EN DEBATE
“I WINED THE WAR”
Una nueva muestra de cómo desde la Casa Blanca se pretende cambiar la historia falseando la realidad tratando de pasar desapercibida una verdad tan evidente “un elefante en la sala”
Por
Charles H. Slim
Esto fue lo
que retumbo en los pasillos de la Casa Blanca cuando el presidente
norteamericano Donald Trump, hablaba con sus asesores del Departamento de
Estado y la defensa en momentos que
estaba siendo informado de la situación en Siria. Por supuesto que ello es un
rumor que alguien dejo filtrar detrás los impenetrables cercos de seguridad de
aquel recinto y no había forma de confirmar su veracidad. Pero ello fue así hasta que apenas unas
horas atrás el mandatario hizo oficial su decisión de retirar las tropas de
territorio sirio alegando que había sido EEUU quien había derrotado a ISIS
(Daesh), una afirmación tan falaz como delirante.
Como es su
estilo el estrambótico mandatario publicó en su cuenta de Twitter la afirmación
de que “EEUU había derrotado a ISIS”, algo que además de inexacto es un insulto
a la memoria de los miles de mártires sirios asesinados a lo largo de estos
siete años, por grupos que fueron creados, apoyados y respaldados por
Washington (y sus aliados).
Acompañando esto va la promesa de retirada de las
tropas que se hallan ilegalmente en territorio sirio que baste recordarlo,
nunca fueron autorizadas por la discutida ONU y mucho menos por el gobierno de
Damasco y son entre otras cuestiones, autoras de incontables masacres contra
militares y pobladores sirios. Quizás
sea necesario refrescar la memoria a la opinión
pública sobre todo esto y considerar el anuncio de Trump.
Por
principio de cuentas hay que decir que, las promesas de la Casa Blanca carecen
de poco crédito dado el extenso rosario de incumplimientos que existen en su
haber. Desde el inicio, EEUU no tuvo que haberse involucrado en aquel escenario
aunque, cabe aclararlo, si no lo hubiera hecho nunca hubiera sucedido el fraude
de la “Primavera árabe”. Recuerden bien cómo fue que se crearon las supuestas
movilizaciones espontaneas en el norte de África. No fue precisamente el
fenómeno de las redes sociales usadas masivamente por los ciudadanos árabes de
la región sino, la primera agresión cibernética a gran escala montada por la
NSA y la CIA enviando por redes sociales como Facebook, Twitter, emails y otras
plataformas de los usuarios de aquella región, llamamientos a derrocar a los
gobiernos de cada uno de los países jaqueados.
Obviamente
que en el terreno, también se desplegaron agitadores profesionales y asesinos
importados de otras “fuerzas” con antecedentes de intervenir en estos
menesteres callejeros. Nadie en el gobierno –y en especial sus Mukhabarat- de Egipto y Libia, podía ignorar de
donde venía todo esto. Como sea, escuchar a un mandatario como Trump hablar
como si ellos no hubieran tenido nada que ver con todo esto y arrogarse hechos
que en realidad no fueron autores, es (mínimamente) tomarle el pelo a los
historiadores.
Cuando la
OTAN con la ayuda de los grupos jihadistas (entre ellos Al Qaeda) despedazó
Libia, puso la mira en Siria a donde traslado sus operaciones con cuartel
general en territorio turco. Poco a poco y tratando de aplicar la misma mecánica,
fueron agitando a la población, instigando y tentando a los opositores
políticos con beneficios a ganar con el derrocamiento de Assad y dándole
entrada a grupos de asesinos especialmente provistos por Arabia Saudita y sus
colegas del Golfo. En esos momentos
fueron sus dos socios europeos Gran Bretaña y Francia quienes se pusieron al
frente de las operaciones fracasando estrepitosamente.
Cuando el
ejército árabe sirio desbanco estos planes, se pasó a otra fase en la cual
Washington (con la solapada colaboración de Tel Aviv) comenzó a tener mayor
protagonismo tanto en lo político como en las injerencias clandestinas de la
CIA cooperando con los grupos
terroristas llamados por los panfletos de la CNN y el resto de la Corporación de medios como
“rebeldes moderados”.
Hillary
Clinton, como secretario de estado de Obama (impulsor del “Plan del Medio
Oriente Ampliado”) fue una incansable provocadora del caos en la región. Segura
de que la fórmula empleada en contra de Ghadafy serviría también para derrocar
a Al Assad, no dudo en tras contactar con los sectores de la oposición interna
siria, poner manos a la obra para conformar una Comisión de opositores sirios
en el exterior conocida con el acrónimo CNFORS –Brazo político del Ejército Libre Sirio- a la cual se financió con
dineros de dudosa procedencia.
Siria
estaba siendo desangrada hasta que, en noviembre de 2014 Vladimir Putin cansado
de las intrigas de occidente que hacían peligrar a sus propia representación en
Damasco, ordena el envío de fuerzas militares para apoyar al legítimo gobierno
árabe asediado por hordas de terroristas que impunemente se colaban desde
Turquía, Jordania e Iraq. Washington lejos de verlo positivo, busco todos los
argumentos por deslegitimar la presencia rusa, aunque los mismos sirios
celebraron su llegada.
Tan rápido
llegaron los aviones rusos, se vieron los resultados. Se detuvieron las
ofensivas de los “rebeldes”; se pulverizo sus redes de bunkers donde se hacían
inamovibles; se golpeó severamente a su infraestructura de inteligencia
provista de equipamiento occidental e israelí entre muchos otros logros. Frenaron el tráfico del petróleo robado de los
campos petroleros en Deir Ezzor que muy tranquilamente movilizaban los
milicianos del “Estado Islámico” sin que los aviones estadounidenses
advirtieran las extensas caravanas de camiones cisterna con los cuales se
sacaba el crudo hacia los puertos turcos ¿Alguien podía creerse que los
americanos y británicos no veían lo que sucedía? Claro que no, mucho menos
cuando terminaron cometiendo befas inexplicables como fue la entrevista en 2015
del senador Mc Cain con los jefes terroristas entre los cuales se hallaba quien
sería conocido como “Abu Bakr Al Bagdadi” jefe del “Estado Islámico” o el
hallazgo de toneladas de armas, vehículos y equipos que solo se consiguen en occidente
¿Casualidad?
Y sobre la
retirada anunciada, sin dudas tiene algunos visos de verdad. A la severa crisis
económico-financiera que empieza a sacudir la bolsa estadounidense en Wall
Street –y que se extiende a sus aliados
europeos- hay que sumar la realidad
siria. El remodelado sistema de defensa antiaéreo sirio reforzado por el
equipamiento ruso (Sistema Polyana D4M1) ha impedido las incursiones
estadounidenses e israelíes, imposibilitando de proteger a sus “fuerzas
especiales” quienes a su vez conducen en el terreno a los “rebeldes moderados”
a las “YPG” kurdas.
Por ello
cualquiera con todo el derecho del mundo y sin miedo a faltar el respeto, puede
decirles al señor Trump y a sus asesores del Departamento de Estado, “No way
man”, cuéntense otro cuento.