lunes, 10 de octubre de 2016

EN LA MIRA



“LA GUERRA SIN TERMINO”

Cómo fue el inicio, evolución y posible desenlace de la guerra en el Medio Oriente




Por Charles H. Slim
La mayoría del público que se informa sobre lo que actualmente ocurre en torno a la llamada “guerra contra el terrorismo” tiene una parcializada visión de cuál es el origen de todo esto, reduciendo las causas de éste calvario –especialmente para el mundo islámico- sin fin a partir del 11 de septiembre del 2001 tras los ataques en New York y Washington. Pero esto no es así. Tal como lo vienen señalando varios investigadores y periodistas independientes, el lanzamiento de esta campaña bélica ya había sido planificada desde mediados de la década de los setentas cuando el gigante soviético comenzaba a mostrar señales de que le quedaban pocos años de existencia.

Por supuesto que el contexto geopolítico en el que se trazaron aquellos planes para incursionar en el Medio Oriente y tomar por asalto en centro de Asia, justo en el patio trasero de la China Popular y de la entonces URSS, hoy ya no existe y esos planes se han visto claramente modificados pero en lo que hace a los “colaboradores” en concretarlos materialmente, no parecen haber variado. Durante aquellos años, la política exterior norteamericana se vio ilustrada por los cerebros maquiabelicos más productivos para La Casa Blanca y el Pentágono, abriéndoles las puertas al intervencionismo mediante la creación de nuevos enemigos y la fabricación de falsos casus bellis.

De este modo el entonces consejero de seguridad del gobierno norteamericano Zbigniew Brezinski y el “master mind” de las políticas intervencionistas en América Latina, el ex Secretario de Estado y Consejero de seguridad Henry Kissinger, pusieron sus ineludibles talentos para perfeccionar lo que se iría urdiendo con el paso de la década de los ochentas hasta la llegada de la llamada “crisis del Golfo” en 1990, cuando de la noche a la mañana, el aliado de Washington en Bagdad, decidió en apariencias y sin justificaciones agredir al pequeño emirato de Kuwait.  Fue a partir de aquella crisis, que Washington pulso el reloj del cronómetro para tomar el tiempo y ver cuánto le tomaría adueñarse de los recursos petrolíferos de la región y llegar a establecer bases militares para cimentar los primeros pasos para rodear a una Unión Soviética que se venía abajo y a una China que permanecía callada pero expectante.

En el caso de Brezinski, en momentos que cumplía funciones en la administración demócrata de James Carter, fue el responsable de impulsar y coordinar que la CIA y agencias de inteligencia aliadas como la saudita y el ISI Pakistaní, formaran y pusieran en marcha un programa de mercenarios árabes y no árabes que con financiamiento de petrodólares y asistencia técnica-militar de Washington, conformarían lo que los archivos de la inteligencia norteamericana llamó “The Base” en árabe “Al Qaeda”.  El objetivo de aquellos era socavar a los gobiernos izquierdistas dentro del mundo islámico, especialmente al de Afganistán que tenía una fuerte relación con la entonces URSS.

De esa manera la política exterior norteamericana y en especial, la que involucraba a las operaciones de la CIA en Afganistán para derribar al gobierno pro-comunista  de la URSS, propicio la creación y multiplicación de centros de adoctrinamiento islamista en Pakistán que hoy se conocen como Madrazas, algo  de lo cual, el mismo Brezinski no negó e incluso justifico al comprar al Talibán con la Unión soviética como amenazas entre las que había que elegir(v http://www.globalresearch.ca/al-qaeda-and-the-war-on-terrorism/7718 ).

Según se ha podido ver, el desarrollo de estas “Brigadas islámicas” contra el poder ateo comunista fue previo a la invasión soviética a Afganistán en 1979, con lo cual se puede intuir que si Moscú no realizaba esta movida en ese país musulmán, los equipos de la CIA con el apoyo de estos grupos mercenarios, habrían intervenido igual y horadado mediante sabotajes, atentados y asesinatos al gobierno comunista de Kabul.  Así podemos ver como estas agrupaciones como “Al Qaeda” creadas clandestinamente por EEUU pasaron de ser grupos operativos para sus intereses exteriores en épocas de la “guerra fría”  en Medio Oriente y Asia, a ser parte de llamada “Doctrina de Seguridad Nacional” pero que desde hace quince años, pasaron a ser el objetivo de dicha doctrina. 

Fue con el apoyo de Washington que el Talibán pudo crecer hasta convertirse en la máquina de combate insurgente más formidable de lo que iba del siglo XX, logrando nada menos que expulsar a un ejército duro como el soviético y tomar para 1996 el poder en Kabul. “Al Qaeda” por otra parte, jugaría su papel del “tercero en las sombras” para ejecutar operaciones de confusión.

¿Qué quiere significar todo esto?  Ello significa que el problema “Al Qaeda” no solo no salió de la nada sino que peor aún,  fue creado y ha venido siendo sustentado por EEUU  desde hace mucho tiempo variando tan solo en la cantidad y origen de los miembros que la operan. Sobre la apariencia de “enemigo” que desde los ataques en Kenia en 1998 viene teniendo este grupo, solo es eso, una apariencia.  A partir de allí el nombre de Osama Bin Ladem pasaría a ser la clave para darle entidad mediática al grupo y catapultarlo al estrellato de los “malos de la película”.  Desde ese entonces las operaciones de “Al Qaeda” pasaron a ser –en apariencias- “independientes” y comenzaron a recibir el apoyo clandestino no solo de la CIA sino del Mossad israelí.

Pero volviendo unos años para atrás, recordemos lo que ocurrió en agosto de 1990, cuando las FFAA iraquíes lanzaron “sorpresivamente” una  invasión sobre el vecino emirato de Kuwait, porque según la CNN y el resto de los medios estadounidenses  “Saddam Hussein estaba loco”. Ni una cosa ni la otra. Aquel movimiento de Bagdad fue una celada que fue pacientemente urdida por Washington y puso como cebo, al rico emirato kuwaití que dicho sea de paso, robaba crudo a los campos petrolíferos iraquíes del sur ¿Pero como el pequeño emirato se atrevería a robarle a la potencia árabe regional de aquel momento? Aunque cueste creerlo, fue una maniobra orquestada por el Departamento de Estado y llevada a cabo por la CIA que mediante falsos trascendidos e informes dibujados que hicieron creer a los kuwaitíes que ellos eran víctima de malas intensiones de “Saddam” mientras que al mismo tiempo en Bagdad, azuzaban por los mismos medios engañosos al gobierno del partido Baath de que los desagradecidos kuwaitíes le estaba robando crudo con perforaciones inclinadas en los campos de Rumailah.
matones iraquies de la CIA preparados para degollar a
sus propios hermanos

Iraq era la puerta para ir metiéndose en la región y por ello se creó esta situación que culmino en el comienzo de la guerra del Golfo la cual aún perdura. Para concretar esta campaña no se debe olvidar el fuerte Lobby israelí dentro del Congreso estadounidense, que por todos los medios –especialmente con generosas contribuciones- argumentaron con ponencias, informes y tesis académicas las bondades de atacar a Iraq y desbancarle de su podio de potencia regional; obviamente para allanar el camino a Israel que –pese a la cooperación clandestina que recibía de Riad- veía limitada su operatividad con la amenaza iraquí.  Para ello, estos sectores sionistas junto a los neocon, proporcionaron el impulso a los intereses del partido Likud que mejor que nade, buscaron la desgracia contra Iraq. Con la creación de este conflicto y su permanencia con un brutal bloqueo de trece años, se fueron creando las condiciones socio-político-estratégicas, ideales para que la agitación y el caos regional fuera más allá del conflicto con Iraq.

Al mismo tiempo por 1992 en adelante el MI-6 británico y sus colegas, cooperaban con los grupos de mercenarios musulmanes que llegaban a los Balcanes con asesores sauditas, dándoles armas y entrenamiento  para más tarde trasladarlos a operar en Chechenia contra las tropas rusas. Para ese entonces, la red de estos grupos clandestinos que operaban a la sombra de las decisiones políticas en Londres, Washington e incluso Tel Aviv se interconectaba entre el norte de África, Afganistán y zonas caucásicas como Chechenia, Daguestán e Ingushetia.  Obviamente, el movimiento de esta red y sus operaciones –financiadas en parte con delitos como el narcotráfico y el tráfico de armas- contaban con la anuencia de la inteligencia estadounidense que tenía para ese entonces la capacidad de monitorear las comunicaciones, espiar los campos de entrenamiento y controlar el tráfico de armas que abastecían a estos grupos.

En 1998 “Al Qaeda” hace su aparición estelar realizando dos espectaculares ataques contra las embajadas de EEUU en Kenia y Tanzania  que sirvieron para poner en los medios a la franquicia, dando la impresión de que aquello se asimilaba una provocación. Solo dos años después, en el 2000 un extraño ataque ocurrió en Yemen contra el buque estadounidense “USS Cole” que –pese a no haber sido reivindicado- fue inmediatamente endilgado a “Osama Bin Ladem” y que curiosamente Israel uso para advertir al mundo del “peligro del terrorismo islámico”. Como si eso no hubiese bastado para convencer sobre ese argumento, un año después se produciría lo que hoy conocemos como el 11/S.

Lo curioso de todo esto fue, que pese al estrecho control que ejercía el sistema de vigilancia electrónica que se enlazaba con los satélites espías que barrían la región, no fueron capaces de antelar lo que podía ocurrir ¿pudieron haber confundido los movimientos de sus “insurgentes” con los verdaderos elementos de la resistencia islámica?

Recordemos que EEUU y sus socios de la OTAN dejaban fluir libremente las rutas que eran útiles a estos programas de insurgencia que más tarde se insertarían tras la invasión a  Iraq en 2003 como una forma de estrategia contra-insurgente para contrarestar a la resistencia iraquí. A partir de ese momento, la ocupación de Iraq se volvió una pesadilla inimaginable que supero en “suciedad y brutalidad” a los pasados programas de la CIA y el Pentágono ejecutados en lugares tan distantes como Vietnam y América Latina. La aparición de una supuesta subsidiaria de “Al Qaeda-Iraq” en 2004 que se presentaba con videos donde cortaban la cabeza a rehenes extranjeros, volaba mezquitas chiitas y que se rumoreaba que estaba liderada por un misterioso  jordano llamado “Abu Musab Al Zarqawi”,  trajo el intento de cooptar a la resistencia nacional iraquí que supo ver desde el inicio, que ese grupo era nada menos que un artilugio de EEUU.

Incluso la inserción de ese virus “pseudo-yihadista” –que raras veces ataco a los estadounidenses- tuvo reacciones contraproducentes causando entre otras, el nacimiento y crecimiento de una rama de la resistencia iraquí de origen chiita con inspiración en el Hesbollah libanés que golpeo y muy duramente a los norteamericanos y británicos en el centro sur del país.

Sin dudas, Iraq representó el campo de ensayo más fructífero para aceitar el uso de estas agrupaciones “terroristas” que impostando fanatismo sunita, operaban la agenda de la inteligencia militar ocupante y de las agencias como la CIA y el Mossad que las usaron para cubrir la finalidad real de sus propias operaciones.  

Incluso se supo, como varios de estos grupos que merodeaban impunemente por Bagdad, eran  nada menos “fuerzas especiales” norteamericanos y británicos que enmascarados como árabes, causaron indistintamente masacres contra chiitas como contra sunitas. 

A mediados del 2009 una intensa actividad estadounidense en el norte de África pasaría inadvertida a los medios y para el 2010 veríamos como de la nada,  la región era inundada con mercenarios llegados de todas partes que respaldados por la OTAN, se deshicieron del molesto gobierno árabe-socialista de Libia.

Desde el 2012 vemos con pavor como una ola de estos mismos grupos, salidos de la misma ingeniería occidental (OTAN) tratan impunemente y usando todo tipo de tácticas  destruir a Siria. También desde junio del 2014, venimos viendo con escandaloso asombro, como aquella pequeña célula del “Islamic State of Iraq” (ISI) aparecida tras el asesinato de Zarqawi en 2006 y que tras una intensa persecución del régimen de Bagdad, sobrevivió oculta merodeando el desierto de Al Anbar durante casi los siete años que siguieron, se convirtió de la noche a la mañana en un ejército organizado muy bien armado y entrenado.


Actualmente, se han caído las máscaras y el misterio que rodeaba a esos grupos ya han quedado develados. 

En realidad nunca hubo misterio sino, encubrimiento. Esos grupos no son parte de la resistencia árabe-islámica y la prueba de ello, está en quienes le financian y quienes les arman. Un ejemplo de sus juegos sucios, fue la masacre de “Al Goutha” que se comprobó fue de autoría de una “tercera fuerza”. Tal como lo estamos viendo hoy, con los éxitos de la intervención rusa, los norteamericanos han cometido un error tras otro y han dejado sus huellas en cada una de sus acciones que curiosamente, no están orientadas a combatir a los “terroristas”.  Esto ha desatado una psicosis en Washington que amenaza con una posible confrontación con Rusia y China Popular.

miércoles, 5 de octubre de 2016

MIDDLE EAST




“MITOS Y PROPAGANDA”

Cómo ha venido Washington y sus aliados creando el discurso estigmatizante contra los musulmanes y el Islam en general




Por Horace Husseini
Tal como lo dice el dicho, en una guerra “la primera baja es la verdad”, una frase que se ajusta muy bien a lo que los medios informativos occidentales han venido orquestando y difundiendo en torno a lo que sucede  en Siria y todo el Medio Oriente. Una de las primeras maniobras para distraer a la opinión pública es el engaño y la desinformación que se ha convertido en una materia aparte en los manuales de la contrainteligencia de las principales  academias de las agencias gubernamentales.

La generalización, la demonización y las aserciones absolutas han sido las grandes protagonistas en los discursos de los gobiernos en Washington y la UE cuando han necesitado argumentar la prioridad de emprender sus campañas militares contra países soberanos del globo.  Y aunque como hemos visto, las mentiras y los falsos estereotipos quedaron expuestos al poco tiempo de haber emprendido sus políticas agresivas, se paso a una segunda fase en la cual con el claro soporte de las agencias gubernamentales, los medios masivos de (des) información privados, jugaron y siguen jugando un notable papel por tratar de reducir el impacto ante la verdad revelada. Incluso, para reducir el impacto ante sus atrocidades, hemos visto como el Pentágono durante el 2007 gasto más de 540 millones de dólares para que empresas como la relaciones públicas británica “Bell Pottinger” creara videos con falsos documentales sobre la situación en Iraq (https://movimientopoliticoderesistencia.blogspot.com.ar/2016/10/el-pentagono-ha-pagado-540-millones-de.html )

Una prueba invalorable de estas argucias, lo representa el testimonio de Martin Wells quien trabajó como editor de video de “Bell Pottinger” , quien creyendo que elaboraba noticias terminó descubriendo que fabricaba propaganda para los estadounidenses (v. https://actualidad.rt.com/actualidad/220481-guerra-torno-siria-medios-manipular-noticias )

Toda esta ingeniería de la mentira y el engaño se vale de la invalorable ayuda tecnológica de los actuales medios de comunicación, tan veloces y nítidos que han pasado a recopilar noticias por minuto sin dejar en apariencias, nada salvado al desconocimiento público.  Pero esa velocidad también ha complicado a los mismos gobiernos occidentales que se servían de ella para hundir mediáticamente a los gobiernos de países árabes como fue Iraq, Líbano, Libia, Somalia, Yemen y hoy lo pretenden con Siria, como una manera de ir creando en el imaginario colectivo la idea de que “los árabes son malos y hay que exterminarlos”, justificando de ese modo, masacres como las vistas últimamente en Eid Ezzor.
ISIS es el acápite de los embustes tejidos en occidente y que ante la imposibilidad de negarlo, hoy los medios anglosajones tratan de alzarse con méritos que no son propios. Tal el caso de algunas editoriales hilarantes que de no provenir de sitios necon, deberían estar en una historieta cómica (. V. https://www.foreignaffairs.com/articles/2016-09-30/how-isis-endures-innovating ) Y sin dudas, que la “intromisión” de Rusia, les ha mojado los papeles a Washington que entre otras cosas, les ha dejado en el mayor de los ridículos al comprobarse que durante más de un año las bombas de la Coalición Internacional estaban cayendo en cualquier otro lugar menos en donde estuvieran los “ISIS”.

A pesar de las ayudas clandestinas que la CIA venía arrimando a éstos grupos, el peso de la presencia rusa y la imparable voluntad de los sirios por barrer a los mercenarios pagados con el dinero de los petrodólares de los emiratos del Golfo, el Pentágono o más bien los orquestadores políticos que permitieron que el “Daesh” creciera en las dimensiones que hemos visto, han decidido que ya no son útiles y hay que erradicarlos.  Pero a pesar de que Washington pretende borrar el problema apretando el botón  ”Delete”, varios creen que no será tan fácil acabar con el problema.

En la batidora de la desinformación, los medios anglosajones y los funcionarios en Washington han puesto a procesar una serie de mitos que hacen a una propaganda con claros tintes estigmatizantes que se apoyan en las patas de la generalización, el antisemitismo y mentira. Hemos venido escuchando hasta el hartazgo como se quiso vincular al engendro “ISIS” con los musulmanes y los racistas más osados, con el Islam. Con la pretendida fórmula de la “guerra sectaria”, los medios anglosajones trataron durante casi quince años de sembrar el odio entre los sunitas y los chiitas, algo para lo cual los reinos del golfo han colaborado con animoso activísimo. En ese sentido no es casual ver hoy día, como los jeques sauditas tienen muy buenas relaciones con los personeros israelíes que sin sonrojarse, traban negocios con estos representantes de la línea “Wahabi”.

Pero volviendo a lo que en realidad es el “ISIS” y su verdadera función en todo este siniestro teatro, hay que separar dos cuestiones principales; una la situación de Siria y por otra parte la de Iraq. No es posible encarar un verdadero análisis de lo que significa esta creación de la inteligencia occidental sin distinguir entre dos realidades políticas claramente disimiles. En Siria el gobierno fue elegido por su pueblo y más allá de que existe oposición –como la que existe en cualquier país del mundo- ella no tenía los tintes sanguinarios que hoy Washington y Cía  pretenden disfrazar tras la máscara de los “rebeldes moderados”.

Por el contrario en Iraq, hay un gobierno ilegitimo y de hecho, instaurado por una sangrienta ocupación y bajo el control de Washington, situación que ha venido siendo resistida sin pausa desde el 2003 y que con el –muy conveniente- “ingreso” del “ISIS” en 2014, sirvió para distorsionar los objetivos de esa resistencia que ha tratado de ser controlada por los mandos extranjeros de aquella franquicia.

En Siria los llamados “rebeldes moderados” está cabalmente comprobado de que se tratan de mercenarios de todos los lugares que uno se pueda imaginar. Lo que si están muy seguros los sirios de a pie, que los más sanguinarios y ensañados han sido elementos sauditas a quienes pese a estar con sus cabezas cubiertas, han distinguido por sus acentos. También han hallado a turcos, rusos, franceses, británicos, norteamericanos y la lista continua, demostrando que como la misma oposición política siria, se trata de una gran mascarada que ha sostenido Washington y que Hillary Clinton en sus años de Secretario de Estado, impulso con vigor para formar aquel insulso y nada representativo comité de mercenarios políticos llamado “Comisión de Amigos de Siria”, que entre otras misiones estaba la de gestionar la caja de recaudación para la compra de armas para los “rebeldes” (v. http://www.voltairenet.org/article179103.html ).

En Iraq el gran problema para el régimen colaboracionista del partido “Dawa” estaba en la intermitente resistencia armada y una creciente resistencia civil en todo el centronorte del país, haciendo que por efecto de las medidas represivas que se llevaban a cabo junto con equipos de asesores norteamericanos que permanecían en operaciones contra la población civil de extracción sunita, hicieran ingobernable a la mitad del país.  A ello se agregaba la corrupción y la ineptitud de los funcionarios que incapaces de conjurar esta situación y de establecer una infraestructura razonable,  Washington buscaba la forma de tratar de sostener ese grupo sectario en el poder sin que este se inclinase para Teherán.  En ese sentido, los norteamericanos debían ponderar que era más perjudicial para sus intereses, el rebrote del nacionalismo árabe del partido Baath o que creciera el poder del chiismo militante pro-iraní. Con un actor como “ISIS” en escena,  Washington mataba dos pájaros de un tiro; por un lado con la instauración de un “Califato” con capital en Mosul, las operaciones contra Damasco contarían con una retaguardia estratégica que ayudaría a callar los cuestionamientos sobre Jordania y Turquía; y por otro, distraería a los iraquíes del impresentable régimen encabezado por Nouri Al Maliki.

En lo que hace al mismo “ISIS” su composición está lejos de lo que los medios occidentales han pintado.  

Con la recurrente generalización enfocada a señalar elementos visuales para realizar aserciones (barbas largas, morochos, ropas negras, etc) los medios hicieron tabla rasa al asegurar que ese grupo es “sunita”, compuesto por “sunitas”, “árabes sunitas”, “musulmanes sunitas” y conjugaciones similares que terminen por meter la idea de que pertenecen a una étnica y religión determinada. Paralelamente, estos mismos medios han tratado de pintar como “los buenos” a los kurdos que similar a los árabes, turcomanos y yazidies que viven en la región, no son un conjunto monolítico sin diversidades.

Y este maniqueísmo con los kurdos no es casual.  Una parte de este pueblo o mejor dicho, un sector de su vida política se haya comprometido con ciertos intereses foráneos a su pueblo; ellos son nada más ni nada menos que los israelíes y los anglosajones.  Más precisamente son los kurdos iraquíes del “KDP”  liderado por el mafioso Masud Barzani quienes desde hace décadas cooperan con las operaciones de Tel Aviv y Washington lo que les ha valido ser receptores de buenas dádivas y contribuciones que van a parar a las cuentas de Barzani y sus familias.

Parte de la propaganda occidental, ha tratado de mostrar a mercenarios norteamericanos, británicos y españoles como “buenos” por ir en auxilio de aquel pueblo martirizado por el “ISIS Islámico”. Pero en razón de verdad, en la maquinaria militar que conjunta esa organización, no solo hay mercenarios foráneos de la misma nacionalidad de los que apoyan a los kurdos sino incluso, un gran porcentaje de kurdos iraquíes, se aliaron a los “Baasistas” y otros ingresaron directamente a las líneas del “ISIS” para combatir a las fuerzas del régimen colaboracionista de Bagdad.

Incluso como lo señalan fuentes confiables, el 85% de los kurdos iraquíes que se unió al “Daesh”, se había adiestrado en las escuelas coránicas dejando en claro, que no existe esa tajante distinción entre blanco y negro, buenos y malos que los medios occidentales tratan de presentar en torno a los kurdos y los árabes de la región. Incluso no se debe olvidar, que el ingreso del “ISIS” en 2014 fue propiciado por una alianza secreta entre la CIA, el ejército Nakshaiabandi y el gobierno kurdo autónomo del Kurdistán (v. http://www.voltairenet.org/article193439.html )


Por ello, los distraídos y los lectores incautos deben estar atentos ante la fabricación de estos mitos que no son más que piezas de una siniestra propaganda que viene rodando desde hace varias décadas. 

domingo, 2 de octubre de 2016

INTERNACIONAL



“LA TERCERA, ES LA VENCIDA?”

Los rumores de una posible guerra nuclear parecen señalar que Washington y la OTAN van por todo para desbancar a Rusia





Por Dany Smith
Misiles Patriot en Polonia
La catarata de eventos y situaciones que venimos viendo en el escenario de la geopolítica internacional, deja a las claras de que Washington y sus satélites buscan de manera desesperada, el choque bélico con la Federación Rusa y con la república popular China, como si de ello dependiera la subsistencia de los girones del poder que les resta en el globo. Desde esta perspectiva no hay que perder de vista toda la historia contemporánea que rodea a esta situación de tensión increciente entre Washington-Moscú y Pekín que no es más que la reedición de los viejos resquemores que solo tienen como real trasfondo, el control geopolítico y geoestratégico global.

Hemos venido viendo como las fuerzas norteamericanas lanzaron ataques aéreos deliberados contra el ejército sirio que trataron de ser excusados por Washington como parte de una cadena de errores a las que en realidad, nadie les cree. Es tal vez por esta imposibilidad de tratar de esconder lo que en realidad busca el poder anglosajón en el Medio Oriente y en especial contra Siria, que desde hace apenas unas horas la Casa Blanca ha comenzado a blanquear sus intensiones en torno a lo que siempre ha buscado para las poblaciones árabes y musulmanas de la región y ello es, barrerlas para beneficiar a Israel.

Las continuas pruebas de que aquellos actores habían vendió alimentando a las organizaciones como “Al Qaeda”, “Al Nusra” y el mismo “Daesh”, demuestran que jamás hubo una intensión de parar esta situación que los medios engañosamente llaman “guerra contra el terror” ya que, se trata de una estrategia de caos que se fomenta con estas tácticas sucias que son desplegadas, por estas armas que son nada más ni nada menos, que dichas “organizaciones terroristas” entrenadas por las agencias de inteligencia y militares occidentales. En síntesis, EEUU siempre está de los dos lados a la vez. 

El caso del afamado “ISIS” no es más que una demostración de cómo Washington deja pasar y deja hacer, para que –con ayudas de por medio- pueda desarrollarse una pequeña célula armada hasta convertirse en un ejército. Nadie podría contarle a un iraquí, que es verdaderamente el “Daesh” sin que termine diciéndole “los trajeron los estadounidenses”.
cargamento lanzado para ISIS en Al Anbar 2015

Esta siniestra manera de pensar y de actuar, claramente incomprensible para la gente común, no solo es vital para los que ocupan sus puestos en el gobierno de los países centrales y en especial, en sus agencias de inteligencia; es la forma de mantener el poder a través de la fabricación del miedo y de la desconfianza para que desestabilicen a una sociedad. En algunas de nuestras editoriales hemos explicado cómo se maneja la política exterior norteamericana –heredera del imperialismo británico- que empapada de cinismo y de secretismo, tejen las situaciones bajo la premisa muy conocida en Washington que es “la mano derecha no sabe lo que hace la izquierda”, una autoexcusa para desligarse, como una clara demostración del alcance del poder real de los oscuros sectores dentro de la política estadounidense.

Desde hace seis años que la agenda de Washington viene evolucionando en torno a tratar de remodelar la situación geopolítica del Norte de África y el Medio Oriente como paso previo a saltar sobre Irán, obstáculo para una ruta limpia que le permita el control absoluto de un anillo perimetral en torno a la Federación rusa.  

De aquellas jornadas en las que se hablaba de “revoluciones populares”  hoy no ha quedado nada. Incluso los supuestos beneficios que tanto discursaban los medios occidentales y en especial los estadounidenses, no aparecen por ningún lado. Como muestra de ello, los mismos tunecinos que se vieron arrastrados por esta supuesta “primavera”, no solo no vieron cambios sino que incluso, están tan o más pobres que antes.

El caso de Egipto ha sido sin dudas, una de las más claras farsas en las que se desenvolvió la llamada “primavera árabe”, que comprobadamente fogoneada por los intereses occidentales, puso en evidencia como Washington se deshace de elementos prescindibles como fue Hosni Mubarak para colocar a los actores que más le convenía a sus políticas y que en este caso fue, “la Hermandad Musulmana” como cara política de organizaciones takfir como “Al Qaeda” y del “Daesh” que por aquellos momentos se entrenaba en el desierto de Al Anbar en el oeste de Iraq.  Cuando el experimento resulto políticamente inviable e impresentable ante los medios, la Casa Blanca lo reemplazo con un golpe de estado clásico y dejó que los militares egipcios se hicieran cargo del país.

Inmediatamente vendría Libia en donde se ensayaron la puesta en marcha de una estrategia intervencionista entre la OTAN y Naciones Unidas, las cuales cooperarían para tratar de darle visos legales a una agresión militar que buscaba despedazar territorialmente la soberanía del país árabe  con los aparentes fines de acaparar los ricos recursos petrolíferos, pero que en realidad –y por lo visto a posterior- ocultaba la instalación de un espacio geográfico libre y subordinado a los intereses occidentales –de la OTAN- para poner en marcha lo que se trató de instalar en Siria.   

De aquella manera, la Libia “árabe socialista” y antimperialista, paso a ser un gigantesco campo de entrenamiento para los programas “yihadistas” de la CIA, el Pentágono, el MI-6, el DGSE francés  y asociados de los regímenes del golfo, desde donde se comenzaron a remitir a los llamados “rebeldes moderados”.

Tal como lo señalo la vocera del Ministerio de exteriores ruso María Zajárova , la aplicación del guión iraquí contra Siria –en alusión a la invasión y ocupación estadounidense en 2003- traerá consecuencias desastrosas. Esto lo aseveró luego de que Washington comenzara a dar señales de que parece estar buscando actuar directamente contra Damasco.  Y esto obviamente no es por el hecho de que las organizaciones armadas que respalda desde la oscuridad, se ven cada día empujadas por la intervención de Rusia y los aliados chiitas de Siria, sino por  el intento de establecer una zona de exclusión aérea sobre sus cielos que impidan el vuelo de aviones sirios y rusos. ¿Recuerdan Iraq en los noventas, Libia en 2010? Con esa medida, los aviones norteamericanos y británicos –y por supuesto israelíes- podrían atacar con total impunidad a las fuerzas árabes sirias, repitiendo aquel concepto militar que reza “quien domine el espacio aéreo, controlara su territorio”.
China tiene su propia capacidad nuclear

Pero los intentos de Washington y aliados no se detienen en el Medio Oriente. En las fronteras orientales de la Europa profunda se están gestando peligrosos planes que involucran a terceros países, los prescindibles de la OTAN quienes harán el trabajo sucio de los norteamericanos por una simple palmadita en la espalda. 

 Uno de ellos, Polonia, está colaborando con varias maniobras peligrosas que buscan llevarse a cabo en el Donbass, al este de Ucrania.  Un hecho que los medios anglosajones mantienen muy bien oculto, es que Washington le da la derecha a los grupos neonazis ucranianos, los cuales fueron usados como las fuerzas de choque en la plaza del Maidan y sirvieron como matones a sueldo de oligarcas ucranianos con estrechos vínculos con Tel Aviv y la CIA.

En los últimos dos años tras el golpe de estado en Kiev –orquestado por occidente como parte de la revolución de color-, hemos ido viendo como la situación de los pobladores rusofonos de la región éste de Ucrania, tras haber reclamado su independencia de aquel gobierno ajeno a la voluntad popular y rechazado varios intentos de represión militar remitidos por el gobierno del colaboracionista Poroshenko, han venido enfrentando la presencia de elementos foráneos que buscan desarrollar una guerra sucia contra la población. 

Por suerte no lo han logrado, gracias a la organización de los habitantes y el apoyo de Moscú que ha evitado en varias oportunidades que grupos de la OTAN, incursionaran en territorio de los gobiernos autonómicos.

Afortunadamente las tretas de la OTAN han fracasado una detrás de la otra, entre ellas el derribo de un avión de pasajeros en el espacio aéreo del Donbass, que fue infructuosamente montado ante los medios como una fechoría de “Moscú”. A pesar de los costosos esfuerzos por culpar a Rusia de ese evento y los intentos de amedrentamiento comerciales, las cosas se dieron vuelta para Washington y la UE al revelarse que si se seguía profundizando en cómo se derribo ese aparato, más se llegaba a pistas que comprometían a ciertos aliados del Pentágono.

Todas estas provocaciones y las que se han venido dando en los últimos meses, parecen buscar el choque bélico o al menos, preparar el escenario para un Stand By  al mejor estilo de la guerra fría en la que, hará necesario la inversión de recursos militares, dinero y nervios de acero para demostrar quién de los contendientes está en condiciones de prevalecer. Con ello viene el riesgo nuclear, muy presente en esta ocasión ya que, tal como se ha visto en Yemen, Iraq y en Donbass, se han usado pequeños dispositivos nucleares tácticos sin que ello haya conmovido a las organizaciones internacionales de control de Armas de destrucción masiva o la organización de de la Energía Atómica, que tanto se preocuparon por las armas que Saddam jamás tuvo.

Tal como lo señalan algunos investigadores destacados, hay señales preocupantes de que tanto EEUU como Rusia están preparando sus arsenales nucleares para posibles y cercanas contingencias (v. http://www.globalresearch.ca/dangerous-crossroads-both-russia-and-america-prepare-for-nuclear-war/5548074 )


El escenario no puede ser más funesto. Con la muy posible subida al poder de Hillary Clinton en la Casa Blanca, se hace muy probable un recrudecimiento de las hostilidades de los EEUU y de mayores bestialidades por venir. Para agregar a esto, desde Varsovia algunos sectores políticos polacos advierten que el país se está involucrando en un peligroso juego en el cual, las ojivas nucleares de la OTAN ya están emplazadas amenazando a Rusia. 

viernes, 30 de septiembre de 2016

EN DEBATE




“REFUGIADO SIRIOS”

Quién y cómo se creó el problema de los millones de refugiados que pronto tendrán acogida en la Argentina




Por Pepe Beru
Tras el anuncio de Macri que recibirá a más de tres mil refugiados sirios que buscan un lugar donde resguardarse y poder rehacer sus vidas, ha despertado apoyos y criticas por igual, resucitando las viejas antinomias racistas y arabofobas a las cuales adhieren sectores recalcitrantes de las derechas conservadoras alineadas con los racistas del sionismo local que siguen descaradamente las directivas políticas de Tel Aviv.

Ante todo hay que felicitar al gobierno argentino por tomar esta determinación pero también debemos señalar que podría haber dobles intensiones en quienes le han dado luz verde para que ello pueda concretarse. ¿Pero quiénes le dan permiso a La Casa Rosada para tomar esta importante decisión política? 

Obviamente que dicha venia viene de Washington y es por eso que hay que tener mucha precaución por lo que podría venir enmascarado entre miles de civiles sirios inocentes.  Lamentablemente en Europa, la crisis de los refugiados sirvió para que células de la franquicia pseudo-yihadista “ISIS” pudieran –con la complicidad de agencias de inteligencia- colarse para llevar adelante algunos de los más sangrientos ataques en Francia. Sin dudas, que “ISIS” es una amenaza que se oculta detrás de una red de engaños y disfraces que como se ha venido viendo, les facilita la CIA y sus colegas como el MI-6, DGSE y el Mossad israelí.

Es por ello, que el presidente Macri debería  ser más prudente y rodearse de especialistas y asesores en inteligencia y temas del Medio Oriente que no estén contaminados con los intereses norteamericanos e israelíes, algo que a la vista de sus preferencias ideológicas y de cómo se manejan las cosas se ve muy difícil de esperar en la Argentina.

Por principio de cuentas hay que dejar en claro porque se ha desatado este que algunos caraduras que se nominan como especialistas en temas internacionales como un “fenómeno”, que solo trata de ocultar a los verdaderos responsables de la forzada migración de poblaciones árabes enteras que buscan beneficiar intereses que se hallan fuera del Medio Oriente.  Es necesario señalar este tópico en particular, para no caer en la engañosa predica que se trató instalar con aquella pantomima mediática, que impulsada por el sionista francés Bernard Henri Levi y que se denomino como “Primavera árabe”, trato de crear la creencia de que los árabes y en especial los musulmanes querían la “democracia al estilo norteamericano”.  

Sobre la base del bombardeo mediático de basura desinformativa que va desde los noticieros hasta las producciones de Hollywood,  los sectores neocon y sus incondicionales aliados sionistas vinieron promoviendo sin descanso desde mediados de la década de los noventas, una política de mayor intervención de los EEUU en el Medio Oriente buscando con frenética ansiedad y mediante las presiones de los lobbies judío-estadounidenses como AIPAC  y  el WJC para que el entonces gobierno de Bill Clinton se decidiera por encarar una invasión contra Iraq, algo que terminaría concretando la administración de George W. Bush en 2003.

Esto nos revela que la supuesta casa de la representación política del pueblo norteamericano –el Congreso- solo es, una caja de resonancia de los sectores influyentes relacionados con las finanzas y la política con claras orientaciones a una política “pro”, pero no a favor de la “Unión” sino, pro-Israel, pasando a ser un mandato superior a los propios intereses de la política estrictamente norteamericana.  Por supuesto que esto no es algo novedoso en la política norteamericana pero si podemos ver su origen en la implantación del estado de Israel en 1948, cuando a partir de ese momento, los EEUU y Gran Bretaña se comprometieron a sostener a como fuese, la subsistencia de un ente a costa de territorio árabe-palestino.  A pesar de las apariencias, este proceso que se ha venido impulsando con una ampulosa propaganda mediática, televisiva (con series y documentales) y del cine, no ha pasado sin causar consecuencias contraproducentes dentro del mismo seno del poder político estadounidense.
tropas israelies desalojando a los árabes del Golán

Pero ¿qué es lo que queremos referir con esto? Simplemente, que a pesar de la tan ilustrada y maquillada existencia de aquel estado político en suelo palestino, ha ido desgastando y hasta fisurando la integridad del tejido político norteamericano que  a su vez, se ha ido permeando hasta los oscuros sótanos de las agencias de inteligencia federales y militares, que con diversas visiones sobre sus objetivos para “América”,  hoy quedan expuestas con notorias desinteligencias cuando chocan mortalmente en el territorio sirio. Incluso varios analistas, han dejado entrever como la esquizofrénica política de Barack Obama es más bien, el resultado de una lucha interna dentro del estado profundo de la Unión,  una dimensión del poder que se halla fuera del alcance de cualquier mandatario de turno.

Todo esto es muy anterior a Obama, incluso al orate de George W. Bush, quien no debe olvidarse que el 12 de diciembre del 2003 firmó la declaración de guerra contra Siria denominada Syrian Accountability Act  que además de estar respaldada por aquellos sectores de presión dentro del Congreso, buscaba las hostilidades, utilizando una  excusa que se trataría de montar desde el Iraq recientemente invadido. Pero contrario a las expectativas de los cerebros de dicha invasión y la complejidad del escenario iraquí, obligaron a retrasar sine die el comienzo de esa guerra contra Damasco de la cual Israel tomaría su parte.

A la vista de estas pruebas, no hay motivos para rodeos y solo hay que llamar las cosas por su nombre. EEUU ha sido una nación agresora y ha orquestado crímenes colectivos para satisfacer la agenda de un sector recalcitrante de las entrañas del poder en Washington y de sus aliados en Tel Aviv.  Parte de esos crímenes es la obligada diáspora e millones de árabes iraquíes, libios y hoy sirios para que abandonen sus hogares y a sus familias por el simple hecho de que la aviación estadounidense y la de sus socios británicos, no tuvieron y actualmente no tienen, misericordia y menos aún contemplaciones en demoler  barrios enteros si en ellos hay quienes le resisten.    

Estas tácticas horribles no son más que la expresión en grandes dimensiones de lo que las “Fuerzas de Defensa de Israel” le hicieron a las poblaciones palestinas y que tuvieron su punto culmine en el años 2014 contra la Franja de Gaza.

El terror imprimido por estas bestialidades, solo es una cara del programa que EEUU y sus aliados encubiertos, llevaron a cabo especialmente en Iraq. Antes de que llegaran los norteamericanos y británicos, no existían grupos radicales como “Al Qaeda” o células islamistas con especial orientación Wahabi. Lejos de cualquier sectarismo, Bagdad y el resto de las ciudades iraquíes compartía el variopinto mosaico de comunidades sunitas, chiitas, cristianos y coptos que vivían en barrios mixtos. Pero tras la llegada de los invasores, comienzan los secuestros, violaciones, asesinatos y desapariciones que se trataran de endilgar a la floreciente resistencia que daba sus primeros pasos.

Precisamente Iraq sufrió una de las migraciones poblacionales más brutales de comienzo de siglo sin que ello fuera tema de atención para los organismos internacionales o al menos, no de masiva difusión.  Las organizaciones como “Human Right Watch”  y “Amnesty” son dos grandes fraudes que distraen la atención de estos crímenes con la publicación de informes de las fechorías de pequeños y pobres dictadores africanos.  ¿Meterse con Israel, Washington o Londres? Jamás! Incluso si se busca en la lista de países donde se cometen atrocidades contra los derechos humanos “Israel” no aparece en la lista y por supuesto, tampoco EEUU y Gran Bretaña.

El llamado “fenómeno” de las migraciones no son el producto de catástrofes naturales o de guerras civiles como lo pintan los medios; son el operar sistemático y previamente planificado de las fuerzas occidentales que con sus diversas tácticas, buscan limpiar grandes extensiones de territorios que pasaran a las manos de intereses completamente ajenos a sus nativos.  En Palestina comenzó el ensayo y perfeccionamiento de estas tácticas de desalojo masivo. En Iraq tras trece años de angustiante asedio y con la invasión del 2003, aquellas tácticas se llevaron adelante con mayor detalle y claro, indescriptible brutalidad. Con el operar de aquellos grupos de hombres enmascarados que colocaban alternadamente bombas en mezquitas sunitas y chiitas, disparaban a mansalva contra civiles o secuestraban a funcionarios para torturarles y asesinarlos, sembraron la desconfianza entre chiitas y sunitas aunque, los líderes de ambas comunidades sabían que todo eso era parte de una estrategia sucia que ensayaban los invasores.
soldados estadounidenses contra niños iraquies

Igualmente y en algún punto esa estrategia logro que aquellos barrios que antes convivían sin problemas, se vieran separados por bardas de cemento, filosos alambrados de púas y altos murallones montables que casualmente, esperaban en los buques de transporte logístico en el Golfo Pérsico antes de la invasión.  Todo fue planificado al detalle. Colocaron un gobierno títere de criminales que pertenecían a tribus chiitas más interesadas en el poder que en el bien común del país, con una larga historia de sectarismo y sedientos de venganza contra los partidarios del anterior gobierno.  Con el apoyo oficial de Washington le daban una palmada al “aliado” en Bagdad mientras la CIA y sus colegas del Mossad que operan en las sombras, se encargaban de recordarle que mediante esos costosos atentados en medio de la capital, podían desangrar al pueblo si no mantenían la línea trazada.

Con esta estrategia de terror, se forzó a la migración de amplias franjas de población sunita bagdadí hacia el noroeste del país, que a la represión ejercida por las tropas invasoras y sus colaboradores de la mafia “Dawa”, se vieron en constante agresión de algunos de sus vecinos chiitas que les culpaban de los ataques que misteriosamente ocurrían en sitios públicos de las barriadas chiitas de la capital. A ello, se agregaba los asesinatos de intelectuales y científicos  sunitas que impartían sus cátedras en las Universidades de Bagdad y del resto del país que retroalimentaba la saña y desconfianza de éstos por sus conciudadanos chiitas.

Curiosamente un sector blanco de estos ataques fue la comunidad palestina que tenía décadas de vivir en el país árabe y que tras la invasión, no faltaron los asesinatos, arrestos y desapariciones de varios líderes comunitarios supuestamente ejecutadas por facciones “pro-iraníes”.  Lo más leve que le ocurrió a esta comunidad con la llegada de los estadounidenses y la instauración de ese gobierno “títere” fue la revocación de sus permisos de estancia y la persecución, algo que muchos no dudan –y en especial los palestinos- en sindicar como cerebros detrás de estas agresiones, a Tel Aviv.

No solo los bombardeos de aviones y Drones han sido  las causas de crear estas olas de refugiados que los países europeos hipócritamente consideran como una amenaza a sus soberanías, sino también la creación de estas atmosferas de caos utilizando tácticas de terror, usando el viejo truco de los disfraces y la mano de obra de criminales a sueldo del mundo árabe para simular ese argumento de la “guerra sectaria”.

En Siria estos siniestros planes han tratado de recrearse pero, la intervención rusa ha evitado una situación similar y hoy podemos ver cómo y pese a los intentos de ocultamiento mediático, se logran eliminar con eficacia a esos agentes del Mossad, CIA y sus colegas árabes sauditas que desde las sombras, son quienes dirigen las operaciones de los que aún la Casa Blanca trata de presentar como “rebeldes”.  Con esto se puede asegurar que no habría “ISIS” , “Al Nusra” y ese centenar de bandas de mercenarios sin contemplar estos elementos foráneos. Tal como lo señalan algunos investigadores, éstos no son más que una de las armas en el arsenal del Pentágono y que incluso, ellos mismos ni sepan que están siendo usados.

De este modo, no debe prejuzgarse y señalar alegremente que esas miles de familias huyen por “tiranos sanguinarios”, “guerras civiles” o el fantasma del “Estado Islámico”; ellos son víctimas de una gran manipulación que algún día deberá ser procesada en algún tribunal imparcial donde no influya el dinero y el poder político de estos actores.

Es por ello, que la llegada de refugiados sirios a la Argentina no representa ninguna contrariedad  como dijo algún periodista hijo de otro gran obsecuente histórico; ellos no representan ningún inconveniente ante las necesidades que nuestro país tiene. Es preferible que los vastos territorios que posee la Patagonia Argentina sean el sitio de albergue para estas familias árabes, que materia de un negociado para que algunos sectores autoproclamados  como “elegidos”, se hagan con ellas por el simple de hecho de que tienen el dinero para taparles la boca a políticos, periodistas y miserable que vendan su alma por unas cuantas monedas.