NACIONAL
“LA GRIETA JUDÍA”
Se cae a pedazos la versión islamofoba sobre la autoría de los atentados a la embajada de Israel y a la AMIA y la discusión se profundiza dentro de la misma comunidad judía
Por Charles H. Slim
Para quienes no
aceptan la idea de la existencia de una grieta social y política que divide a
la sociedad argentina, lo que se está viendo con lo que sucede con el tema AMIA
y las nuevas visiones que ciertos personajes de la vida política están dando,
pueden sacarse las dudas con lo que a continuación les comentare
Al parecer la grieta está rajando aún más a la conflictiva comunidad judía argentina,
que como en todas las comunidades que alberga el país, no son monolíticas ni
escapan a las discordias y las desinteligencias que existen dentro del seno de
sus posiciones políticas.
Quién no recuerda a Carlos Escudé, ese politólogo de la época
menemista que defendía a capa y espada a EEUU y a Israel, tratando de vender
que Argentina iba a la cima del primer mundo con las políticas anodinas de
Carlos Menem y Cía. Pero todo eso ha
pasado a la historia y actualmente al parecer, Escudé se halla embarcado en la
misión de buscar la verdad caiga quien caiga, según lo ha dejado claro en una
entrevista a uno de los medios judíos como “La Voz y La Opinión” (Pájarorojo.com.
http://pajarorojo.com.ar/?p=37973 )
La novedad que nos trae es su nueva obra llamada “Y Delia tenía
razón” en la cual trata en forma profunda y detallada las circunstancias que
rodearon la perpetración del atentado de la AMIA, (para la sorpresa de muchos)
reafirma el verdadero papel de la CIA y el Mossad en las acusaciones contra la
república Islámica de Irán. Solo bastó el titulo para que los más
recalcitrantes sionistas locales arrugaran sus caras en muestra de desagrado
ante semejante afirmación.
Más allá de los argumentos que Escudé expone sobre los
encubridores, ideólogos y cómplices que complican a importantes sectores y
personajes de la misma comunidad judía, el tema de acusar a Irán por este
crimen irresuelto va más allá de una simple islamofobia que surge de los
sectores sionistas que se conjugan y conniven desde hace décadas con los
actores estatales como EEUU e Israel. El pináculo de toda esta montaña de
mierda que pareciera encubrir definitivamente un interés geopolítico, comienza
a asomarse al conocimiento público.
Como bien lo explico Escudé en la entrevista al medio “La Voz u la
opinión”, a las agencias de inteligencia como la CIA, el Mossad y el MI-6 poco
o nada les importa investigar la comisión de hechos como los atentados; no es
para eso para las que fueron creadas; por el contrario, la historia
contemporánea y una extensa compilación de pruebas demuestran que están al
servicio de todo lo contrario. Ello lo hemos podido ver muy claramente a lo
largo de todos estos años con las incontables y nefastas acciones de estas
agencias en varios lugares del globo.
Precisamente tras haber instigado desde los lobbies de presión
sionistas como AIPAC la invasión y ocupación de la república árabe de Iraq, los
esfuerzos de las mismas agencias fueron protagonistas en el derrocamiento de
Mohammar Al Gadafy en Libia en 2011 y tras instalar el caos, se centraron en
tratar de destruir a Siria y por extensión bajo fuertes presiones de Israel llevar
a la misma suerte a Irán.
Los procesos por descomponer al tejido social del país persa vienen
siendo apoyados desde el mismo día que Khomeini tomo el poder y se fue
acelerando en forma progresiva en los últimos quince años hasta esta parte con
movimientos populares bastante sospechosos y que desde occidente se bautizaron
como “revoluciones de color”, siendo la última la “revolución verde”, un
intento de derrocar al gobierno iraní acaecida en 2009 durante la
administración Obama. http://foreignpolicy.com/2018/02/09/the-trump-teams-blinkered-obsession-with-the-iran-deal-is-poisoning-the-well/
Aquel fracaso fue cargado al mismo Obama por no haber profundizado
una posible intervención militar bajo los argumentos de la “violación de los
derechos humanos” por la represión de las fuerzas estatales contra los
manifestantes, fue tomado como la perdida de una oportunidad de oro para
desbancar a Irán como potencia nuclear en ascenso. Esto fue una clara e ilegitima injerencia en
los asuntos políticos internos de un país soberano, algo que actualmente acusa
sin los menores argumentos a Rusia.
En los momentos en que se produjeron los atentados, se lanzaron
acusaciones para todos lados. Las primeras versiones hablaban de “nazis”, al
poco tiempo señalaron a la “OLP” o a grupos extremistas islámicos palestinos
como la “Jihad Islámica y al “Hamas”, pero no paso mucho para que esas
hipótesis se vinieran abajo. En el relato fallaba claramente la posibilidad de
una colaboración sine quanon para que estos grupos hubieran podido
actuar.
En ese sentido y en búsqueda de dar una explicación lógica que no
se saliera de la pista “árabe-islámica”, los argumentadores de estos relatos
dirigieron sus miradas a la odiada (por Tel Aviv) República Árabe Siria con la
cual mantenían un estado de guerra permanente.
Pero también hubieron muchos puntos oscuros sobre los argumentos oficiales
direccionados a culpar a una conexión árabe-siria y que cuando se hizo
imposible de probar la llamada “pista siria”, los “expertos de la CIA y el Mossad” que colaboraban “desinteresadamente” con la
SIDE, redirigieron conveniente y artificiosamente sus acusaciones contra los
chiitas libaneses e iraníes.
Tras años de encubrimiento y complicidades que van desde el mismo
presidente Carlos Menem y sus principales personeros pasando por varios
personajes de la misma comunidad judía y de muchos otros provenientes de la
seguridad, la justicia y el periodismo nacional, hoy no quedan dudas de que
detrás de aquellos atentados hubo algo más que una rivalidad entre
“árabes-islámicos e israelíes”.
Pero ¿Desde cuándo se impulso el interés de Washington y Tel Aviv
por acusar a Teherán de los atentados en Buenos Aires? Curiosamente, las
sugerencias de la CIA y el Mossad habían comenzado desde el 2002 dándole letra a la entonces SIDE bajo la
presidencia de Eduardo Duhalde
(Página/12. “Galeano ya tiene en su poder el informe de la SIDE sobre la
AMIA”. https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-15771-2003-01-23.html ) y que un tiempo después se incorporaron materialmente al
expediente judicial cuando Néstor Kirchner era presidente.
A pesar de ser un cuento muy bien elaborado, el informe presentado no
dejaba de ser un cuento. Precisamente, es el punto de vista de Escudé con esta
obra y que se agrega a otras investigaciones independientes que se habían
realizado años antes y que, con las conclusiones a las que arriba en ésta nueva
obra, ha dividió a la misma comunidad judía, pareciendo arrojar definitivamente
por la borda aquella tesis que alinea como culpables Ad Hoc al Hesbolla
libanés y a la república de Irán ¿Se han cansado los judíos honestos de las manipulaciones
de los sionistas que los usan para su propósitos?.