GEOTERRORISMO
¿Se halla el mundo ante una nueva dimensión de la significancia de la palabra
terrorismo?
Por Charles
H. Slim
Así como en la vida la evolución es uno de los parámetros de la naturaleza humana, lo mismo sucede con la ciencia en todas sus disciplinas. En la geopolítica vemos como ha ido cambiando y adaptándose conforme a los procesos de cambio en las relaciones internacionales con consecuencias de alcance global.
Pero más allá
de los academicismos, la realidad es la que marca la pauta en cómo evolucionan
ciertas disciplinas y situaciones del diario vivir. Sin dudas, la geopolítica
ha evolucionado, tanto en sus aspectos positivos como negativos estos últimos en
la práctica de medidas como son la presión política-diplomática, las
retaliaciones y las acciones hostiles para doblegar a un oponente.
Las
sanciones económicas, el congelamiento de activos y su apoderamiento aprovechando
el control del sistema financiero (SWIFT)[1],
son los ejemplos más claros del uso y manipulación de la economía y las
finanzas como otra arma de terror de alcance global[2].
Esto es lo que se denominaría Geoeconomía en el sentido negativo del término.
Así vemos
como el Terror, ha ido evolucionando en cuanto a su uso y alcance. El
terrorismo como táctica, se ha vuelto crónico en la vida política de ciertas
regiones y que por su abrumador uso paso a ser una estrategia geopolítica de
algunos estados con planes hegemonistas y es ahí donde es propio de hablar de
geoterrorismo. Si hay un antecedente de esto ese fue el terror nuclear en la
guerra fría.
Ante todo,
el terrorismo no es una ideología o una política identificable con una etnia,
religión o nacionalidad como de forma maliciosa se ha estado implantando desde
los centros de poder occidentales durante las últimas décadas. El terrorismo es
una táctica bélica con una finalidad política (o geopolítica) que tiene un gran
componente psicológico o mejor dicho, es el desencadenar un hecho muchas veces
cruento para crear un impacto psicológico en el colectivo al que va dirigido.
Así, el
acto de terror no se restringe al coche-bomba, o al hombre-bomba, aviones
estrellándose contra torres (como la farsa del 11/S) o a un ataque con
metralletas en un sitio público que durante las últimas tres décadas se le han
endilgado de forma arbitraria y deliberada a los musulmanes tratando de hacer
creer que ello es parte del Islam[3].
El acto de terror pretende crear esa sensación de inseguridad y desprotección,
encender odios y desconfianza tal como la plantada por los medios “guerra
sectaria” en Iraq. Estos ejemplos solo son variaciones o modalidades del
terrorismo destinado a crear terror y como bien ya vemos, los comete cualquier
interesado en crear esa sensación entre un colectivo determinado.
Así como
las organizaciones paraestatales o no estatales (como ser guerrillas o células
terroristas) han hecho de esta táctica asimétrica una de sus armas más empleadas
para lidiar contra estados y potencias militares ocupantes, también es cierto
que estos últimos también las han empleado y siguen haciéndolo con solo una
diferencia: Los recursos con los que cuenta para llevarlos a cabo. En la
mayoría de los casos, al ser una táctica sucia las agencias gubernamentales la
emplean bajo la modalidad denominada “Bandera falsa” con el doble propósito de
encubrir su autoría y crear disensiones políticas internas en el enemigo[4].
Ejemplo más
cabal de este último caso son los atentados terroristas que agencias
atlantistas (encabezadas por la CIA y el MI6) valiéndose de células neonazis y
criminales a sueldo cometen contra civiles en Rusia (como hemos estado viendo
en Kursk, Belgorod o ya antes en Donbass) o incluso contra algunos intereses de
sus propios aliados (caso de Alemania por el gasoducto Nord Stream 2[5]).
Dos ejemplos
muy notorios de como estados y organizaciones supraestatales también usan el
terrorismo como un arma, son el programa GLADIO[6]
de la OTAN (creado como un ejército irregular anticomunista en la guerra fría) o
las construcciones “contrainsurgentes” de las agencias de inteligencia occidentales
(lideradas por la CIA) como fue la “Operación Ciclón”[7]
que dio lugar al surgimiento “Al Qaeda”[8],
“Al Qaeda-Iraq”[9] o
los “Muyahidin Al Khalq”[10]
para desestabilizar a Irán, en todos ellos bajo la cooperación de las Mukhabarat
árabes de las monarquías petroleras del Golfo. En los dos primeros casos más
tarde serían empleadas -para dividir a las resistencias tras las ocupaciones-
bajo nuevas denominaciones y reequipados (ISIL, ISIS, Al Nusrah)[11]
en Libia, Siria, Iraq y Afganistán.
Siguiendo,
el terror en su formulación de “terrorismo” no se limita a estos actores ni a los
llamados “atentados terroristas” volando edificios o masacrando grandes
cantidades de personas. También los ejecutan los estados autodenominados como
“democráticos” imitando estas modalidades o directamente con sus propias armas
para masacrar grandes cantidades de personas con una finalidad evidente,
aterrorizar al enemigo tal como lo hace hoy Israel (de todas las formas y
modos) en la Franja de Gaza o lo ha demostrado con sus arteros ataques en
Beirut y Teherán.
Tampoco se
resume a estos ejemplos. Si queremos ver un verdadero ejemplo de lo que
llamaría geoterrorismo, eso lo vivimos apenas unos años atrás. En 2020 los
habitantes de este planeta hemos sido víctimas de una escala superior de
terrorismo que se llamó “pandemia de Covid”[12]
y el cual claramente, no fue orquestado por el “terrorismo islámico” ni por
otra fabulada cantinela que la corporación de medios repite para el poder político.
Su
instauración y despliegue provino de los más altos niveles del poder global y
que obviamente tienen sus sedes en Occidente. Tal fue el poder del terror
implantado que se logró confinar a una buena parte de la población, conmover la
psiquis colectiva con el miedo a enfermar, destruir sus modus vivendi y lo más
importante para estos sectores, poner el mundo al borde de una crisis
económico-financiera que serviría para el “reseteo financiero” y de lo cual aún
persisten en conseguir.
Sin dudas
que por el alcance y grado de manipulación que se inyecto desde organismos
internacionales como la OMS -carente de independencia- y de allí a los
gobiernos (con EEUU a la cabeza) y de estos por intermedio de los medios de
comunicación hacia la población, tuvo un gran éxito en probar como se puede
manipular a las masas bajo un bulo creado y presentado un mes antes de su
declaración en una “simulación” presentada denominada EVENT 201[13] en
New York por la Fundación Bill y Melinda GATES en conjunto con el Foro
Económico Mundial, la Universidad Johns Hopkins y el conocimiento del
Establecimiento norteamericano representado en ese evento por la CIA. Aún hoy y
por dicha manipulación se están viendo las consecuencias que trajo aparejado el
fabuloso negocio de las vacunas para los laboratorios privados y la casta de
charlatanes (médicos, virólogos y epidemiólogos) presentados 24 horas al día como
los salvadores de la humanidad.
Es por eso
que debemos ser conscientes de que estamos en una nueva instancia en la
evolución del terrorismo y que más allá de las implicancias de ciertos actores
estatales, se halla por encima de cualquier estado.
[1] Sociedad
para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales’ con sede en
Bruselas, Bélgica: https://es.wikipedia.org/wiki/SWIFT
[2]
Tras la guerra en el golfo pérsico de 1991, EEUU además de la batería de sanciones
que la ONU (implicada en los negociados de Petróleo por Alimentos) impuso a
Iraq y que costó la vida de más de 500 mil niños, se apoderó de los recursos
financieros iraquíes en bancos estadounidenses y europeos buscando ahorcar la
economía del país árabe. Dichas medidas unilaterales carecían de legalidad al
igual de las que luego implementaría contra países como Siria, Irán, Venezuela
y actualmente contra Rusia y China.
[3]
Esa fue la intensión de la entonces administración de George W. Bush y su circulo
de neoconservadores con el finde justificar lo que luego veríamos con
invasiones y toda clase de violaciones a los derechos humanos en los países
ocupados. Estos planes ya habían sido delineados a comienzos de la década de
los 90s en un “paper” por Paul Wolfowitz y modificado por Richard Perle en 1996
enfocados a beneficiar la geopolítica israelí. Al mismo tiempo ello reporto uno
de los negocios más lucrativos y siniestros del aparato de inteligencia
estadounidense que se resumirá con la llamada “Lucha contra el terrorismo”
financiado con insondables fondos.
[4]
Durante la ocupación de Iraq lo que menos hubo fue seguridad y los ataques
terroristas cruzados contra musulmanes chiitas, sunitas y cristianos llegaron a
niveles inimaginables sugiriendo que eran ejecutados por elementos que respondían
a los invasores.
[5]
Ante las incomodidades políticas surgidas por las inocultables implicancias
estadounidenses y de agencias de inteligencia nórdicas en el sabotaje de los
gasoductos y el fracaso en acusar a Rusia, hoy la justicia alemana hace malabares
para encubrir aquello.
[8]
Aquí hay algunos puntos a considerar sobre el real origen del “terrorismo
islámica”:https://iela.ufsc.br/24-cosas-sobre-isis-y-al-qaeda-que-no-quieren-que-sepas/
[9]
Esta subsidiaria apareció en Iraq por mediados del 2004 tan pronto los
angloestadounidenses invadieron el país e inmediatamente fueron combatidos por
la resistencia iraquí acusándole de ser funcional a los invasores. Tras el conveniente
asesinato en junio de 2006 de su jefe Abu Muzab Al Zarqawi, sindicado por la
resistencia iraquí como agente de la CIA, apareció el ISIL una versión mejorada
ideada por la inteligencia militar bajo el comando del General David Petraeus y
que reaparecería en junio de 2014 como “Estado Islámico”.
[10] Convenientemente,
Washington los presenta como “resistencia” y en ese plan les presta apoyo para
impulsar operaciones contra Teherán https://www.cfr.org/backgrounder/mujahadeen-e-khalq-mek
[11]
Estos actores supuestamente islamistas fueron sospechosamente funcionales Washington
y sus aliados justificando con ellos, intervenciones, más avances y ocupaciones
sobre regiones estratégicas con importancia geopolítica, comercial y económica
por los recursos que alberga (Como la provincia siria de Deir Ezzor ocupada por
los EEUU).
[12] Un
virus denominado SarS-CoV 2 que los medios en occidente siguiendo el libreto de
Washington y de la OMS, lo vincularon a un pangolín o a un murciélago de un
mercado en Wuhan, China.