miércoles, 17 de noviembre de 2021

 

“HACIA LA TECNOCRACIA”

El paradigma engañoso de para una esclavitud voluntaria

 

Por Charles H. Slim

Pese a que en occidente siguen vociferando que sus gobiernos se basan en sistemas políticos democráticos, tras el experimento del aislamiento obligatorio por el Sars-Cov2 eso está en discusión.

Aún antes de 2019 la tan invocada práctica democrática estaba bastante cuestionada atendiendo a las experiencias que se han visto en las últimas décadas y sus consecuencias que aún perduran en la actualidad.

Los derechos de las personas de a pie se han reducido de forma innegable y la relativización discrecional del valor humano, ha quedo conteste con las atrocidades que se han llevado adelante por estados occidentales que durante dos siglos se han autoproclamado “civilizados” y respetuosos de la ley internacional.

Uno de los vehículos utilizados para estos propósitos fue sin dudas la tecnología, no solo la de uso militar sino también aquella que en apariencias brindaba servicios para agilizar la vida cotidiana. La más conocida y tan dañina como una bomba son las transferencias bancarias electrónicas y todo el sistema que lo maneja. Echando mano a excusas que nadie estaría en desacuerdo, se han creado tips para establecer congelamientos como sanciones financieras, posibles de operar a distancia gracias a estos sistemas. Así vimos cómo se bloquearon cuentas de países o simplemente se saquearon sus arcas con solo apretar una tecla de un ordenador en New York.

El salto del “Bitcoin” al escenario de las finanzas internacionales se muestra como una ventaja más dentro de este espectro pero también puede ser (y sin dudas lo será) otro eslabón en la cadena de esta nueva esclavitud digital.

Actualmente las tecnologías digitales parecen estar modelando la nueva realidad y ello, aunque se vea muy cómodo o ventajoso, es algo realmente muy peligroso para la libertad de las personas. Y el peligro ya no proviene solamente de un estado fascista o de un gobierno con esta tendencia. Desde finales del siglo XX hasta el presente la “democracia del norte” y sus aliados han hecho de esto una realidad muy presente (“Five Eyes”[1]). Actualmente las corporaciones privadas que pueden o no tener negocios con el estado, sirven por fabulosos contratos a estos propósitos poco claros y que se mantienen en la penumbra.

Si bien el término “tecnocracia” refiere al gobierno de los especialistas en una determinada área, nosotros hacemos referencia a más bien a los medios y las consecuencias que este sistema acarrea a las libertades individuales de alcance global. Sería el gobierno de la virtualidad y la despersonalización administrado desde el ciberespacio sin que los administrados sean conscientes de la invasividad a la que son sometidos. Y sino usted puede preguntarse ¿Por qué debe tolerar que alguien desde alguna Sala a miles de kilómetros en alguna instalación de “Ciberguerra”[2], este monitoreando sus mensajes, sus perfiles en las redes, sus llamadas del móvil y su actividad en el internet? Desde hace tiempo su intimidad ha dejado de existir y la excusa para ello la conocimos más abiertamente desde el 11 de septiembre de 2001 y de lo cual también sabemos, fue una siniestra y cruenta farsa, pero farsa al fin. Claramente la seguridad informática es muy cuestionable y ello quedo ratificado con las revelaciones sobre Facebook de “garganta profunda”[3].

Para ello se montaron los andamiajes legales convenientes y por medio de piezas como la “Patriotic Act” se blanqueo y amplió la existencia de una infraestructura de espionaje (como la red Echelon) justificando el recorte de los derechos, la estigmatización de una parte de la población (los musulmanes) y el avance del estado por sobre las libertades de las personas a niveles escalofriantes (detenciones sin orden judicial y torturas). Pero había que probar esta estrategia de forma detallada y efectiva en escenarios reales ese control masivo y simultaneo sobre una población determinada.

Pioneros en esta materia insidiosa son los israelíes quienes ya venían ensayando estas tácticas de control social, guerra psicológica y espionaje electrónico en urbes contra los palestinos de los territorios ocupados. El desarrollo de sofisticados ingenios ha llegado a tal punto que los israelíes confiados en su indetectabilidad, se han atrevido a espiar a la misma Casa Blanca y a oficinas del gobierno estadounidense en la era Trump[4].

Su colaboración con EEUU para formar estructuras similares fue y sigue siendo capital, en especial desde 2001 teniendo como escenarios de ensayo a los países invadidos.

Fue a partir de allí que se ensayaría de forma meticulosa y persistente en ciudades como Bagdad y Kabul nuevas estrategias de control y vigilancia masiva basadas en el espionaje continuo en todo tiempo y sobre todos los ciudadanos.  Así y bajo argumentos bastante increíbles, estos programas provistos por empresas privadas fueron subvencionados por los mismos gobiernos que intervinieron (Como los Sistemas de Identificación biométricos). Ello inmediatamente se trasladaría las ciudades de occidente que (según las excusas de los gobiernos) debían ser protegidas del terrorismo. Las cámaras, sensores biométricos y micrófonos callejeros combinado con el hackeo de los móviles con sofisticados Software de industrias especializadas en invadir la intimidad ajena (G4S, NSO Group, CST Global, Dyn Corp, Defense System LTD)[5], se han convertido en los artilugios de la “democracia” occidental que avenida en esta “tecnocracia” son el nuevo y real enemigo de la libertad.

Pero aunque las cámaras en las calles y las antenas en postes lumínicos que quién sabe para qué y a quienes diablos sirven, son solo una ínfima parte del “Gran hermano” que observa desde lo alto.

Esto ya es historia y actualmente el control de las conductas de los ciudadanos es cada vez más personalizada e invasiva gracias a los cambios que han proporcionado el acceso a nuevas tecnologías de alcance masivo y mediante ellas, el aprovechamiento de la inadvertida recopilación de datos sobre los hábitos y las actividades propiciada por el uso de televisores inteligentes, móviles y tablets.

Como vimos empresas de redes sociales como Facebook cooperan con las agencias de inteligencia (NSA, CIA y MI-6)[6] para proveer esta información e incluso, ponerla a disposición de interesados privados. Toda esa tecnología invasiva hace un tiempo ha pasado a otra etapa y está siendo utilizada para medir los patrones de conducta individuales, hábitos de consumo, preferencias de toda índole, inducir en los gustos y en los puntos de vista de ciertos temas y todo aquello que le interese a los señores del sistema.

Con ello, la seguridad y la confidencialidad de los datos en línea no puede garantizarse, incluso para los mismos estados que despliegan estas estrategias (Caso de los Hackers Moses Staff que han violentado la seguridad de archivos de información militar y de inteligencia clasificada del estado de Israel)[7].

El aislamiento obligatorio por la dispersión del Sars-Cov2 fue sin dudas una oportunidad de oro para incrementar estas actividades y también para generar nuevas plataformas tecnológicas para establecer mediante la cada vez más omnipresente inteligencia artificial (IA), rutinas de trabajo obligadamente digitalizadas que pretenden acostumbrar a los trabajadores a mantenerse encerrados y conectados 24 horas al día y desconectados de la realidad física. No es una exageración y ello lo podemos comprobar con la planificada implementación de nuevos “universos virtuales” como el “Metaverso”[8], que pretende reemplazar las relaciones humanas en contactos digitales en línea mediante avatares que no son otra cosa que identidades virtuales.

Todo esto sin dudas será funcional para potenciar el desarrollo del transhumanismo que lejos de las ventajas que auguran sus partidarios despersonalizara y deshumanizara a las personas. En este universo sin dudas el ser humano será hackeable.

Que no queden dudas de que esta nueva vía de interrelacionarse será manipulada y utilizada por los gobiernos y corporaciones privadas para -además del espionaje a la intimidad- controlar e incluso establecer pensamientos que lleven a desarrollar conductas que servirán a este sistema de cosas. 

 



[1] Se trata de una alianza estratégica para la inteligencia compuesta por los servicios de inteligencia de Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Estados Unidos y el Reino Unido.

[2] Se trata de un concepto moderno en el cual el conflicto pasa a tener una nueva dimensión que tiene al ciberespacio como el campo de batalla.

[3] Así llamada la ex miembro de la red social Facebook Frances Haugen quien reveló los manejos poco claros que se hace de este espacio que recordemos, se vinculó con la recopilación y manipulación de información electoral por parte de la Corporación británica Cambridge Analytica. Pero también tuvo papeles sospechosamente pasivos durante la “Primavera árabe” en 2010 a 2011, en las convocatorias a la violencia en Siria desde 2011 y las que prosiguieron en Iraq con la aparición del ISIS en 2014.

[4] El escándalo se dio por septiembre de 2019 cuando el FBI logró desbaratar en los alrededores de la Casa Blanca y de edificios clave del gobierno la instalación de dispositivos “StingRay” de origen israelí.

[5] Son algunas de las empresas privadas de origen británico, israelíes y estadounidenses que podrían verse como competidoras pero por detrás cooperantes en ciertas circunstancias.

[6] La National Security Agency y la Central Intelligence Agency son organismos de EEUU y el MI6 que es el acrónimo del Servicio de Inteligencia Secreto Exterior del Reino Unido.

[7] Se trata de un grupo de hackers que se opone a la política sionista de usurpaciones de territorios y supresión de la identidad palestina https://therecord.media/new-moses-staff-group-targets-israeli-organizations-in-destructive-attacks/

[8] Se trata de un término nuevo que significaría una composición por varios espacios virtuales, tridimensionales y compartidos y persistentes recreado en el ciberespacio.

sábado, 13 de noviembre de 2021

 

“LA PUERTA DEL MAR NEGRO”

Las últimas provocaciones de la Armada estadounidense y sus socios de la OTAN en el Mar Negro apuntan a una jugada arriesgada de Washington ¿Acaso la administración de Biden pretende dar un batacazo en Eurasia? 


Por Charles. H. Slim

Tal como lo habíamos comentado antes, Washington por intermedio de la OTAN está buscando el desbalance de Rusia en Eurasia y en particular en el Mar Negro y para ello usara todas las estratagemas que tenga a la mano. Hace ya más de un mes que comenzó un goteo de migrantes que tratan de llegar a Europa occidental provenientes de Bielorusia y ello ya tiene sus repercusiones. Para los medios occidentales es la consecuencia de un régimen autocrático liderado por Aleksandr Lukasehnko que impide el crecimiento y el progreso de los más jóvenes; para los medios de la región, es el resultado de las presiones que Washington materializa mediante sanciones comerciales que terminan impactando sobre la realidad económica del país. Nada nuevo en las tácticas solapadas de Washington para buscar la inestabilidad política de otros estados violando sus soberanías y que como sucede con esta crisis de refugiados, de continuar terminarán afectando la estabilidad de países aliados como Polonia y Alemania ¿Acaso ello preocupa a Washington? Ciertamente no.

Pero esto no es casual. Los medios occidentales están haciendo mucho incapie en los migrantes bielorusos y sacan de forma artificiosa la vista al aumento de los movimientos de la OTAN en el sur de Europa del este, en particular sobre el Mar Negro.

Desde 2014 Ucrania se ha convertido en un Teatro de Operaciones de la OTAN a los fines de lograr el control total del territorio y del Mar Negro. La frustración que sufrieron los norteamericanos en el intento de obtener un colapso limpio y sin oposición tras el golpe de estado (denominado por los atlantistas como Revolución Euromaidán) fomentado desde la embajada norteamericana en Kiev transformó su agenda. Si bien consiguieron el control de Kiev y la porción occidental de Ucrania para su desgracia, no consiguieron hacerse con los espacios más estratégicos como son la región del Donbass y la península de Crimea.

El principal factor de oposición a ese intento provino de la población ucraniana ruso-parlante que rápidamente y ante la persecución de la que comenzaron a ser objeto por un gobierno ultranacionalista con remembranzas nazis (con origen en la II guerra mundial), se organizaron para la defensa y mantener las autonomías de sus pueblos en la cuenca del Donetsk. Aun se recuerdan los abusos y las masacres que cometieron las bandas ultranacionalistas (como “Sector Derecho”) que apoyadas financieramente por los oligarcas locales como el sionista ucraniano Igor Kolomoisky (amigo del entonces primer ministro israelí Benjamín Netanyahu), promovieron el terror sobre los ruso-parlantes contando para dicho propósito, con el apoyo de mercenarios extranjeros muchos de ellos estadounidenses ligados a la OTAN. 

Ciertamente que fue la administración rusa de Vladimir Putin la que impidió la concreción de los planes estratégicos de Washington, pero lo más importante fue conjurar la ejecución de una verdadera limpieza étnica contra los pobladores ruso-parlantes que el Conglomerado de medios de occidente hubiera relativizado o incluso silenciado. Desde que las Fuerzas Armadas de Ucrania lanzaron sus bombardeos con obuses y ataques indiscriminados contra las aldeas y poblaciones de Lugansk y Donetsk, los pobladores han caído en cuenta que estuvieron en lo correcto al separarse de un estado que ya no los representa y que por ello no reconocen para organizarse de forma independiente.

No fueron los estadounidenses ni mucho menos la OTAN quienes hicieron algo por ellos. Por el contrario, células de asesinos y mercenarios caucásicos vestidos con uniformes y entremezclados con los soldados regulares ucranianos han cometido todo tipo de atrocidades y crímenes contra la población ortodoxa ruso-parlante.

Es por ello que a los políticos en Washington y Bruselas poco les importa lo que el ejército ucraniano lleve a cabo contra las repúblicas rebeldes del este de su territorio. Lo que realmente les molesta y siguen remordiendo hasta el día de hoy es haber perdido la pulseada para hacerse del control de la península de Crimea y con ello, del Mar Negro que de no haber sido impedido por el rápido movimiento ruso, seriamos testigos de un escenario muy diferente. No hay que olvidar que la misma organización atlántica ha reconocido de forma explicita y por intermedio de su Secretario Jens Stoltenberg, la importancia estratégica que tiene el Mar Negro para los propósitos de la OTAN si aclarar obviamente, cuales serían esos propósitos.

Pero desde el mes pasado la OTAN y la flota estadounidense retomaron la iniciativa de incursionar de forma progresiva sobre las fronteras rusas y muy particularmente dentro de las aguas del Mar Negro con veladas intensiones de provocar a la Armada rusa que tiene su base naval en Sebastopol pero también, para tantear los sistemas de defensa de sus fuerzas aeroespaciales.

El 23 de octubre pasado el ministro de defensa ruso Serguei Shoigu envió una advertencia a la OTAN acusándola de pretender establecer una política de contención. Pero el mensaje tenía un destinatario en particular: Alemania, quien es uno de los miembros que ha acusado a Moscú de emplazar armamento y misiles de mediano alcance en cercanías de sus fronteras e incluso, de haber violado el espacio aéreo de las tres repúblicas bálticas. El detalle que la administración Merkel paso por arriba es que las tropas de la OTAN durante años han estado incursionando de forma continua en territorios de países fronterizos, particularmente en Polonia donde los despliegues conjuntos son continuados y provocativos. Esto demuestra la subalternidad política de la UE y particularmente de Alemania ante las decisiones de Washington que terminan distorsionando las relaciones con Rusia. Sin dudas es una situación delicada ya que, tanto Alemania como el resto de la UE dependen del gas ruso para el invierno que ya está en puerta y una escalada aventurera conllevaría el cierre del suministro.

Durante este año se reportaron incidentes con buques británicos quienes fueron expulsados por la rápida interdicción aérea y naval rusa. El 30 de octubre el destructor “USS Porter” armado con misiles crucero hace su ingreso a las aguas del Mar Negro y en los tres días posteriores se sumarían los buques “USNS John Lenthal” y el “USS Mount Whitney” éste último un navío de Comando y Control para la coordinación (C I) de operaciones de batalla. Ante esto la pregunta razonable es ¿Cuál es el propósito de esta Task Force?, ¿Deben los rusos quedarse de brazos cruzados ante estos despliegues?

Complementando estas intrusiones, la OTAN ha estado operando desde el aire para acercarse de forma peligrosa al espacio aéreo ruso con misiones de reconocimiento con aviones “E-8C” y los “RC-135” que tienen su base en la isla de Creta, Grecia. También se han reportado la incursión de aviones norteamericanos “P-8A Poseidón” y de los franceses “C-160G” acercándose de forma provocativa a las fronteras de la Federación rusa. Como podrá advertir cualquier persona que use su simple discernimiento, hay un movimiento de fuerzas foráneas, armadas y con actividades provocativas que despiertan la cautela de Rusia. Entonces ¿Es inusual que Moscú movilice a sus tropas a las fronteras que se ven asediadas por estas intrusiones ilegales?

 

miércoles, 10 de noviembre de 2021

 

“DEJAME REIR ANTES DE ACOSTARME”

¿Qué es lo que realmente representan y cuáles son los propósitos de las cumbres del G-20 y la COP26 de Glasgow?

Por Charles H. Slim

Sin lugar a dudas la tragedia, el cinismo y la desigualdad marcan el compás de la realidad política actual pero, me he dado cuenta que si dejo que influyan sobre mi cerebro, ganaran la partida y me convertiré en otro de los borregos del corral global.

Las parodias de las cumbres en el G-20 y la del Cambio Climático en Glasgow no pueden causar otra cosa que una gran carcajada. Dos estafas que los medios enaltecen como sucesos trascendentes y de vital importancia que no solo no han arrojado ninguna conclusión cierta de cómo encarar y resolver los actuales problemas que han sido causados, por los mismos anfitriones de ambas parodias.

Los campeones de la “democracia” de occidente (EEUU, Gran Bretaña y la UE) no solo han demostrado ser una farsa con sus insidiosas y violentas intervenciones en el exterior -y como protectores de otras injusticias- sino también una estafa para sus propios habitantes dentro de sus propias fronteras. Son la representación del liberalismo plutócrata que se enriquece mediante la emisión sin respaldo generando burbujas con créditos dibujados electrónicamente. Siguen siendo una estafa ya que han sido ellos quienes durante décadas tras fomentar el consumismo (para lo cual acapararon la industria del petróleo y la energía nuclear) devastaron países enteros para apropiarse de los recursos naturales como la panacea del capitalismo y la especulación financiera convirtiendo al planeta en un basurero. Sobre esto último no hay que perder de vista el continente de basura flotante que navega a la deriva en el océano pacifico.

Para colmo de males la aparición del COVID 19 ha causado un cataclismo en las relaciones humanas y en especial en lo referente a las relaciones del trabajo y la producción. El lado positivo de esto fue sin dudas exponer a la luz pública el desequilibrio social preexistente en sociedades jactanciosas y una creciente crisis en el empleo que ha generado una masa de desocupados que buscan ser contenidos mediante programas de estímulo como el caso de la economía circular orientados a lograr Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) por medio de la cual se trata de preservar el medio ambiente.

El desarrollo de la COP26, organizada por Gran Bretaña, que promueve la disminución de la contaminación que produce el llamado efecto invernadero bajo el atemorizante argumento de que hay riesgo de una extinción inminente no tiene otro propósito que lavarles la cara a los mismos intereses y gobiernos que con sus industrias, el desarrollo y utilización de armamentos de destrucción masiva han contaminado extensas regiones del planeta. Pero esta hipócrita inconsecuencia (a la que se presta una vez más Naciones Unidas) se potencia aún más con el dato referente a que, también son estos mismos países los que poseen arsenales nucleares, químicos y biológicos capaces de borrar en un minuto cualquier rastro de vida sobre el planeta.

Estas cumbres no son más que grandes circos para el consumo de la opinión pública y no tienen ningún efecto sobre los problemas que dicen tratar. Ni Joe Biden ni Boris Johnson van a frenar sus industrias (entre ellas la armamentística) ni mucho menos sus campañas de expasionismo geopolítico (que suelen terminar con conflictos armados con las calamidades humanas resultantes) porque les preocupe el “cambio climático”. Por el contrario. En la actual crisis económico-financiera enmarcada por la psicosis del COVID que sacude a sus sociedades por el aumento del desempleo en un sistema consumista que ya no da las ganancias que supo dar décadas antes, están buscando cubrirse ante el gran cambio de paradigma que irremediablemente se dará.

Señales de esta severa crisis han comenzado a brotar en el seno mismo del poder estadounidense. El consumismo como estrategia de crecimiento económico ya estaba agotado pero la aparición de la pandemia le dio la zanjadilla definitiva. Ante la crisis de desempleo por la caída de la producción interna producto de los contagios de COVID, Biden (emulando al odiado Trump) ha tratado de poner en marcha el “compre nacional” que evitaría las importaciones de productos de la UE y de otras regiones. Según algunas fuentes esto fue rechazado por las Corporaciones de la defensa y sus lobistas en el Congreso y el Pentágono ya que ello afectaría al complejo industrial armamentístico que obligaría a romper los millonarios contratos de defensa con sus homólogos europeos. Como podemos ver, no son tan cristalinas ni nobles las intenciones que se dicen representar.

Es por la inutilidad de estas cumbres que la Federación Rusa y China no han participado. Incluso más. Ello revela que ambas naciones no necesitan de este sistema en decadencia y prueba de ello son el crecimiento en las relaciones bilaterales que apuntan a establecer un paradigma económico-financiero y comercial propio.

En este tipo de cumbres se está buscando otra cosa que nada tiene que ver con proteger el medio ambiente y la sustentabilidad de un nuevo sistema de producción o cosas por el estilo. Es muy probable que de los arreglos que se están llevando a cabo en Glasgow hasta el 12 de noviembre salgan nuevas estructuras en forma de agencias intergubernamentales que harán la pantomima de trabajar para combatir el calentamiento global pero que en realidad (además de crear más empleos burocráticos) buscaran crear nuevas regulaciones y la promoción de créditos para adaptar los medios de producción existentes que emparche un sistema que produce bienes que ya o todos tienen o nadie quiere adquirir y de esa forma contener la catástrofe de un sistema de producción que no da más.

La excusa del interés por el “Cambio Climático” y el “Calentamiento Global” son también pantallas para generar y tapar otros negocios muchos de ellos de estricto beneficio para ciertas personas. Estas consignas son parte de una estafa científica que el ex vicepresidente norteamericano Al Gore desde finales de la década de los noventas exploto con sus conferencias alrededor del globo. Aparentando ser un convencido y preocupado por los problemas de la polución, Al Gore no hizo más que poner a rodar una agenda que Barak Obama impulsaría en 2005 con la puesta en marcha el “Protocolo de Kioto” sobre Cambio Climático que curiosamente, EEUU no adhirió. Al Gore se llenó los bolsillos con sus disparatadas teorías y predicciones entre las cuales estuvo aquella que con el cambio de milenio (como parte de un ardid para beneficiar la industria informática) se produciría una catástrofe cibernética con el Y2K que nunca sucedió.

Como lo señalan los antecedentes contemporáneos, los verdaderos intereses de la clase política de los polos anglosajones se esconden por debajo del tapete y es por ello que la opinión pública tiene la tarea de dilucidar cuál es el negocio real que se enmascara detrás de estas pantomimas.

 

 

domingo, 7 de noviembre de 2021

 

“GUERRA HIBRIDA EN LA PATAGONIA”

Hay un proceso de descomposición geopolítico en la Patagonia que puede escalar a niveles imprevistos ¿Quiénes pueden estar detrás de esto y Cuáles son sus fines?

Por Javier B. Dal

Tal vez no haya mejor dicho para la situación que se está desarrollando en la Patagonia aquel que reza “no hay peor ciego que el no quiere ver”, como un reproche a los gobiernos y a las clases políticas de ambos lados de la cordillera de los Andes. Era algo que se estaba previendo desde hace mucho tiempo pero que los aficionados que ocupan los puestos de gobierno han desdeñado por varias razones es cierto, pero una de ellas es sin dudas su total ignorancia y falta de atención a la peligrosa evolución de la contemporánea geopolítica global.

Las reivindicaciones político-territoriales que vienen haciendo agrupaciones indígenas “Mapuches” han ido evolucionando de forma disímil según vemos la realidad chilena o la argentina. En el caso de Chile se trata de un conflicto primigenio, que viene arrastrándose desde hace décadas y que se ha ido agravando a medida que el estado ha tratado de combatirlos. En el lado argentino la intensidad no ha sido la misma y recién apenas unos años con los ataques contra propiedades particulares y estatales fueron conociéndose más el activismo de estos supuestos grupos de esta etnia.

Podemos asegurar que existe un conflicto y que el mismo tuvo su origen en la Araucanía (donde viven los indios araucanos) del lado chileno entre los indígenas y el estado nacional que por una cuestión estratégica (y no hace mucho) se ha trasladado a territorio argentino pero que por la impericia o quizás respondiendo a otros intereses, el estado nacional argentino lo ha dejado prosperar. Por el contrario las actividades de inteligencia y contrainteligencia del estado chileno a cargo de la Unidad de Inteligencia Operativa Especializada de carabineros (UIOE) entre otras, centradas en la Araucanía e incluso sobre territorio argentino han sido continuas. Incluso más. Algunas de ellas han estado salpicadas de escándalos por la elaboración de operaciones sucias protagonizadas por personajes con posibles nexos con la inteligencia británica. Por el contrario y desde el lado argentino, el abordaje que se hace del mismo es ciertamente insignificante y miope sin querer ir más allá de lo que esto involucra.

Sospechamos que la clase política de las dos grandes alineaciones partidarias con aspiraciones de gobernar las próximas décadas (JUNTOS POR EL CAMBIO y FRENTE DE TODOS) son contestes y por diferentes vías cuidan a los intereses que se esconden en las sombras y es por ello que no harán nada por resolver este fabricado conflicto. Una de las pistas que sugieren esto radica en la firma del tratado Minero Chileno-Argentino del 23 de marzo del 2000 (Según ley 25243) por el cual se estableció un “Área de Operaciones” que se halla administrada de forma autónoma y sin la injerencia legal de los gobiernos de ambos estados por un órgano administrativo para la extracción minera de oro, plata, cobre y otros metales preciosos, por parte de empresas mineras trasnacionales de la Corona británica.

Así están las cosas. Una poderosa organización político-militar indigenista que bajo la denominación C.A.M[1].  (con la injerencia de miembros de la agrupación marxista MIR[2] y del FPMR[3]) opera en Chile y ha extendido su influencia a la Patagonia argentina mediante una subsidiaria conocida como la R.A.M[4]. que como se sabe, desde 1996 tiene sus oficinas de difusión y propaganda en Gran Bretaña. Para peor en el caso argentino, estas organizaciones con orientación separatista reciben la colaboración y apoyo de funcionarios del gobierno nacional (ex Montoneros y ERP) lo que de por sí es un grave e imperdonable contrasentido.

Justamente y atendiendo a estas colaboraciones, se puede intuir quienes son los que están detrás para impulsar y apoyar materialmente las aspiraciones separatistas usando el maquillaje indigenista apoyado sobre un libreto basado en un reduccionismo ideológico que se ha utilizado para azuzar odios interconfesionales dentro del mundo árabe-islámico. El interés británico sobre la Patagonia y su proyección sobre la Antártida es ineludible y es por ello que el Foreign Office por intermedio del MI-6 opera con gran interés para ablandar la región. Sobre ello aclaremos que muchos de estos “revolucionarios setentistas” (incluyendo a la reconvertida Patricia Bullrich) fueron cooptados para operar en la región por la CIA, el MI-6 y sin dudas por el Mossad israelí. Es por ello que no se ven tratamientos medulosos y con observaciones críticas más allá de insignificantes personajes como el líder Jones Huala o cualquier otro sujeto que los medios locales alumbren como el único responsable.

Antes que todo, dejemos de lado las rumiaciones interesadas de sectores y personajes con tendencias anglófilas y pro-sionistas que desde los medios (tanto chilenos como argentinos) tratan de argumentar, mediante teorías que no son otra cosa que notorias cortinas de humo hablando del involucramiento de guerrilleros de la FARC[5] colombiana y elementos “bolivarianos”, de la ETA[6] vasca o los más delirantes (aunque muy interesados en persistir en ello), a la participación del Hamas[7] palestino, de kurdos y de los iraníes.

En esto último tanto la derecha conservadora chilena como los sionistas argentinos coinciden en poner el acento en el involucramiento de Venezuela e Irán en el apoyo de estas guerrillas indígenas un argumento que proviene del recalcitrante racismo e islamobofia que les identifica.

Por el contrario, los más interesados en diseccionar la región han quedado en evidencia no solo por su presencia ocupando ilegalmente territorio argentino como sucede con las islas Malvinas, Georgias y Sandwiches del sur sino también por sus incursiones exploratorias bajo maquillajes inofensivos como son los “mochileros sin fronteras” buscan establecer posibles “yishuv”[8] patagónicas. He allí donde radica el interés por fomentar y de ser necesario crear las diferencias grupales y de ese modo atomizar las lealtades nacionales.

A pesar de los esfuerzos de las embajadas de Gran Bretaña y de Israel en Buenos Aires por instalar este tipo de bulos, la experiencia en el desarrollo de estos enjuagues sucios dentro de otros países para sus propias agendas geopolíticas es amplia y nefasta en las cuales precisamente han sido los protagonistas en ponerlas en desarrollo. Iraq, Siria, Yemen, actualmente en el Cuerno de África (en especial en Sudán) y Asia son ejemplo de la implementación de estas tácticas.

El ejemplo más patente de la fabricación y puesta en marcha de una guerra híbrida la vimos con el ISIS en 2014. Una fuerza de combate impostando mediante sus exóticas vestimentas y simbología una pertenencia al Islam, armada y movilizada con recursos provistos por varias monarquías árabes del golfo que fueron direccionadas por la CIA y sus colegas militares del Pentágono para que ocupara la región fronteriza iraquí y desde allí aliviar las operaciones de las bandas pseudo-yihadistas que estaban asolando a Siria con la finalidad de derrocar al gobierno de Bashar Al Assad.

Hoy por hoy son los indígenas del cono sur su material de trabajo y de no advertirse rápidamente esta clara intención de construir un conflicto híbrido y de baja intensidad en la Patagonia, el peligro del intervencionismo militar bajo algún pretexto avalado por Naciones Unidas está a la vuelta de la esquina.

 

 

 



[1] Coordinadora Arauco-Malleco fundada en 1998 y con su área de operaciones en la Araucanía al sur de Chile.

[2] Movimiento de Izquierda Revolucionario fundado en Chile.

[3] Frente Patriótico Manuel Rodriguez

[4] Resistencia Ancestral Mapuche en operaciones en la provincia de Río Negro y Chubut desde mediados de 2016.

[5] Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia fundadas en 1964 y actualmente desmovilizadas para participar en la política.

[6] Euskadi Ta Askatasuna que significa “País Vasco y Libertad” fue una organización independentista que buscó la separación de España creada en 1958 y disuelta en 2018.

[7] Entusiasmo, es la significación que identifica al Movimiento político y militar de la Resistencia islamista palestina contra la ocupación israelí fundada en 1987 y que aún se mantiene activo en Gaza.

[8] Son Asentamientos judíos que conforman avanzadas para la instauración de comunidades más grandes tal como las preexistentes en Palestina antes de la llegada de las organizaciones sionistas.

viernes, 5 de noviembre de 2021

 

“BUSCANDO EL DESBALANCE”

Ucrania sigue siendo protagonista en el mapa de Europa del este no como una supuesta víctima de Rusia sino como agresor e incumplidor de acuerdos para el alto al fuego ¿Quiénes envalentonan a Kiev?


Por Charles H. Slim

Lejos de las editoriales de los medios de occidente y en particular los anglosajones están las últimas incursiones de las fuerzas ucranianas contra las milicias independentistas del Donbass quienes utilizando novedosas tácticas rompieron con la tregua auspiciada por Rusia en los acuerdos de Minsk.

Es cierto que aquí en Sudamérica y particularmente en la Argentina muy poco se tratan los temas de la geopolítica en oriente (o al menos poco interés hay en estudiarlos) y creo que deliberadamente, mucho menos cuando aquella se relaciona con la realidad geopolítica que se refiere a la Federación rusa. Esta tendencia peculiarmente rusofoba tiene un claro origen que radica en la inocultable influencia británica que existe en la intelectualidad y ciertos medios en Buenos Aires. Sin dudas hay una expectativa de mantener en la ignorancia a la opinión pública de la región para que luego se coman los relatos y la intoxicación informativa de los medios locales subordinados al Conglomerado angloestadounidense.

El 26 de octubre último un aparato no tripulado se acerco furtivamente y sin ser advertido a la línea de contacto que separa a las fuerzas ucranianas de las fuerzas de las repúblicas populares de Donetz y Lugansk. Unos segundos después una de las piezas de artillería de las milicias que defienden Lugansk resulto impactada por un misil dejándola inutilizada. La sorpresa y el mutismo inundo a los gobernantes de la región despertando la alarma entre los pobladores ante una posible ofensiva de Kiev.

Había sido el ataque de un sofisticado Dron (Bayraktar) de origen turco que había sido entregado a Kiev como parte de los lotes de armas que EEUU y la OTAN vienen proveyendo para contra restar la influencia rusa. Como se puede ver, la provisión por Turquía (miembro de la OTAN) de estos ingenios puede desatar cortos circuitos con Rusia con quien en el pasado ha metido la pata en Siria.

La aparición de estos aparatos también dejan en evidencia un cambio en el balance de fuerzas en detrimento de las milicias del Donbass que a su vez implican una amenaza indirecta a la seguridad de las fronteras rusas que se ven constantemente asediadas por maniobras e incursiones de la OTAN.

Durante el 2020 y en los ejercicios militares conjuntos de comienzos de año entre Kiev y la OTAN, las tropas ucranianas -bajo asesoramiento- habrían aprendido a manejar estos sofisticados juguetes.

La inserción de estos Drones en el conflicto significaría la probable pulverización de las milicias defensivas de las repúblicas de Lugansk y Donetsk que protegen a la población ruso parlante del Donbass que desde el golpe de estado en Kiev de febrero de 2014 se ve asediadas por un gobierno ultraderechista filonazi. Sobre esto último no hay que olvidar el papel crítico que tuvo la embajada estadounidense y la misma Secretaria de Estado de aquel entonces, Victoria Nuland en la promoción los disturbios en la plaza Maidan en la que tiradores anónimos (mercenarios extranjeros coordinados por agentes occidentales) parapetados en edificios próximos dispararon de forma alternada y sin escrúpulos contra manifestantes y la policía.

Aquello se dio en el marco de un golpe blando orquestado desde Washington que buscaba tomar el control de la Península de Crimea lo que le daría a EEUU y a la OTAN el dominio total del Mar Negro, un espacio estratégico para acceder a Rusia por el sur. Esto fue abortado por la rápida decisión política de Moscú que aprovechando las circunstancias creadas por los mismos agitadores y las comprobadas implicancias de Washington en la agitación en la región, intervino rápidamente en Crimea desarmando la posibilidad de que las guarniciones militares leales a Kiev le abrieran las puertas a la OTAN. Semanas más tarde y por medio de un plebiscito la población de Crimea se reintegraría a la Federación rusa.

El ataque con este Dron hizo recordar el sorpresivo inicio de las hostilidades en Nagorno Karabaj en 2020 (en el cual hubo implicancias de la inteligencia británica) que culminaría en una calamitosa guerra en la que las fuerzas armenias fueron barridas y prontamente derrotadas por el armamento moderno (incluidos los Drones de reconocimiento y ataque) con que contaba Azerbaiyán provisto por Israel y Turquía. Una vez más se connotaría la injerencia de Washington valiéndose de terceros actores (cada uno de ellos con sus propias agendas) para despegarse de las críticas diplomáticas y las condenas internacionales.

Lo mismo estamos viendo en Ucrania solo que a diferencia de aquel escenario en Nagorno Karabaj, el estado ruso se halla preparado para anticipar y frenar tales intentos. En este sentido, la administración de Vladimir Putin ha sido preponderante para estas previsiones.

Pero este ataque que fue oficialmente reconocido por Kiev no solo viola el alto al fuego firmado en el memorando de 2014 sino que además de desafiar la autoridad de la OSCE -en la que participan EEUU y el Reino Unido- es un abierto acto de agresión que el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas prohíbe bajo la amenaza de imponer sanciones a consideración de un de por sí muy cuestionado Consejo de Seguridad. Solo con la seguridad de que no recibirían ningún reproche internacional, el gobierno ucraniano se habría atrevido a este ataque. Pero ¿Quiénes les habrán dado esa seguridad?

Pero también podríamos sospechar que esto fue una especie de advertencia, una jugarreta psicológica para desmoralizar a los independentistas del Donbass que se traduciría en un mensaje como “podemos golpearlos sin que nos vean venir”. O incluso también es posible que se haya tratado de una “Black Op.” ejecutada por una agencia de inteligencia que busco desencadenar una escalada que involucrara a Rusia y que los militares ucranianos públicamente hicieron suya para no quedar en ridículo.

No hay dudas que la administración de Joe Biden se halla detrás. Para el actual gobierno norteamericano Rusia es el adversario geopolítico más importante a contrarestar, aún más que China. Con Pekín trata de abordarlo mediante otra estrategia más suave y envolvente intentando alejarlos de la Federación rusa. Como se puede ver en el despliegue que Washington esta realizando en varios escenarios, la paz no es la regla sino establecer terceros actores con un poder de acción discrecional en su propio beneficio.