viernes, 8 de noviembre de 2024

 

EL PLAN PARA LA DERROTA

¿Por qué la junta neonazi ucraniana liderada por Zelensky debe preparar un plan para aceptar lo inevitable? Ha llegado la hora de un baño de realidad

 

Por Charles H. Slim

La suerte está echada para Zelensky y su junta de neonazis. La llegada de Donald Trump a La Casa Blanca implicaría en teoría un renunciamiento a los abultados paquetes financieros y militares que la administración de Biden ha estado entregando para sostener una guerra que como ya se ha comprobado de forma categórica, su régimen ya ha perdido.

Es seguro que en la cabeza del sosias de Netanyahu se le repite de manera insistente una pregunta ¿Qué hacer?

Recordemos que hasta hace poco el pretensioso Zelensky  en medio de una situación calamitosa de sus tropas en toda la línea del frente y obviamente en Kursk habló del un “plan para la victoria” y del cual sus propios patrocinadores arrugaron la cara en muestra de descreimiento. Y razones no faltan para ello dado que ¿Qué pruebas hay de que haya un camino trazado o las condiciones reales para llegar a ese objetivo? Por las pruebas en el terreno y las notorias derrotas que registran las fuerzas ucranianas, la única victoria asegurada es la de la Federación de Rusia.

Incluso los editorialistas de los medios del occidente colectivo y sus subalternos (como los argentinos), ya no pueden agudizar más su imaginación sin caer en el ridículo si se atreven a tratar de mostrar a Kiev como un posible vencedor. Alli es donde radica ese sordo silencio en los medios del hemisferio sobre la situación en Ucrania.

A la par de lo que sucede en el campo de batalla, en la política y la diplomacia las cosas no podrían estar peor, en especial para la OTAN y sus socios interesados en seguir manteniéndola como caja de recaudación de los negocios que trae la guerra. Están muy conscientes que Trump se las arrebatara de las manos y entonces ¿Cómo mantendrán sus estilos de vida, sus costos lujos, gastos familiares, las prostitutas y las drogas?

Peor aún, los socios atlantistas hoy más que nunca y tras la victoria de Trump están desatados en pánico que bien puede traducirse en un verdadero “sálvese quien pueda”.

No importa lo que diga Macron, lo que afirme Starmer o lo que vocifere Rutte, los ciudadanos europeos, quienes han estado solventando con sus impuestos la aventura militar ordenada por una administración norteamericana liderada por un viejo senil ya han llegado al hartazgo. Eso mismo es lo que en alguna medida sucedió en la elección de Trump. Los ciudadanos estadounidenses han visto caer su estilo de vida a niveles de sus antes lastimeros vecinos latinos y hoy es muy común ver en los vecindarios de las ciudades estadounidenses como los típicos blancos, viven en sus automóviles, o en cajas de cartón o tal vez en el mejor de los casos en casas prefabricadas de madera reciclada.

Y mientras los ciudadanos estadounidenses se hundían cada vez más en el fango de la miseria y el olvido de sus gobernantes, allá arriba en Washington DC la elite política y su circulo de aduladores de medios y del superficial mundo del entretenimiento, facturan sin cesar gracias a dinero dibujado por un Departamento del Tesoro que no tiene una sola onza de oro como respaldo. Así Biden, los Clinton, Obama y toda esa panoplia de aduladores que se inscriben bajo el mote de “liberales”, han demostrado que son tan dañinos y letales como son los republicanos que en enero subirán al poder con Trump. Pero lo más importante para subrayar es que todos ellos sirven al “estado profundo”, el verdadero monstruo que los controla como marionetas.

¿Cómo ha terminado gran parte de los billones de dólares invertidos en el pozo negro de Kiev? Las imágenes que el Ministerio de defensa de Rusia son categóricas, pero de ningún modo serán puestas en las pantallas de los medios del occidente colectivo. Docenas de vehículos atlantistas yacen quemados, destruidos o algunos abandonados intactos por sus tripulantes que han preferido rendirse o tratar de huir a pie. Así vehículos Marder, tanques Leopard alemanes, los Stryker, Humer y M1224 MaxxPro americanos, los Bushmaster australianos tan solo capturados en Krasnoarmeisk y Kursk son un golpe seco en los huevos para los jerarcas occidentales.

En cuanto a la suerte que correrá la aventura militar en Eurasia y con Zelensky y sus partidarios es algo que Donald Trump no va a poder dejar a un lado a riesgo de que le vuelen la cabeza. De seguro sus asesores ya deben estar elaborando una estratagema por medio de la cual trataran de conformar a Moscú.

Pero los más realistas en Washington y en especial en el área de inteligencia saben que los rusos no van a picar. Quien realmente debe estar muy preocupado es Volodymyr Zelensky ya que, aún él no tiene certeza de que lo que le supuestamente Trump le prometió durante la campaña, lo cumplirá ¿Qué le habría prometido? Según una fuente no confiable, Trump le habría echo llegar a Zelensky por canales discretos un mensaje de confianza. Pero sabemos que Trump suele borrar con el codo lo que escribe con la  mano.

Como van las cosas en el terreno se hace muy difícil que Vladimir Putin y su gente se traguen cualquier anzuelo y gazapos como los que ya tuvieron que soportar en todos estos últimos diez años de conflicto. Si las tropas rusas van avanzando de forma progresiva y con ello van capturando cada vez más trofeos atlantistas que luego serán puestos en exposición pública o analizados por los militares para hacer “ingeniería inversa” ¿Qué interés podría tener la Federación de Rusia para negociar sobre la base de propuestas fantasiosas y hasta delirantes? Si Zelensky pretende poner un plan en la mesa debería ser el de reconocer su derrota incondicional.

El mensaje que envió el secretario de prensa del Kremlin Dimitri Pezcov tras el triunfo de Donald Trump es más que claro. No hay nadie para saludar del otro lado ya que, incluso el presidente entrante fue parte fundamental en la escalada que terminó con la actual guerra. De ahora en adelante Donald Trump será valorado solo por sus actos.

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