VETERANOS DE AYER
“CINCO MOTIVOS PARA NO VOLVER AL GOLFO”
Como la cambiante dinámica conflictiva en el Medio Oriente puede llevar a que Argentina reciba nuevas y nada recomendables ofertas de volver a involucrarse en una nueva campaña bélica en aquella región
Por Charles H. Slim
ARA "Hercules" |
No importa cuántas veces haya que repetirlo, pero lo que
actualmente ocurren en el Medio Oriente y más precisamente en el Golfo Pérsico
es la consecuencia de aquella crisis orquestada entre Iraq y Kuwait en 1990 y
que derivó en la devastadora guerra de 1991 que tras proseguir con la invasión
del 2003 hoy día sigue desarrollando nuevos capítulos que podrían llegar a
complicar nuevamente a la Argentina.
Hace veintiséis años atrás y por
estas mismas fechas la Armada Argentina se hallaba involucrada en una de las
operaciones navales más complejas y peligrosas que su historia naval jamás
había conocido. Ello no quiere restarle los méritos que como fuerza naval logró
granjear en la lucha presentada a Gran Bretaña en 1982 en la guerra por las
Malvinas y que ha sido y sigue siendo materia de intenso estudio en los centros
estratégicos y militares de varios países centrales –incluyendo a Gran
Bretaña-, sino que se hace necesario contextualizar su participación en un
escenario tan especial. Para más precisiones en aquel 14 de febrero de 1991 los
dos buques argentinos navegaban en medio de una zona de intensas operaciones en
medio de una peligrosa área poblada por plataformas petroleras y buques de
batalla que podrían haber sido confundidos como enemigos.
Pero si en aquel entonces los
argentinos lograron armar dos buques de combate con todo lo que tenían,
agotando todos los repuestos que mantenían en sus depósitos y pañoles, más allá de que
eso sería bastante difícil de reeditar en la actualidad, si fuera posible
realizarlo no sería para nada recomendable que en las actuales condiciones
técnicas de su flota y las complejas circunstancias geopolíticas y militares que
se hallan a flor de piel en el Golfo Pérsico vuelvan a participar, ésta vez, en
posibles operaciones militares contra Irán.
Cubierta ARA "Brown" 1991, zona de operaciones |
A pesar de que en 1991 los buques
argentinos de la agrupación “ALFIL 1” lograron sobrellevar los retos que se
presentaron en las aguas del golfo y sus tripulaciones soportaron un trajín
operativo bajo condiciones de altísimo stress y amenazas latentes, es
lamentable señalarlo pero actualmente carecerían de los recursos materiales idóneos
a la altura de las actuales circunstancias queriendo señalar que, si aquellas
naves “ARA Alte. Brown” y el “ARA Spiro” fueran comisionadas a volver con el
mismo equipo y ello incluye a las armas, serían blanco fácil de los nuevos
dispositivos y sistemas de armas que actualmente protegen las extensas costas
iraníes.
Si en aquella ocasión los iraquíes
que solo tenían una estrecha salida al mar con una costa que implicaba a la del
reino de Kuwait para disparar las variadas clases de misiles costeros que además
de ser medianamente modernos para esa época, causaron varios daños en la flota
de la primera línea “aliada”, atendiendo a la presente situación con respecto a la posición
geográfica de la República Islámica de Irán y su extenso litoral marítimo se
puede advertir que es diametralmente inversa a la que presentaba Iraq.
En este sentido podemos advertir
el primer motivo por el cual, Argentina no debe involucrarse incluso, para
tareas de cobertura, se da por el extenso flanco de fuego a la que se verían
expuestos, que los haría literalmente blanco fácil de los nuevos sistemas de
misiles anti buque de fabricación rusa y de fabricación iraní que además de ser
variados en clases, pueden llegar a ser movidos de un sitio a otro con solo dos
hombres a pie.
Segundo motivo y que se relaciona
con estos novedosos sistemas es que los buques argentinos no soportarían el impacto
de uno de estos misiles sin pagar en el primer instante una baja estimable de
un cuarto de su tripulación y la pérdida irremisible de sus unidades.
Anteriormente hemos expuesto los reales peligros para los buques que se atrevan
a provocar una amenaza a la soberanía de aquella región (Pensamiento
Estratégico y Político. https://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2016/10/veteranosde-ayer-una-mala-idea-por-que.html#gpluscomments
)
Otro motivo técnico es el rango de
alcance de los actuales misiles antibuque existentes en los arsenales iraníes.
Entre los más modernos está el “Nasr-1” de carácter supersónico que con una
guía electrónica casi infalible puede causar severos daños a un portaaviones
mediano. Es precisamente por la velocidad que puede desarrollar en pocos
segundos y con una cabeza armada de apenas 50kg, lo vuelve un enemigo furtivo
que sería, incluso para los buques estadounidenses, imposible poder esquivar.
Según las informaciones, el
desarrollo de este tipo de misiles de la familia “Kosar” viene desde mediados
de la década de los noventas es decir, después de la guerra del golfo pérsico.
Misil iraní C-704 |
Además, la Guardia Revolucionaria
iraní cuenta con otras variantes de misiles antibuque de fabricación china como
son los C-701 y C-704 que tras ser probados en acción ejercicios navales demostraron
que pueden partir a un acorazado a la mitad eludiendo las contramedidas.
Incluso si eso no bastara según algunas fuentes confidenciales, Irán tiene
entre sus dispositivos de respuesta ante una agresión proveniente del Golfo, a
los temibles misiles de fabricación rusa “3M-54E1” que además de ser subsónico
y con un alcance de 300 kilómetros, tiene la precisión que le otorga la guía
satelital del sistema GLONASS pudiendo golpear a un buque se halle en la costa
opuesta del Golfo.
Ante esta realidad, la Argentina
no tendría chance ni siquiera para una huida ya que al ser detectados por estos
sistemas, tras ser lanzado el vector el mismo buscara su blanco y en cuestión
de segundos lo alcanzara y sin ser burlado por los anticuados sistemas de “Chaff”
que aún deben tener los buques argentinos simplemente lo hará añicos.
Efecto de un misil "Nasr 1" sobre una corbeta |
Otro motivo sería la compleja
situación geopolítica que campea en la región y que se extiende poco a poco a
otras regiones. Desde el punto de vista político y diplomático, es Tel Aviv
quien impulsa la iniciativa tratando de argumentar el peligro del programa
nuclear iraní y la supuesta autoría en los atentados contra la embajada de
Israel y la AMIA, algo que no reune la
cohesión que pudo haber existido en la campaña “Tormenta del Desierto”. Las
características de éste nuevo objetivo ya habían presentado sus dudas a los
altos mandos estadounidenses y aliados en un intento por atacar sorpresivamente
y con artefactos nucleares tácticos a Irán a mediados del 2007 en cuyos planes
contaban con Argentina claramente influida por presiones de Tel Aviv para
adherirse a la campaña.
A las dificultades militares que
se presentaban a los agresores, desajustes políticos y diplomáticos de último
momento (especialmente vinculado con los países árabes del Golfo que no se
quisieron comprometer) hicieron que dichos planes fueran abortados y los
aviones –estadounidenses e israelíes- con aquellos artefactos no
despegaran de sus bases en los portaaviones que se hallaban anclados en la
entrada del Golfo y otros provenientes de Israel que deberían cruzar espacio
aéreo saudita. Tal como se supo un poco más tarde, de haberse llevado a cabo
semejante “operación”, habría producido la muerte de varios centenares de miles
de habitantes y puesto al mundo en estado de guerra nuclear (GLOBALRESEARCH.ca.
http://www.globalresearch.ca/la-marcha-hacia-la-guerra-distensi-n-en-oriente-pr-ximo-o-calma-antes-de-la-tormenta-ii/6438?print=1
)
El último motivo que debe
considerarse para no ir a un escenario como el que posiblemente se esté
planificando, es uno estrictamente legal específicamente contemplado en tratados,
Convenios y especialmente en la Carta de Naciones Unidas que en su articulado prevé la prohibición de “amenazar
a la integridad y soberanía de otras naciones y /o de quebrantar la paz”, de
permitir “agresiones” (art. 1); de actuar siempre en búsqueda de “propender y
promover el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional” (art. 26) y
que los órganos ejecutivos de dicho foro (Consejo de Seguridad) no se
transformen en herramientas para intereses de partes en los conflictos como lo
hemos visto en la historia contemporánea y que cubrirá de vergüenza a los
estados involucrados en dichas maniobras por mucho tiempo en adelante.