sábado, 8 de junio de 2024

 

COMPROMISOS

PELIGROSOS

¿Quiénes y qué es lo que realmente viene detrás de la política del libertario Javier Milei?, ¿Destruir al estado para que deje de existir o construir otro que beneficie a quienes él sirve?

 

Por Dany Smith

La limpieza étnica que el estado de Israel viene llevando sobre la franja de Gaza y Cizjordania no es un asunto que se reduce al gobierno de Benjamín Netanyahu y su cúpula de supremacistas judíos que intentan judeizar los territorios árabes. Una de sus últimas masacres contra una escuela repleta de niños y mujeres administrada por UNRWA Naciones Unidas en Nuseirat, testimonia esta planificada criminalidad.  Las implicancias ideológicas que sustentan estos procederes inhumanos van más allá del ente sionista y encuentran apoyo en partidarios del exterior que justifican todo esto.

Nunca como hoy los israelíes -ante la presión creciente en el frente noreste- están ponderando un “plan B” para salir huyendo para radicarse en otros lugares y la Argentina es uno de esos.

En Sudamérica y en particular en la Argentina, los intereses sionistas tienen especial interés en tomar sectores clave del estado aprovechando que el actual gobierno del “anarco-capitalista-sionista” Javier Milei lo esta desguazando a pedazos para (en teoría) mejorar la vida de los argentinos o más bien, de algunos argentinos. Pero la ventaja más importante con la que cuentan estos sectores es la adhesión ideológica-mesiánica de Milei a todo lo que haga Israel.

Milei es algo peor que un psicótico fanatizado con la escuela económica austriaca o como gusta llamarse, un “libertario”. Es un católico resentido con unos llamativos modos de conducirse que decidió convertirse al judaísmo y en ese propósito optó por hacerlo con una de las corrientes mesiánicas judías más cercanas al extremismo del revisionismo que desde hace más de 75 años y tras el ataque del 7 de octubre del 2023 brega por erradicar a los árabes palestinos de sus territorios de la Palestina histórica.

El país que busca construir claramente no es para todos y muestra de este segregacionismo quedo en evidencia tras el desplante a la reunión que tenía con la comunidad islámica argentina, como una forma de expresar su posición pro-israelí en apoyo al genocidio que el régimen de Netanyahu esta llevando contra la población palestina. Esto no es un parecer o un simple prejuicio. Milei es un devoto admirador de Netanyahu y sus repulsivas políticas y francamente eso es más que preocupante.

Si bien Milei puede creer que Netanyahu es un modelo de gobernante, que Israel es un ente sagrado y un modelo a copiar, es un punto de vista personal que no debiera confundir con su posición de gobernante. Por otra parte, a los intereses que buscan posicionarse en la región poco les importa su retorcida lealtad pero esto les facilitara su trabajo.

Mientras estos sectores se mueven en lo más profundo del realismo político, Milei delira con visiones gaseosas que para peor, son tan toxicas como la ideología a la que adscribe. Tan alejado está de la realidad que basta escuchar sus últimas alocuciones creyéndose un personaje de ciencia ficción como “Terminator” e incluso afirmando que el actor y ex gobernador republicano de California Arnold Schwarzenegger es libertario ¿What?

Los delirios del presidente Milei no acaban allí. Impulsado por el notorio malambo mental que lo aqueja, también ha puesto en evidencia su desaforada rusofobia (que tan bien cae en los círculos de Washington y Londres) poniendo al líder ucraniano Zelensky como un prócer de la democracia ¿Enserio? Parece que el presidente argentino no esta al tanto de que este “demócrata” de caqui ha cancelado las elecciones y ha prohibido los partidos opositores.

No hay que dejar de lado, que pese a estas descabelladas posiciones del presidente encuentra muy buena acogida en los editorialistas y periodistas de los medios anglo-sionistas de la capital que si pudieran, aplaudirían de pie estas demostraciones de irracionalidad y aversión contra todo lo ruso y claro, lo islámico.

Por supuesto que aquellos que critican estas posiciones del presidente Milei son calificados de “izquierdistas” o “zurdos”, tendencia política la cual sin medias tintas le achaca todos los males del mundo. En esto el mandatario argentino cae en la misma y gastada diatriba ya pasada de moda en la que las izquierdas y las derechas (como concepciones ideológicas paridas en Europa) se disputaban la hegemonía global durante la mitad del siglo pasado.

Tal vez Milei -además de libros de economía de Von Mises, Böhm-Bawerk y Menger- debiera leer más periódicos y en particular de los estadounidenses y así vería la gran variedad de posiciones ideológicas que tal vez podría considerar como de izquierdas pero que en realidad son de visiones del sentido común que buscan el equilibrio en un contexto político-económico totalmente desequilibrado. En EEUU no gobiernan las leyes naturales de la economía como al parecer supone; al contrario, el estado federal es omnipresente en una economía basada primordialmente sobre ganancias surgidas de la agresión y la guerra.

Esta dinámica es mucho más presente en el estado de Israel, desarrollador de toda clase de armas y sistemas de represión con la ineludible presencia del…estado.

Así podría leer editoriales progresistas estadounidenses -en el cual escriben muchos libertarios- como THE NATION o LIBERTARIAN INSTITUTE donde se dice que invitar a un criminal de guerra como Netanyahu al Capitolio sería como una mala película de terror o que funcionarios estadounidenses han dicho que la CPI “solo es aplicable a los africanos” mientras que para el representante del neoconservadurismo The New York Times la presencia del mandatario israelí sería un acto magnifico.

Pero la realidad detrás de estas posiciones mediáticas que discuten temas tan controvertidos en la opinión pública estadounidense, hay una realidad política ciertamente opaca y maloliente que se asemeja más a un estado policial que una democracia. La represión policiaco-judicial contra las universidades estadounidenses y la censura impuesta en universidades como la de Columbia contra los estudiantes pro-palestinos como una forma de extorsión lo deja bien claro, la democracia es un cartón pintado que trata de tapar un estado federal decadente y ajeno a los intereses de sus ciudadanos.

Como se vienen dando las cosas en Argentina, Milei pareciera estar enderezando sus políticas por el mismo camino. Pero a diferencia de EEUU, el estado argentino es mera burocracia sin ejecuciones materiales tendientes a cambiar las cosas. Acabar con la poca estructura que tiene el estado argentino y refundarlo sobre las bases de su mesianismo apoyado por los intereses que pueden darle lo necesario (especialmente dinero) para ello parece ser su objetivo. Allí es donde su motosierra tiene sentido. Milei ha expresado que su misión es destruir el estado argentino desde adentro, con lo cual los argentinos deberían preguntarse ¿Para quiénes estaría realizando este trabajo sucio?

 

 

viernes, 7 de junio de 2024

 

PATCHING HOLES IN HISTORY

Why was the commemoration of the Normandy landings manipulated?

 

By Sidney Hey

For the past 80 years, 6 June has been a date that revives an episode in history that changed the course of geopolitics for the rest of the 20th century. The landing of the Allied forces on the beaches of Normandy was one of the largest and most calamitous military operations of the so-called Second World War in which, according to official figures (which halve the real numbers), 10,000 Allied men died as soon as they stepped off the barges.

For decades the commemoration was just one more, a solemn act recalling the sacrifice and horror born of political pettiness and colonial squabbles that led to the birth of ideologies such as fascism, Nazism that would end up leading to a war that should never be repeated. 

Normandy was one of the steps to defeat the Third Reich and not the only one, as governments and their media in the West have been saying for some time now. If the then Soviet Russia had not broken through the eastern front and advanced on Europe, things would have been complicated for the Allies, as US General Patton and his Franco-British colleagues knew very well, but so did the alcoholic war criminal and Russophobe Winston Churchill.

Today, in the midst of the current geopolitical circumstances, this commemoration is given a new, clearly Manichean and argumentatively distorted narrative that only seeks to create a sort of historical equivalence between that mega battle and the one that NATO, through its neo-Nazi puppet in Kiev, is trying to make prevail today against the Russian Federation.

Those who have at least studied history will realise this. The two situations are not only impossible to equate, they also demonstrate the crass contradiction that the leaders of the collective West are incurring in, as evidenced by their current interference in Ukraine.  That 1944 Normandy landing was part of the fight against Nazism and what these corrupt Western ‘democracies’ are doing today in Ukraine is resurrecting it to further Washington's interests under hilarious semantic disguises.

No doubt it was Joe Biden who took advantage of the occasion at the ceremony held at the ‘Colleville sur Mer’ cemetery to deploy this discursive tactic by claiming ‘that he will continue to defend Ukraine from falling under the Russian yoke’ while warning that ‘democracy is more threatened than ever’. But Biden should ask himself, what have we been doing for democracy, peace and global stability?

Indeed, that is a question that neither he nor any of his cohorts will be able to answer, for they have done the opposite. Washington's foreign policies over the last thirty years have been the cause of the destruction of countries, their societies and the creation of continuous migratory flows that end up landing on European soil with the consequent economic, social and cultural impact that their governments deny. Thanks to Biden and his unconditional European subjects such as Macron, Sunak, or the ‘sausage’ Scholz, they have made this war a fabulous business for the arms industry, especially the US, of course.

Once again. Biden's speech might have been credible if it had not been the US president who, after having been part of the Obama administration in 2013, had worked to engineer the coup in Kiev in February 2014, installed an adept regime, instigated together with his Atlanticist partners the unleashing of the current war in Ukraine and its open support for a pro-Nazi regime led by a shoddy comedian like Volodymyr Zelensky. Contrasting all this, one can see the historical contradiction we are talking about.

No matter how much is spent on stagecraft, bombastic speeches and falsifiers of history, the evidence and facts do not support Joe Biden's words at all, but much worse, they show him for what he really is. Today the culture clash that the continuous landing of immigrants in Europe is creating tensions with the eugenic and transhumanist subculture that makes LGTBQ an anti-family way of life irreconcilable with the values of the Islamic migratory currents that make the family a way of life.

This is what annoys the European elites that lackeys like Von Der Leyen, Borrell and their cronies, who under the garb of freedom and broadmindedness see in these values brought by migrants a threat to their twisted way of life.

In conclusion, that landing in Normandy is a fact of history without comparison to the delusional lucubrations that currently try to justify criminal agendas of powers that ironically behave as did the Third Reich and its mad dream of perpetuating its hegemony for a thousand years.

jueves, 6 de junio de 2024

 

THE BABYLONIAN PACT

It is credible to deal with traitors for reconciliation after having conspired and committed crimes against your own brothers.

 

Por Ali Al Najafi

Undoubtedly, the Palestinian cause continues and will continue to be the unifying motive of the Arab-Islamic peoples in spite of their corrupt and fateful governments. The blatant and brutal genocide already committed by the State of Israel against the population of the Gaza Strip reinforces with greater fervor the clamor for justice for a cause that already has 75 years of impunity.

But political reality is much more ruthless and coldness than the emotions of men. It is not he who shouts the loudest who does the most. There are Arab governments -with the honorable exception of the Yemenis- that despite these horrible crimes cooperate in silence with Tel Aviv and even, within the very structure of the much discussed PNA government of Mahmoud Abbas, put their arms at the disposal of the police-military apparatus of the Zionist entity, how detestable but real these situations are.

After all, traitors one and all, but within this universe, there are more bad and less bad ones. They all seem to have forgotten the roots of their belonging and the worst, the teachings of the prophet Mohammed (PBUH) which are inscribed in the holy Koran, the same book that the Nazis of today in Europe, test dummies of the Zionists, happily burn to demonstrate and glorify their Islamophobia without these same governments raising an energetic protest against such sacrilege.

But if they are not moved by the massacres of women and children in refugee camps, the use of hunger as a weapon of war or the torture, summary executions and the theft of Palestinian organs to feed the Israeli medical business circuit and its European partners, why should they be moved?

Today, it seems that the least treacherous of these governments (and no less detestable for that) are trying to take a common position on what is happening in Gaza and especially in Rafah. The Baghdad government of Prime Minister Mohammad Shia Al Sudani (an acolyte of the detestable criminal Nouri Al Maliki) is trying to seek reconciliation between Syria and Turkey after more than a decade of NATO plotting against one of the members of the Islamic resistance such as the Syrian government of Bashar Al Assad.

For a decade the Turkish government of Recept Tiyip Erdogan made life miserable for the Syrians by collaborating with Washington's sinister plans to enclave itself in the region, putting on the ground the hoax of the “Islamic State” and a dozen other Wahhabi groups funded by the Gulf oil monarchies to create discord and terror among the communities of Mesopotamia. At the time, Erdogan was determined to violate the territorial integrity of Syria and Iraq.

It was through this dirty game that Erdogan and his family became rich at the expense of oil, coal and gas resources that were stolen and trafficked from northern Syria to Turkish territory with the cooperation of Kurdish mafias paid by the Americans (SDF) and of course, by killing Syrian citizens.

Thanks to this, the Americans created in northern Syria a liberated zone administered by these traitor Kurds of the SDF which allows them to maintain their base in Hasakah.

The same happened in northern Iraq, while the “Islamic State” cadres infiltrated from Turkish territory, protected by the Turkish MIT and the CIA who in turn subcontracted Barzani's traitor Kurds, thousands of barrels of oil were stolen from the Kirkuk oil fields and crossed in long lines of tanker trucks while being protected from the air by the Anglo-American Air Force.

In both cases, Erdogan and Al Maliki and their corrupt puppets were complying with the Obama administration's directives to mount that farcical show of the “war on terror” as part of the plans to try to destroy Syria and to do so he betrayed Baghdad by infiltrating terror with thugs brought in from training camps in Turkey and Jordan Have they forgotten?

Al Sudani is as innocuous as his master Maliki was. His government is still as weak and without national cohesion as his western employers left it and proof of this is the political and factual situation in Iraqi Kurdistan which has been transformed in a shameless way into a haven for Israeli Mossad bases and Kurdish PKK thugs.

In the case of Iraq, it must be said, there are two countries. The great Iraq was torn apart by the invasion of the Americans and their partners in 2003, leaving in power the gangsters who serve their own interests. There is an irreconcilable divorce between the people and this elite of criminals who only favor their tribes and families. They are not interested in the Palestinian cause; on the contrary, have they forgotten how US-trained and armed “Badr” and “Wolf” death squads murdered Palestinian refugees in Baghdad?

The only ones in Iraq who are on the path of Islamic resistance are the groups that fought in those days when the Americans and British stormed Baghdad and established a corrupt and criminal order. The same ones that today, against the collaborationist policy of Al Sudani and together with the Yemeni brothers, are launching attacks against the Zionist sites in Eilat.

They are in the latter the hope for the Palestinians and of course for the Syrian and Iraqi Arabs.

 

miércoles, 5 de junio de 2024

 

UN ESTADO PARA ARMAR…OTRA VEZ

¿Cómo se reconstruirá la infraestructura estratégica del estado argentino y de lograrlo, quiénes sacarán provecho de ello?

 

Por Javier B. Dal

La vieja y aburrida costumbre en Argentina de cada gobierno,  deshacer lo que hizo el gobierno predecesor es lo que ha llevado (entre otras cosas) a la actual disfuncionalidad del estado. Parece una verdadera paradoja como el gobierno de un “anarco-capitalista” viene a poner orden en un estado completamente desbaratado por la mala administración, la patocracia y la corrupción; pero así son las cosas por acá.

Como ya veníamos viendo desde hace tiempo en Argentina, las áreas estratégicas del estado estaban abandonadas poco menos que a su suerte y en algunos casos, a merced del mejor postor ¿Cuáles son estas áreas? Una es la de energía que tras desmanejos anteriores (Caso YPF) hoy venimos a caer en cuentas de que habrá recortes en el suministro de gas no por escases, algún sabotaje misterioso o un acto de guerra, sino por falta de tuberías para conducirlo ¿Pueden creerlo? Habría que preguntarles a los peronistas y sus secuaces que hablan aún del “estado presente” dónde se fue el dinero para esas obras.

Otras son la defensa y la inteligencia, malas palabras para todos los gobiernos (indistintamente de los partidos) que han pasado desde 1983 y sin lugar a dudas, grandes colaboracionistas en la entrega del país. Salvo el peronismo neoliberal de los noventas, todos los demás ignoraron -por incompetencia, miedo o ignorancia- la importancia de estas áreas del estado. Si bien el gobierno de Carlos Menem jugo esta arriesgada carta involucrando al país en una guerra brutal, al menos lo intento.  

Igualmente, en aquella ocasión, quedó una lección muy importante que los Milei y Cía no parecen ver. El envío en 1990 de una fuerza naval para integrar la Coalición contra Iraq y que culminó en una guerra terrible, no le redundo al país en los beneficios estratégicos, supuestamente  esperados. Por el contrario, las calamidades de los atentados terroristas fue lo más destacable. Y pese a todo ¿Fue considerado un socio-extra OTAN o, participaron empresas argentinas en la reconstrucción de Kuwait?

Durante todos estos años, a la corrupción que ya galopaba en todas las esferas del estado se sumó la desfinanciación, desmotivación y el desarme de las FFAA, los recortes ciertamente infantiles en las tareas de los servicios de inteligencia y su politización las llevaron a la ruina en la que hoy se encuentran.

Por supuesto que esas experiencias deberían ser suficiente muestra de los errores que no hay que volver a cometer. Aquí el minimalismo que tanto aboga Milei no debiera tener lugar ya que sin defensas no hay estado.

Por estas horas se han producido cambios novedosos en el área de inteligencia, más precisamente en la AFI envuelta en el actual gobierno con un nuevo escándalo de abuso de poder y posibles incumplimientos de deberes de los funcionarios que ocuparon esa cartera. La súbita salida del jefe de gabinete Nicolás Posse se dio en el marco de una purga ordenada por el propio presidente al tomar conocimiento de maniobras de espionaje contra su hermana y todo su entorno.

Hasta aquí usted podrá ver que no hay nada nuevo. En este país se ha solido usar estas herramientas del estado de forma sesgada y arbitraria para espiar a los adversarios, a periodistas molestos y también a los propios ¿Por qué iba a cambiar esa lógica con estos supuestos “libertarios” en el poder?  Posse habría sido el impulsor de estas subrepticias indagaciones (conocidas como carpetazos) y para ello se valió del interventor de la AFI y sus herramientas tecnológicas, el abogado Silvestre Sívori un joven e inexperto arribista en la política perteneciente a los cuadros de confianza del ex jefe de gabinete.

Lo que en realidad molesto al “anarco-capitalista” Milei no fue el mal uso que se hizo de esta área y sus recursos, sino haber espiado al “jefe” su hermana.

A Sívori se le había encomendado el reestructurar la agencia para conectarla con sus homólogas de las naciones con las que el gobierno ha trabado una férrea alianza ideológico-estratégica es decir, EEUU, Gran Bretaña e Israel. A diferencia de las anteriores gestiones (incluidas las populistas de Kirchner y CFK), el desenfado de Milei por colaborar con la CIA, el MI6 y el Mossad israelí (que debe generar éxtasis en menemistas como Miguel Ángel Toma y Carlos Ruckauf ) pone sobre la mesa cual es la agenda geopolítica que sigue su gobierno. Obviamente que en este plan, uno de los objetivos más importantes sería lograr ingresar a la red de los “Five-Eyes” que no es otra cosa que la agencia de inteligencia de la OTAN y que valga decirlo, opera en el Atlántico sur desde Port Stanley.

Ciertamente que este objetivo es muy ambicioso para un gobierno que recién esta aprendiendo a gestionar y eso deja entrever que también es muy peligroso improvisar en áreas tan sensibles. Es muy posible que Milei y sus funcionarios, en especial los que pasarán a encabezar esta área no sepan que significa integrarse a la Organización atlántica. El amateurismo es una de las señas particulares del actual gobierno y en esta área ello puede traer pésimas consecuencias si se deja arrastrar por falsas narrativas como las que se tratan de instalar con respecto a Palestina. Con solo escuchar a la señora ministra de relaciones exteriores Diana Mondino, cualquiera que conoce a la historia de la OTAN y sus objetivos, se dará cuenta de que está muy mal informada o tal vez, aparente estarlo.

Si es así como altos funcionarios en Buenos Aires ven a la OTAN, es seguro que para Washington será un juego de niños hacerle creer a Milei y a su gobierno sus hipotéticas y fabuladas amenazas globales (con centro en China y Rusia) que solo sirven para disfrazar sus reales intereses y justificar sus billonarios presupuestos militares.

Esa es una camiseta que siempre le ha quedado grande a todos los políticos que han pasado por el gobierno y ninguno, sea peronista, radicales, progresistas o los ingenuos kirchneristas saben bien de qué se trata jugar en estas ligas. El único antecedente cercano de algo similar (sacando lo bochornoso que termino siendo) fue la propuesta de Alberto Fernández al mismo Vladimir Putin de ser la puerta de entrada de Rusia a Latinoamérica.

Pero, así como Fernández demostró su torpeza (prometiendo algo que ni en sueños podía cumplir), la señora Mondino demuestra su propia ignorancia al hablar de la OTAN. No es una “organización civil” como dijo la señora ministra y menos se dedica a la defensa. Tal vez debería revisar solo unas décadas para atrás sobre su naturaleza jurídica y ver cuáles han sido los objetivos civiles alegados -si los encuentra- por la canciller y que incluso afectaron a la Argentina en 1982.

Así como la “ley base” es un espejismo que no controla ni servirá al gobierno de Milei (ya que será parida por la casta de la que reniega y para beneficio de las corporaciones que ya compraron el país), la actual arquitectura de reformas para darle nuevos objetivos a la inteligencia argentina, no está controlada ni estará dedicada a los intereses nacionales y es por ello que los gatopardistas ciudadanos deberán tomar muy enserio a dónde éste novedoso gobierno conducido por mesiánicos designios y acompañado de políticos reciclados de la casta, meterá a la país.

 

lunes, 3 de junio de 2024

 

CHASE OLIVER

The new alternative to change the US reality?

 

By Sidney Hey

How can credibility in the human, moral and political values of a state be re-established when supposedly religious believers like President Joe Biden and his state officials have ignited war in Eurasia, persistently and irresponsibly provoked China for hegemonic ambitions and embarrassed the US with their complicity in the Palestinian genocide?

Biden might still be that nice old man to the gullible and simpletons at campaign meetings waving little American flags, but to those who know him well, he is still the old child molester, a cover-up for his son Hunter Biden's dirty dealings and an ardent supporter of Israel who turns a blind eye to its crimes. With these situations no one should be surprised that the reputation of the US has collapsed.

At the same time, the Republicans' choice suffers a major setback for their ambitions in the upcoming elections. With the latest news about the criminal conviction against Donald Trump it is likely that MAGA will collapse like a house of cards and we will not see the blond-haired man as a White House tenant again. We don't yet know if this could benefit Trump and hasten his return to power. Still, Trump has options (that any ordinary citizen does not) and one of them is to appeal.

Both subjects are part of a dimension of power alien to the reality of the simple citizens who must work every day to pay their taxes and survive.

In short, neither Biden nor Trump are a real hope for improving the quality of life of Americans, much less for ensuring global peace, since both, at different levels, flirt with the most rancid and obscurantist of political businesses such as the war industry (doing very good business with NATO in Ukraine) that intermingle with the ever-present Zionist interests that control (for pleasure or displeasure) the foreign policy of the Union. In this sense the establishment's ardent defences of Netanyahu and his extermination campaign in the Gaza Strip (Rafah today), threatening in turn the very International Criminal Court for having requested his arrest for trial, are not surprising, but how dare they on behalf of the US operate as mere mafia thugs?

The world is watching closely all these inconsistencies that the administrations in Washington have been displaying for decades.

It has not yet taken long to forget the humanitarian aberrations in Guantanamo, Abu Graib and all those secret prisons maintained by the CIA around the world that revealed the extent of the sewers of a system that in the public eye claims to be a democracy. It is these same sewers that mingle with the Zionist interests represented by pressure groups like AIPAC which, among other activities, continues to collect money from unsuspecting taxpayers to finance massacres of Palestinians recorded by Israeli psychopaths on Tic Tock and Jewish death squads like ‘Netzah Yehuda’ engaged in perpetrating all sorts of violations and heinous crimes against the Palestinian population. 

When the activities of these ‘battalions’ of war criminals came to light, the State Department tried to put a lid on the situation by talking about sanctions against these groups, something that in reality was never done, and much worse, by supporting them underhandedly.

With situations such as these exposed to the public light and which the International Criminal Court has decided to address, characters such as Anthony Blinken (an open and confessed Zionist) or the same White House spokesman John Kirby dare to speak of ‘punishing’ the International Criminal Court for daring to formulate such criminal charges and order the capture of their much-loved ally.

It is against this backdrop of political rot allowed by a hyper-corrupt system at the disposal of an elite of kleptocrats of all stripes and politicians who abuse their privileges for their own benefit that a promise of a change in US politics appears. It is the libertarian party candidate Chase Oliver, who brings proposals that sound dissonant and even strange in the face of a thick and fetid atmosphere of corruption that has kept Americans in a state of stupor.

Chase focuses on the downsizing of a monstrous state through which taxpayers' money is siphoned off without accounting for its fate. One issue he focuses on is the administration of justice, which has become a real exception for American citizens and reserved only for the wealthy and former presidents.

Chase enters into the dynamics of the new leaders who, under the label of ‘libertarians’, seek to change the Status Quo in states that, like the United States, have abandoned their primary objectives, becoming eminently arbitrary, wasteful (with the digitalisation of the reserves) and oversized entities that end up being an unjustified and unacceptable cost on the backs of their citizens.

From these positions, American libertarians have very well marked their differences with the establishment parties (Democrats and Republicans) and that is why they will go into next November's elections with their own candidate as a tangible and credible alternative to change the administration of the state of the Union.