viernes, 11 de junio de 2021

 

“LA ACCION ESTRATEGICA POR SOBRE LA PROPAGANDA”

Cómo la acción política de la administración Putin ayudo a Rusia y a su gobierno a sobreponerse a la insidiosa propaganda occidental

 

Por Charles H. Slim

Durante toda la segunda mitad del siglo XX hasta una década antes de finalizar el siglo XX, el denominado bloque del “mundo libre” (EEUU y la UE) basó sus políticas de contol hegemonico hemisferico en una gran propaganda política anti-comunista que con el paso de los años prosiguió convirtiéndose en una de carácter arabofoba y anti islámica que para comienzos de la segunda década de lo que va del siglo XXI, retomo aquella aversión esquizoide hacia el oriente eslavo nada más que esta vez para ser abiertamente anti-rusa.

Pese a que la elite político-financiera de Washington se llenaban la boca discursando sobre la democracia y la libertad, su proceder en política exterior siempre estuvo teñido de prejuicios oscurantistas y estigmatizaciones direccionados a conquistar sus objetivos geopolíticos, entre ellos Eurasia.

Esto ya se advierte desde que el gobierno de Vladimir Putin tras estabilizar la política doméstica de una incipiente Federación empezó establecer relaciones transhemisféricas con América Latina y el Caribe, en especial desde 2006 con Venezuela y a posicionar a Rusia en los grandes temas globales, en esos que Washington no quería que nadie (salvo sus socios) tuvieran incumbencia.  Para ello Putin puso especial interés en reconstruir el músculo del estado, es decir sus Fuerzas Armadas que tras la caída de la URSS y durante la administración de Boris Yeltsin se habían deteriorado a tal punto que estuvieron por desintegrarse. Esta empresa no estuvo exeptuada de trabas y desafíos (asunto del submarino “Kursk” en 2000) que igualmente no detuvieron la planificación trazada. De esa forma se reactivaron las usinas tecnológicas y científicas para el desarrollo de una defensa moderna y acorde a las nuevas amenazas globales que con el devenir de los años, dejó a Putin como un visionario a la vista de los eventos que han ocurrido, demostrado con creces su eficacia militar y política.

De esta manera los frenos puestos a los intentos expansivos de la OTAN sobre el Mar Negro (incidente del USS “Donald Cook” en abril de 2014), sobre Eurasia en 2014 y su entrada en Siria en 2015 para apoyar a la república árabe de Siria para combatir el terrorismo, fueron vitales para cambiar de forma radical el balance estratégico y geopolítico global. A partir de allí Rusia comenzó a ser señalado por la intelectualidad anglosajona y sus obsecuentes repetidores en sudamerica como el villano del nuevo escenario internacional abandonando definitivamente aquella caricatura holliwoodense de aliados que tantas películas pretendían mostrar desde la desintegración de la Unión Soviética.

Los tiempos han cambiado y por suerte para Rusia, también sus gobernantes. Aquel relato simplón y maniqueo de una Rusia pos-soviética que se transformó en una democracia gracias a Washington hace tiempo se acabo. Los orquestadores de está propaganda ya no cuentan con personajes pintorescos (y convenientes) como Gorvachov y Yeltsin que (bajo los auspicios de supuestos beneficios del libre mercado) abrieron las puertas a los especuladores financieros de la banca neoyorkina para que asociados con los grandes oligarcas rusos que se beneficiaban de las reformas aperturistas y el desgobierno de Boris Yeltsin, convirtieran a Rusia en un garito del este europeo.

Pero desde que Vladimir Putin llego en mayo del 2000 al poder administrador del Kremlin comienza una lenta y profunda reforma del estado que llegará a consolidar un estado saneado, con mayor organización y eficiencia a nuestros días. Entre tanto no se debe olvidar que por ese año EEUU daba rienda suelta a sus ambiciosos planes desplegando los primeros pasos del denominado “Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense”, un megalomano emprendimiento ideado en 1997 por el sector de intelectuales del neocon y sus socios sionistas que tenía como objetivo el apoderarse de los recursos petroleros y rutas estratégicas de comercio de Asia Central y el Oriente Medio siendo necesario para ello, destruir un listado de países árabes-islámicos. Fue así como se ingenierizó una estrategia de penetración denominada como “lucha contra el terrorismo” que además de servir de puerta para ingresar a estas regiones y ejecutar estos planes, persigue un fin en si misma como es la de perpetuar la guerra y el caos.

Así es como La Casa Blanca en sus diversos periodos ha venido manejando su política exterior, tratando de liderar los asuntos globales con el mero uso de la intriga, el chantaje y la fuerza militar. Los ejemplos de ello sobran y podemos verlos desde hace setenta años hasta el presente. Esto revela una gran falla en el discurso “democrático” de la intelectualidad que ha sustentado y aún sustentan el liderazgo de los EEUU en el concierto internacional. Incluso más, miles de palabras, libros y artículos que se han dedicado para sustentar esa imagen idílica de potencia moral y política que se cayó a pedazos tan pronto terminó de asentarse el polvo de las Torres Gemelas en 2001 quedando definitivamente sepultada con la sanción de leyes como la “Patriot Act”, las que  incrementaron de forma desproporcionada el presupuesto para financiar nuevos organismos de seguridad e inteligencia con los cuales se implementaron las invasiones y ocupaciones que a su vez se ejecutaron incontables casos de torturas, violaciones y muertes que dicho sea de paso, no son para nada una anécdota histórica y los cuales desde hace un tiempo están en la mira de la Corte Penal Internacional.

La dirigencia rusa y en particular el mismo Vladimir Putin sabían que si permanecían sentados en los escombros de la otrora potencia que habían sido en el pasado, la OTAN se extendería sin ningún limite. Fue así que mediante una mística que mezclaba el orgullo nacional y los laureles miliares de la era soviética se fue conformado un “culto de la victoria” que obra como la ideología en la vida política de la nueva Rusia.

Hoy por hoy, tras la aparición de una pandemia que ya ha quedo claro, no provino de un animalito exótico o de un mercado de comida en Wuhan (y que algunos consideran como un “golpe de estado global”), el mundo luce reconfigurado y los contenedores más importantes (entre ellos Rusia) están a plena marcha y avanzando en sus asuntos estratégicos. En este contexto el gobierno de Putin no flaqueo ante las presiones occidentales que (dirigidas desde Washington) se imprimieron mediante sanciones comerciales tratando de condicionar y retrasar los avances económicos de Rusia. Por el contrario, pese a la adversidad y las operaciones mediáticas para desacreditar a su persona y a su administración (entre las que se cuentan las provocaciones de Ucrania -coordinadas por el Pentágono-, la cuestión Navalni, los intentos de crear una “revolución de color” en Bielorusia y los improperios de Joe Biden) ante los ojos de sus socios europeos (en especial con Alemania), Putin logró mantener a flote su gobierno y lo principal, la confianza de socios con los cuales comparte los proyectos estratégicos más importantes para Rusia como los vinculados a la concreción de emprendimientos de desarrollo energético como es el gasoducto “Nord Stream 2” que muy pronto y tal como lo anunció Putin la semana pasada, se interconectará entre Rusia y Alemania.

También ha sabido manejar con inteligencia y astucia las relaciones con su poderoso vecino de China con quien pese a compartir los mismos enemigos estratégicos occidentales y las amenazas que estos plantan en los limites de sus fronteras, cada uno pugna por extender sus influencias político-comerciales a todo el continente. Igualmente ello no les enceguece y no caen en las instigaciones que desde los medios occidentales se instalan al conocimiento público tratando de minar las buenas y equilibradas relaciones entre ambos.

Incluso durante el impacto creado en todo 2020 por la difuminación del virus SARS-COVID-19 -ya que no ha sido un brote natural-, los asuntos políticos y militares no se detuvieron; por el contrario, algunos de estos grandes actores aprovecharon el confinamiento total para realizar sus movimientos en regiones estratégicas con la esperanza de obtener un éxito relámpago. El sorpresivo inicio de las hostilidades entre Armenia y Azerbaiyán el 12 de Julio 2020 es un ejemplo de ello. Las reveladas gestiones clandestinas de elementos del MI-6 británico con sede en Turquía para crear este chispazo -generado por un ataque desconocido- dejó bien claro que en Washington (y sus socios de la OTAN) no dormían, pero al poco tiempo les dejo ver que se equivocaron en creer que Rusia no reaccionaría.

Así como hizo que Vladimir Putin tomara una pronta intervención en lo que estaba sucediendo (y que muchos calcularon mal sobre sus reales intensiones), le dio a Rusia un papel protagonico en el abordaje y la distensión del conflicto sacando de la escena a los miembros de la OTAN que impostarían por los medios una preocupación por las consecuencias humanitarias ante una posible escalada regional, algo que en realidad estaban buscando para saltar a la arena. Ese mal cálculo además ayudo involuntariamente a que Azerbaiyán arrollará a las tropas armenias y recuperase el enclave de Nogorno Karabaj y otros territorios que habían sido anexados por los armenios (tal como Israel anexó los territorios ocupados palestinos) algo que actualmente es motivo de una profunda crisis existencial para Armenia como estado.

Durante los años que duró el conflicto entre ambos y mucho más desde finales del siglo XX, occidente y sus usinas de propaganda (incluyendo a Israel) usaron a los armenios y su trágica historia como el estereotipo de los “buenos y perseguidos cristianos” del caúcaso rodeados por naciones islámicas hostiles y una Rusia ortodoxa que seguía manteniendo el espíritu hegemonista de la URSS. Obviamente, una imagen deformada y coloreada para el consumo de los lectores incautos en occidente ya que, los armenios aprovechando las circunstancias del momento se habían apropiado por la fuerza de territorios de sus vecinos azeríes obligándolos a abandonar sus propiedades y desplazarse a campamentos de refugiados. Ni los armenios eran los buenos de la película, ni las intensiones de Occidente fueron sinceras en sus aparentes preocupaciones por las consecuencias humanitarias, la descripción del conflicto y mucho menos en lo que respecta al marco circunstancial en el que se desató.

En este marco Turquía -un rival épico de Rusia- aprovechó para realizar sus movimientos con veladas expectativas de imponer su propia geopolítica “pan islamista turcomana” los cuales por cierto, se vieron limitados por la inmediata reacción e intervención de Rusia que impidió que Erdogan alentara una escalada regional.

Como sea, Rusia terminó por establecer un Status Quo en la región mediante maratónicas gestiones diplomáticas y negociaciones para estructurar el buen entendimiento con Armenia y Azerbaiyán y al mismo tiempo entre ambos. Como primera medida, Moscu pisó el terreno estableciendo refuerzos militares -y sin dudas de inteligencia- que impedirán cualquier nueva aventura futura o misteriosa provocación -mediante alguna operación de Falsa Bandera- destinada a reiniciar las hostilidades. Para Moscu preservar la paz y cortar de gajo cualquier intento desestabilizador tiene una gran importancia en vistas de asegurar no solo la paz en su frontera caucásica sino, cuidar el estratégico y muy lucrativo negocio energético junto a Bakú algo que Ankara pretendía acaparar. Sobre ello la Unión Europea que necesita del abastecimiento del gas ruso y del azerí (por el gasoducto Transadriático), prefiere que sea Rusia quien controle la situación en el terreno antes que la Turquía de Erdogan.

En similar postura se mostro Vladimir Putin con la crisis desatada en Palestina tras los intentos de Tel Aviv por arrebatar las propiedades de familias árabes palestinas del barrio Sheikh Jarrah para entregárselas a los colonos ultraderechistas. Cuando Israel se exedió en su respuesta y trato de silenciar las denuncias del representante de Hamas atacando el edificio donde estaban las oficinas de medios en Gaza, el gobierno ruso fue claro y contundente al emplazar a Tel Aviv a detener los bombardeos sobre Gaza y fue así como Netanyahu no tuvo otra alternativa que suspender sus anunciados planes de invadir la Franja.

¿De dónde proviene ese poder de persuasión de Rusia? Sin dudas que de años de gestionar un crecimiento paciente, perseverante y continuado que ayudó a recuperar las bases del poder real que se perdió con el desmoronamiento de la URSS en 1991 y que Vladimir Putin fue reconstruyendo ayudando a poner la Federación rusa y al este europeo en la mesa -a pesar de Washington y Londres- de las grandes decisiones políticas internacionales.

 

 

 

sábado, 5 de junio de 2021

 

“PROBLEMAS DE POSICIONAMIENTO”

El posicionamiento de Buenos Aires tras las masacres cometidas por Israel contra los civiles palestinos, ha suscitado que los sectores del sionismo argentino y regional comenzaran a imprimir una presión política y mediática para que cambie su posición ¿Quién prevalecerá?

Por Charles H. Slim

Las últimas agresiones israelíes contra el vencindario de Shekh Jarrah en Jerusalén y la población palestina de Gaza que terminaron con el intercambio de fuego entre las FDI y Hamas, han reverberado más allá del Medio Oriente y ha tocado de forma sensible y notable a todo el mundo pero en especial, en aquellos países donde la comunidad judía es más fuerte como son las que se sitúan en EEUU y la Argentina.

En estos dos países la representación de esta comunidad se halla muy bien afincada en sectores influyentes de cada una de estas sociedades pero, es cierto que una es mucho más influyente que la otra al momento de terciar sobre las decisiones políticas del estado en cada uno de estos países. No es lo mismo el estado norteamericano que el argentino y lo mismo en cuanto a la influencia que ejerce cada una de estas comunidades, eso queda claro que, ¿no?

Obviamente se tratan de dos universos muy diferentes ya que tanto la sociedad como el estado norteamericano son altamente complejos, surgidos de fuentes y circunstancias históricas diversas teniendo este, bases institucionales mucho más sólidas y por supuesto una evolución muy diferente si lo comparamos con el estado argentino que tras décadas de paulatina disgregación por la partidocracia y la corrupción político clientelar, actualmente esta en una situación de completo desbande.

En este último caso, la Argentina ha carecido de una visión internacionalista que le llevara a involucrarse de manera inteligente y con olfato geopolítico en los asuntos globales, manteniéndose siempre al margen de los grandes acontecimientos mundiales y es por ello que poco o nada sabe de lo que sucede en regiones conflictivas como el Oriente Medio. Es esa falta de pericia, interés y continuidad en la atención de los temas de este campo que la ha llevado a una perpetua situación de descuido producto de una mentalidad cerrada y aislacionista. Dentro de esta idiosincrasia de la improvisación estaba también la Comunidad judía hasta que, por razones que jamás se han logrado esclarecer, se produjeron los atentados de 1992 y 1994 que seccionó a la misma comunidad entre quienes debían apoyar incondicionalmente al estado de Israel y entre quienes se niegan a que este hinque sus influencias y sus objetivos geopolíticos sobre la política del país. Recién allí y en el marco del gobierno neoliberal de Carlos Menem, al amparo de esas tragedias aquellos sectores de la comunidad que ya  militaban el sionismo, fueron involucrando al país de forma paulatina e inconsciente en las políticas de Israel teniendo como premisa política, acusar a los enemigos del estado de aquellos atentados. Fue así que hasta el día de hoy y sin pruebas en la mano para aseverarlo y solo basándose en “informes de la CIA y el Mossad”, acusan a Irán y a la organización chiita libanesa “Hisb´allah” de esos ataques.

En los EEUU la influencia pro-israelí es conocida por sus Lobbies representados en el Congreso por organizaciones civiles de orientación sionista como AIPAC, AEI, JINSA y muchas otras que son decisivas para las maniobras geopoliticas del estado de Israel en la política exterior de Washington. Tanta es la influencia adquirida por el paso de los años que se suele decir en EEUU que son estas organizaciones las que dan el visto bueno para seleccionar los candidatos a la Casa Blanca e incluso, que ponen y sacan a los presidentes. Esto es algo que ya ha dejado de ser un tabú o un rumor y por el contrario es un tema que se haya a la vista de la opinión pública norteamericana y que ha sido planteado y se sigue planteando por muchos miembros de la propia comunidad judía estadounidense que no apoyan las políticas de Apartheid de un estado que no los representa.

Y es que, pese a que en la relación entre EEUU y el estado de Israel se apoyó en una dinámica de costos y beneficios, como lo señalan muchos hoy, los costos para EEUU no reportan los beneficios esperados. Incluso aquel apoyo basado en la “moralidad” respaldada por las barbaridades del Holocausto y que los sionistas supieron explotar por décadas para que Washington colaborara incondicionalmente con apoyo militar, financiero, político y diplomático necesario para sostener al estado, hace un tiempo para aca se ha ido disgregando ante las evidencias de que Israel no fue ni será la democracia que el marketing mediático y sus lobistas han tratado de vender por décadas. A estas alturas, el argumento israelí del “derecho a la defensa” se desvanece ante las pruebas y en este sentido ¿Acaso los palestinos no tienen el mismo derecho a defenderse, máxime cuando se enfrentan a una potencia militar agresora y ocupante?

La sangre de los palestinos es igualmente roja que la de un judío israelí o la de un chino, por lo que ya no hay márgenes para seguir sosteniendo ese relativismo odioso y claramente racista que ha llevado a semejantes grados de impunidad.

Es por ello y tras las irremontables pruebas que se han venido acumulando sobre la arbitrariedad con la que Israel fomenta usurpaciones como las intentadas llevar a cabo en el barrio árabe “Sheikh Jarrah” de Jerusalén y la refrendada (por occidente) brutalidad de las fuerzas militares israelies sobre la población de Gaza (que causo la masacre de 77 niños) es que La Casa Blanca viene tomando en serio dar un giro de ciento ochenta grados en la relación con Israel pese, a que pueda costarle más de un dolor de cabeza a Biden.

Pero una cosa ha quedado bien clara y es que la idea de los “dos estados” ha quedado sepultada para siempre y ello no significa que Israel haya prevalecido sino, todo lo contrario.

En medio de todo esto surgen otros factores que hacen tambalear el proyecto sionista del “Gran Eretz” y que precisamente surgen de las nuevas generaciones quienes indistintamente de judíos o no, no se creen la mística mesiánica inventada por el sionismo enseñada en los colegios israelíes y propalada por intelectuales a sueldo en todo occidente.   Menos aún, la tan victimizada prédica de la persecución antisemita que ha sido utilizada hasta el hartazgo de forma maniquea dejando de lado a los palestinos, que a diferencia de los judíos sionistas que iniciaron la ocupación por comienzos del siglo XX (de origen europeo) son verdaderamente semitas.

Mucha sangre ha corrido a la sombra de la instigación y hasta incluso el involucramiento (obviamente tapado) de estos sectores recalcitrantes que han llevado al mundo a un lugar mucho menos seguro y previsible. Prueba de ello, fueron la influencia que adquirieron casualmente tras los ataques del 11/S que les permitió generar una atmósfera de miedo, desconfíanza y de odio hacia los musulmanes que propiciaría -muy convenientemente- los argumentos necesarios para que la administración de George W. Bush impulsara las invasiones sobre Afganistán e Iraq, que escondían entre otros objetivos,  planes geopolíticos más amplios y complejos orientados a reformar -entre otros- el mapa del Medio Oriente mediante el plan denominado “Medio Oriente Ampliado” (ideado por la doctrina Rumsfeld/Cebrowski y ejecutado por el Pentágono) que en líneas generales buscaría desintegrar los estados nación árabes para impulsar regionalismos confesionales sectarios que tendría un particular beneficiario ¿Quién se beneficiaría con semejante Status Quo? Claramente, Israel. Fue por ello que (por intermedio del Pentágono y la CIA) se creo al ISIS y toda esa oleada “Yihadista” pero eso ya excede el tema.

Ello es una evidencia más de cual es el método y el camino por el cual el sionismo busca consolidar sus ilegales políticas expansionistas no solo a costa de los bienes, el territorio y la vida de los palestinos sino también, de sus vecinos.

Lo cierto es que tras las últimas brutales y desmedidas respuestas militares israelíes sobre Gaza cometidas en mayo pasado (y que trataron de ser deformadas -de izquierda a derecha- por el periodismo occidental y en particular el argentino), son solo un capítulo más en la antología del horror de un estado influyente, militarista con reveladas ambiciones expansionistas y movido por una vocación colonialista que ya no puede ocultar las consecuencias inhumanas de su proceder. Todo ello ha ido causando controversias dentro de su propia sociedad que vale aclarar, no es monolítica.

Al mismo tiempo todo esto ha desatado consecuencias políticas internas y externas para el estado de Israel que han abierto un amplio debate a nivel internacional que llevan a formular preguntas tales como ¿Ha llegado el momento de que Israel y cada uno de sus responsables políticos y militares respondan ante la justicia internacional por estos crímenes? Y en lo que hace a su existencia, una muy particular que es ¿Puede ser el comienzo de una guerra civil dentro de este estado teocrático disfrazado de occidentalidad? Porque, si usted no lo sabe, el estado de Israel es un estado confesional que da preeminencia a los judíos por sobre los derechos de pobladores árabes cristianos y musulmanes palestinos y en ese plan, ha venido -por todos los medios y astucias- tratando de borrar la historia de estos sectores a lo largo de todo el territorio palestino pero en particular en Jerusalén donde se han borrado muchos rastros históricos de la cultura islámica preexistente a 1948.

En la Argentina tras las declaraciones de su cancillería condenando el uso desproporcionado del estado israelí contra la población civil palestina de la Franja de Gaza y su adhesión a investigar al estado de Israel por la comisión de crímenes de guerra (como sin dudas es el asesinato de civiles y de niños en particular), se desataron las esperables replicas de conspicuos sionistas locales -judíos y no judíos- con presencia en la política, los medios y por supuesto de la representación judía local organizada, en especial desde sus centros políticos DAIA, AMIA y la OSA quienes (representan y tratan de permear los lineamientos geopolíticos de Israel en el estado argentino) no tardaron en condenar la posición del gobierno argentino como una postura “antisemita” que, visto a la luz de lo que realmente significa el término y quienes han sido los que realmente pagan con sangre este conflicto, solo es una chicana impertinente que ya no surte efecto. Sobre esto último no hay que olvidar que otra de las tácticas comunicativas de estos sectores es la de “criminalizar” a quienes denuncian estos crímenes de lesa humanidad e incluso, muchos voluntarios humanitarios que llegan a Palestina para ayudar a los palestinos, son perseguidos y arrestados estando varios de ellos aún detenidos en las prisiones del régimen sionista.

Tampoco olvidemos que son los mismos que tratando de mantener los lineamientos geopolíticos de Tel Aviv, han descalificado de forma permanente y sin argumentos serios a quienes cuestionaron y cuestionan las acusaciones que ligeramente y sin pruebas tangibles desde hace años se vierten por los medios de comunicación contra Irán y el “Hisb´allah” libanes por los atentados contra la embajada y la mutual judía. Entre quienes sufrieron este escarmiento estuvieron el fallecido politólogo Carlos Escudé quien tras investigar y analizar las causas de estos atentados llegó a la conclusión de que nada menos que el sindicalista Luis Delia (ridiculizado y vituperado sin termino por los medios) tenía razón.

Al mismo tiempo, la embajada de Israel tampoco tardo en dar su conclusión tras la posición argentina dejando en claro que se hallaba “decepcionada”, una calificación que fue levantada inmediatamente por los medios y sus simpatizantes sionistas dándole un cariz de gravedad sobre actuada (nada nuevo en estos medios) intentando israelizar -si se puede decir- la cuestión, algo que sin dudas es solo otra forma por tratar de manipular a una opinión pública poco informada y sacar de escena a los atroces crímenes israelíes que a la luz de los últimos acontecimientos no pueden justificarse con nada.

Asimismo, estos mismos sectores son quienes al mismo tiempo se presentan como los grandes preocupados por los derechos humanos en Venezuela y también como escrutadores de la democracia global sin decir nada de las aberraciones israelíes (que no son pocas) y al mismo tiempo sin el menor escrúpulo por ahorrar argumentaciones con las cuales fomentar la intervención exterior de cualquier clase, aunque una coma después, digan todo lo contrario.

Tampoco olvidemos que estos sectores fueron quienes y ejerciendo este poder lobista, impulsaron la censura contra el memorándum de entendimiento firmado con Teherán atacando de forma puntual a quien en esos momentos era el canciller argentino, quien por su condición de judío fue tratado por estos sectores recalcitrantes como un traidor llegando al extremo de la crueldad de (solapadamente) obstruirle el acceso al tratamiento en los EEUU para mitigar el cáncer que más tarde terminaría con su vida.

Son también los que últimamente se presentan como el faro del “republicanismo” pretendiendo ser los cruzados contra la corrupción y la inmoralidad que pierden cualquier seriedad y credibilidad cuando al minuto esbozan sus simpatías por carniceros como Benjamin Netanyahu y una velada admiración política por el imperialismo anglosajón que vale dejarlo bien en claro, muy buenas migas hacen con el sionismo.

Igualmente, y pese a la cancina victimización de los victimarios hay una pregunta que no ha tenido una respuesta y ella es ¿Dónde está la voz palestina en todo esto?, ¿Por qué no hay un tratamiento y un debate amplio en el ámbito académico argentino sobre el tema palestino? Quisiéramos creer que la intelectualidad argentina (indistintamente de posiciones políticas) tiene suficiente convicción y valor en hacer valer su libertad de investigar y difundir, no dejándose presionar por estas omnipresentes influencias.

Pero como de costumbre, en Argentina las representaciones árabes e islámicas no tienen voz, mucho menos la palestina. El insulto gratuito y las deformaciones por parte de periodistas claramente parciales es una tónica que no ha cambiado con el paso de los años ¿Quién tiene la culpa por esta tendencia? Ciertamente gran parte la tiene la misma comunidad árabe e islámica local que además de no coincidir en su representatividad (porque ser árabe no es condición para ser musulmán), -y más allá de las obstrucciones para que puedan tener acceso a los medios masivos- no han tomado el compromiso político por plantear al conocimiento público la situación palestina. Este vacío que dejan es inmediatamente ocupado por quienes se encargan de pintar a Israel como la víctima cuando esta claro lo que viene sucediendo desde 1948 hasta nuestros días.

Para la opinión de algunos de estos sectores sionistas que ocupan espacios en los medios capitalinos, la decisión del gobierno de Alberto Fernández es una “locura” que va contra una comunidad con una “influencia poderosa” en el país e incluso, que intepretando sus propias sentencias, aseguran que molestaran a Israel y por ello (Israel) no donaría las vacunas que estarían prometidas por entregarle al país.

En este contexto, el arco sionista local y su representación política en el país no perdonarán esta afrenta del gobierno argentino por lo que harán pie juntillas con la embajada de Israel y estarán pendientes de los errores y las fallas en su administración que las harán parte de su campaña de escarmiento propagandistico. En lo político el escarmiento a dado inicio con la convocatoria del embajador argentino Sergio Urribarri por el Director General Adjunto para América Latina y el Caribe, Modi Ephraim quien según se dejó trascender, le expresó al representante argentino como “inaceptable” el apoyo a las investigaciones por crímenes de guerra contra Israel. Sin dudas que las admoniciones de Eprhaim fueron más allá de esta simple expresión y pese al recordatorio de los atentados en Buenos Aires, aquellas seguramente fueron acompañadas con la advertencia de posibles y lamentables consecuencias.

El tiempo dirá si el gobierno argentino cederá a las presiones de Tel Aviv y de sus aspirantes a lobistas en el país.

domingo, 23 de mayo de 2021

 

“EL ORIGEN DEL MAL”

¿Por qué y quiénes generaron la violencia que por estas horas sacude a Palestina?

 

Por Charles H. Slim

Un grupo de amigos que se hallaba reunido en un café de Gaza, allá por 2009 en momentos que Israel lanzaba uno de sus tantos bombardeos sobre la Franja no sabían que esa sería su última charla. Mientras veían por televisión las acciones de los israelíes un misil “Hell-Fire” de fabricación estadounidense disparado desde un helicóptero “Apache” dio de lleno en el edificio donde se hallaban matándolos de forma instantánea. Nadie dio una explicación del motivo ni quien fue el responsable de ese helicóptero y mucho menos cual fue el grado de responsabilidad del gobierno de Tel Aviv para que diera cuentas sobre este crimen perdiéndose así en una gran montaña de muchos otros crímenes anónimos y estadísticas numéricas a la que han convertido a los palestinos.

Para Israel la muerte de un palestino nada importa. El bombardeo del edificio “Hanadi” de doce pisos que albergaba las oficinas de prensa extranjera en medio de Gaza y  que mato a varios niños es solo uno de los ejemplos de ello[1]. Para una buena parte de los judíos israelíes las acciones del gobierno están bien e incluso los más extremistas como son los adherentes a los partidos ultraortodoxos nacionalistas como “Lehava”[2] piden mayores castigos contra los palestinos. Ese convencimiento mesiánico proviene de una educación racista (como ha testimoniado la Dra. Nurit Peled Elhanan), supremacista y deformada que ya desde la infancia (similar a las Madrazas islámicas extremistas fomentadas por la CIA en Pakistán) lavan el cerebro a los niños.

Pero ese racismo -peculiarmente- antisemita arabofobo que desde hace décadas se practica contra los palestinos también se proyecta hacia afuera. En el exterior es sabido como los influyentes Lobbies sionistas en el Congreso norteamericano además de gestionar las ayudas presupuestarias a Israel, han ido más allá esponsoreando intervenciones, invasiones y ocupaciones en el mundo árabe-islámico al amparo de las brutalidades como fue el 11/S y que sirvió (muy convenientemente) para justificar la puesta en marcha de una supuesta “lucha contra el terror” que además de generar (y pretender justificar) una avalancha de violaciones a los derechos humanos, termino empantanando a los EEUU en una de las guerras más largas, inútiles y costosas como la que aún se ve en Afganistán.

Lo mismo en la Argentina donde hay un núcleo sionista local con buenas influencias en la comunidad intelectual y de medios, pero no tan poderoso como para manejar (aún no) las decisiones gubernamentales desde el Congreso. Por ahora se deben conformar con ejercer el lobismo mediático que ejecutan con académicos, periodistas y medios adeptos al estado de Israel que se revela en el manejo artificioso de los términos y la presentación de un relato parcializado para describir lo que ocurre en Palestina. Una de sus estrategias en las que se emplea este método manipulador, es la de criminalizar a la resistencia palestina y a quienes abogan por su causa presentándoles como “agresores” y hasta como simples criminales sin tocar jamás las ilegales acciones del estado y de sus colonos extremistas importados por Tel Aviv para crear sus asentamientos en los territorios que roban. Para ello, generar un relato masivo ante la opinión pública es central para ese objetivo. Ejemplo de ello tenemos a las fabulas del patético periodista Andres Oppenheimer en su obra “Latinoamerica entre Gaza e Israel”[3] y de muchos otros obsecuentes que trabajan para cadenas anglo parlantes como la CNN que tratan de dar vuelta los hechos para justificar las asimetrías y las consecutivas brutalidades de un estado conflictivo y colonialista que como señaló el ex Secretario de Estado Henry Kissinger “se volverá inviable en unos años”.

Muchos de ellos a su vez, coinciden con ese grupo de declamadores de la democracia que -creyéndose originales- se autoproclaman como “republicanos populares” que curiosamente cierran la boca ante estas brutalidades que se cometen contra los civiles y contra colegas periodistas que si no mueren por las bombas, pueden ser detenidos (administrativamente) por el estado de Israel o influir sobre sus empleadores para que los cesen de sus puestos[4].

El argumento central que utilizan estos sectores para sostener su posición arabofoba e islamofoba se apoya en los dos ataques terroristas de 1992 y 1994 en Buenos Aires a los cuales en un primer momento adjudicaron sin ninguna prueba y basándose en las especulaciones de la inteligencia interior “Shin Beth” a la OLP[5], para luego redirigir las sospechas a Siria y cuando se hizo funcional a la geopolítica de Tel Aviv, se centraron en cargar las tintas Irán.

Se trata de la misma línea argumental con la cual justifican el armamentismo sustentado y finanaciado por EEUU y Gran Bretaña (fabuloso negocio mediante), alegando que la República Islámica de Irán está detrás de “Hamas” algo que es una verdad a medias. Así como Washington apoya a Israel, gobiernos islámicos apoyan a los palestinos. Entonces y ante la evidente disparidad ¿Por qué los palestinos se van a dejar aplastar por el poderoso y moderno armamento de las FDI sin ejercer su derecho a la resistencia?

Incluso se ha sabido que muchos de sus funcionarios gubernamentales se han jactado en público que ellos mismos han matado decenas de árabes y “no ha pasado nada”. Quien puede olvidar aquel siniestro comentario del por entonces Ministro de Relaciones exteriores israelí Avigdor Lieberman quien según el mismo comento que soñaba con despertarse una mañana y encontrar que el mar se hubiera tragado a los palestinos de la Franja de Gaza; o de aquella desagradable diputada judía llamada Ayelet Shaked que clamó muy suelta de cuerpo que “había que matar a todas las madres palestinas porque daba a luz a pequeñas serpientes”. 

En cuanto a lo que desató la actual espiral de violencia dos de los responsables “para estatales” claramente individualizados son los ultranacionalistas judíos Ben Gvir y Benzion Gopshtein conocidos por su racismo recalcitrante e impulsores de la violencia contra la población palestina (y cercanos al gobierno ultraderechista de Netanyahu), fueron quienes encabezaron a los colonos judíos que armados con fusiles semiautomáticos agredieron a familias palestinas y usurparon sus viviendas en Sheikh Jarrah.

Ciertamente son pruebas tétricas del grado de inhumanidad que conforma este arco de fundamentalistas judíos que anida en esa entidad política de raíces sionistas-europeas y que como tales, se extienden a círculos fundamentalistas cristianos en occidente denominados “neosionistas”.

Hacer un recuento de las atrocidades cometidas por Israel que se han registrado en Palestina a lo largo de su enclavamiento desde 1948 y en particular en la Franja de Gaza sería una tarea inabordable para un modesto articulo. Pero algo debe quedar claro y es que en las actuales circunstancias hay otros actores que están aprovechándose de las circunstancias para que esto termine en una espiral de violencia inacabable, prueba de ello son algunos ataques contra casas palestinas que simulando agresiones de colonos ultranacionalistas al parecer habrían sido ejecutadas por células de agentes árabes y no árabes no identificados.

No hay que olvidar la premisa israelí (o más bien sionista) que reza “por el engaño harás la guerra” desde hace un tiempo se ha convertido en una formula de extendido uso público que han explotado y aún explotan otras potencias de acuerdo a su conveniencia. Más precisamente nos referimos a las llamadas operaciones negras (Black Ops) y las “Falsas Banderas” que tienen la finalidad de crear una apariencia engañosa que en realidad encubre a sus verdaderos ejecutores y beneficiarios. Así lo vimos con los sospechosos ataques a las Torres Gemelas y al Pentágono en 2001, en los incontables ataques presuntamente “islamistas” durante la ocupación de Iraq y Afganistán, los ataques químicos en Siria e incluso en algunos curiosos episodios en Israel ejecutados por supuestas células del ISIS que muchos sospechamos un embuste elaborado entre el Mossad y la Mukhabarat saudita.

Como podrá verse, una gran contribución a la seguridad mundial. Estas tácticas sucias y engaños han pasado a ser de las más operadas por diversos actores estatales y para-estatales en diversos conflictos políticos alrededor del mundo lo que hace al día de hoy muy difícil de diferenciar quien es quien.

Ello no es novedoso e incluso da cuenta de otras execrabilidades que han causado grandes calamidades humanas lo que al mismo tiempo ha llevado a despertar el interés y la solidaridad mundial[6]. Incluso hay muchos judíos tanto dentro como fuera de Israel que desprecian en silencio y se oponen a estas políticas de “Apartheid” llevando a muchos otros a dar sus testimonios vivenciales de lo que, en momentos que sirvieron en las Fuerzas Armadas y en las agencias de inteligencia muchos de sus camaradas cometieron en incursiones contra las poblaciones palestinas[7].

Al mismo tiempo y como estrategia para tratar de encubrir estas denuncias y en general sus acciones violentas, el sionismo se adueñó de la identidad cultural y religiosa del judaísmo para escudarse detrás del término “Pueblo judío” como forma de justificar las acciones del aparato represivo estatal arrogandose una representación que muchos judíos no reconocen. Es por ello que muchas marchas y manifestaciones dentro del mismo Israel claman contra esta barbarie bajo el slogan “No en mi nombre”. Igualmente, la gran corporación de medios occidental que deforma continuamente lo que allí sucede, hace un gran aporte para que esto no llegue al conocimiento masivo.

Pero a pesar de tanto cinismo, impunidad y brutalidad, el mundo ha ido tomando cada vez más conocimiento y compromiso para investigar lo que realmente ocurre en Palestina y de esa manera separar como dice el dicho “la paja del trigo” que por cierto, es mucha la basura que se ha plantado mediáticamente para tapar los incontables y poco explicables crímenes de Israel. Esto último especialmente en Occidente donde a pesar de mascullar continuamente la palabra democracia y respeto a los derechos humanos, se hace todo lo posible para que no se hable de lo que sufren los palestinos.

Por el contrario en Oriente y más precisamente en países del mundo islámico la conciencia popular del sufrimiento al que se somete a la población semita palestina, es histórica y persistente llegando a plasmarse incluso en jurisprudencia como ser la generada tras la condena a la que arribo el Tribunal de Crimenes de Guerra de Kuala Lumpur en 2013 contra los crímenes de genocidio cometidos por el estado de Israel[8]  que más allá de que no sea reconocida por occidente, en un futuro próximo debería tener su correlato en las instancias judiciales internacionales de la Corte Penal Internacional.

 



[1] FRANCE.24.COM. “Más de 60 muertos deja escalada entre Hamas e Israel; no hay signos de apaciguamiento”, 12/05/2021, https://www.france24.com/es/medio-oriente/20210512-enfrentamientos-israel-hamas-gaza-cohetes-escalada

[2] Partido ultranacionalista sionista que además de promover la violencia contra los movimientos LGBT, los matrimonios intrareligiosos, se opone a la presencia de los cristianos y por supuesto de los musulmanes. https://en.wikipedia.org/wiki/Lehava

[4] Este fue el caso de la periodista Emily Wilder de Associated Press que fue despedida por criticar la brutalidad israelí en Gaza y Jerusalen, https://www.theguardian.com/media/2021/may/21/associated-press-emily-wilder-fired-pro-palestinian-views

[5] Organización para la Liberación de Palestina por entonces liderada por Yasser Arafat. https://es.wikipedia.org/wiki/Yasir_Arafat

[6] PÁJARO ROJO.COM. “SOLIDARIDAD PRÁCTICA: Manual del boicot a Israel (BDS): lo que podemos hacer para ayudar a los palestinos”. Juan José Salinas15/05/2021, https://pajarorojo.com.ar/?p=53427

[7] Organización terrorista militar israelí dirigida por criminales de guerra: ex piloto

Por Editores VT -19 de mayo de 2021, https://www.veteranstoday.com/2021/05/19/israel-military-terrorist-organization-run-by-war-criminals-ex-pilot/

[8] GLOBALRESEARCH.CA. “Israel acusado de crímenes de guerra y genocidio. Sentencia completa de 2013 del Tribunal de Kuala Lumpur”, Por el Tribunal de Crímenes de Guerra de Kuala Lumpur

Global Research, 18 de mayo de 2021, https://www.globalresearch.ca/israel-charged-with-war-crimes-and-genocide-complete-judgment-of-kl-tribunal/5359433

viernes, 21 de mayo de 2021

 

“POLITICA DE LA RESTRICCION”

Cuando además de la falta de recursos y políticas de estado no existe imaginación. El dilema interminable de un estado no administrado

 

Por Pepe Beru

El anuncio presidencial del jueves 20 de mayo no sorprendió a nadie. Una vez más un Alberto Fernández, con un tono monocorde y forzando una impostación que pretendía proyectar preocupación y a la vez decisión para afrontar la situación imperante, repitió lo que ya había dicho un año atrás; volver a fase uno. Solo faltaron los aplausos y las risas editadas para este nuevo “sketch” de un gobierno de comedia.

A pesar de que no sorprendió su anuncio de un renovado encierro para “todos y todas”, no habían pasado dos días aún cuando éste mismo presidente ante los cuestionamientos y la severa crisis socio-económica que parece ir a ninguna parte, aseguraba que no volvería a la fase uno. Esto no solo demuestra la falta de palabra del mandatario sino también el origen de su falta de autoridad que destaca su gobierno.

Una vez más, el encierro es la política de estado para tratar de combatir un virus que las vacunas y en especial la rusa SPUTNIK V tienen un 90% de efectividad. Entonces ¿Por qué el gobierno no se ha provisto con las suficientes dosis para no llegar a la presente situación? No olvidemos que allá por diciembre del 2020 este mismo presidente aseguraba que para enero 2021 llegarían 10 millones de vacunas. Pero eso no sucedió por varias causales que el mandatario no pareció prever; otra muestra de falta de organización para atender esta crisis. Promesas y más promesas rotas que no ayudan a que su gobierno y mucho menos su persona tenga algo de credibilidad.

Estas falencias son captadas y capitalizadas por los anglófilos de los medios locales que no hay que olvidar, se encargaron durante todo el año que paso, por vilipendiar la capacidad de las vacunas rusas por el solo prurito rusofobo de origen británico al que adscriben y en un intento lobista por posicionar a las vacunas de los laboratorios americanos y europeos.

Es muy posible que en Moscu hallan establecido prioridades para la producción y distribución de sus vacunas que, pese a la agresiva campaña mediática de medios y periodistas anglófilos que campean en el país, no afectarían los acuerdos establecidos con Buenos Aires. Pero no sería de extrañar que Valdimir Putin y su gabinete ante las constantes pruebas de falta de decisión, seriedad y organización de sus colegas argentinos halla determinado que estos no eran lo suficientemente fiables como para ser parte de esas prioridades. Solo por un momento usted haga este ejercicio mental: Imagine que los rusos hubieran acordado entregar 10 millones de dosis, las cuales acopiarían en hangares del aeropuerto internacional de “Sheremetievo” a condición de que los argentinos vinieran a buscarlas en un convoy aéreo de cuatro aviones de transporte debidamente acondicionados para la tarea ¿Cree usted que estaban en condiciones los argentinos para cumplir con esta clausula contractual? Y la siguiente pregunta es ¿Por qué no podrían haber cumplido? Por la falta de cantidad de aparatos, repuestos y protocolos militares para ejecutar una operación semejante.

La ausencia de una Fuerza Aérea con capacidades razonables para operar en un país de la extensión de la Argentina es algo de lo que la clase política y en particular la coalición gobernante son responsables. El único avión de esas características que aún mantienen es una minúscula flota de seis aviones C-130 “Hércules” que pese a no ser precisamente un aparato ideal para estos menesteres (por falta de refrigeración centralizada), es mucho más viable que un avión de línea. Si Fernández y Cia imaginaban que los rusos o los chinos les iban hacer un “delivery” de vacunas a domicilio, se equivocaron muy mal demostrando que además de improvisados, poco o nada conocen sobre lo que sucede fronteras afuera.

Pero tampoco se imagine usted que si los anglófilos de “CAMBIEMOS” y los proto sionistas del “PRO” hubieran estado en el poder aquí hubieran ido mejor las cosas. Olvidenlo, su obsecuencia fue tan notable como su ineficacia para administrar. La experiencia del gobierno de Macri, en rasgos generales y centrándonos en lo que hace al estado nación, dejó bien en claro que no fueron mejores ni lo serían en un futuro.

El principal problema que se ha reportando para la Argentina en esta crisis es su falta de material para operar. Mientras otros países en los primeros días de esta crisis sanitaria trabajaban de forma ingente y agresiva por conseguir recursos para llevarlos a sus respectivos países, el gobierno argentino y la clase política toda solo se avocaba a realizar inacabables comentarios, discursos en programas de TV y especulaciones que terminarían en más de un año de confinamiento para no resolver nada. Como se pudo ver, no hubo lugar para los hombres y mujeres de acción quienes podrían haber marcado la diferencia ante tanto discurso flemático.

Los nuevos anuncios de un renovado confinamiento no hacen otra cosa que augurar dos posibilidades: Profundizar la crisis socio-económica o mermar de forma imperceptible e inútil la llamada circulación del virus, o incluso ambas al mismo tiempo. Ciertamente que el virus no circulará, pero mucho menos desaparecerá manteniendo a las personas dentro de un espacio cerrado; por el contrario se potenciaría. Sin dudas existe un prurito por encerrar e inmovilizar a los ciudadanos que va más allá del interés meramente sanitario.

Si hay algo de lo cual muchos argentinos están cansados es de este gobierno de médicos e infectólogos, los mismos agoreros de la muerte y de visiones apocalípticas que campearon por los medios televisivos y radiales el año pasado y que ante las nuevas circunstancias, retoman protagonismo. Incluso más, los mismos consumidores de esos medios ya están cansados de presentadores y periodistas diletantes con notorios visos de operadores de este gobierno galeno que lo único que busca es sembrar el terror y la culpa en cada uno de ellos.

La mayor parte de la población, aunque demuestra una excesiva abulia y ausencia de voluntad por hacer valer sus derechos ante los atropellos gubernamentales, esta harta de estas soluciones que no solucionan nada y que despiertan acciones rebeldes de carácter individual. Es a esto último lo que Alberto Fernández y su gobierno temen de forma pasmosa, pero al mismo tiempo temen ejercer el monopolio de la fuerza estatal por un simple motivo: Elecciones en puerta. Igualmente, cabria preguntarse y ante las evidencias científicas ¿Qué peligro representa un sujeto que camina solo al aire libre sin agruparse o con propósitos similares?, ¿Si alguien desea salir a tomar aire será perseguido por el estado? Estas cuestiones son las que movilizan a los espíritus libres.

Y son estas rebeldías individuales las que horadan la ya de por si lábil autoridad del gobierno y que dicho sea de paso aclaremos, aquellos rebeldes no responden a la oposición política tan inoperante, no creíble y falta de representatividad como quienes los bendicen en los medios.

Como siempre he dicho, se trata de un nuevo paso atrás del cangrejo. Así es la historia cíclica de este país y quede claro, que no es la culpa del país sino más bien, de una cultura que se ha venido desarrollando desde 1983 hasta el presente de falsas dicotomias y excesivas atribuciones que terminaron por comerse las bases de una ya muy discutida institucionalidad republicana. Es por ello que cuando se oyen desde algunos atriles de las empresas mediáticas a intelectuales y periodistas que se rasgan las vestiduras por la actual situación haciendo alarde de ser los representantes de un (carcajadas) “republicanismo popular”, poniendo en evidencia en sus posiciones una ineludible discriminación sinofoba, rusofoba y claro, islamófoba, por lo cual poca entidad pueden tener para ser tomados en serio.  Igualmente, eso no hace mejor al actual gobierno ni mucho menos.

 

 

 

domingo, 16 de mayo de 2021

 

“UNA  POLITICA MESIANICA”

Hasta cuando se sostendrá la diabólica lógica de que unos son más elegidos que otros

 

Por Charles H. Slim y Yossi Tevi

Hace dos semanas atrás gavillas de judíos ultraderechistas armados con sus fusiles semiautomáticos provistos por las FDI y por los dineros de los donantes sionistas occidentales, como los chacales, comenzaron a merodear la barriada palestina de “Sheikh Jarrah” en el norte de Jerusalén con sus nada buenas intensiones. No paso mucho para saber que los palestinos no estaban equivocados. Tal como lo esperaban los vecinos árabes, estos salteadores regresaron días después con más refuerzos y esta vez con la intensión de apropiarse de sus hogares. Esto que ocurre aquí en “Sheikh Jarrah” no es nuevo para los palestinos. Hace años que Tel Aviv y en especial desde que Donald Trump dio su apoyo expreso a las políticas de “Apartheid” de Benjamín "Bibi" Netanyahu, ha estado impulsando (con mucha discreción) a estos sectores extremistas para que y por todos los medios posibles, vayan apropiándose de las casas y propiedades de los palestinos en Jerusalen con la cobertura de las fuerzas policiales y militares del estado.

Sumado a esto, las continuas usurpaciones de territorios y aldeas demolidas para ser ocupados por asentamientos judíos financiados por grandes corporaciones y emprendimientos occidentales dan un marco y trasfondo a la impunidad de una violencia que no cesa. Es ante estas violentas y arbitrarias circunstancias que debemos preguntarnos y ¿Por qué no pueden defenderse los palestinos?, ¿Deben tolerar pasivamente que les opriman, roben y maten?

Muchos y muy graves son los hechos que ha causado esta política de voracidad expansionista, típica de los estados europeos colonialistas del siglo XIX y comienzos del XX con la cual paradigmaticamente se rige el sionismo y que como de costumbre sostiene la política angloestadounidense. Este sostén se ha visto en las últimas declaraciones del presidente Biden y su Secretario de Estado Anthony Blinken (administración que presume ser el faro de la democracia) señalado por una fracción del Congreso liderada por la representante demócrata por Michigan Rashida Tlaib quien señaló entre otras consideraciones que “en ningún momento se ha reconocido la humanidad de los palestinos”, demostrando que incluso en los EEUU no hay lugar para las connivencias y llana tolerancia con las que Israel contaba en el pasado.

Un niño palestino muerto 

Tampoco existe en Gran Bretaña unanimidad para justificar las presentes acciones de Israel, donde hasta los sectores conservadores que históricamente y en alguna medida sostuvieron sus pasadas arbitrariedades, hoy usan palabras tales como “represalia desproporcionada” que tanto fastidian a los sionistas sudamericanos, en particular a los argentinos y que expresamente fustigaron en el posicionamiento del gobierno argentino. Pero los británicos no hacen esto por razones de humanidad o de empatía sino, porque ven en la continuidad de estas atrocidades peligrar la vigencia de los “Acuerdos Abrahamicos” firmados por Israel con algunos países árabes en especial los del Golfo con quienes Londres tiene grandes intereses.

Los eventos que han desatado esta espiral de violencia tuvieron origen en las constantes agresiones y usurpaciones de casas en Jerusalen y que vienen agravándose desde que Donald Trump en diciembre de 2017 concedió a Israel y de forma arbitraria el título de capital. A partir de allí las bandas de colonos ultraderechistas que están respaldadas por fuertes influencias políticas y financieras externas, dieron rienda suelta a sus actividades terroristas contra la población palestina.  No hay argumentos que la justifiquen, mucho menos los que apelan a los pretendidamente sacados de la escatología religiosa que para decirlo de una forma entendible y grosera para quienes no conocen el origen de todo esto, se resumiría en un argumento que se basa en que “Dios les habría otorgado un titulo inmobiliario sobre toda Palestina”, una inconsecuencia convertida en teología imposible de probar. Sin dudas esto es tan mesiánico e injustificable como aquellos que poniendo al Islam por delante, matan en nombre de Dios.

Los mismos sionistas europeos que operaron desde comienzos del siglo XX para ir filtrándose en Palestina y por medio del terror subvertir el protectorado británico y comenzar a ganar terrenos árabes, sabían que estaban robando y matando a sus propietarios por lo cual era esperable una reacción en su contra, tal como sucedería en la revuelta de1936 y como se produciría en 1948 tras una larga lista de crímenes (con masacres como en Deir Yassin), la matanza en Qibla en 1953, Sabra y Chatila en 1983 y muchas otras que llegan hasta nuestros días. Incluso el mismo Ben Gurión reconoció que esto era lo menos que podían esperar por robar los territorios de los palestinos.

La impotencia y la ira reinan entre los palestinos quienes se ven entrampados en un laberinto siniestro, administrado por un estado teocrático (porque Israel según su constitución es un estado Judío) que no tiene escrúpulos al momento de pasar por encima de los derechos humanos de los palestinos. Ante la evidencia de los hechos esto es innegable. Al día presente los palestinos se hallan a merced ya no solo de las fuerzas militares de ocupación y sus siniestros cuerpos de inteligencia como el “Shin Bet” sino también, por grupos de enmascarados quienes vestidos de negro y movilizados en vehículos sin chapa identificatoria atacan y secuestran a los palestinos en la vía pública. Los palestinos saben muy bien que son estos “colonos”, quienes son ingresados por Tel Aviv en un plan de hacer una guerra demográfica con el claro objetivo de “judeizar” los territorios sostenida con la ideología mesianica del sionismo que se simplifica en el “Eretz Israel” (Gran Israel). 

Desde que Yasser Arafat murió en 2006 los palestinos han quedado huérfanos de un liderazgo político con suficiente fuerza y entereza para plantarse ante Israel. Hoy por el contrario solo existe una administración meramente decorativa a cargo de un hombre viejo y sin consenso que se ha transformado en una mera marioneta de los juegos políticos de Tel Aviv.   

En occidente y en particular en los medios argentinos nada se dice de todo esto, algo que no asombra si vemos quienes son los que manejan las empresas dedicadas a la información y el entretenimiento local. Nada nuevo en estas posiciones obsecuentes y faltas de imparcialidad que no desaprovechan oportunidad (movidos por una advertible islamofobia) para tratar de conectar a Irán con todo lo que ocurre. Precisamente, para distraer y entretener a la opinión pública de estas execrables acciones, están quienes bajo la tarea de comunicadores y especialistas de estos lares, difunden una imagen apegándose a la línea política de la embajada de Israel y EEUU cambiando el ángulo de los hechos, relativizando los daños humanos contra los palestinos e incluso invirtiendo la secuencia de inicio de los mismos.

Con la acostumbrada métrica del relato de los “agredidos” y los buenos de una película, los informadores argentinos (medios y periodistas) no dicen nada de las acostumbradas brutalidades que acomete el ejército israelí contra los civiles y mucho menos los actos delictivos de los “colonos” quienes dicho sea de paso, se comportan como hordas de matones armados, compuestas por judíos extremistas llegados de varios países incluyendo a la Argentina. Todo esto viene sucediendo desde hace décadas, pero como las arbitrariedades que viene cometiendo Israel mediante estos colonos (que no son árabes-israelies) con los crímenes que han cometido en “Sheik Jarrah” han llegado al summum de lo intolerable, como diría alguien “el olor es demasiado apestoso como para poder taparlo” acuden a sofismas e incluso a la intimidación indirecta haciendo alegorías a lo poco conveniente que es para el país criticar a Israel, esto último en alusión a la posición del gobierno argentino ante esta situación.

Para escenificar el cuento mediático y darle ese aburrido y acostumbrado cariz victimista al que hicieron un culto los sionistas, el cambio de las palabras y los significados es central para decir algo que se asemeja a la realidad, pero con una intensión completamente diferente.  Estos informadores (con la obvia venia de sus empleadores) colocan como dice el refrán “el carro adelante del burro” y así cambian la realidad de los hechos como una forma de justificar lo injustificable. Durante años y cuando no existía internet, fue fácil para los gobiernos de Tel Aviv, para los militantes sionistas y para sus adeptos en los medios, desinformar sobre hechos similares e incluso, ocultarlos deliberadamente. Muchos crímenes cometidos al amparo de la oscuridad y la complicidad de occidente quedaron sepultados como muchos palestinos enterrados en fosas comunes. Desde aquellas masacres de Hebrón en 1994 y las cometidas en Belen en 1999 difundidas por canales de televisión regionales y el asalto de las FDI al barco con ayuda humanitaria a Gaza el 31 de mayo de 2010 que fue trasmitido en vivo por internet sin que los israelíes supieran que estaban siendo vistos por millares de internautas, llevó a que sus cerebros en inteligencia y seguridad tomaran nuevos recaudos y plantearan otras estrategias mediáticas para tratar de reducir el impacto de “excesos” similares.

En 2018 en la llamada movilización del retorno que llevó miles de palestinos a marchar a la cerca colocada por Israel para aislar a la Franja de Gaza de los demás territorios palestinos, sus soldados hirieron y mataron a decenas de palestinos sin que ello hubiera desatado un solo comentario en los medios y mucho menos en el gobierno argentino de ese entonces. En esos eventos se pudo comprobar que los tiradores israelíes disparaban a las piernas (de hombres, mujeres o niños) con municiones prohibidas por las Convenciones internacionales con la sádica intensión de dañarlos de por vida. El desagradable efecto de estas balas expansivas era la voladura literal de sus pies o parte de sus piernas con lo cual, actualmente hay varios cientos de mutilados y lisiados palestinos que dan testimonio de esta brutalidad inexcusable. Obviamente, nada de esto se quiso mostrar en los medios argentinos y en el que de algún modo se trato el tema, algunos de estos informadores con un velado prejuicio islamófobo, que coinciden con el ideario sionista, no dudaron en demostrar su candente parcialidad pro-israelí justificando esas execrabilidades con los argumentos más inverosimiles que alguien se podía tragar.

Según estos lamentables pero esperables desinformadores han acusado a “Hamas” y a otros grupos de la resistencia de haber sido quienes iniciaron los ataques “lanzando misiles” y que Israel se vió empujado a responder, algo que además de taimadamente malicioso es rotundamente falso.  Primero que todo, las golpizas, las usurpaciones y las profanaciones a la Mezquita “Al Aqsa” que se vienen ejecutando desde hace años son soportadas a costa de la sangre de los palestinos. En lo referente a los medios y su particular forma de describir los hechos, hay que precisar que los palestinos no tienen misiles en el sentido estricto del termino (Proyectil Autopropulsado con carga explosiva dirigido por medios electrónicos) sino cohetes artesanales (construidos por ellos mismos) que solo es un vector sin guía alguna con una carga explosiva (a la cual se le agrega metralla casera como clavos y vidrios) que es impulsado por un motor de combustible sólido.

A su vez Israel, además de misiles con alta sofisticación tecnológica y mortíferas cargas explosivas (con sus propias metrallas incluidas), no duda en bombardear a las poblaciones urbanas de Gaza con armas químicas como son las bombas de fósforo blanco y mucho menos con obuses de artillería de 155 mm que además de tener ojivas con “Uranio empobrecido” (veneno radiactivo) sin dudas carecen de cualquier guía que les de precisión y por ello caen al azar. Estos señalamientos se hacen tras desafortunados comentarios de algunos obsecuentes representantes de la política argentina que condenaron a “Hamas” por usar cohetes sin guía y justificando a Israel porque según sus puntos de vista “por lo menos usan misiles guiados” queriendo explicar que solo “matan terroristas”, una falacia maliciosa insostenible.

Familia Kilani muerta en Gaza

Hay en estos detalles una desproporción y un despropósito que pretenden maquillar detrás del artificioso uso de las palabras y claro, de argumentos tirados de los pelos, toda la destrucción y la calamidad humana que ya causó el estado de Israel. La ocupación militar y la opresión imperante de este estado sobre los palestinos que ya cumple siete décadas es imposible de justificar. No permitir a los palestinos resistirse a estas políticas racistas y de limpieza étnica es ir contra un derecho humano universal, mucho más cuando el agresor está muy bien definido y éste se aprovecha de la desproporción material y su impunidad política (proveídas especialmente por EEUU) con la que cuenta. Un costoso misil balístico o uno guiado por láser que cuesta más de 20 millones de dólares lanzado desde un avión F-16 es algo incomparable a un cohete “Qassam” de elaboración casera en talleres palestinos o incluso de otros adquiridos externamente ¿Qué defensa tienen los palestinos contra estos costosos ingenios de la industria militar israelí? O incluso también ¿Qué propósito militar tiene bombardear las oficinas de medios informativos árabes o incluso occidentales que están cubriendo los hechos en el terreno?

Ante estos cuestionamientos escucharemos respuestas que rayan el cinismo negando la realidad de estas desproporcionalidades y en otros casos, sintiéndose ofendidos muchos de los representantes de la posición israelí ante las evidencias, muestran fastidio y el silencio.

A contraposición de ello, desde hace años que los aviones israelíes vienen bombardeando la Franja de Gaza sin que estos mismos medios informativos y sus insignes presentadores, hallan levantado un solo comentario sobre las horrendas consecuencias causadas entre la población civil palestina. Cuando matar con bombas y misiles se ha hecho políticamente malo para las relaciones públicas, Israel no ha dudado ni duda de usar otros métodos más silenciosos y cobardes. O sino por ejemplo, ¿Cómo podrían explicar el corte de suministro de agua potable por el gobierno israelí a la Franja de Gaza e incluso, el envenenamiento de la misma con toxinas que enferman a sus consumidores, en especial a los niños? Mucho menos se atreven a explicar la real situación existente que no es la de una guerra (como gustan hablar), sino de una ocupación y una continua usurpación de territorios que además de arbitraria, es contraria a las normas del derecho internacional y a las previsiones de Naciones Unidas. Simplemente, hay una visión escandalosamente parcial y para peor, fanática pro-israelí de lo que sucede allí.

Hace ya bastante tiempo que los israelíes y en particular estas bandas de colonos extremistas, vienen provocando, causando daño y muerte a los palestinos. Sin dudas que estos criminales son una avanzada “proxie” de las deleznables agencias de inteligencia y cuerpos “antiterroristas” de Israel, esas mismas que se especializan en secuestrar, golpear y torturar a hombres, mujeres y niños utilizando tácticas sucias y la complicidad de los gobiernos anglosajones para cubrirlos políticamente; sin dudas, son una contribución al respeto de los derechos humanos de los que se jactan muchos de estos sionistas (pro-israelies no judíos) en las entrevistas en cadenas de televisión.

Una vez más y como lo han hecho en otras oportunidades, los israelíes bombardearon sin piedad la Franja de Gaza teniendo como blancos escuelas, mezquitas y centros de salud. Uno de los ataques aéreos demolió parte de las instalaciones del hospital “Hala Shawa” ubicado al norte de la franja. En cada uno de estos ataques murieron niños y mujeres que no tuvieron la mínima oportunidad pero esto, es algo que Israel ya ha cometido con anterioridad confiado de que contara con la impunidad que le proporciona su influencia. La pregunta que deberíamos hacernos es ¿Hasta cuándo se podrá soportar esta impunidad de un estado que se cree con una especie de superioridad moral para pasar por encima de la ley y los derechos humanos ajenos?