viernes, 17 de marzo de 2017

EN DEBATE




“LA ESPADA QUE PENCE SOBRE TRUMP”

Crecen los rumores de un posible desbanque del mandatario norteamericano para ser reemplazado por su vice Mike Pence



Por Charles H. Slim
A nadie le quedan dudas a esta altura de las circunstancias, que Donald Trump es un personaje mediático con una lengua demasiado larga para los intereses del poder real estadounidense. Tal vez sea por eso y por la actual situación por la que atraviesa los EEUU no sea raro que, detrás de las bambalinas del poder, se esté promoviendo una pronta salida por la puerta de servicio del magnate mediático sin importar si lo hará caminando o con los “pies para adelante”. Hay varios indicios que vienen dándose que parecen demostrar movimientos telúricos dentro de Washington que buscan abrir el suelo debajo de los pies del mandatario.

En este sentido sería innecesario tener que recordar cada uno de los escándalos que ha habido desde su asunción que se han verificado con la repentina salida de diferentes funcionarios de alto y mediano rango, que se enmarcaron particularmente en una descabellada acusación de “colaboración con Rusia”, claramente premeditada. 

Agregado a esto, hay que señalar  que ha sido el resultado de una carísima operación de desinformación y propaganda orquestada por los sectores del Stablishment político y económico, los que buscan un cambio radical en la Casa Blanca,  quienes a su vez  se interrelacionan con el sector neocon y el sionismo estadounidense, que tienen amplias influencias en las esferas del  estado profundo.

Pero a pesar de que aquellas salidas fueron una especie de advertencia, la administración se ha mantenido intacta y en apariencias, también la voluntad de Trump de proseguir con su “agenda” planeada para su administración. Eso no quiere decir que no haya dado algunos giros y cambios de rumbo en cuanto a ella, especialmente en el tema de la política exterior y sus asuntos militares.
Pence y soldados israelies 

Ha sido sin lugar a dudas en estas últimas áreas las que se han visto más afectadas por las presiones y los Lobbies dentro del Congreso que buscan seguir manteniendo la guerra en el Medio Oriente y en especial, con el objetivo de desmantelar a toda costa y sin medir las consecuencias a la república árabe Siria, aunque los medios hegemónicos angloestadounidense digan todo lo contrario.

Precisamente y en referencia a la llamada “guerra contra el terrorismo”, ha habido notables cambios de visión en cuanto hace al alcance y concepto de dicha amenaza, circunscribiéndose a la organización “ISIS” y sus aliados operacionales sin olvidar, que han sido una elucubración de los servicios de inteligencia civiles y militares estadounidenses que proviene de la época de la ocupación de Iraq.  Esta notable precisión apunta a tratar de detener la acostumbrada sinonimia mediática que se había venido efectuando entre Islam y el “yihadismo” al cual a su vez asocian tendenciosamente con el “terrorismo”, algo que adquiere mayor sorpresa por el presunto impulsor, nada menos que el actual jefe del Pentágono el general James “perro loco” Mattis, quien es un reconocido islamofobo con un largo prontuario de crímenes contra la población civil en Iraq.

Sin dudas que esto es muy esperanzador, pero a su vez es un gran inconveniente para los planes que habían venido desarrollando Londres y Paris quienes –desde y durante la administración Obama- participan junto a los esfuerzos de la CIA, por tratar de desgarrar a Siria en una lucha intestina que la lleve a la disgregación política y territorial que a su vez, favorecería a una intervención de Israel.

Esta situación ha llevado a que Donald Trump en persona deje en claro cuál es su agenda para el Medio Oriente y fije su posición con respecto a los países que patrocinan a los grupos terroristas como son Arabia Saudita, Turquía, Gran Bretaña y Francia, algo que deberá anunciar este 22 de marzo ( RED VOLTAIRE.  http://www.voltairenet.org/article195609.html )

Para algunos expertos esto sería algo imposible de concebir. Para otros, Trump seguirá los consejos de su jefe del Pentágono y llevara adelante todas las movidas políticas que aconseje la situación que se pueda ir desplegando en el terreno. Sin lugar a dudas que la nueva posición de Mattis no es sentida sino más bien, una decisión táctica tratando de ganarse las simpatías de los musulmanes de la región, algo que creo será muy difícil de esperar. Esto a su vez ha desatado una ola de rumores de que si Trump no continua con aquellos planes con los cuales Obama, Londres, Paris y sus aliados en Medio Oriente se comprometieron para remodelar la región conforme lo habían acordado desde que se lanzó toda aquella revuelta en el norte de África en 2010, será reemplazado por su vice Mike Pence, quien ofrece garantías de continuar al pie de la letra con esta agenda y además, hacer partícipe a Tel Aviv en las decisiones vitales para remodelar el Medio Oriente.  

El ex gobernador de Indiana fue señalado precisamente como el “arma secreta pro-israelí” en la administración de Trump quien además de mantener estrechos lazos con Tel Aviv y el gobierno de Benjamín Netanyahu, es un sionista militante que apoya sin reticencias las torturas, los asesinatos con Drones y cualquier otro plan que sea elaborado por Israel para ser ejecutado por Washington (VeteransToday. http://www.veteranstoday.com/2016/07/14/trump-chooses-pence-clown-toad-and-incompetent-for-vp/). Pence es uno de los políticos mimados por el AIPAC y adquirió mayor interés cuando en 2009 en plenas presiones de Tel Aviv por lanzar un ataque contra Irán, mostro su ferviente adhesión a que EEUU acompañara dicha moción. 

Pese a que era un gobernador, Pence realizó varias actividades en pro de los intereses políticos de Israel, especialmente en lo que se refiere a la situación que mantiene con la población palestina. Pence hizo todo cuanto pudo a nivel legislativo local, al recortarles a los ciudadanos de Indiana la posibilidad de colaborar con las medidas de boicot (BDS) contra los productos israelíes.

Es por ello que no habría que tomar tanto a la ligera ni menospreciar los rumores de un golpe de estado contra Trump que buscan precisamente este fin (https://actualidad.rt.com/actualidad/233324-golpe-estado-washington-assange-trump-pence) 









miércoles, 15 de marzo de 2017

INTERNACIONAL





“NADA DE COLATERAL”

Ante las continuas masacres que comete la aviación de la Coalición Internacional, para los iraquíes en general y los de Mosul en particular queda claro que sus bombardeos no son obra del error




Por Dany Smith
A partir de la primera etapa de la guerra del Golfo Pérsico en 1991, los bombardeos sobre blancos civiles se fueron incrementando en cantidad y proporción llegando a que hoy día esos episodios de brutalidad inhumana lleguen a ser casi una anécdota o parte del panorama normal de la vida de los iraquíes, canallescamente normalizado por los multimedios occidentales.
La tragedia del pueblo iraquí no tiene parangón –al menos no para su historia como nación árabe- y sin dudas, menos aún tiene una explicación plausible que pueda argumentar tanta saña focalizada contra su gente.

Hasta antes de aquellas jornadas quién podría haberse imaginado que con la sofisticada tecnología de sistemas de misiles guiados, rastreo por satélite y visores nocturnos era posible que un avión pudiera lanzar sus cargas letales contra hospitales, escuelas o una simple casa de una familia anónima en algún barrio de Bagdad; poco creíble ¿no lo cree? En esos años, el Pentágono y la Casa Blanca presentaban videos de sus misiles “Hell-fire” que mostraban los edificios o emplazamientos unos segundos antes de que los alcanzaran, argumentando con ello que sus operaciones eran de una “precisión quirúrgica”, que en realidad nunca fue.  Quede claro que en este artículo solo tratamos el aspecto meramente militar dejando de lado las operaciones sucias que las acompañan.

Durante la segunda guerra mundial las barbaridades como estas fueron maquilladas por los triunfadores y pasaron como una consecuencia involuntaria de aquella lucha. Más cerca en el tiempo, Corea en 1950 y mucho más Vietnam en 1969 trajeron a la palestra la moralidad de las tropas estadounidenses que entre otros crímenes registrados por muy pocos periodistas fue el uso de elementos químicos como el “agente naranja”, del Napalm sobre aldeas y el bombardeo indiscriminado con bombas de racimo sobre nada menos que Hanoi, capital de aquel Vietnam del norte.

En esta ocasión los historiadores a sueldo de Washington, no pudieron tapar tanto como hubieran querido los personeros que formaban parte del Stablishment político-militar y financiero de esos momentos. Para intentar hacer digerir esa tragedia que fue soportada en carne viva por sus propios soldados quienes en su mayoría regresaron con traumas que jamás superaron, la maquinaria de propaganda llamada “Hollywood” lanzo todo tipo de películas para matizar convenientemente esas desastrosas guerras y de ese modo, lavar las culpas focalizando el origen de aquellas guerras en un “peligro maligno” encarnado en el Comunismo.

Muchos se preguntaban ¿Qué había pasado con los Convenios de Ginebra, los Protocolos y las Convenciones sobre el trato humanitario? Aparentemente estas cuestiones, solo eran detalles para los elucubradores de estos enormes crímenes de guerra. Solo son “detalles administrativos”  habría dicho Robert Mc Namara en una reunión con nada menos que el Consejero de Seguridad Nacional Henry Kissinger en momentos que la impopularidad de la guerra estaba creciendo.

Hay una clara mentalidad siniestra y psicopática en estas elaboraciones. Lo peor de todo es que no surgen de una sola o de un grupo de personas; o mejor dicho, no pueden funcionar sin la colaboración de una estructura colectiva que les avalen. Y sino ¿Cómo podría creerse usted, que una familia estadounidense promedio, enviara a sus hijos a guerras a miles de millas de su patria que terminara participando en masacres masivas, torturas y quién sabe cuántas cosas más? Con esto todo parece demostrar que EEUU en un gran rebaño de ovejas pastoreada por lobos.

Actualmente siguen saliendo a la luz muchas de esas “inconfesables atrocidades” que los gobiernos estadounidenses  amparados por las estridentes palabras “democracia y libertad” barrieron bajo la alfombra de la historia. Precisamente estas revelaciones nos llevan a los años ochentas, sin dudas una de las décadas más particulares y excitantes de la historia política contemporánea. Fue en esa década que Washington movía sus fichas en el Medio Oriente para tratar de contener la influencia soviética y el surgimiento de la amenaza de la revolución iraní que podía contagiar a las masas pobres de los países árabes.

Pero detrás de ese supuesto horror que despertaba el Ayatolá Komeini y su revolución Islámica, susurraban al unísono los intereses sauditas e israelíes de frenar a como diera lugar a esa “endemoniada ideología” que ya había prendido en los chiitas libaneses y que traían a mal traer a los planes de Tel Aviv para con el Líbano.

Fueron los años en que Ronald Reagan y Cía le dieron a Iraq y en especial al gobierno de Saddam Hussein, todas las armas convencionales que les fuera posible comprar e incluso, para no quedar comprometido directamente, autorizó a varios países –entre ellos Chile y Argentina- a venderles a los iraquíes todo lo que aquellos necesitaran. Y no solo eso. Bajo la mayor discreción y tercerizando sus operaciones no dudo en orquestar la provisión de las letales y prohibidas armas químicas y biológicas que los EEUU había venido desarrollando para utilizarlas en un hipotético conflicto con la URSS ( SPUTNIK. https://mundo.sputniknews.com/defensa/201703131067550733-armas-quimicas-eeuu/  ).

Incluso recordemos y para no olvidar de que se trataba todo aquello, Washington vendía al mismo tiempo y clandestinamente armas a Irán lo que la historia recuerda como el “Iran-gate”, escándalo que fue puesto a la luz pública  tras haberse capturado in fraganti al oficial de la marina estadounidense Oliver North” como el contacto para estas operaciones. Eso comprobó el negocio que había detrás de esa guerra pero con un condimento extra como era la islamofobia que alimentaba la matanza entre musulmanes.

En 1991 y en 2003 las fuerzas angloestadounidenses se despacharon sin misericordia contra las poblaciones y aunque se ha tratado de encubrir con variados argumentos y documentales claramente sesgados, esos hechos son parte de la historia de los iraquíes y del mundo. Desde que la “Coalición Internacional” comenzó sus bombardeos por el 2014 las mismas aberraciones se han vuelto a registrar sin pausa contra las regiones donde se instaló el “Daesh” sin que Washington acusara recibo.

Desde Faluja hasta Tikrit y de allí hasta Ramadi, los aviones norteamericanos y británicos no tuvieron el menor escrúpulo que volar manzanas enteras para eliminar a un solo francotirador, utilizando como de costumbre sus bombas con cabezas de uranio empobrecido que dejarán en el sector donde ha impactado, los vestigios venenosos de la radiación.

Incluso muchos de estos ataques fueron dirigidos contra posiciones de milicias chiitas que estaban apoyando las operaciones contra el “Daesh”, que curiosamente pertenecían a una de las agrupaciones de la resistencia más letales de la época de la ocupación.

Las últimas masacres en barrios de Mosul han sacado una vez más a la luz, ésta detestable e inhumana costumbre de convertir a zonas urbanas en polígonos de tiro y práctica de sus nuevos artilugios de muerte. Es entonces que usted puede preguntarse ¿A quién diablos pretender convencer con eso del daños colateral?





domingo, 12 de marzo de 2017

EN DEBATE



 “TRUMP IGUAL A NIXON?”  

Como la prensa estadounidense y los medios editoriales de pensamiento político tratan de argumentar la caída de Trump



Por Leonard D`Head (Traducido a español)
Claro que cualquiera que no sea estadounidense, puede recordar mucho de quien fue aquel personaje de la política llamado Richard Nixon y sus actos de gobierno. 
Últimamente los medios neoconservadores y las editoriales de pensamiento han estado especulando con esta loca idea.  Entonces usted puede preguntarse ¿Qué diablos tiene que ver Nixon con la actual administración de Donald Trump? Permítame desarrollar la idea y verá a donde apunta el asunto. Como usted puede imaginar, el estado profundo en los Estados Unidos ha venido trabajando en forma acelerada e histérica para lograr algún modo de derrumbar los proyectos del mandatario de la Casa Blanca.

Similar a Richard Nixon, Tump se ha ganado el odio de los pilares institucionales de la Unión. Ha dicho que no confía en el FBI para la inteligencia interior, ha ido contra las decisiones de la Corte Suprema, ha provocado a la CIA con sus recriminaciones que se materializaron con los cambios en el Consejo Nacional de Seguridad; acuso a los medios insignes de EEUU de “fabricar noticias falsas” y lo peor para los neocon, ha defendido a Vladimir Putin señalando los crímenes que los mismos estadounidense habían cometido alrededor del mundo.

Al parecer estos sectores oscuros del poder norteamericano vienen malenando el poder para condicionar al caprichoso Trump, que parece estar reconduciendo su dirección a la ruta trazada desde hace más de dos décadas destinada al control global.  A no dudarlo que ello fue por los golpes contra sus más importantes funcionarios como el general Michael Flynn a cargo del Consejo de Seguridad Nacional y una ola de renuncias en el Departamento de Estado.

Sin dudas, a partir de esos episodios Trump comenzó a entender el mensaje aunque el solo parece que lo hace con matices. A pesar de que la prensa conservadora lo califica como un “supremacía blanco”, la realidad es que él es solo lo que sus cercanos lo alientan y en ese sentido, está rodeado por los más peligrosos extremistas neocon y sionistas que los republicanos pudieron conocer desde la olvidable administración de George W. Bush.

Detrás de todo esto haber estado la “Comunidad de inteligencia” y en especial la CIA, como un escarmiento ante la desafiante postura de Trump de pretender sacarles el control de sus operaciones más rentables y subordinarlos al Pentágono. De este modo, las filtraciones molestas y hasta peligrosas de documentos clasificados de la misma CIA son una advertencia a Trump pero para la agencia y el estado profundo solo lo toma como una situación de control de daños.

Como se puede ver hay una guerra dentro de Washington y puertas dentro de los círculos políticos entre los mismos sectores neocon y del Lobbie sionista que por un lado detestan las formas del presidente vulgar y los otros que simpatizan con la frontalidad de Trump siempre y cuando esté dispuesto  a meter a los EEUU en una nueva aventura ésta vez contra Irán.

Todo esto enmarcado en una feroz campaña de propaganda contra Trump que se parece a una de las tantas guerras psicológicas montadas contra otros gobiernos antes de derribarlos.

Así ver como Trump ha ordenado el financiamiento multimillonario para reconstruir despertando las sospechas de que habrá una mayor política de intervención bélica en el extranjero. Esto ya se está viendo con el incremento sin autorización de tropas regulares en Siria lo que se agrega el mejoramiento de las Fuerzas Armadas que además comprende, el crecimiento numérico de sus unidades

Otra señal de esto, es la cuestión inmigratoria que se apoya en políticas islamofobas que a pesar de agradar a los sectores neocon y sionistas, causan contrariedades con la opinión pública pero en especial, con los árabes colaboracionistas como ser los del régimen de Bagdad en Iraq, el repentino cambio de rumbo de sus férula de criminales que apenas pueden sostenerse sin que su pueblo los descuartice.

Otra notable señal del doble rasero Trump es su consecuencia con Israel para llevar adelante sus planes de atacar a la república Islámica de Irán a como dé lugar sin importar lo que la campaña había prometido. En este sentido, quien ser consecuente con estos planes ser el vicepresidente Mike Pence, un sionista militante recalcitrante y muy aplaudido por los Lobbies judío-americanos que poco puede envidiar al psicópata Steve Bannon y equipo de manipuladores de la información.

Desde el punto de vista de estos sectores del poder que manejan el poder real estadounidense y su agenda exterior, nadie y menos un estúpido engreído va a desviar la agenda globalista que tan bien llevo adelante Obama y que debe continuar Trump sino quiere salir de la Casa Blanca de una patada en el trasero.

Las campañas de propaganda en su contra arrecian y no parecen que disminuirán en su intensidad. Prueba de ello es la participación de los más costosos operadores y especialistas en operaciones psicológicas que el dinero puede pagar. Entre los más destacados se halla David Brock el agitador psicológico en la nómina de los Clinton y que además cuenta con nexos con la CIA y otras agencias de inteligencia federales.  

A estas alturas Trump debe haber entrado en cuentas sobre lo que le conviene. Seguir jugando al revoltoso mediático, desafiando a los pilares del estado profundo o prepararse a ser reemplazado por su vice Mike Pence, reserva inmoral para el trabajo sucio que el Lobbie sionista estadounidense prepara contra Irán. Con todo este panorama y más allá de las diferencias de época que existen entre el EEUU de Nixon y el actual con Trump, el final que puede hallar el mandatario de la Casa Blanca puede ser igual de escandaloso (TIME. http://time.com/4697223/trump-nixon-comparisons/).

En este sentido Trump sería como el Nixon del pasado creador de una incertidumbre político y social similar al “Water-gate”, un chivo expiatorio para las torpezas de la política norteamericana que acumular en cantidad desde hace 25 años a la fecha y que parecer que puede pasarlas por debajo de la puerta del olvido sin que nadie lo note.

viernes, 10 de marzo de 2017

VETERANOS DE AYER


“CUESTIONES SEMÁNTICAS”

Según un análisis desde el punto de vista jurídico sobre la participación argentina en la guerra del Golfo no deja lugar a dudas sobre la naturaleza de su misión



Por Charles H. Slim
USS Wisconsin  1991
En realidad nadie puede decir lo que allí sucedió sino solo quienes fueron protagonistas directos de la guerra. Esto ante las continuas manipulaciones e inexactas informaciones que dan cuenta de las acciones que llevaron a cabo las dos naves de la fuerza de tareas T.88.0 compuesta por el destructor “ARA Alte Brown” y la corbeta “ARA Spiro”, actores principales y testigos directos de lo que fue aquella guerra a miles de kilómetros de su patria que muchos continúan erróneamente denominando “operaciones de paz”.

Contextualicemos la intervención de esta “fuerza de combate”. Primeramente veremos que lo que desató la crisis en el golfo fue la invasión de Iraq sobre el vecino Kuwait, cuestión que no nos avocaremos a analizar como lo hemos hecho anteriormente. En ese mismo instante el mundo estaba cambiando. El equilibrio geoestratégico de la bipolaridad existente entre EEUU y la Europa de oeste y la URSS se había roto con la disgregación de éste último.

El gobierno argentino al tener conocimiento de dicho evento, no tardo en expresar su apoyo irrestricto a Washington y recién después adherir a los supuestos mandatos de Naciones Unidas. En ese sentido el gobierno de Carlos Saúl Menem vio la oportunidad de colgarse de uno de los episodios con trascendencia internacional que catapultaría a su gobierno a los altos niveles de la política internacional y que a su vez, lo pondría a la vista de la Casa Blanca.

De este modo podemos ver como los acontecimientos se desarrollaban por dos carriles políticos diferentes. Uno iba por la preocupación de la ONU expresada con la resolución 660 del 2 de agosto de 1990, mediante la cual condena a Iraq por la invasión y ocupación de Kuwait y unos días después, el 6 de agosto la resolución 661 que estableció un embargo económico sobre la república árabe de Iraq siendo para la Casa Rosada, motivos suficientes para argumentar su intervención. El otro carril iba por la vía de los preparativos netamente militares y los cuales estaban liderados por los EEUU, preparativos que no estuvieron exentos de ciertas curiosidades que los historiadores militares –especialmente norteamericanos- tratan de obviar.


Alouette III embarcado en el Golfo, 1991

Desde el punto de vista jurídico, las resoluciones de Naciones Unidas no son vinculantes por lo cual, no tenían fuerza para “obligar” a la Argentina a intervenir. Por otra parte y como veremos, nunca hubo un mandato para el establecimiento de paz.

Sin meternos en asuntos políticos y centrándonos en la mera cuestión operativa de las unidades argentinas, vamos a esclarecer algunos puntos oscuros que han sido aprovechados para confundir a los legos en la materia y en especial con lo que tiene que ver con el derecho internacional.

Mucho antes de que Naciones Unidas tratara en profundidad lo que había desatado la crisis en el Golfo Pérsico, Washington ya había desplegado una fuerza militar a Arabia Saudita y gestionaba tratativas con Ankara para utilizar su país para desplegar tropas norteamericanas en la frontera norte de Iraq.  La familia real saudita llamó a Washington urgente notificando lo que pasaba y como respuesta el mismo presidente estadounidense George H. Bush y su general del estado mayor Collin Powell fueron transportados inmediatamente a Arabia Saudita en las horas posteriores al 2 de agosto.

En ese mismo momento, en Washington  (el 2 de agosto de 1990) se hallaba una comitiva del Ministerio de defensa encabezada por Humberto Antonio Romero quienes por estos motivos, no pudieron ser recibidos por el mismo presidente Bush debiendo contentarse con el recibimiento del vice Dan Quayle quien estaba a cargo del Consejo Nacional de Seguridad. Igualmente el momento fue oportuno para que –consultas telefónicas mediante- se le expresara a Washington que “la Argentina colaboraría con lo indispensable en esta crisis”, recibiendo el agradecimiento de Quayle y que luego serían reforzadas con misivas personales del mismo Menem dirigidas a su par George H. Bush.

A partir de ese momento y sin que Naciones Unidas ni el Consejo de Seguridad se expidieran sobre algún “mandato” de cómo se procedería en este caso, el gobierno argentino se puso a la par de los procedimientos que Washington estaba impulsando por su propio carril sin interesarle si aquellos órganos internacionales se expedirían por legalizar una intervención bajo la bandera de Naciones Unidas. Recordemos que George H. Bush utilizó el incidente para justificar una escalada alegando que “Iraq había agredido a un país vecino”, “que había violentado la ley internacional” y una serie de argumentos que le sirvieron para ordenar la creación de una Coalición militar sin el aval de Naciones Unidas.
Consecuencias de la guerra

Importante también tener en cuenta, que los comandantes a cargo de la “Coalición” y del Comando de operaciones que se monto en la capital saudita y en Darham estuvo compuesto por oficiales de alta graduación dirigidos por una plana de generales y almirantes norteamericanos quienes a su vez estaban liderados por el general del ejército de los EEUU Norman Schwarzkcopf; comando al que se subordinaría luego el grupo de tareas “ALFIL I”.

Al mismo tiempo y calcando la posición norteamericana, el 16 de septiembre Menem alega que “Argentina enviará tropas al golfo sin ningún tipo de consulta”  y agregó que sus decisión estaba justificada “si el objetivo perseguido es consolidar la paz”.  El 18 de septiembre tras haber comprometido su colaboración a Washington, alego públicamente que se enviaría una fuerza “para restablecer la paz y evitar una tragedia de imprevisibles consecuencias en la zona del conflicto”. Un día después el mismo Menem reconoce que el gobierno kuwaití le requirió unilateralmente –y obviamente por consejo de Washington- colaboración, asimilando el pedido como si “la misma ONU lo hubiera hecho”.  Pero una de las cerezas que decoran este pastel, es que el 24 de septiembre se reunieron en Buenos Aires, el Subjefe del estado Mayor Conjunto de los EEUU el Almirante Jeremiah y el embajador norteamericano en Buenos Aires Terence Todman con el ministro de defensa Humberto Romero y con el Jefe del Estado Mayor de la Armada el Vice Almirante Emilio Osses en donde se ultimaron los detalles técnicos y se concluyó con la participación argentina en la “Coalición”.

Un día después, el 25 de septiembre  y tras agotar todos los repuestos de los pañoles de Puerto Belgrano, zarpan con sus bodegas de armas y municiones completas  las dos naves argentinas rumbo al Golfo Pérsico.

No olvidemos que a esa fecha en Naciones Unidas no se había expedido sobre la “autorización para el uso de la fuerza y ultimátum” para que Iraq se retirara de Kuwait (Res. 670/678) y menos aún, esbozó el proyecto de un “mandato” para sí, evitar la guerra y hacer prevalecer la paz.

Precisamente sobre el tema de un “mandato”, sin más rodeos hay que dejar en claro que Naciones Unidas jamás otorgó entre agosto de 1990 y marzo de 1991 mandato alguno para involucrarse como organismo en la conformación de una “fuerza de paz”, dando un paso al costado y dejando a que fuera EEUU y sus aliados quienes conformaran una fuerza en forma de Coalición que tuvo su Comando de operaciones en Riad, Arabia Saudita.

El último argumento esgrimido por el presidente argentino fue expuesto el 19 de septiembre cuando afirmo que  “Argentina no puede darse el lujo, en este momento que estamos emergiendo de una crisis, de quedar aislados del resto del mundo”, culminando con la aseveración de que “no son tropas intervencionistas sino para consolidar la paz, para evitar consecuencias de un enfrentamiento”, había señalado con énfasis, quedando en claro que esto último nunca se cumplió y que ante el inevitable involucramiento en las hostilidades, el Congreso sanciono a las apuradas en enero de 1991 la ley 23904 autorizando a la fuerza T.88 a responder el fuego.
La ruta de la muerte. Miles de iraquies asesinados en su retirada

Antes de seguir hay que dejar en claro que Argentina al apoyarse en la res. 661 que impuso un embargo a Iraq, puso en marcha la primera medida políticamente hostil contra otra nación soberana que luego ampliara con su participación activa en su aplicación mediante el bloqueo marítimo (Acto hostil).

Como vemos al no haber habido un “mandato” no hubo representación ni menos aún involucramiento operativo de Naciones Unidas en esta Coalición armada. Lo que si existió fue una “autorización” (Cf. Art. 42 Carta de N.U.) del Consejo de seguridad para el uso de la fuerza, que fue el desencadenante de la guerra –y no de operaciones de paz- que se abrió a las 00hs del 16 de enero de 1991 y que recién culminó con terribles consecuencias para la población civil el 27 de febrero del mismo año.

Las naves argentinas no se interpusieron en el medio de los contendientes (Como hubiera supuesto un mandato de mantenimiento de paz) ni menos aún enarbolaron la bandera de Naciones Unidas; por el contrario fueron parte del bando aliado contra Iraq.

En conclusión, con estos antecedentes que están muy bien documentados y conjugados con la normativa del derecho internacional aplicable a la participación naval argentina, en especial a la referente al “Derecho de la guerra Marítima” que se elaboro a partir de las Conferencias de la Haya y de las previsiones de la “CONVEMAR 1982”, las dotaciones argentinas participaron en acciones bélicas y no en operaciones de mantenimiento de la paz.


miércoles, 8 de marzo de 2017

EN DEBATE





“MASSAJ”

La visita programada del candidato del Frente Renovador Sergio Massa a Israel y sus propósitos.



Por Javier B. Dal
La semana pasada Tierra Santa tuvo una visita no anunciada; no al menos al conocimiento público masivo. El líder del Frente Renovador, Sergio Massa y su esposa, quienes fueron acompañados por una comitiva de trabajo visitaron el estado de Israel en donde tuvo el recibimiento de un huésped de honor. Massa había sido invitado por el gobierno de Netanyahu para que se interiorice en sus novedosos implementos de vigilancia e interceptación de comunicaciones electrónicas con los cuales Tel Aviv mantiene un paso delante de sus contrincantes árabes.

Como el buen demagogo que es, Massa se convirtió en un judío más y como buen actor, no tardó en asimilar con agrado la arenga ideológica que acompaña a los visitantes que llegan a ese estado. Son casi pasajes obligados, que los personajes políticos visiten el Muro de los Lamentos y el Museo del Holocausto como una forma de legitimar al estado que debe lidiar con una creciente oposición en la opinión pública internacional por sus aberrantes crímenes contra la humanidad.

Pese a que Massa es cristiano, no le interesó ir a Belén donde tuvo su lugar de nacimiento Jesús. No, claro que no. Jesús no reporta ningún beneficio mediático y menos aún económico para los intereses del candidato camaleónico. Massa como un perro de presa, tiene el olfato para rastrear la mejor pieza y sabe muy bien que Israel y sus poderosas influencias en la Argentina tienen el dinero y las conexiones para subirlo hasta la cima del poder.

Massa e Israel comparten intereses y cada uno por su lado trata de obtener lo que quieren. El demagogo busca el apoyo económico y buenas migas políticas que lo sustenten en sus ambiciones por llegar a la Casa Rosada. Israel, poder tener una presencia más acomodada en Argentina, despejada de grupos que apoyan a la causa palestina y exenta de posibles reclamaciones judiciales cuando sus funcionarios lleguen por Ezeiza.

Como buen político y demostrando cómo se manejan los asuntos en la política internacional, Massa sabe que en los EEUU pese a la llegada de un supuesto “nacionalista” como Trump, quienes manejan los asuntos de trascendencia en lo que hace a la política de aquel país, pasa por los estrados y mostradores de los Lobbies pro-israelíes. En ese sentido queda claro que el tigrense trata de crear las condiciones para que ese “poder”  se instale definitivamente en el país y a cambio de buenas recompensas, pueda desplegar con seguridad su activismo sionista.

En realidad lo que hace Massa no es nuevo y no ha estado exento de lo que han venido realizando los demás políticos del Stablishment argentino que, aunque se rasguen los vestidos diciendo que lo combaten –como lo hace “Santa Lilita”- reciben el buen cobijo de esos sectores.

Se trata de un juego, hipócrita, pero es solo eso. Es un canje en el que los politiquillos como Massa venden las pelusas que le quedan de dignidad para que demostrando su adhesión al estado de Israel, éste le conceda algunos beneficios para su trepidante carrera.  Aunque para los israelíes que se jactan de que se la saben todas y que los demás están por debajo de sus zapatos, los políticos argentinos no tendrían el valor de reflejar tan solo una sola de las aberraciones que se diariamente cometen traspasando ese muro inmundo que tipos como Massa, hacen como si no existiera.

Massa es agradable a Tel Aviv por sus antecedentes. Durante su gestión en Tigre, el entonces funcionario “K” y obsecuente incondicional de Cristina celebró contratos de compra con empresas israelíes de equipos y sistemas de vigilancia con cámaras en la vía pública, las mismas que sirven a las fuerzas militares y policiales en sus “operaciones” contra la población palestina, la cual dicho sea de paso, sigue soportando la “picadora de carne” a la que la maquinaria sionista los somete.

En este mismo sentido y haciendo un poco de “ciencia ficción”, si Massa hubiera estado realmente interesado en el mejoramiento de la calidad de vida y en los avances que la tecnología israelí proporciona para sus propios ciudadanos –excluyendo a los palestino claros-  no habría aceptado la invitación. Si en realidad es un ser preocupado por la justicia y los “valores humanos”, no debería haber avalado las monstruosidades que las fuerzas de “seguridad e inteligencia” israelíes llevan a cabo a diario contra la población árabe.

¿Acaso usted podría imaginarse a un Massa increpando a Netanyahu o al nada amigable Avidgor Lieberman por la desaparición de miles de bebes judíos de origen yemení en los comienzos de los cincuentas? O de la brutalidad e impunidad con la que la maquinaria represiva israelí arrasa contra los pobladores árabes palestinos. O incluso, solicitar alguna explicación ante la aberrante causa del soldado israelí Elor Azaria que tras herir a un joven palestino y a plena luz del día le voló los sesos con disparo a la cabeza? (http://www.veteranstoday.com/2017/03/04/elor-azaria-and-the-myth-of-jewish-universal-values/). Por supuesto que no. Ni en mil años se podría haber producido tal situación y si por alguna rara razón eso se hubiera producido, que no le quede dudas a nadie que allí se habría terminado la carrera política de éste ilustre política argentino.  

Igualmente y aunque Massa crea que esto es una jugada maestra para arrimarse las simpatías de estos poderosos –especialmente en lo económico- sectores sionistas, ellos le marcaran el paso y solo le darán migajas. Al mismo tiempo algún que otro lector podría preguntarse ¿Es qué acaso estos sectores no han encontrado su lugar en el gobierno de CAMBIEMOS? Y la respuesta estridente es ¡Por supuesto!!, pero ellos nunca se quedan de un solo lado e incluso mantienen contactos con todos los niveles de la vida política.


Mientras lisonjean a Massa tienen sus dedos en el gobierno actual, solo se trata de momentos de oportunidad y sujetos que pueden ofrecerles los pasadizos para colarse en los asuntos políticos y económicos financieros del estado sin interesar quienes son ni de que partidos sean los gobernantes. Después de todo, para ellos los políticos argentinos son como los preservativos, una vez que se usan luego se descartan.