could not hide them under the table, there was no other way but to process them administratively by the force to which they belonged.
pian without justice

A symbol that this is so is undoubtedly the award that Trump awarded to former agent Gina Haspel by giving him the address of the CIA. Haspel not only covered the Dirty Task Forces that started with these human hunts, was involved in crimes against humanity against prisoners in secret prisons in Thailand in 2002 and then in Iraq after the 2003 invasion.

SEALS trampled on a “Taliban” or an alleged “ISIS” militiaman killed in photographs, urinating or incinerating dead Taliban bodies, rapes of filmed Iraqi women and an endless list of atrocities had to be explained in some way. And this was ordered by their respective commanders just because they asked themselves, How can we explain to public opinion that our guys are committing these atrocities and like to do it?

Of course, these boys have not been prosecuted by the justice administrations of Afghanistan, let alone from Iraq, since both were emptied of their institutions and today they are two entities deprived of sovereignty and political independence. For the families of the victims of the bestialities of the Americans, there is no possibility of obtaining a gram of justice and not only because of these circumstances in which they are surrounded but because they are too poor to be able to get their cases with external lawyers and that are not influenced by the “democratic” pressures.
Gallagher Navy SEAL smiling 

Until today, US criminals are protected by not being reached by the International Criminal Court because Washington does not recognize as part of its legislation the Rome Statute and all the complementary legislation although this will undoubtedly be a matter of time for that to change. In the same policy of international impunity are Israeli officials and troops who carry out a similar criminal policy against the Palestinian population and neighboring countries. Here we could say that we are facing a “teacher and student” relationship since the dirty tactics that the US has been implementing since 2001 are similar to those that Israel had already been using since it was implanted in the Middle East.

Currently Donald Trump, pressed against the strings of an Impeachment and with it his possible dismissal, is playing his cards to win the sympathies of the American patriots and their families who have sacrificed themselves in useless external wars for the homeland and the security of their country. In this regard, a round of efforts has begun to respond to the claims of lawyers and relatives of military personnel accused of having committed aberrant acts in order to forgive the sentences of several detainees in federal prisons for crimes committed in war zones. We must also clarify that the chances of expelling Trump from the White House would not be as easy to realize as the Democrats wanted. Some are even saying that Trump is a necessary evil.

The condonations of grief or presidential pardon that Donald Trump has granted to several troops who were prosecuted for atrocities in Afghanistan, reaffirms the thesis that the disputed president did not alter certain areas and issues that the deep state does not want to touch for which, we must be realistic and accept that it will take time for the thousands of Afghan and Iraqi victims forgotten by the bureaucracy to have their moment of justice.

jueves, 14 de noviembre de 2019



“¿NUEVA CONVULSION PARA IRAQ?”
La continuada situación de agitación social e inestabilidad política en Iraq parece estar conectada con la muerte del líder del Daesh Abu Bakr Al Bagdadi y la aparente reactivación de las actividades del Estado Islamico en el norte de Siria e Iraq ¿A quiénes les conviene esto?


Por Charles H. Slim
Cosas curiosas están pasando en Iraq desde el 26 de octubre de 2019 cuando Washington anuncio a los cuatro vientos la eliminación del supuesto jefe del “Daesh”, Abu Bakr Al Bagdadi. Las tropas de las fuerzas especiales estadounidenses que salieron de “Hasaka” en Siria se han reinstalado en el norte iraquí quienes pése a ser considerados por los lugareños como huéspedes indeseables,  reciben el apoyo de los Peshmerga kurdos.  Sin lugar a dudas este es otro capitulo negro dentro de la producción de las acciones clandestinas que se han venido tejiendo y ejecutando por el Pentagono en el marco de la doctrina “Rumsfeld/Cebrowski” que desde septiembre de 2001 y con la complicidad de aliados como Gran Bretaña e Israel se ha venido implementando (salvo para las monarquías del golfo) para todo el Medio Oriente.

Es en este confuso marco, los actores involucrados que participan en una muy compleja y oscura trama geoestratégica que enmarcada en la Gran Estrategia estadounidense, lejos esta de ser comprendida desde occidente. En este sentido, ni “Daesh” es lo que se ha mostrado al público, ni los kurdos son los buenos de la película y mucho menos los estadounidenses y los turcos son libertadores de algo o de alguien. Estos últimos son la cara visible de la ilegal intervención extranjera en Siria e Iraq y ciertamente que no ha sido para nada benéfica.

Todo lo que ha venido sucediendo desde 2003 en adelante, implica una sucesión de acciones sucias que bajo los rótulos de “Operaciones negras” y de “falsa bandera” han ido abriendo el camino para disgregar la cohesión étnica y confesional de toda la región. Obviamente que para ello, los autores de ello han recibido y siguen recibiendo –por dinero, conveniencias políticas o estratégicas- la cooperación de sectores insertos en estas sociedades.

Las connivencias entre el MIT turco y la CIA con la preparación del “Daesh” han dejado de ser un escandaloso secreto. Los documentos y las pistas que investigaciones han recopilado a lo largo de estos años, exponen con asombrosa crudeza las injerencias de estos actores con los “barbudos vestidos de negro” que inauguraron su carnicería allá por las primeras semanas de junio de 2014. Pero todo eso ha estado deliberadamente relegado de las editoriales occidentales y lo único que han estado cubriendo (y solo en parte)  es la situación tras la ofensiva turca lanzada el mes pasado.

Algunas fuentes de medios nórdicos (Nordic Monitor) dan cuenta que Ankara habría liberado desde 2016 a casi 12.000 combatientes del “Daesh”, numero que se ha incrementado tras los “erróneos” bombardeos a las cárceles y prisiones a cielo abierto donde se hallaban recluidos otros miles de combatientes del “ISIS”, sin que se haya explicado las razones para dicha acción.

Coches bomba detonados en Qamishli

En ese marco, muchos comandantes del “Daesh” han abandonado sus ropajes negros y afeitado sus barbas para pasar a formar parte de las nuevas milicias sustentadas por Ankara (y respaldadas por la CIA) para derrocar a la República Árabe Siria. Algunos de ellos han sido detectados en la localidad siria de “Afrin”, fronteriza con Turquía. Al mismo tiempo los ataques terroristas del “Daesh” contra poblados civiles en el norte sirio e iraquíes se han multiplicado sospechosamente desde la supuesta muerte de “Al Bagdadi”, despertando las especulaciones sobre una nueva oleada de desestabilización sobre Iraq.

Todo esto se da en un marco muy peculiar que los mass media occidentales se abstienen de ventilar ¿Por qué? Pues obviamente hay mucho que ocultar ya que algo –y nada bueno por cierto- se estaría preparando y es que el marco político y social que impera en el territorio iraquí no podría ser mejor para poner en marcha esos planes.

Desde hace un mes hasta hoy Bagdad se haya sumida en el caos y la violencia callejera producto de masivas protestas populares protagonizadas por jóvenes hartos de la corrupción gubernamental, la arbitrariedad y brutalidad de los cuerpos de seguridad “ISOF” (creados y entrenados por los EEUU) y la eterna crisis económica que –con su petróleo controlado por las empresas extranjeras- que mantiene al país en un estado comatoso no les posibilita crear un futuro para sus vidas.

Por supuesto que alguien esta explotando esta situación y a nadie le queda dudas de que son los mismos artífices de éste estado de cosas  instaurado por la invasión de 2003. Mientras en Bagdad reina el descontrol y las atrocidades de las fuerzas de seguridad se ocultan por una férrea censura informativa, en el norte del país los kurdos y sus aliados estadounidenses (y con ellos los israelíes) hacen y deshacen a su gusto. Sumado a ello, la persistente ocupación turca de una zona cercana a Mosul y la ofensiva que está llevando a cabo en el norte sirio pareciera estar contribuyendo a desestabilizar más aún a Iraq.

Desde que Donald Trump firmo la orden ejecutiva para que sus tropas salieran del norte de Siria, los estadounidenses se han quedado sin propósito en la región, o al menos eso es lo que se advierte en apariencia. Supuestamente el “Daesh” fue erradicado de la región aunque, muchas cosas inexplicables han venido sucediendo desde que Washington anunció la cinematográfica muerte del “Al Bagdadi”.

Hace unos días la base estadounidense ubicada en Taji al norte de Bagdad, fue atacada por una andanda de cohetes haciendo recordar a las acciones de la resistencia iraquí en plena ocupación. Desde Washington se informo sin detalles lo ocurrido tratando de sindicar como autores del ataque al “Daesh”. Sumado a ello, las protestas callejeras que se iniciaron el 25 de octubre algunos testigos señalaron que estuvieron infiltradas por células armadas que dispararon tanto a los manifestantes como a las fuerzas policiales. Para algunos puede ser parte de actos ejecutados por las células de la Mutkhabarat controlada por los estadounidenses que durante la ocupación ponían bombas en mezquitas y mercados atestados de gente. La finalidad aparente es desatar una guerra civil que debilite aún más al país y justifique la interferencia masiva anglosajona.

Un ataque con proyectiles de mortero ejecutado el 30 de octubre último sobre Jadra en la “Zona Verde” causo la muerte de un marine, hecho que no recibió comentarios por parte del Pentágono. Todo esto en un marco convulsionado de creciente agitación popular.

El domingo 11 de noviembre en la localidad de “Qamishli” fronteriza con Turquía, tres coches bomba estallaron causando varios heridos y daños materiales. “Daesh” reclamo los ataques por su cuenta de “Telegram”. Casi al mismo tiempo en la ruta de Hasaka y Deir Ezzor tres sacerdotes caldeos que viajaban en un automóvil son abordados por hombres enmascarados que tras detenerles los golpearon con sus fusiles "Kalashnikov" hasta matarlos ¿Pero que está sucediendo?

Pues esta claro que la reactivación del plan “Estado Islámico” parece haberse puesto en marcha ¿Pero quiénes están detrás de esto? Cuando hace unos días un contingente de milicianos del “YPG” kurdos pidieron permiso a las fuerzas árabes sirias para ir en auxilio de los kurdos del noroeste, al permitirles el paso los militares sirios pudieron identificar positivamente entre aquellos, a varios jefes del “Daesh” que se hallaban fugitivos de las autoridades sirias ¿Cómo se explica semejante contradicción?

Esto revela una realidad completamente desconocida por la opinión publica occidental y deja al descubierto que las infantiles divisiones que Washington y los medios occidentales han argumentado para explicar lo que sucede en la región, son tan falaces y mal intensionadas como alejadas de la realidad política que allí se mueven.

domingo, 10 de noviembre de 2019




“INTRIGA EN LA CASA BLANCA”
Mientras los demócratas aceleran las tratativas para llevar al banquillo de un Impeachment al presidente Trump, éste se haya en intensas pulseadas por averiguar quiénes han sido los traidores que le han dado el beso de Judas por unas cuantas monedas de Plata


Por Charles H. Slim
El reloj del Salón Oval de la Casa Blanca sigue corriendo y con cada una de sus pasadas acerca la hora de salida de su indeseable ocupante. Desde la presentación de la denuncia del ex asesor adjunto de Seguridad Nacional Charles Kupperman los rumores y los corrillos por los pasillos de los principales edificios públicos en Washington son interminables ¿Será llamado también el temible John Bolton quien fue despedido unos meses antes; y de acatar al llamado, qué es lo que dirá ante el Comité ante el Congreso?  No hay que olvidar que Bolton fue echado de su puesto como si fuera un aficionado por una controversia sobre puntos de vista que no fueron compartidos en aquel momento por el primer mandatario.

Sus estridencias y sus metidas de pata en algunos asuntos sensibles y que debieron haber sido atendidos por expertos como Bolton, lo han puesto en a mira del bajo fondo del poder estadounidense que observa desde las sombras como se prepara el Impeachment que puede llegar a desalojarle del cargo junto a toda su familia. Por lo pronto y a pesar de haber sido citado, el ex asesor de Seguridad Nacional no concurrio a la requisitoria demócrata.

Esto ha causado fisuras en la lealtad de algunos de sus funcionarios  que han debilitado a su administración. Las filtraciones telefónicas del caso ucraniano y los sabotajes administrativos que ha venido sufriendo su gestión le ha llevado a volverse más paraoico aunque, con mucha razón para ello. 
Ello ha incrementado las inquietudes en el presidente haciendo que gaste gran parte de su tiempo en preguntarse ¿Quiénes me son leales y quiénes no lo son? Las sospechas de Trump apuntan a ciertos de sus funcionarios más cercanos y por supuesto, de sectores republicanos que a último momento le han dado la espalda. Uno de los funcionarios clave es el Jefe de Gabinete de la Casa Blanca Mick Mulvaney quien es al mismo tiempo el Jefe de la Oficina de Administración y Presupuesto que sabe al detalle todos los movimientos sobre las asignaciones y ayudas a otros países. Pese a que fue citado para comparecer ante la Cámara Baja no se presento y ello ha reforzado las suspicacias de los demócratas que presionan por llevar adelante otras citaciones clave para ir conformando el plexo probatorio.

También se corren fuertes rumores de que algunos de los republicanos cercanos Trump, habrían sido quienes filtraron en un comienzo el asunto de Ucrania aprovechando su cercanía con el mandatario. Algunos quizá lo hayan hecho sin querer cuando se lo han comentado a sus pares en algún momento de relax y descanso o quizás también, han jugado como soplones al servicio de los neoconservadores quienes son los que mueven los hilos tras bambalinas. 

Y es que como ha sucedido siempre, cuando un líder comienza a perder su poder o esta a punto de caer en desgracia, los traidores y  oportunistas hacen cola para obtener su momento de gloria. Aquí en la Argentina eso es una tradición nacional.

Pero en lo referente a los EEUU y en particular a lo que sucede con el presidente Donald Trump, su situación nunca fue fácil. Fue desde su nominación para aspirar al cargo tratado como un alienigena, un extraño, un indeseable para el sistema político norteamericano y una carga muy difícil de soportar para la elite neoconservadora y sionista que controlan el Establishment político financiero de la Unión. Se puede asegurar que su mandato ha puesto de cabeza a la agenda norteamericana y en lo particular a lo que hace a su política exterior.


Pese a que su visión de un empresario le dio un valor agregado a la administración federal recortando gastos en algunos sectores ociosos para destinarlos a otros de mayor necesidad, sus políticas no lograron reducir las perdidas en el sector financiero que está llevando al país a una posible recesión. Uno de esos sectores afectados han sido las oprobiosas subvenciones para sostener las ruinosas guerras en Afganistán y Siria a las cuales hay que sumar las operaciones especiales de la CIA y sus diversas agencias homónimas en el exterior.

Estas medidas truncaron la agenda de dominación global y en particular la de rediseño del Medio Oriente para (entre otros objetivos) deshacer los estados nación árabes con gobiernos laicos. Sus movimientos de repliegue en Siria que beneficiaron sin dudas a Rusia, han causado fastidio entre aquellos recalcitrantes sectores y por supuesto –pese a las generosas concesiones- al régimen de Tel Aviv que aspiraba a una desintegración del país árabe. Sumado a ello, las decisiones de Trump cortaron los negocios negros de las agencias de inteligencia federales y las prolíficas ganancias de la industria armamentística (Raytheon y Lockeed Martin). Esto devino en una sumatoria de consecuencias imperdonables que debían ser cobradas en algún momento. Si esto es así ¿Por qué Trump sigue con vida? Pues la respuesta es clara, actualmente matar a un presidente estadounidense  no es algo tan fácil desde que los mismos norteamericanos se han venido cuestionando las implicancias del asesinato de John F. Kenedy y han desconfiado de la farsa de intento de asesinato de Ronald Reagan.    

Fue por ello que el mismo Zbigniew Brzezinski un par de años antes de morir había advertido que los individuos, los ciudadanos de a pie que componen a la opinión pública se habían vuelto demasiado inteligentes para que se tragaran los relatos y trascendidos que su gobierno les quiere vender.  En este sentido si algo violento le ocurriera a Trump todos mirarían al sistema y a las instituciones estadounidenses plagadas de sectores oscurantistas que parecieran llevar adelante una agenda paralela y ajena a la política estadual de la Unión.

Es por ello que los demócratas encabezados por Hillary Clinton y Nancy Pelosi y los más férreos sectores del neocon que se aglutinan y alinean por la derecha con el Establishment prefieren echar mano de las herramientas institucionales como son la justicia o el Impeachment de destitución por juicio político para deshacerse de un personaje tan molesto como Trump. 
Incluso estos especulan que a un tipo como Donald Trump le dolerá más el escarnio y la exposición mediática humillante que le ridiculice en vivo y en directo de costa a costa que una bala en la cabeza.

El hastío por Trump ya se advierte en muchas otras señales como ser lo que se esta viendo en la recaudación para la campaña presencial, que en el caso del mandatario –dentro de lugares como el mismo Departamento de Estado- ha sido notablemente más baja que la de sus oponentes demócratas. Esto fue señalado por el ex embajador en Polonia, Daniel Fried al decir “que ello no debería sorprender a nadie que los diplomáticos sean reacios a apoyar una administración que ha hecho tanto daño a la institucionalidad estadounidenses”.  

El asunto de Ucrania ha brindado la oportunidad para lograr aquel fin. Las acusaciones sobre la retención de la ayuda de 400 millones de dólares para comprar armamento al gobierno colaboracionista de Kiev hasta tanto informara sobre los movimientos y negocios de su rival Joe Biden es uno de los cargos más graves que Donald Trump enfrentara en el juicio político.  Pero los demócratas se han encontrado con una fuerte reticencia para testificar en los funcionarios de la administración ligados al área de presupuesto, ya que son vitales para armar un caso solido.

En ello se acusa al mismo Trump de estar bloqueando la posibilidad de que esos funcionarios que conocen bien como es el mecanismo de la asignación de ayudas al exterior presten sus declaraciones ante el grupo de investigación. Los nombres clave se hallan conformados por el Director interino de la Oficina de Administración y Presupuesto Russel Vought y el Jefe de Seguridad Nacional de la OMB Michael Duffey encargados de las áreas sensibles para saber como funciona la mecánica de asignaciones presupuestarias.

Pero a pesar de que los demócratas los han citado repetidamente a los fines de  recopilar toda la evidencia posible y armar el caso de juicio político contra Donald Trump, aquellos nunca se han presentado.  La misma reticencia se ha advertido en los funcionarios subordinados quienes han ignorado olímpicamente las citaciones que se les cursaron. Según algunas fuentes el mismo Russel Vought alego por medio de un Twit que “ellos no se prestaran a un proceso falso”, dejando en claro que su presidente se hallaría frente a un “Lawfare”.

Precisamente ya todo esta preparado para dar la patada inicial del Impeachment quedando en última instancia la decisión de su inicio o no a los senadores Mitch Mc Connell y Chuck Schumer quienes,  podrían negociar a puertas cerradas una salida honrosa para Trump tratando de recrear aquel arreglo al que arribaron los senadores Ted Kennedy (D) y Phil Gramm  (R) ante la inminencia del juicio político al presidente Bill Clinton en 1999.  En aquella oportunidad el obsecuente presidente argentino Carlos Menem había opinado –sin que nadie se lo hubiera pedido- que la intensión de enjuiciar a Clinton “era un error”. Igualmente nadie en Washington escucho su opinión.

En realidad esta posibilidad es muy remota ya que, a diferencia de Clinton, Donald Trump no pertenece a la elite sustentada por los neoconservadores  y para peor, se ha ganado la aversión de estos y la enemistad de un amplio sector del mundo de la política en Washington.  Al mismo tiempo el presidente norteamericano ha estado telefoneando sin pausa a los senadores republicanos e incluso invitándoles a cenar con algunos de ellos para saber de primera mano quiénes han chivatado en su contra y cómo puede evolucionar el procedimiento.

sábado, 9 de noviembre de 2019



“CREAR LA VERDAD”
Qué hacer cuando la realidad es tan inconveniente que no puede explicarse por si misma. Desde hace 18 años el mundo viene siendo testigo de las más descaradas politicas de desinformación que buscan crear una verdad acorde a las ideologías que ocupan el poder estatal

Por Dany Smith
Desde el punto de vista religioso suele decirse que no existe la verdad absoluta si ella no proviene de Dios. Para el griego Platón la verdad absoluta era necesaria e intemporal por lo cual está fuera del alcance de los mortales. En el derecho se enseña que no existen derechos absolutos dado que los mismos se ejercitan en el marco de la convivencia social en la cual, deberá haber una articulación entre los derechos de cada individuo que forma parte de esa sociedad revelando con ello una relatividad en el ejercicio de los mismos. 

Incluso en un proceso penal para dilucidar la comisión de un delito se habla de la necesidad –mediante una reconstrucción histórica- de llegar a la verdad material la cual no precisamente será absoluta. Con ello podríamos decir que la verdad  en ésta realidad no existe como un valor absoluto verificable.

Pero ¿Qué es la verdad? Desde un punto de vista pragmático es la coincidencia entre lo que se afirma de una situación que se advierte en la realidad material. Pero cuando esa situación o hecho se trasmite por terceros a quienes no lo han visto ¿Seguirá siendo verdad? Es ahí donde surge el dilema de la autenticidad de la verdad.

En la política  esto no tiene aplicación. Por el contrario, la verdad es la primera en ser deformada o suprimida ante la inconveniente realidad de hechos injustificables. En la guerra suele decirse que la verdad es “la primera baja”. La “verdad” es un activo central en la propaganda de los gobiernos que pretenden sostener sus ideologías y de los estados que buscan justificar sus políticas. Ciertamente en estas categorías no se discriminan por países con sistemas “democráticos” o no democráticos. Los estados como tales, llevan adelante políticas que pueden beneficiar a muchos de sus habitantes como así también perjudicar a muchos otros. Para ello necesitan argumentar sobre las mismas apoyándose en lo veridicto de sus posiciones a los fines de convencer a su propia población de los beneficios que aquellas políticas traerá a costa del sufrimiento de otros.

En Argentina por ejemplo la era de la posverdad es casi una religión. Con cada gobierno se instala un relato nuevo, una verdad y con ello, una nueva historia con verdades sagradas y héroes míticos que llegan a contradecir lo que inmediatamente antes de que ellos llegaran los medios de comunicación santificaban como veridicto. La llegada de Alberto Fernández  a la presidencia gracias al apoyo de la líder de la fuerza política (Kirchnerismo) que un tiempo antes critico con tanto ahínco y ardor,  además de la volubilidad  de su persona demuestra y preludia el intento de reinstalar o imponer una nueva verdad revelada que parece tener visos religiosos con el intento de santificar a Eva Perón”.

Crear la verdad a conveniencia de una ideología o estado es un arte con larga historia. La “verdad” para intelectuales como Walter Lippman solo estaba reservada a los altos funcionarios y burócratas del estado, asequible solamente a la elite del poder que dicho sea de paso, desprecia a los ciudadanos de a pie quienes no tienen el tiempo y la capacidad para entender y mucho menos discernir de los altos asuntos del estado. Aquí la verdad es la que fabrican los poderosos y es divulgada por sus intelectuales. De allí la necesidad del estado por aplastar las individualidades en favor de un colectivismo masificador, al cual es fácil de manipular.
Es así que para imponer una verdad propia y conveniente se necesita de mentiras y falsedades tal como lo hace la posverdad.

Los últimos 18 años a esta parte ha quedado demostrado que quienes se autodenominaban como “democráticos”, representantes de la verdad, resptuosos de la libertad y preocupados por los derechos humanos eran y siguen siendo tan viles y criminales como cualquier régimen autocratico y represivo de la historia. Y ello ha podido ser corroborado con sobradas pruebas, gracias a la masiva apertura informativa que permitió el internet y el desarrollo de fuentes alternativas de información que tan pronto como pudieron, los estados más preocupados por tapar su basura pusieron a rodar costosos programas de contrainteligencia e intoxicación informativa mediante las redes sociales en internet monitoreadas desde salas de “Ciberguerra” ubicadas en locaciones secretas.
Bush y Noriega en 1976

Cuando EEUU invadio Panamá en 1989, los medios estadounidenses justificaron la medida alegando que Manuel Noriega era poco menos que un dictador  y un criminal ligado al narcotráfico, pero omitieron mencionar que su ascenso al poder había estado ligado a su pasado con la CIA y su amistad con nada menos que el mismo y por ese entonces  jefe de la agencia George H. Bush.

Lo que hoy tanto  indigna a los políticos y empresarios de medios anglosajones y que desde hace poco se conoce como Fake News es una práctica extendida en los EEUU durante todo el siglo XX y parte de lo que va de éste siglo. La manipulación de noticias e incluso la fabricación de trascendidos y hechos totalmente inexistentes para justificar determinados fines, fue para Washington una constante en las políticas de intoxicación y ocultamiento de información cuando necesita justificar ciertos procederes y tapar las consecuencias de sus acciones.

Los ejemplos abundan. Pero sin dudas que la II guerra mundial fue uno de los escenarios más prolíficos para el ejercicio de tácticas de engaño y propaganda destinada a demonizar al enemigo y al mismo tiempo intimidar a los elementos disidentes de la sociedad occidental. Los principales medios para concretar estas políticas fueron el cine, la radio y por supuesto la prensa gráfica, necesarios para vehiculizar  esa “verdad producida” que el Establishment necesitaba masificar entre la población. Esto sucedia tanto en la Alemania Nazi como en los EEUU con Franklin D. Roosevelt, éste último pese a la propaganda que los auto proclamaba “libertadores del mundo” en muchos de sus estados los ciudadanos negros, por esta diferencia de color de piel no podían viajar en el mismo autobús o ir a colegios de blancos.

Más contemporáneamente, el ejemplo de como orquestar una campaña de propaganda que indignara a la población norteamericana para que apoyara el envío de tropas a una guerra que ya había sido planificada con antelación, fue el relato televisado de la supuesta enfermera kuwaití que alego ante cámaras haber visto como tras la invasión de 1990 los soldados iraquíes tiraban al suelo las incubadoras de los bebes. El testimonio era desgarrador y los hechos relatados sonaban indignante pero, era una gran mentira. La charada fue montada y costeada por el Departamento de Defensa norteamericano contratando –pagando con dineros públicos- a la empresa de Relaciones Públicas “Hill&Knowton” que realizó todo el montaje de un melodrama.

Un año antes en 1989, las manifestaciones en la Plaza china de “Tian an men” fueron descritas por los medios occidentales como una masacre indiscriminada cuando ello no fue ciertamente así dado que los calificados como “pacificos estudiantes” asesinaron a varios soldados e incluso los quemaron vivos.

La escenificación y la pronta dilucidación sobre los aparentes responsables de los ataques del 11 de septiembre de 2001, fue otra intentona por imponer una temprana verdad oficial que victimizara a los EEUU y justificara la venganza sin importar los medios para ello.

Los falsos informes de la CIA y el MI-6 sobre las armas químicas iraquíes y la supuesta conexión de Bagdad con “Al Qaeda” fue otro descarado embuste para justificar otra invasión que iba contra el derecho internacional. 

Desde el presidente Goerge W. Bush hasta la prensa estadounidense (que era levantada sin críticas en Argentina) avalaron esto aunque cabe aclarar, que hubo voces disdentes que denunciaron esta mentira a costa de su propia vida (Caso de John Kelly).

Ello sirvió para generar aversión y el odio hacia lo “árabe-islámico” entre la opinión pública norteamericana para que más tarde no se sorprendieran por las bestialidades que se causarían contra Iraq y los iraquíes. Demonizar al adversario hasta deshumanizarlo es el objetivo central en esta política sucia. Siniestro pero efectivo. Escenificado y representados los enemigos como malvados e inhumanos, debe trasmitirse por todos los medios (Cine y la prensa) esa imagen a la mayor audiencia posible.  

Dentro de este esquema de humo y espejos se inserta la llamada Lucha contra el terrorismo que en su misma terminología revela una contradicción irremediable ya que el terrorismo es una táctica de guerra y no una causa ideológica. El último episodio de este gran embuste fue la noticia de la cinematográfica eliminación de Abu Bakr Al Bagdadi que más allá de los pormenores de este advertido engaño, el mismo es parte del puzzle de mentiras que forman la verdad que Washington y sus aliados buscan colar desde 2001 en la opinión pública global.