viernes, 30 de junio de 2017


NACIONAL



“ENTRE TANTO”

Una desusada visita del embajador británico a la Casa Rosada ha llamado la atención y se sospecha que Londres pretende acelerar una solución rápida para la cuestión Malvinas, obviamente a su entero favor.





Por Charles H. Slim
Justamente en momentos que los medios se veían saturados con el relanzamiento de Cristina Fernández en la cancha Arsenal y los inmediatos operativos de la justicia sobre puntos estratégicos de la caja de financiación del campo “Popular” , bajo la más absoluta discreción y sin levantar el polvo el embajador británico Mark Kent se reunía con el encargado de los Asuntos Estratégicos de la Casa Rosada en momentos previos al tratamiento por el Comité de descolonización de Naciones Unidas de la situación de las islas Malvinas, Sandwiches y Georgias del sur.

La visita de Kent no fue casual ni menos aún desinteresada. Aprovechando el revuelo pre electoral que existe en el país y las continuas controversias entre el gobierno y una multi fracturada oposición peronista, el Foreing Office ha dado el primer paso para tratar de engatusar a un gobierno políticamente agradable aunque nada confiable. Londres está muy interesado en tratar de cerrar la cuestión Malvinas aprovechando la coyuntura político-económica del gobierno argentino, la más propicia que pudo haber habido desde que Menem estuvo en el poder allá por la década de los noventas.

Según algunas fuentes, los argumentos esgrimidos por Kent estaban dirigidos a minimizar los hechos del pasado y tratar de hacerle creer a Buenos Aires de que quienes tienen la última palabra en el asunto de la soberanía, son los Kelpers, un argumento tan falas como políticamente irreal.

Actualmente, el gobierno Kelper ha estado quejándose de que Buenos Aires no ha cumplido con las promesas de levantar las restricciones de vuelos desde el continente que especialmente, fastidian sus negocios.  El ánimo hostil de los isleños fue demostrado a las últimas delegaciones de argentinos que fueron a visitar el cementerio de caídos que para colmo, se vio enturbiado con el accionar político deleznable de personajes que han puesto en duda la identidad de los soldados allí yacentes.

A todo esto, los isleños siguen trabajando en su lobbie en Londres buscando presionar al gobierno para que obligue a la Argentina a cumplir con los compromisos llegados en la Declaración Conjunta firmada en 2016.  Según había trascendido, el representante Kelper Mike Summers plantearía esto ante Naciones Unidas.

Londres mantiene una base naval y aérea de vital importancia no solo para Gran Bretaña sino también para la OTAN, por lo cual de verse en la necesidad de reforzar dicha posición, contara con el abierto apoyo de esa organización. Igualmente, ellos especulan con la necesidad política de obtener de los Kelpers una autodeterminación política que les permita cambiar el estatus de las islas y volverlas algo así como, socios extra-OTAN.

Desde hace décadas que la población implantada de las islas, está gestionando sus propios recursos para lograr la autonomía política y que se basará –sin lugar a dudas- en la conformación de una pequeña armada, bien pertrechada y por supuesto alineada a la Real Armada británica. Las prospecciones petroleras en San Carlos y el cobro del canon de pesca en aguas argentinas representan algunos de los fondos con los cuales se sustentaría una fuerza que con el rótulo “defensiva”, que estaría constituida por mercenarios profesionales muy posiblemente de alguna empresa de seguridad privada (Contratista) norteamericana.

Entre tanto, Londres seguirá siendo la cara visible de las negociaciones y solo buscara ganar tiempo para que los Kelpers logren organizar coherentemente algún plan concreto.

Las gestiones de Kent se ven además, inmersas en una crisis política dentro de su propio país, el cual se está viendo sacudido por una variedad de problemas que han jaqueado al débil gobierno de Theresa May quien se halla en el centro de la tormenta por el Brexit, los extraños ataques terroristas adjudicados al “ISIS”, los ataques xenófonos e islamofobos que ha generado entre otras víctimas a las siete calcinadas en la “Torre Grenfell”, agitando aún más el ya convulsionado estado social de Gran Bretaña.

Queda claro que Londres ya no tiene el margen de maniobra como lo supo tener en todo el siglo XX y su temor más evidente radica en el control de la información el cual, ya no tiene.  Convencer a su población de que Gran Bretaña es un reino de benevolencias y que las maldades son foráneas ya no convencen ni a los pequeños los kínder Garden.  El trabajo de los medios alternativos y de las redes sociales en abrir los ojos a los simples ciudadanos ha causado un terremoto en los círculos del poder británico que no para sacudir a sus estamentos.

En este marco es que Londres pretende arreglar –para su provecho- la cuestión en Malvinas dado que la misma encierra un problema mucho más importante que la inexistente amenaza militar argentina o de organizaciones irregulares que puedan reivindicar dicha soberanía. No. Hay en el espectro geoestratégico y político una seria preocupación por los vientos de guerra que se están levantando por las caprichosas políticas de Donald Trump y que van en curso de colisión con Rusia y China.

Hay en estos momentos una escalada diplomática que en cualquier momento puede pasar al ámbito militar, especialmente, con un posible chispazo en Siria, donde EEUU y sus aliados (en especial Israel) están haciendo todo lo posible por provocar un enfrentamiento que culmine con una intervención directa, y en caso de que ello pase, habrá una extensión del conflicto a todo el globo.

Y es en ese marco, que Gran Bretaña como miembro de la OTAN, tiene la responsabilidad de mantener el control del cuadrante de las aguas del Atlántico sur y la Antártida.

Desde el final de la guerra en 1982, las Islas Malvinas pasaron a ser parte de los puntos estratégicos más importantes de la OTAN en el hemisferio sur. Precisamente y en ese plan, Argentina no debe rearmar (en el sentido verdaderamente operativo) sus Fuerzas Armadas o de hacerlo, volverse dependientes de EEUU o países como Francia y Alemania como forma de garantizar el control de su fuerza.

Por lo que se ha venido viendo, el gobierno argentino sigue estos lineamientos al pie de la letra y aunque se ha visto que las FFAA han recibido el material que necesitaban para restablecer su operatividad, el mismo es relativamente viejo y pertenece precisamente a estos países (aliados de Londres) sin que se haya podido concretar, el acceso a material y tecnología que realmente pueda marcar una diferencia cualitativa al momento de ejercer una real defensa de la soberanía tanto en lo político como en lo militar.


A esto, hay que señalar los preparativos que habría en curso para desmontar el radar aéreo de Comodoro Rivadavia, que ejerce un control y vigilancia del espacio aéreo austral, para ser trasladado a nada menos que a la provincia de Córdoba sin que se hayan conocido razones técnicas y estratégicas para semejante medida.  Lo que no quedan dudas es que con esto, los cielos del sur y del atlántico sur estarán a merced y total control de la base aérea de Port Stanley desde donde se manejaran los itinerarios y vuelos de todo el sur sin consultar a Buenos Aires. 

martes, 27 de junio de 2017



EN LA MIRA



“FALSA LIBERACIÓN”

Cuáles son los verdaderos objetivos de los grupos que EEUU apoya en Siria e Iraq. Actualmente los pobladores sirios e iraquíes siguen siendo masivamente desplazados de sus territorios por las milicias kurdas y de mercenarios apoyados por Washington. Entonces ¿liberación o colonización?




Por Charles H. Slim

La crisis y la terrible guerra que azota a Siria e Iraq no parece tener un fin inmediato y ello por el simple motivo de que los que se presentan como los “libertadores” de las poblaciones que han estado ocupadas por grupos como el “Estado Islámico” (entre muchos otros), a su retirada, vienen siendo el blanco de una venganza impiadosa, de desplazamientos forzados y de saqueos de sus territorios por parte de quienes la prensa occidental pinta comúnmente como “víctimas” relegando maliciosamente a la realidad de los pobladores árabes de la región.

Se trata de los grupos kurdos como el YPG que luego de haber venido luchando junto con las fuerzas árabes sirias para expulsar a los grupos como “Al Nusra” y “Daesh” del suelo sirios, terminaron alineándose  a los intereses de EEUU y Tel Aviv, quienes desde décadas habían venido trabajando bajo cubierta –junto a otros clanes kurdos- para sabotear a los gobiernos árabes de la región. Para los árabes e incluso para los persas esto no es una novedad. Los políticos y los jefes tribales kurdos  son parte de una realidad e idiosincrasia propias que ha variado en cada época y en cada etapa de la historia política de la región pero siempre manteniendo un objetivo: Crear el Kurdistán.

Durante décadas los kurdos han venido reclamando su propio estado, una entidad con base física especialmente ubicado entre Turquía, Siria, Iraq y parte de Irán. Pero estas reclamaciones fueron llevadas a la violencia armada por grupos aislados y hasta minúsculos (apoyados por Tel Aviv) que solo representaban un pequeño porcentaje de la población kurda, dispersa e integrada armónicamente con los países que los cobijan.

Fue durante la época de la guerra fría que grupos como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán PKK compuesto por kurdos turcos de orientación marxista liderado por Abdulla Ocalan y acérrimo enemigo del estado turco, (el cual a su vez es aliado de EEUU y la OTAN), comenzó en 1984 una guerra que tiene lugar hasta nuestros días. Al mismo tiempo y esas mismas épocas, los kurdos iraquíes que ocupaban una pequeña región en el norte de Iraq, fueron tejiendo relaciones y estableciendo con unos peculiares aliados, los israelíes quienes usarían a los kurdos para desestabilizar los nacionalismos árabes.

Cuando occidente y más precisamente los medios masivos han discurrido sobre “el problema kurdo” o se han referido como los “pobres kurdos”, se han ocupado de historias parciales y aunque ellas han sido verdaderas no representan una tragedia tan grande como la que han venido soportando los árabes de la región; mucho menos se han detenido a discursar sobre las cuestiones intrinsecas que albergan tales rivalidades.

Tanto en 1991 como en 2003, el papel de los clanes kurdos iraquíes fue tan crucial como sangriento. En ambas oportunidades, los jefes tribales como Masud Barzani quien lideraba el PDK y Jalal Talabani del UDK, explotaron la oportunidad para derribar al gobierno de Bagdad en búsqueda de expandir sus dominios territoriales con especial interés en capturar los ricos campos petroleros de Kirkuk que eran parte del interés económico del otrora estado iraquí.

Para esto nefastos personajes, ayudar a los estadounidenses y británicos fue fundamental en la carrera (entre otras cuestiones) por materializar el ideario de un estado kurdo dentro de sus propias concepciones (entre las cuales esta, el no reconocer a los kurdos sirios, turcos y persas).

Pero hay que ser justos y no meter en la misma bolsa  a todos los kurdos. Los artífices de las políticas de conveniencia y cooperación con intereses foráneos a costa de los árabes y de sus propios hermanos han sido elucubradas por algunos de estos jefes tribales tan o más corruptos, que los beduinos “Wahabi” que reinan en la península arábiga, protagonistas de toda la catástrofe que vienen sustentando contra Siria. Entonces ¿A dónde apuntan estas relaciones?

Claramente que va rumbado a los negocios, los negocios sucios en los cuales las mafias y las agencias de inteligencia se entremezclan en una intoxicante trama de contrabando de petróleo, armas, personas, drogas hasta las más horribles cosas que alguna vez alguien podría haberse imaginado.  En esto no hay distinciones entre árabes, kurdos, persas o turcos; menos aún entre cristianos (kurdos yazidies), musulmanes sunitas (kurdos), chiitas, quienes interactúan con protestantes anglosajones y claro, judíos israelíes.

Todo esto no se ha borrado de la memoria colectiva árabe, mucho menos de la iraquí la cual pago con mucha sangre por las desavenencias y compulsas negociales entre tipos como Barzani, Suleimani, Hussein y Talabani. En la actitud y acciones de esos kurdos no hubo un puro ideario libertario y menos aún, un improvisado plan por concretar una autonomía regional que Bagdad le había concedido cuando apoyo a Barzani (pese al episodio del ataque con Gas Sarín en 1988) en su lucha contra los partidarios de UDK. Y usted se preguntara ¿Cómo que Saddam Hussein apoyo a Barzani contra sus propios hermanos kurdos? Así fue y a pesar de que la pila de muertos podría tapar un paisaje completo, no se puede cubrir la verdad.

Pero la ambición siempre pide más, y más aún en hombres sin escrúpulos que firman con la mano lo que luego borran con el codo. Igualmente, Saddam Hussein sabía cómo tratar con este tipo de sujetos y por ello fue implacable con sus aspiraciones a costa de los intereses del estado nacional iraquí lo que le valió al mismo tiempo, el acendrado odio de los kurdos liderados por Barzani y la admiración de los árabes iraquíes sin distinciones (sunitas, chiitas, cristianos). Fue por ello que Barzani y sus lugartenientes no dudaron en venderse a estadounidenses e israelíes.

Cuando los anglosajones invadieron el país, Barzani fue uno de los primeros en poner a sus Peshmerga a las órdenes de las tropas estadounidenses quienes además de entregar a sus propios vecinos, colaboraron en las redadas y operaciones que asesinaron a varios miles de pobladores en el marco de la llamada campaña de “desbaatización” implementada por las operaciones de “contrainsurgencia” diseñadas por el general David Petreaus y agencias de inteligencia como la CIA y sus oportunistas colegas israelíes que hicieron de las suyas “extraoficialmente”. En ese marco siniestro, miles de iraquíes fueron encarcelados, torturados, asesinados y desaparecidos mientras los kurdos festejaban esta desgracia.

Demasiado odio y frustraciones acumuladas para una amplia franja de pobladores del centro norte de Iraq. Fue así que al mismo tiempo que se oficializaban los levantamientos en 2013, el “Daesh” comenzaba a asomar su nariz en algunas revueltas de Al Anbar, provincia donde los colaboracionistas había oprimido a la población hasta el escarnio.  Sin dudas, los estadounidenses aprovecharon esta situación para introducir al “Daesh” recargado y de esa manera, establecer una base de operaciones contra Damasco desde territorio iraquí y a su vez, patear del poder al títere Nouri Al Maliki que, además de molestar a los intereses políticos de Barzani, venía fastidiando a Washington.

Tal como lo sospecharon muchos, el “Daesh” y su proyecto de “Califato” no era más que un embuste que funcionaría con una población desesperada y que recibiría sin preguntas, la liberación del yugo de los criminales de Bagdad. Incluso esta agrupación no hubiera podido capturar la mitad de Iraq sin la inestimable ayuda de los grupos opositores como el “Ejército Islámico de Iraq” y “El Ejército Nakshaiabandi” entre otros. Hoy el “Daesh” ya no existe en estos lugares, y los pobladores que estuvieron bajo su jurisdicción actualmente se hallan en las garras de dos terribles opresores, las fuerzas chiitas de Bagdad y las milicias kurdas (ambos  ayudados por y al servicio de EEUU),  que presentados por la prensa occidental como “libertadores”, están cobrándose por las acciones de aquella ficción implantada por la inteligencia estadounidense e israelí.

Por lo pronto, Ankara aplaude esto y ve con mucho interés que el problema kurdo se resuelva a costa de la soberanía siria y para ello, empuja y alienta este proceso.

Poco a poco, las banderas negras del “Daesh” y de “Al Nusra” que flameaban en las cercanías de Raqqa están siendo reemplazadas por las amarillas del “YPG” anunciando una nueva pesadilla para los árabes de región en la que los norteamericanos son sus principales orquestadores.


Es por ello que los árabes de la región tanto de Siria como del centro norte de Iraq y en especial los pobladores de Mosul, poco pueden festejar la llegada de fuerzas oportunistas que han vendido su propia identidad por unas cuantas monedas de oro y que trataran de arrebatar a la soberanía siria una importante franja de territorios con su capital en Raqqa.  

sábado, 24 de junio de 2017

NACIONAL



“UNA GRIETA PELIGROSA”

Coincidiendo con un sentido feriado patriótico la ex presidenta Cristina Fernández jugó su mejor carta para tratar de relanzarse mientras al mismo tiempo la gobernadora Vidal le daba un duro golpe a las bases financieras K




Por Javier B. Dal
A diferencia de lo que ha ocurrido y ocurre en la mayoría de los países del cono sur, la justicia ha hecho ejemplo al momento de investigar y castigar los hechos de corrupción que involucran a los sectores influyentes de la política y del empresariado de cada país, haciendo a un lado posturas oficialistas o de sesgo partidista “Ad Hoc”. 

En el caso de Argentina el déficit de justicia está vinculado directamente con una corroída Administración de justicia que no deja a salvo a casi ningún fuero, en lo que hace a la ineficiencia y el involucramiento en casos de corrupción que para peor, ha sido acostumbradamente dócil con cada gobierno que temporalmente se instala en el poder.

A ello debemos agregarle el intento por parte de Cristina Fernández y de el engendro “La Campora” de copar dicha administración con tropas militantes, partidarios que por dentro, irían instalando algo así como una “justicia K”, a la cual solo tendrían acceso, proceso y decisión quienes estuviesen a tono con la desopilante ideología de los Kirchner.

De ese modo, desde las Universidades reclutando estudiantes de abogacía, pasando por abogados matriculados hasta jueces en actividad con claras tendencias ideológicas, 

La Campora estructuró un plan de asalto y captura de la ya mansa Administración de justicia para una vez cooptada, dominarla a gusto y placer. Un plan tan simple como autoritario que va contra las mismas prescripciones y principios fundamentales de la Constitución nacional.

Ahora bien, todo este prefacio responde a los últimos acontecimientos que hemos estado viendo en el país, donde con mucha liviandad y hasta con cierta caradurez, personajes que se hallan procesados por extensos y complejos casos de corrupción, salen a las tablas haciendo gala de pretendidas transparencia y estoicismo.

El caso de Cristina Fernández es el más saliente. Una presidenta con múltiples cargos por corrupción, lavado de activos, malversación de caudales –entre otros delitos- que surgieron en el ejercicio de su presidencia y que se retrotraen a las épocas de la primera presidencia de su marido (y más atrás incluso), tiene el desparpajo de florearse en una tribuna amenazando que volverá a ser candidata a senadora, un cargo el cual será pagado por los dineros de la Nación.

Y si eso no era poco, casi como un insulto a la memoria del general Manuel Belgrano, creador de la bandera argentina, un desprendido y sacrificado político que pario estas tierras, se ve usada su fecha para un aquelarre de transas y estafadores quienes están mucho más preocupados por recobrar sus ventajas y privilegios que los destinos de la patria.

En este escenario psicodélico, queda claro que nada está claro. Y más allá que la masa de gente que concurrió organizada e interesadamente a ver a su “líder”, ello no significa que sean representativos de una mayoría ni mucho menos los exponentes de un peronismo que hace tiempo (y vale la pena aclararlo una vez más) tiene expedido el certificado de defunción. Tan misérrima es la situación de lo que se denomina el “Peronismo de la pcia de Buenos Aires” que sus contados miembros se contentan con que la nueva fórmula pergeniada por “Cris los deje entrar.

Detrás de toda esa parafarnalia y de pretendida “mística” militante hubieron unos cuantos miles, por no decir cientos de miles de pesos para costear el ornato, la movilización, la comida, bebidas y otros rubros, que aseguraran el éxito de este relanzamiento político. Sin dudas que la misma Cris debe de haber colaborado con algún monto monetario significativo que sin dudas, mantiene oculto en varios zulos dispersos de su provincia.

En tanto en pleno centro de la capital, otra movilización pero ésta si claramente espontanea, protagonizada por ciudadanos sin referentes políticos y cargada de indignación por aquella otra contemporánea, se plantaron frente a los tribunales federales de Comodoro Py, reclamando “valor a los jueces” para proseguir con las causas de corrupción que tienen como protagonista estelar a la actriz frustrada que volvía a presentar una nueva impostación de Eva Duarte modelo 2017.

Igualmente y pese a tanta hipocresía, el gobierno lanzo su propia contraofensiva y fue directo al nudo. Tras la salida de María del Carmen Falbo de la Procuración, no fue una sorpresa advertir que jamás había hecho nada por combatir los nidos desde donde se nutrían las arcas de recaudación con conexiones camporistas. Con la designación de Julio Conte Grand, la gobernadora Vidal dio luz verde para ir a fondo sobre las apiladas y abandonadas causas vinculadas con el financiamiento de la Campora y de ese modo enviarle un mensaje alto y claro a dichos sectores, justo uno días después del espectáculo montado por su “jefa” en la cancha de Arsenal.

El primer golpe fue el allanamiento en la Salada, territorio de el otrora incondicional “compañero” Martín Isaurralde,  donde Vidal desmontó un estado paralelo que incluso tenía su propia fuerza de seguridad (incluyendo armas y dispositivos de vigilancia). Su principal responsable Jorge Castillo, fue detenido tras presentar una resistencia armada llegando a incautarse varias cajas fuertes con varios millones de pesos, lo cuales ya no adornaran a los jerarcas del campo “nacional y popular”.

Como era de esperar, el intendente Isaurralde salió inmediatamente a desmarcarse de Castillo y de cualquier incumbencia en el fabuloso negocio de los puestos.

Al mismo tiempo, otros aparatosos allanamientos se llevaban a cabo en el Hipódromo y el Casino Flotante de Puerto Madero los cuales están vinculados a otro gran y conocido compinche de los “Kirchner”, Cristóbal López.  En estos casos, la intervención de Gendarmería y AFIP revelaba que se pesquisaba el delito de lavado de activos que inmediatamente los responsables de la casa de juegos quisieron desligar echándoles la culpa a los clientes.

Todos estos episodios que además de sacudir a las cajas negras de la política, han dejado al descubierto que, o las nuevas autoridades judiciales se han puesto los pantalones largos comprometiéndose con el real combate a  las mafias que se vinculan a la política o bien, ha habido (previos cambios en el Staff judicial provincial) una discreta ayuda de agencias extranjeras en la adquisición de información puntual y sensible de toda esta madeja. Sea como fuese, la guerra ha comenzado!


   

miércoles, 21 de junio de 2017


EN DEBATE





“A DIRTY NEW START”

Tras la última visita de Trump por el Medio Oriente han quedado las cartas sobre la mesa sobre cuáles son sus propósitos ante los cambios impuestos en las relaciones dentro de la región y que sin dudas sus consecuencias comenzaron a repercutir en todo el mundo sin saberse hasta dónde llegaran




Por Dany Smith
El día 21 de mayo del 2017 quedara en la historia como un punto de inflexión en lo que tanto las administraciones de George W. Bush y Barack Obama habían instalado y venido siguiendo en lo que hizo a las relaciones geopolíticas con los países del golfo Pérsico, especialmente con las monarquías petroleras con Arabia Saudita a la cabeza. 

La visita de Donald Trump y su comitiva dieron inicio a una nueva etapa en estas relaciones y a una especie de reformateo de los lineamientos geoestratégicos originales que venían siguiéndose desde al menos 25 años hasta esta parte.

De esta manera la reunión que sostuvieron Trump y el rey Salman en el palacio Muraba en Riad, lejos estuvo de algún viso de mero protocolo diplomático o de una simbólica visita. Ni Trump viajo solo para degustar los deliciosos dátiles sauditas ni Salman quería escuchar promesas sin sentido de su huésped. Ambas partes se avocaron a tratar aspectos comerciales y políticos que entre otros, se relacionan con el lucrativo negocio de las armas y la necesidad de cambiar algunos puntos en la agenda que hace a la cooperación del reino árabe con las operaciones estadounidenses en la región, especialmente en lo que sacude a la Mesopotamia (Iraq y Siria)

Trump conocido por su particular aversión contra los musulmanes (islamofobia) y rodeado de personajes impresentables que comparten éste abierto desprecio por el Islam (como el sionista Jared Kusher), debió guardar sus ínfulas racistas en el bolsillo y simular que lo que supo decir anteriormente son solo dichos y nada más. Igualmente los sauditas no se conmueven ni menos aún se molestan –como teatralmente lo suelen explayar los israelíes- por ese tipo de comentarios racistas. Tanto Salman como sus funcionarios prestan atención a los grandes negocios –que lejos están del agrado de Alá- y lo demás, son cosas intrascendentes.

Lo que sí quedó en claro es que, en lo que respecta a los planes para desestabilizar a Siria no se suspenden, solo se modificaran los medios para continuarlos y se reconfigurara el mapa de “amigos” de Washington en toda esta campaña.  En esto último, Trump trajo claras instrucciones de aislar a Qatar y sacarla inmediatamente del selecto club de “aliados de la región” por el simple hecho de que dicho emirato sigue subvencionando a la resistencia palestina Hamas (que es una astilla en el costado de Israel) y por mantener muy buenas relaciones con Teherán.

Para varios analistas, la decisión de Trump se vio influida por las sugerencias de su joven y conspicuo asesor Jared Kusher, un sionista de leche que,  como Brzinsky, Kissinger y Wolfowitz, busca continuar con el papel del “inspirador”  de las agitaciones e  intrigas palaciegas detrás del trono, impulsando medidas y actos que socaven la estabilidad del mundo árabe islámico.

Cabe aclarar que en este diseño, no hay consenso con los aliados europeos y en especial con los británicos quienes pese a los tremendos problemas domésticos que sacuden a su cosmopolita sociedad, no aprueban esta ruptura y desean conservar esa estrecha amistad y lucrativa sociedad con el emirato de la familia real “Al Thani” (que actualmente se está acercando desesperadamente a Rusia), la cual ha sido una invalorable colaboradora en los despliegues militares y de inteligencia tanto de EEUU como de Gran Bretaña. No olviden tampoco, que es allí en los fondeaderos del puerto naval de Doha y de sus instalaciones navales que dan albergue a la base naval estratégica estadounidense más importante del Golfo desde donde se lanzaron y siguen lanzando, operaciones contra Siria, Iraq y Afganistán.

Es más, dicha base es uno de los pilares para sustentar la supuesta lucha contra el “ISIS”, que no es más que una máscara que cubre las verdaderas operaciones subversivas de las milicias kurdas y mercenarios extranjeros las cuales reciben el apoyo aéreo desde éste emplazamiento. 

Otro punto que hay que remarcar, es que Qatar es el segundo estado de la región en cantidad de tropas y equipamiento militar norteamericano presente en el Golfo, siendo el primero Kuwait. Algo no cierra en todo esto.

Toda esa referencia a la lucha “contra el extremismo” o contra “el terrorismo” solo son eslogan vacíos para llenar los titulares de los medios  y nada más.  Riad y más precisamente sus servicios de inteligencia continuaran con sus operaciones junto a la CIA y socios de otras naciones islámicas tendientes a modificar sus acciones contra Siria y más centralmente contra Irán. Los “Wahabi” sauditas han pactado con Washington su lealtad y empujaron al vacio a sus colegas “Takfir” que venían siendo sostenidos por la Hermandad Musulmana, organización que recordemos, la administración Obama apoyo para que se desplegara con tranquilidad en todo el Medio Oriente.

Seguramente hay algo más atrás de esta visita y de las tratativas que se ventilaron a la prensa; algo que solo saben Trump y Salman y obviamente, sus respectivos encargados militares y de la inteligencia. 

Por lo pronto y oficialmente esta alianza se ha dado por terminada. Desde ese momento cualquier relación existente con la Hermandad Musulmana dejo de existir y ello incluye a los grupos de mercenarios que fueron insertados en Siria a través del sur de Turquía con su base en Esmirna, controlada por la CIA. Su suerte claramente quedara librada a su propia inteligencia siendo muy posible que los mismos aviones de la Coalición que anteriormente les daban cobertura –como la provista al Estado Islámico- les persigan y eliminen con la precisión milimétrica que hasta el momento nunca tuvieron.

A todo ello no hay que olvidar la cadena de curiosos eventos que devinieron tras este anuncio y entre los cuales, estuvieron la suspensión de los entrenamientos de grupos “Takfir” y de mercenarios reclutados por Qatar que se realizaban en bases militares estadounidenses de Jordania y Kuwait.

Para el análisis de algunos investigadores, se trata de un cambio en la geopolítica regional que cala a fondo en las sociedades árabes y que separaría definitivamente  a los “clericalistas” de los “laicos” (RED VOLTAIRE.org. “Una brisa de laicismo recorre el mundo musulmán”. http://www.voltairenet.org/article196794.html ), en la cual éstos últimos luego de dos décadas haber sido continuamente atacados por EEUU con la intensión de destruir los estado nación árabes basados en el laicismo, pasan nuevamente a ser parte del interés para Washington.


Se trata de un nuevo comienzo, sucio, pero comienzo al fin de lo que Trump planea para la región, el cual obviamente no ayudara –como ha sido siempre- a los países de la región y menos aún a Siria. 

domingo, 18 de junio de 2017


EN LA MIRA




“EL MUSCULO DE RUSIA”

Como en el ajedrez, el jugador más calmo, observador e inteligente prevalece sobre su rival. Algo similar podemos ver con la geopolítica de Rusia impulsada por un Vladimir Putin que ha elegido usar el cerebro más que los músculos contra los subterfugios y provocaciones del occidente anglosajón



Por Charles H. Slim
Acostumbradamente hemos visto como desde la elite político y militar de Washington y su caja de resonancia mediática que representa la gigantesca Corporación de Medios, se achaca a Rusia todo tipo maldades tratando de hacerlo parecer a esos ogros feos y sucios de los cuentos de hadas de otras épocas. Para estas elites no hay límites cuando tratan de menospreciar a quiénes se vuelven una amenaza para sus intereses. Si son los musulmanes, además de negros –como suelen calificarlos tanto los neocon como sus socios sionistas- son extremistas y locos que deben ser eliminados preventivamente. 

En lo que hace a Rusia, existe en Washington una gran frustración que claramente comenzó desde que Vladimir Putin asumió la presidencia y que sigue sacudiendo los cimientos del estado profundo de la Unión hasta la actualidad. 

Como una forma de explicar los errores y las torpezas propias, Washington ha elegido como chivo expiatorio a su viejo rival de la “guerra fría”, sospechándose que (detrás de la gran maquinaria mediática y propagandista) se busca desatar una nueva y lucrativa carrera armamentística que llenara los bolsillos de los empresarios corporativos de la tentacular Corporación armamentística industrial norteamericana.

En ese sentido, los discursos rancios con olor a “Macartismo” y naftalina han venido siendo una cosa común provenientes de personajes insignes de la política estadounidense. Quizá el más conocido de todos sea el caso del senador y veterano de Vietnam John Mc Cain, quien desde hace años viene predicando que “Putin es ese carnicero de la KGB” que es una amenaza para EEUU y que ha venido siendo el aliado de “regímenes” dictatoriales como el de Bashar Al Assad en Siria.

La base argumentativa de Mc Cain se suele apoyar básicamente en que Putin es un “ex KGB” (Servicio secreto de la URSS) sin darse cuenta que su país, estuvo gobernado por un “ex CIA” como George H. Bush quien estuvo claramente implicado en todo tipo de crímenes durante su ejercicio como director de la Agencia tanto como cuando fue presidente.

Incluso el propio Mc Cain no está libre para arrojar ninguna piedra. A sus estruendosas palabras no hay que olvidar sus continuas y comprobadas acciones por apoyar a los grupos irregulares armados, entre ellos el ISIS en momentos que la entonces secretario de Estado Hillary Clinton, viajaba incesantemente para organizar una “oposición política siria en el exterior”.

Pese a lo básico de las diatribas del viejo político norteamericano, las mismas son el sentir de una amplia franja de partidarios neoconservadores y de sionistas dentro y fuera de los EEUU, que ven al mandatario ruso como un estorbo a sus planes más preciados como son, destruir de una buena vez a Siria y por supuesto, a la república Islámica de Irán.   En base a estos argumentos es que EEUU había impuesto a Rusia una batería de sanciones comerciales contra empresas y empresarios de este país, como una forma artera de degradar la economía doméstica de la Federación.

Cuando hace poco el cineasta norteamericano Oliver Stone entrevisto a Vladimir Putin por 19 horas en su estancia en Moscú, el mandatario ruso, entre otras cuestiones, se apiado del senador Mc Cain  señalando que era un personaje político que se había quedado en el tiempo y que lejos de avanzar en los nuevos desafíos que amenazan al mundo, arrastran tras de sí viejos conflictos que ya no existen. Sin rodeos, Putin fue elegante y no lo califico de “senil”.

Son estos los sectores que trabajan para desestabilizar de diversas formas a Rusia, proponiendo e impulsando políticas como las sanciones comerciales que buscan dañar internamente el tejido social de la población con artilugios financieros y boicots a ciertos productos, buscando crear ese efecto de descontento que se vuelva contra el gobierno pero que Putin ha logrado contra restar con bastante éxito.

Por su parte, Trump como su Staff, hacen alardes de sus razones y puntos de vista sobre las medidas impulsadas contra Rusia.  Al mismo tiempo, los sectores neoconservadores que detestan ésta administración y a su estrambótico presidente, parecieran ser más virulentos con éste, su propio presidente, que con el tan odiado Putin.

Pero lejos de las cámaras y de las agradables entrevistas para televisión, ambas partes se movilizan en forma constante y atenta,  por prevalecer y mantener la cúspide del poder en el ámbito de la geopolítica internacional. Más allá de que EEUU seguiría actualmente  en posesión del estatus de “primera potencia” militar, ello no basta y menos actualmente en el marco de un mundo complejizado por las atomizaciones políticas, étnicas y religiosas que curiosamente ellos mismos ayudaron a crear. 

En el medio de esto, los europeos jugando a los “policías buenos” que tratan de moderar la irascibilidad estadounidense, como en algún momento lo dejo entrever el historiador Robert Kagan al tratar de explicar que ambos no comparten la misma visión del mundo, algo que se ve reafirmado tras la asunción de Trump a la presidencia (Foreing Affairs. https://www.foreignaffairs.com/articles/united-states/2017-06-14/how-foreign-policy-came-divide-america?cid=int-lea&pgtype=hpg )

En todo este desastre, la inesperada intervención de Rusia ha sido la vara de hierro para limitar y detener la extensión de ese caos controlado que tanto  los EEUU como Gran Bretaña supieron instigar para remodelar el Medio Oriente para convertirlo en un puzle de territorios desorganizado a costa de las naciones árabes laicas como Iraq, Siria y el Líbano, objetivos primordiales de toda esta componenda que había sido públicamente denunciada por el General Wesley Clark allá por 2004. 

Y mientras EEUU se empantanaba en más guerras imposibles de ganar, Rusia impulsaba una política de apertura y de relaciones internacionales como nunca se habría pronosticado, teniendo como principal mentor al presidente Putin, quien llegó a tender un puente en base al entendimiento multilateral en varios campos con Latinoamérica.

También fue la astucia y la oportunidad muy bien explotada por Putin en 2014, cuando contra todo pronóstico del Pentágono, ordenó entrar a Crimea para conjurar la extensión de las consecuencias por aquel golpe de estado instigado y apoyado por las agencias de inteligencia occidentales contra Kiev las cuales desde bastidores EEUU y la UE pretendieron extender hasta la península.


Moscú le fárrago los planes a Washington y peor aún, dejo en evidencia los juegos sucios que se dirigían desde la embajada estadounidense en Kiev con las bochornosas filtraciones telefónicas de altos funcionarios consulares.  A contrario de estas políticas conspirativas y de provocación  que viola el derecho internacional, el Kremlin mantuvo la cordura y la mesura política que le previno de caer en las trampas que sus socios occidentales le habían tendido. Sin dudas que por aquellos momentos, Barack Obama sus asesores militares y de inteligencia, reunidos en el más absoluto secreto se habrían preguntado ¿Por qué diablos no devuelven el golpe?, sin advertir que el verdadero musculo de Rusia era y sigue siendo, el cerebro de su mandatario.