sábado, 22 de diciembre de 2018


EN DEBATE



I WINED THE WAR”

Una nueva muestra de cómo desde la Casa Blanca se pretende cambiar la historia falseando la realidad tratando de pasar desapercibida una verdad tan evidente “un elefante en la sala”




Por Charles H. Slim
Esto fue lo que retumbo en los pasillos de la Casa Blanca cuando el presidente norteamericano Donald Trump, hablaba con sus asesores del Departamento de Estado y  la defensa en momentos que estaba siendo informado de la situación en Siria. Por supuesto que ello es un rumor que alguien dejo filtrar detrás los impenetrables cercos de seguridad de aquel recinto y no había forma de confirmar su veracidad.   Pero ello fue así hasta que apenas unas horas atrás el mandatario hizo oficial su decisión de retirar las tropas de territorio sirio alegando que había sido EEUU quien había derrotado a ISIS (Daesh), una afirmación tan falaz como delirante.

Como es su estilo el estrambótico mandatario publicó en su cuenta de Twitter la afirmación de que “EEUU había derrotado a ISIS”, algo que además de inexacto es un insulto a la memoria de los miles de mártires sirios asesinados a lo largo de estos siete años, por grupos que fueron creados, apoyados y respaldados por Washington (y sus aliados). 
Acompañando esto va la promesa de retirada de las tropas que se hallan ilegalmente en territorio sirio que baste recordarlo, nunca fueron autorizadas por la discutida ONU y mucho menos por el gobierno de Damasco y son entre otras cuestiones, autoras de incontables masacres contra militares y pobladores sirios.  Quizás sea necesario refrescar la memoria a la opinión  pública sobre todo esto y considerar el anuncio de Trump.

Por principio de cuentas hay que decir que, las promesas de la Casa Blanca carecen de poco crédito dado el extenso rosario de incumplimientos que existen en su haber. Desde el inicio, EEUU no tuvo que haberse involucrado en aquel escenario aunque, cabe aclararlo, si no lo hubiera hecho nunca hubiera sucedido el fraude de la “Primavera árabe”. Recuerden bien cómo fue que se crearon las supuestas movilizaciones espontaneas en el norte de África. No fue precisamente el fenómeno de las redes sociales usadas masivamente por los ciudadanos árabes de la región sino, la primera agresión cibernética a gran escala montada por la NSA y la CIA enviando por redes sociales como Facebook, Twitter, emails y otras plataformas de los usuarios de aquella región, llamamientos a derrocar a los gobiernos de cada uno de los países jaqueados.

Obviamente que en el terreno, también se desplegaron agitadores profesionales y asesinos importados de otras “fuerzas” con antecedentes de intervenir en estos menesteres callejeros. Nadie en el gobierno –y en especial sus Mukhabarat- de Egipto y Libia, podía ignorar de donde venía todo esto. Como sea, escuchar a un mandatario como Trump hablar como si ellos no hubieran tenido nada que ver con todo esto y arrogarse hechos que en realidad no fueron autores, es (mínimamente) tomarle el pelo a los historiadores.

Cuando la OTAN con la ayuda de los grupos jihadistas (entre ellos Al Qaeda) despedazó Libia, puso la mira en Siria a donde traslado sus operaciones con cuartel general en territorio turco. Poco a poco y tratando de aplicar la misma mecánica, fueron agitando a la población, instigando y tentando a los opositores políticos con beneficios a ganar con el derrocamiento de Assad y dándole entrada a grupos de asesinos especialmente provistos por Arabia Saudita y sus colegas del Golfo.  En esos momentos fueron sus dos socios europeos Gran Bretaña y Francia quienes se pusieron al frente de las operaciones fracasando estrepitosamente.

Cuando el ejército árabe sirio desbanco estos planes, se pasó a otra fase en la cual Washington (con la solapada colaboración de Tel Aviv) comenzó a tener mayor protagonismo tanto en lo político como en las injerencias clandestinas de la CIA cooperando con  los grupos terroristas llamados por los panfletos de la  CNN y el resto de la Corporación de medios como “rebeldes moderados”.

Hillary Clinton, como secretario de estado de Obama (impulsor del “Plan del Medio Oriente Ampliado”) fue una incansable provocadora del caos en la región. Segura de que la fórmula empleada en contra de Ghadafy serviría también para derrocar a Al Assad, no dudo en tras contactar con los sectores de la oposición interna siria, poner manos a la obra para conformar una Comisión de opositores sirios en el exterior conocida con el acrónimo CNFORS –Brazo político del Ejército Libre Sirio- a la cual se financió con dineros de dudosa procedencia.

Siria estaba siendo desangrada hasta que, en noviembre de 2014 Vladimir Putin cansado de las intrigas de occidente que hacían peligrar a sus propia representación en Damasco, ordena el envío de fuerzas militares para apoyar al legítimo gobierno árabe asediado por hordas de terroristas que impunemente se colaban desde Turquía, Jordania e Iraq. Washington lejos de verlo positivo, busco todos los argumentos por deslegitimar la presencia rusa, aunque los mismos sirios celebraron su llegada.

Tan rápido llegaron los aviones rusos, se vieron los resultados. Se detuvieron las ofensivas de los “rebeldes”; se pulverizo sus redes de bunkers donde se hacían inamovibles; se golpeó severamente a su infraestructura de inteligencia provista de equipamiento occidental e israelí entre muchos otros logros.  Frenaron el tráfico del petróleo robado de los campos petroleros en Deir Ezzor que muy tranquilamente movilizaban los milicianos del “Estado Islámico” sin que los aviones estadounidenses advirtieran las extensas caravanas de camiones cisterna con los cuales se sacaba el crudo hacia los puertos turcos ¿Alguien podía creerse que los americanos y británicos no veían lo que sucedía? Claro que no, mucho menos cuando terminaron cometiendo befas inexplicables como fue la entrevista en 2015 del senador Mc Cain con los jefes terroristas entre los cuales se hallaba quien sería conocido como “Abu Bakr Al Bagdadi” jefe del “Estado Islámico” o el hallazgo de toneladas de armas, vehículos  y equipos que solo se consiguen en occidente ¿Casualidad?

Y sobre la retirada anunciada, sin dudas tiene algunos visos de verdad. A la severa crisis económico-financiera que empieza a sacudir la bolsa estadounidense en Wall Street –y que se extiende a sus aliados europeos-  hay que sumar la realidad siria. El remodelado sistema de defensa antiaéreo sirio reforzado por el equipamiento ruso (Sistema Polyana D4M1) ha impedido las incursiones estadounidenses e israelíes, imposibilitando de proteger a sus “fuerzas especiales” quienes a su vez conducen en el terreno a los “rebeldes moderados” a las “YPG” kurdas.

Por ello cualquiera con todo el derecho del mundo y sin miedo a faltar el respeto, puede decirles al señor Trump y a sus asesores del Departamento de Estado, “No way man”, cuéntense otro cuento.
  

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