viernes, 16 de agosto de 2024

 

KURSK: UN PASO EN FALSO

¿Cuáles son las verdaderas implicancias en incursión ucraniana sobre Kursk?, ¿Estrategia o acto suicida?

 

Por Pepe Beru

Una vez más, la inteligencia electrónica, vigilancia y reconocimiento de la OTAN ha sido puesta al servicio ésta vez, de una desesperada operación suicida de Kiev que tiene un objetivo claro: Tomar la central nuclear de Kurchátov en la región de Kursk y establecerla como medio de negociación. En pocas palabras, un chantaje nuclear.

El ingreso por Sumy a través de la frontera con la región rusa de Kursk de varias brigadas de mercenarios y componentes de la ultraderecha ucraniana (drogados hasta la medula) supuso un movimiento sorpresivo que claramente pretendía que Moscú se viera obligado a distraer tropas del frente para cubrir ese bache. Como era de esperar, desde los medios atlantistas como la BBC de Londres y la CNN, se trató de una movida maestra, pero es calificación solo la ven ellos. Hasta el momento las fuerzas rusas no han visto necesario sacar fuerzas del frente y las unidades fronterizas y de reservistas han parado en seco a los ucranianos.

A la par de esto, la fuerza aérea rusa también ha jugado un papel central en el rechazo de esta invasión ya que, pese a los sistemas antiaéreos provistos por la OTAN, pudieron destruir una buena parte de las columnas de vehículos blindados ucranianos. Según el Ministerio de defensa ruso fueron destruidos 37 tanques 32 vehículos blindados de transporte de tropas, 23 vehículos de combate y una veintena de piezas de artillería entre otro equipamiento.

En esta embestida, los ucranianos han asesinado civiles y han causado grandes daños en la infraestructura local. Desde ya que los crímenes que han cometido los invasores contra la población civil serán procesados y seguramente en un futuro cercano, también alcance a los responsables militares de alto rango y a los políticos que sin dudas deberían alcanzar a los intelectuales como Biden y Ursula Von Der Leyen.

En lo estrictamente político, el involucramiento de Washington en esta invasión va más allá del armamento proporcionado a los ucranianos. Se sabe que ni una caja de balas llegaría a Ucrania sin la autorización de La Casa Blanca. Así mismo ya no hacen falta deducciones. El abierto reconocimiento que hizo el mismo Biden de estar en contacto constante con las fuerzas que irrumpieron en Kursk, dejan en claro que EEUU va por todo sin importarle las consecuencias.

Hasta el momento y según fuentes rusas las bajas ucranianas superan las 2300 algo que no fue desmentido ni conformado por Kiev.

Tampoco en occidente se ha dicho una sola palabra de cuáles fueron las consecuencias de toparse con una fracción de chechenos del “Ajmat” que además de las bajas capturaron un importante lote de armas, equipos y vehículos de la OTAN.

Según fuentes confiables, el número de prisioneros ucranianos capturados aumenta con el paso de los días y con ellos, el material atlantista que cargaban. Hasta el momento no me han informado de que haya efectivos angloestadounidenses o franceses con lo cual me refuerza las sospechas suicidas de esta operación ¿Acaso creen que los estadounidenses o británicos iban a ser la carne de cañón de un régimen desesperado?

Según estimaciones rusas, en la operación de invasión habrían intervenido unos 12000 hombres de los cuales un tercio ya habría sido eliminado.

No olvidemos que estas bandas neonazis (con el patrocinio de la OTAN) han estado tratando de detonar las centrales de Zaporiya y ahora estarían tratando de hacerlo con la de Kursk con lo cual, vemos que muy poco les importa las consecuencias de un acto semejante. Por supuesto los representantes de la comunidad internacional confían en que hay instancias que no deberían permitir que algo así pase ¿Qué instancia sería esa? La OIEA que bajo la dirección del argentino Rafael Grossi -quien debería ser neutral- tiene como función velar por la seguridad de las instalaciones nucleares en todo el globo, con lo cual nadie debería preocuparse. 

Claro que lo anterior es un sarcasmo. Grossi haciéndose el distraído ha demostrado (con se dice en su país) “estar pintado”, jugando de forma escandalosa para el bando atlantista ¿Qué podemos esperar de la seguridad nuclear con esta clase de funcionarios?

Estos movimientos no son aislados. Hay en estos momentos un portentoso despliegue de operaciones atlantistas a nivel global antes de las elecciones estadounidenses en noviembre que, claramente están tratando de rediseñar el mapa de influencia tanto en Medio Oriente, en Eurasia y el sudeste asiático.

La incursión sobre Kursk es parte de esto y en ello no debe quedar ninguna duda de que hay un gran interés estratégico para Washington DC.

Pero, así como puede ser un trofeo con el cual Joe Biden tratará de presentarlo para intentar volcar los resultados electorales en noviembre, un resultado contrario significara un certificado de defunción de su carrera política y de las ambiciones del partido de la guerra que lo secunda.  

 

 

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