martes, 3 de julio de 2018


EN DEBATE



“LOS MEDIOS EN LA ERA DE LA MULTIPOLARIDAD”

Cómo ha cambiado la perspectiva del mundo y las estrategias de dominación de Occidente gracias al quiebre en el monopolio informativo a cargo de las Corporaciones mediáticas.



Por Charles H. Slim
Si hay algo que occidente en general y EEUU en particular han perdido en sus ambiciones de manejo global, ha sido el control hegemónico y la dirección de las tendencias noticiosas. La era del unilateralismo autocrático de la Corporación de medios anglosajones actualmente se encuentran en su crepúsculo y es muy difícil que puedan revertir esa situación. Han pasado demasiadas cosas y muy graves para que la opinión pública mundial no las tenga en cuenta al momento de creer las noticias que se radian desde los “centros de poder”.

Y si nos preguntamos ¿Cómo se construyo esta estructura de medios? 
Veremos que no hay nada de democrático en su historia ni en su conformación, estando más bien ligada a una masa de intereses económicos financieros que entrelazados con la política de estado y poderosos grupos de presión (Lobbies), están netamente orientados a manipular las tendencias y los pensamientos de las sociedades en beneficio propio. Tal como la política exterior estadounidense de los últimos veintisiete años a la fecha, Washington ha disfrazado de multilateralismo a sus políticas unilaterales para conformar a un público doméstico exitista y tratar de afirmarlas con una pretendida legitimidad[1]. No hay que olvidar que tal como lo señala Frank Krauthammer “EEUU es una nación comercial y mar ítima, y necesita del entorno global para prosperar”[2], siendo este uno de los motivos centrales detrás de todas las campañas agresivas lanzadas en estas últimas décadas en el Medio Oriente y Asia. En este último sentido, las campañas sobre Afganistán e Iraq estuvieron animadas por el control de los recursos gasíferos y petrolíferos de los respectivos países.

Durante toda la década de los noventas el dominio comunicacional de los Medios corporativos anglosajones, agrupados en su mayoría por el conglomerado COMCAST[3] al cual se entrelazan por cadenas como la CNN, FOX, NBC, ABC, la BBC y la DW alemana para citar los más emblemáticos y que eran –y siguen siendo- religiosamente levantados por las repetidoras del Cono sur –en especial en Argentina en medios como Clarín, Infobae y La Nación-, llevo al paroxismo de la desinformación llegando a ser más bien las maquinarias de propaganda y justificación de políticas macroeconómicas de pillaje sobre países en vías de desarrollo y en especial de las campañas bélicas y de sanciones que se lanzaban desde Washington. Obviamente no son los culpables de todo ello, pero si fueron actores importantes para que otras herramientas (especialmente las más discutibles[4]) pudieran implementarse a la sombra de mucha desinformación.

Desaparecida la URSS, no había rivales para EEUU. Incluso cuando existía el bloque soviético, Moscú no tuvo una política mediática acertada para contrarestar la guerra psicológica que representaba ésta estructura de multimedios que recibían para solventar sus actividades, varios cientos de miles de dólares al año. Por el contrario, con su política de misterio y secretismo detrás de la cortina de hierro solo ayudo a alimentar las historias “rusofobas” que las redacciones occidentales elaboraban  para manipular al colectivo sobre la “amenaza comunista”. Incluso las propuestas de algunos de los más inteligentes oficiales de inteligencia de la KGB de aquel entonces fueron rechazadas por los conservadores y obtusos miembros del Politburo del partido que consideraban a la estrategia de información como una pérdida de tiempo.

De esa manera, para cuando la URSS se desmoronaba a pedazos dentro de sus fronteras las revueltas armadas y los conatos no tenían fin y todo ello, bajo la tendenciosa cobertura mediática de Occidente. De ese modo, lo que sucedía en los países Bálticos, Chechenia o en Moldavia, el público del hemisferio occidental tenía una sola versión y ella llegaba por satélite por los corresponsales de la CNN. Lo mismo cuando en Yugoslavia comenzaban las primeras reyertas callejeras y que inmediatamente fueron evolucionando a una guerra civil. En esos momentos ¿Quién se habría atrevido a sugerir que había elementos británicos y  de otros países aliados, trabajando para sacar ventajas de esta desintegración?  O también que el MI-6 británico colaboraba con los chechenos mediante el tráfico de armas y explosivos. Y de haberlo habido ¿Por cuál medio lo habrían podido ventilar?

Fue allí donde los pocos cerebros visionarios de ello, se dieron cuenta que no había posibilidades de una oposición cierta ante la fabricación de realidades políticas (ilusiones) a medida de los intereses en Washington. La crisis del Golfo Pérsico de 1990 dio muestra de ello. Los medios estadounidenses y en especial la CNN paso a ser un espectacular pasquín televisivo donde 24 horas al día se satanizaba con todo tipo de truculentas historias y anécdotas de inverificables testigos, las imágenes del presidente Saddam Hussein y de Iraq como país, siendo el prefacio para justificar las masacres que se ejecutarían sobre las poblaciones de ciudades como Bagdad; sin dejar de mencionar que fue sin lugar a dudas, el antecedente de la “arabofobia” y la “islamofobia”[5], dos variantes del racismo estigmatizante que se potenciarían desde el 2001 hasta nuestros días.

Pese que para ese entonces no se disponía del internet para una visión alternativa de lo que ocurría y no existía un solo medio en el globo que se opusiera a las maniqueas “verdades de occidente”, la opinión pública en un gran número fue escéptica ante los argumentos de la administración de George H. Bush y con el paso del tiempo ha ido creciendo a pasos agigantados desatando con ello, la preocupación en las elites de poder que a su vez han puesto en marcha una lucrativa carrera en el área de la inteligencia artificial (IA) que con proyectos ultrasecretos como “Maven”  (en el cual colaboran empresas como Google) tiene entre otras metas, anular a la oposición mediática.

Y nuevamente, cuando miramos hacia atrás, la situación yugoslava llevo a la fractura inter étnica entre serbios, croatas y bosnios musulmanes, vimos como desde occidente y en particular desde la Corporación de medios se maniobro para satanizar a unos y santificar a otros bajo argumentos que no tenían respaldo en la realidad. Fue en aquel marco que se desarrollaron embustes como el “renacimiento del un Califato” que sería impulsado por “Al Qaeda”, un hijo de los laboratorios de la inteligencia anglosajona. A Washington le interesaba extender su influencia hasta las fronteras de la ex Unión Soviética y el momento nunca pudo ser más propicio. Fue allí que echando mano al argumento de los “derechos humanos”, junto a sus socios comenzaron a centrar sus historias mediáticas negras contra Belgrado.  Esta maniobra fue central para justificar el bombardeo de la OTAN contra Serbia y que más tarde usaría hasta el hartazgo para argumentar sus demás intervenciones alrededor del globo.

Hoy eso ha cambiado. Podemos asegurar que el monopolio informativo ya no está en manos de EEUU y menos aún de la Corporación de medios anglosajona, aunque no ha perdido toda su influencia. La aparición en la escena mundial de medios rusos como RT y Sputnik ha quebrado aquel monopolio. Ello ha ayudado a diversificar las miradas del mundo y a poder contrastar la presentación de situaciones que para los intereses gubernamentales de algunos estados pueden llegar a ser legítimos, pero que desde otro enfoque lucen claramente mendaces y hasta criminales. Con este nuevo panorama el enfoque de las informaciones y el análisis político que se hacen de las mismas le ha dado al mundo una visión alternativa y refrescante que sin lugar a dudas ha conjurado varios episodios políticos cercanos en nuestra historia que buscaban beneficiar ilegalmente a los popes occidentales


[1] Como sucedió con la Guerra del Golfo de 1991, en la que bajo la máscara de la ONU  EEUU alineo a 34 países contra Iraq
[2] GEOPOLÍTICA.ru. “Momento Unipolar”. Por Leonid Savin. Publicado el 14 de junio de 2018. https://www.geopolitica.ru/article/mnogopolyarnyy-moment
[4] Las torturas y las continuas muertes de civiles por el llamado Daño colateral.
[5] NAPOLICITTÁSOLITALE.it. “Terrorismo e Islamofobia”. Por Alessandra De Giudice. Publicado el 24 de febrero de 2016. http://www.napolicittasolidale.it/portal/primo-piano/6284-terrorismo-e-islamofobia.html 

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