miércoles, 22 de marzo de 2017

EN LA MIRA


GOLPE A LA JUSTICIA”

¿Qué hay detrás de los últimos ataques terroristas en Damasco y quiénes son los interesados en borrar las pruebas de lo que ha venido ocurriendo desde 2011?



Por Dany Smith
Era un día más en el distrito de Damasco y con una relativa calma, sus habitantes salieron de sus casas para realizar sus actividades superando con estoicismo a las amenazas de una guerra que aún resonaba no lejos de allí. Pese a ello pueden moverse con seguridad para realizar sus tareas cotidianas gracias en parte, a que las fuerzas de seguridad del gobierno sirio lograron correr a los grupos armados hacia el norte y hasta la frontera con Iraq. En esta provincia la población ha logrado mantenerse protegida de los ataques de las bandas armadas que vienen asolando al país desde el 2011 y sin lugar a dudas para las familias sirias era un bastión seguro hasta que pasado el mediodía del 15 de marzo, dos ataques sacudieron la capital.

Un sujeto vestido con el uniforme de soldado del ejército y armado con su fusil reglamentario quiso ingresar a la sede del Palacio de Justicia de la capital y al ser detenido en el control de la entrada para ser identificado, corrió hasta la entrada del edificio y tras entrar al vestíbulo, detono una carga explosiva que llevaba bajo sus ropas causando una masacre.

Para los medios occidentales dicho ataque habría sido obra de alguno de los grupos “opositores” al gobierno que ha sido cooptado por “Al QAEDA”, lo que demuestra la poca o ninguna empatía por el dolor que causan estas bandas que se las pinta como oposición política. Igualmente y tras el ataque oficialmente ninguna organización extremista se adjudico el hecho y eso era algo que había que tener en cuenta. 

Descartados los embustes sobre la posible autoría de células del ISIS o del Frente Al Nusra había que preguntarse ¿quiénes son los que tienen la capacidad de infiltrarse tan solapadamente y operar como células terroristas dentro de una capital tan bien vigilada como es Damasco? Para responder esto, solo baste recordar los campamentos de la CIA en el sur de Turquía y sus programas de entrenamiento destinados a estos grupos que fueron trasladados desde Libia y por supuesto, las manos anónimas que desangran Iraq con los mismos métodos.

Recordemos que antes de que se organizaran estas bandas armadas con la capacidad de un ejército, Damasco y las demás ciudades del país eran objeto de ataques terroristas de este tipo, una táctica que tiene por fin sembrar el terror y la inseguridad en la gente causando una situación de inestabilidad insoportable para el gobierno. Como lo hemos dicho antes, estas tácticas eran un calco de lo que venía ocurriendo en Iraq desde que fue invadida en 2003 y que varias fuentes endilgaban estas acciones a “operaciones sucias” ejecutadas al comienzo por células de la CIA y luego por equipos iraquíes adictos al régimen con la intensión de desacreditar a la resistencia armada y mantener la atención sobre la necesidad de que “EEUU no se fuera”.

En Iraq estos grupos pueden operar con total impunidad gracias a que todas sus instituciones –incluyendo a la justicia- se hallan cooptadas por los colaboracionistas de Washington quienes aseguran de continuo que ningún crimen ejecutado por las fuerzas de ocupación, puedan ser revisados ante sus instancias. Incluso activistas por los derechos humanos y jueces iraquíes que trataron de hacer frente esto, han sido encarcelados, secuestrados, asesinados o mucho peor, han desaparecido sin que queden dudas de quienes son los autores de estas siniestras curiosidades.

En Iraq tras limpiar a las instituciones nacionales, la policía y los funcionarios judiciales no solo fueron designados por los norteamericanos sino que además, en su mayor parte son parte de la misma mafia tribal que ocupa el “gobierno de Bagdad” algo que viene siendo denunciado incluso por amplios sectores chiitas del país.

En Siria la infraestructura nacional se halla aun en pie y es por ello que los intereses que manejan todo el asunto de “terrorismo yihadista”, tratan de borrar los rastros de su participación que alcanzan y hay que decirlo, a los servicios de inteligencia como la CIA, el Mossad israelí, el MI-6 británico el DGSE francés y sus esbirros sauditas y turcos, estos últimos ejecutores de los trabajos sucios como son estos cruentos atentados en lugares públicos como los ejecutados en París y Bruselas.

Muchas de esas “operaciones” suelen estar dirigidas a crear la sensación de que han sido obra de otros actores que en el caso sirio, los medios tratan recurrentemente de endilgarle al gobierno o a las fuerzas aéreas rusas. Pero a pesar de tanta manipulación informativa y del operar masivo  de estas agencias de inteligencia, los rastros, pruebas físicas y testimonios no paran de acumularse en los depósitos de las alcaldías, bases militares y en el mismo Palacio de Justicia que fue el blanco de este ataque. Es que a diferencia de lo que paso en Iraq, el gobierno sirio continua firme y para evitar el mismo embuste que se fabricó en el país vecino, la justicia puso manos a la obra y ha tomado con decisión el papel de que a las acciones militares que se llevan a cabo contra aquellos grupos, se registren y procesen todos los casos que se producen por estas acciones.

En el pasado Washington enseguida podía imponer su propia versión por más ridícula que fuese, pero actualmente la variedad de medios informativos, con la cualificada intervención de la tecnología rusa y de las inestimable pericia de los sirios que combaten sin pausa en las condiciones más extremas, eso no puede concretarse.  Sin dudas uno de los intereses de los norteamericanos en Mosul, es borrar cualquier rastro de su colaboración con el “Daesh”.

Han pasado seis años de lucha para Siria y dentro de aquella, un sinfín de acciones detestables que solo pueden salir de la mente de psicópatas y criminales. Matanzas orquestadas para que parecieran haber sido ejecutadas por las tropas sirias; secuestros de familias de una aldea a otra para gasearlos con químicos provistos por agencias de inteligencia externas con el fin de dirigir las sospechas a Damasco o, como ha sucedido con éstas últimas detestables acciones en plena capital que buscaron sin dudas atemorizar a sus ciudadanos y a su vez, borrar los rastros que se procesan en el Palacio de justicia.

Pero a estas solapadas acciones sucias no hay que dejar de nombrar las variadas operaciones a gran escala como han solido ser ataques aéreos sobre aldeas, hospitales o mezquitas para matar a la mayor cantidad posible de civiles con la siniestra intensión de achacársela mediáticamente al “malvado Bashar Al Assad”  o los aviones rusos. Y en estas operaciones han sido atrapados in fraganti tanto los norteamericanos como varios de sus colegas de la OTAN y en especial a sus socios israelíes que a pesar de trasgredir continuadamente la ley internacional, no se dan por aludidos en la ONU.

En estos últimos episodios en los que se trato de culpar a los aviones rusos por matanzas contra la población, especialmente antes de la liberación de Alepo, el tiro les salió por la culata ya que tan pronto como se lanzó la primera versión mediática de estos cuentos de hadas, Moscú presento ante el Consejo de Seguridad las pruebas de quienes eran los aviones que habían incursionado en las zonas bombardeadas.  En aquellos momentos la sorpresa y la molestia fue tan grande que pudo verse como el mismo John Kerry y su comitiva se retiraba presurosos del recinto eludiendo por supuesto cualquier cuestionamiento sobre esas pruebas.

Apenas unos días atrás, un nuevo acto de este tipo se registro en la aldea siria de Al Jinah en cercanías de Alepo, el cual el Pentágono inmediatamente le endilgo a Rusia. Un misil cayó sobre una mezquita matando a 46 personas. Los testigos presenciales de esa masacre no vieron a ningún aparato en las cercanías pero si mientras buscaban a las víctimas bajo los escombros, hallaron los restos aún calientes de un misil AGM-114-Hell-Fire de fabricación estadounidense (https://actualidad.rt.com/actualidad/233499-rusia-hallar-restos-misil-hellfire-eeuu-siria)  Ante estas nuevas evidencias, solo hubo algunos balbuceos del Pentágono entonces, ¿Se trató acaso de una fallida operación de falsa bandera, o sus pilotos tienen la recurrente y enferma costumbre de masacrar civiles? Ante las evidencias no le quedo otra al Pentágono que tratar de dar algún tipo de excusa fantástica que en realidad, no le sirve a las familias de los sirios asesinados.

Igualmente, esas piezas halladas seguramente serán enviadas a la justicia siria y formaran parte del cumulo de evidencias de los crímenes que se vienen cometiendo contra la población siria y que de prevalecer el gobierno legitimo serán parte de un necesario proceso en el que todos los responsables internos y externos a Siria, respondan por sus crímenes contra la humanidad.










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