PUTIN REZANDO Y CON EL MAZO DANDO
¿Hasta dónde presionara la OTAN a Rusia? Al parecer lo hará hasta que
no queden ucranianos para pelear
Por Charles H. Slim
Tras la arrolladora penetración en esta última semana de las fuerzas rusas en varios puntos del frente defensivo ucraniano, el régimen de Kiev acusa desesperación ante sus patrocinadores atlantistas quienes al mismo tiempo, están tratando de tapar los baches que las diezmadas fuerzas ucranianas no pueden atender.
Rusia ha
pasado de golpear la infraestructura energética crítica de Ucrania a la
estrictamente militar. Vladimir Putin está demostrando que su nuevo período de
gobierno y con un gabinete renovado no estará exento de enérgicas decisiones.
El último
ataque ruso con misiles hipersónicos Kinzhal a una base aérea de entrenamiento
de la OTAN en Chmelnytskyi, al occidente ucraniano, cerca de la frontera con
Polonia fue el siguiente escalón en las advertencias que Moscú ha venido
realizando a sus “socios” occidentales para que terminen de alimentar el fuego.
Los efectos del ataque fueron devastadores y según fuentes confiables, más de
300 efectivos extranjeros -entre ellos varios instructores- perecieron
en el lugar y otro tanto de heridos fueron rápidamente trasladados a Polonia.
Si bien en
occidente los aparatos de propaganda y desinformación han clamado haber
derribado varios de estos misiles, la realidad es simplemente increíble. No hay
sistema antiaéreo en manos de la OTAN y mucho menos de Ucrania que tenga esa
capacidad.
Incluso las
sugerencias para que la OTAN se haga cargo de las defensas aéreas del occidente
ucraniano no representaría una solución realista para detener los ataques con
misiles hipersónicos.
Un
posterior ataque con 20 drones kamikaze “Shahed”, seguido por otra oleada de
misiles balísticos y un remate con unos tres misiles hipersónicos “Kinzhal”
destrozo lo que quedaba de las instalaciones del aeródromo de Chmelnytskyi.
Sumado a
esto la paliza recibida por las tropas de infantería ucraniana en la localidad
de Krynky y los combates que arrecian en Korsunka a orillas del río Dnieper ha
desatado el pánico entre los comandantes de la cúpula militar de Volodymyr
Zelensky quienes no se atreven a reconocer el número de bajas sufridas y las
pérdidas materiales infringidas por las fuerzas rusas.
Como
contrapartida y en una muestra de desesperación, las fuerzas ucranianas
apoyadas por elementos atlantistas tratan de desestabilizar las zonas
fronterizas atacando con misiles británicos “Storm Shadow” y “Himars”
estadounidenses localidades rusas de Belogorod y Kursk con la única intención
de causar bajas entre los civiles. Esta táctica de terror ( de la cual la ONU
se desentiende) intenta distraer a las fuerzas rusas del frente, algo que no ha
picado.
Esto último
es una situación que Moscú no va a tolerar en su continuidad y es por ello que
ha comenzado a cortar en seco las bocas de expendio y las rutas logísticas
tendidas por los atlantistas que sustentan a los grupos de mercenarios
extranjeros y neonazis patológicos que gozan con los asesinatos de civiles
rusos.
Esta campaña
de bombardeos coincide con la asunción del nuevo gabinete de guerra del Kremlin
que parece dispuesto a tomar todas las medias y emplear las estrategias
necesarias para terminar de raíz con las amenazas que representan las
intervenciones occidentales. Las últimas noticias que confirman el
involucramiento de armamento ofensivo de largo alcance de EEUU, Alemania, Gran
Bretaña y otros países atlantistas pone en otra dimensión este conflicto.
Esto sin
lugar a dudas genera mayores tensiones en búsqueda de que Moscú pierda la paciencia
y realice un paso en falso.
A pesar de
que ese peligro aún esta latente, las consecuencias políticas-sociales y
económicas ya están haciendo estragos en la UE y también en los EEUU aún cuando
sus medios no lo reflejen. Por supuesto que las sanciones que occidente le ha
impuesto a la Federación de Rusia repercuten en la economía rusa, pero no pasan
sin acusar recibo para los ciudadanos europeos quienes son lo que sienten los
altos precios en la energía, la caída de la producción y el consecuente desempleo
motivado por un encarecimiento en el acceso a una energía proveniente de EEUU.
En lo que
respecta a EEUU, su situación política se ve en una incertidumbre preocupante
dado que es muy posible que el sistema sea desbancado por un nuevo liderazgo
proveniente de los vientos libertarios.
Mientras la
OTAN sigue instigando y apoyando materialmente a Ucrania para que no abandone
el campo de batalla y se aniquile en el proceso, la sociedad civil ucraniana
está sumida en una crisis económica en la que solo la elite corrupta liderada
por Zelensky escapa a las privaciones y las restricciones que impone la
situación. Al mismo tiempo, el estado ruso tras ir erradicando a las bandas
neonazis y alejando la artillería ucraniana de los centros urbanos, ha ido
reconstruyendo las zonas liberadas de la Novorossiya siendo la ciudad portuaria
de Mariupol el ejemplo más destacado de esto.