miércoles, 28 de octubre de 2015

INTERNACIONAL


“LA REINA DE LA CIA EN LA MIRA”

Con el paso de los años, se ha ido develando el embuste que se denominó como “Guerra contra el terror” y con ello, levantando las mascaras que escondían a varios de los implicados directamente en las operaciones de la CIA


Tras los atentados del 11 de septiembre del 2001, el gobierno de los EEUU comenzó una larga saga de situaciones inexplicables entre los cuales se encuentran aquellos ataques en su propio suelo. Fue la oportuna y muy conveniente llave para comenzar a desandar el largo y sangriento camino del intervencionismo internacional, esta vez, enmarcado en un nuevo rótulo: “La guerra contra el terrorismo islámico”.  Y bien cabe recordarlo, dado que con el paso de los años y ante las continuas evidencias de elementos que nada tenían con el Islam, estaban involucrados en aquellos siniestros hechos.

Recordemos que no habían pasado unas horas y los medios ya tenían a sus sospechosos estelares que más tarde serían los culpables oficiales.  El principal de ellos, el saudita Osama Bin Ladem quien tras ser convertido en el “icono” del enemigo islámico, una vez que su figura no sirvió más, el 1 de mayo de 2011 fue “eliminado” del espectro informativo con una cinematográfica –y claramente ficticia- operación secreta en Pakistán, en la cual se oficializó la desaparición de este villano de cartón. Hoy día dentro de los mismos EEUU, nadie se cree esa historia.

Sin dudas que uno de los factores para dilucidar la gran farsa que rodeaba aquel rótulo fue la torpeza y las mentiras descardas de varios funcionarios de la administración Bush, especialmente las proferidas de la boca del propio George W. Bush y sin dudas, de las acciones y consecuencias de sus militares y agencias de inteligencia en el mundo árabe-islámico. Claramente, no era poca cosa.

A primera vista, se pudo individualizar a los grandes responsables de estas orquestaciones maquiabelicas, viabilizadas con una política legislativa del “terror”, de la persecución, estigmatización y por supuesto, de las brutales invasiones que habían sido fabricadas en rededor de aquel 11 de septiembre que tantos hechos incongruentes que aun no han encontrado una respuesta coherente.

Paso una década de embustes y de un verdadero ambiente de terror pero, no del que los gobernantes y los medios conservadores estadounidenses trataron de hacer creer –acusando a terroristas invisibles que acechaban en la oscuridad-, sino el del instalado por y desde el estado. De ese modo, desde el presidente hasta el último jefe de sección de la CIA, fue responsable por una lista interminable de crímenes que no ha discriminado en condiciones de sexo, credo o edades. En esta larga cadena de la maquinaria creada para la persecución de los musulmanes  y de quienes no comulgue con el “you are with us or with the terrorist”, fueron eliminados miles.

Tras la comprobación cabal de las brutalidades que cometían las tropas en Iraq y Afganistán, los campos de concentración como Guantánamo, las torturas, asesinatos y desapariciones,  definitivamente causó el colapso de la administración de Bush-Cheney y el comienzo de las masivas críticas de la opinión pública estadounidense y también mundial.  Con ello, comenzaron los cuestionamientos firmes y constantes contra funcionarios intermedios hasta llegar a los más bajos en la estructura militar e inteligencia.  

 Uno de esos personeros, encargados de la ejecución de este tipo de tareas, fue una mujer que obviamente reunía las condiciones de idoneidad para ordenar tareas tan sucias.  Tras años de operar en la oscuridad y tras el fiasco de la “Operación Gerónimo”, se pudo individualizar a esa agente responsable de varios hechos, en especial por el caso de Jaled Al Masri. Al fin la llamada “reina de la tortura”, fue identificada y  denunciada por un grupo alemán de defensa de los Derechos humanos (2) por haber sido uno de los funcionarios involucrados en las tareas de la CIA para el secuestro, traslado, tortura y muerte de varios ciudadanos musulmanes de todo el mundo.
CIA file unclass/2014

Alfreda Frances Bikowsky, agente de la CIA (1) y denominada la “reina de la tortura” quedaba expuesta al conocimiento público y requerida por la justicia alemana por el caso de Al Masri, lo que podría abrir la caja de pandora y revelar cientos de casos similares que fueron ventilados –parcialmente- en el informe del senado norteamericano.

A pesar de los esfuerzos y las presiones para que el informe sobre las actividades de la agencia fuese publicado en forma completa,  el senado y el comité encargado de los asuntos de inteligencia, no pudo –obviamente no quiso- evitar la censura de una amplia parte de ese voluminoso dossier que, dado a conocer a finales del 2014, verdaderamente fue  escrito con sangre de millones de árabes-musulmanes (3)

Entre las actividades de los grupos de la CIA, estaba el aplicar todo tipo de torturas que, por asesoramiento de costosos abogados al servicio del Departamento de Estado, se le cambiaron las denominaciones para quitarles  impacto ante la opinión pública y se las denominó “técnicas mejoradas de interrogación” (4) que llegaron a indignar en tal medida al público norteamericano, que la presión imperante obligo a que Obama llamara a impulsar investigaciones sobre las torturas llevadas a cabo por la CIA (5)

Ha pasado  mucha agua bajo el puente y las pruebas de la brutalidad sistematizada de la política exterior estadounidense no han podido ser ocultada bajo la alfombra.  Y  aunque dedicaron sangrientos esfuerzos por acallar a los que habían sufrido o fueron testigos de torturas, de vejaciones o crímenes como los que se cometieron sin cortapisas en Iraq y Afganistán, los informes más gráficos y contundentes fueron aportados por militares arrepentidos y conscientes de que, no habían sido entrenados para invadir a un país y cometer las aberraciones que estaban viendo.

Todas esas experiencias, aquellos urticantes y muy molestas filtraciones de Abu graib en 2004, los abusos y las torturas en Guantánamo, las salas de golpizas y vejaciones en la base estadounidense de Bagram en Afganistán, todo ello sumado a las actividades paralelas de la CIA, secuestrando y trasladando a sus “sospechados” a cárceles secretas en países  tan disimiles como Polonia o Libia –existentes en épocas de Mohammar Al Ghadafy-.

A pesar de que los medios anglosajones no han podido esquivar este bulto pesado, no perdieron la oportunidad para tratar de banalizarlo, intentando quitarle esa carga negativa que evidencia lo que Washington y sus aliados, llamaron “guerra contra el terror”, llegando a calificar al informe de más de 500 páginas con miles de citas al pie como “Bestseller” (6)

3-      El senador Wyden a CIA por censurar informe sobre tortura; http://93.190.24.12/detail/2014/10/23/294005/senador-wyden-critica-cia-por-censurar-informe-tortura

lunes, 26 de octubre de 2015

NACIONAL


“CRÓNICA ANUNCIADA DE UNA EXTINSIÓN”

Una prueba más de que las lealtades políticas y las supuestas conversiones ideológica son tan efímeras como sus líderes

Por Javier B. Dall

No habían pasado 15minutos desde que se anunció abrumadoramente que la fórmula MACRI-MICHETTI había ganado las elecciones nacionales, para que los llamados incondicionales “kirchneristas” e incluso “Massistas” se acercaran a los referentes del PRO y de CAMBIEMOS no solamente para saludar por el triunfo, sino para arreglar su situación ante la inevitable transición.  Los soldados del “proyecto K” parecían batirse en retirada abandonando no solo al “ungido general Scioli”, sino que incluso se retiraban abrumadoramente de las plazas fuertes que supuestamente mantendría el “gran Aníbal Fernández”.

Fue sin dudas, una situación que se asemejó a las maniobras de manipulación informativa que se utilizan en los conflictos bélicos,  con la intensión de confundir y tratar de que la población no sepa lo que realmente se estaba escrutando en las mesas de votación. Fue sin dudas, una maniobra muy evidente y que fue monitoreada por los “comisarios” políticos de la Campora por motivos que algunos han dejado correr, no pudieron alterar el conteo de votos.

Más allá de los esfuerzos por estirar la noticia sobre la derrota (1),  llegó un  momento que ante las evidencias que mostraban otra fuentes informativas disponibles,  hizo que los mismos que intentaron durante toda la noche pintar una situación electoral completamente ajena a la realidad –como fue el caso de la pantomima de C5N-,  debieran ir reacomodando sus informaciones para al menos, no caer en el papelón como en el que algunos periodistas y al aire, quedaron expuestos ante la opinión pública (2).

La decepción no solo estaba en los estudios televisivos de  medios adictos –financieramente- al gobierno; el dolor y la congoja también embargaba a los militantes K de la primera hora que, haciendo honor a esta última significación, abandonaron la sede del Luna Park “a  primera hora” tras darse cuenta que los números no les favorecían. Fue sin dudas un momento terrible y de angustia total para Daniel Scioli y compañía; las gradas totalmente vacías y tan solo dos o tres “militantes” con sus remeras naranjas abatidos y con más ganas de llorar que  de esperar las palabras que jamás se escucharon de sus candidatos y menos aún, de la presidenta.  No hubo VIP ocupado por la “presidenta de los cuarenta millones”, ni el alegre bigote del –hasta hacía unas horas- confiado Fernández.

Para los mal pensados, la presidenta Cristina dejó solo al derrotado Scioli y busco –inútilmente- buscar refugio en el bunker del Hotel Intercontinental donde creía que al menos, podría aparecer en una presumible victoria de su “pingo”, el Aníbal Fernández. Igualmente, para Cristina y su órgano político “La Campora”, Scioli es un impuro, no es uno de ellos y por lo tanto como dice el refrán: “Si ganas muy bien, si pierde igual”. Pero, el paso de las horas solo trajeron más malas nuevas; “también perdimos la provincia la P…M…que lo parió!!”,  vociferó refufuñando  uno de los asesores del “Aníbal”, lo que simplemente hizo que la presidenta y su círculo más cercano abandonaran las instalaciones para perderse en el silencio total de la noche.   

Para peor, los K han perdido nada más ni nada menos, que la provincia de Buenos Aires, siendo ello además de una cruda derrota para Aníbal Fernández y las expectativas de sobrevivencia del FPV,  es sin dudas el desbanque del “peronismo” mutante que luego de tantas aberraciones a su ADN natural –Peronismo de Juan Domingo Perón-,  tras la inoculación del personalismo “K” que comenzó por el 2003 Néstor Kirchner y que continuó su señora esposa hasta el presente, hoy no ha logrado siquiera sobrevivir en casi ningún municipio bonaerense.


domingo, 25 de octubre de 2015

VETERANOS DE AYER


“PRECEDENTES NAVALES DE CONTAMINACIÓN QUÍMICA”

Hasta dónde llego la contaminación química, biológica y radiactiva en las dotaciones navales destacadas en las aguas del Teatro de Operaciones del Golfo 1990-1991


Por Dany Smith  y Javier B. Dal

En la serie de medulosos artículos que hemos publicado sobre uno de los capítulos más borrosos de la guerra del Golfo en 1991  y que aún está pendiente de explicaciones (v. http://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2015/10/veteranos-de-ayer-consecuencias-de-las.html ), con cada paso que se ha ido dando en el camino por esclarecer lo que ocurrió con el peligro “de la guerra química”,  se ido encontrando antecedentes y testimonios en primera persona de muchos veteranos de aquella contienda y que han dejado de ser exclusivamente norteamericanos e ingleses. Quizá –o más bien con seguridad- la notoriedad que adquirieron los casos de estos dos países, fue por la simple cuestión de que al notar que algo estaba mal con su salud individual, comenzaron a cuestionar la versión de su gobierno.

Recordemos que apenas comenzaron las denuncias de varios veteranos norteamericanos a mediados de los noventas, tan solo un par de años después de “Tormenta del Desierto”, el gobierno en Washington busco la forma de contrarestar los argumentos que referían a una contaminación sufrida por sus hombres, producto por la “presumible” utilización por parte de los iraquíes de armas químicas y biológicas. Para ello, puso en marcha una serie de investigaciones a cargo de varias Agencias Federales del gobierno y laboratorios especialistas en contaminación ambiental más dirigida a tapar el asunto que a buscar soluciones para los hombres y mujeres que enfermaban sin causas advertibles.

Se había determinado que una de las posibles fuentes en el origen de los males que aquejaba y sigue aquejando a miles de veteranos de esa guerra,  era la combinación de drogas aplicadas a cada hombre como antídoto contra las diversas amenazas químicas que el arsenal de Saddam tenía por entonces.  Para 1999 los estudios sobre las causas de varias afecciones  en veteranos británicos y norteamericanos, se determinó que no existe un “síndrome del Golfo” sino, varios síndromes relacionados  e interactuantes con aquel, que se plasman en sintomatologías como el “estado de ánimo descorazonado”, el respiratorio con una “neumonitis de Al Eskan”  inducido a los pulmones por “arena sucia” que se traslada por el viento tanto a tierra firme como al mar. Por supuesto todos estos síntomas, son independientes del llamado “estrés postraumático” que revelan los ex combatientes.

Las afecciones que sufren los veteranos de la GGP, han degradado la calidad de vida de cada uno de los afectados sin distinciones entre combatientes de primera o segunda línea, de tierra, aire o destacados en las aguas del Golfo, algo que se ha ido comprobando en forma progresiva con el paso de los años.  Fue precisamente por esta degradación del normal estado de salud que muchos han demandado ante las cortes, el rubro de “pérdida de salud” que está trayendo a mal traer a los gobiernos estadounidense y británico.  A las infecciones agresivas que se han registrado en muchos casos de estos afectados, también hubieron problemas neurológicos agudos y  casos de fatiga (Fibromalgia) y debilidad muscular asociados a problemas neurovegetativos que entre otras sintomatologías, se han reportado lumbalgias atípicas.  

Las investigaciones exhaustivamente orientadas a las causas biológicas y sus consecuencias sobre el organismo humano, expuesto en aquel medio ambiente,  dan una información bastante sustancial sobre posibles implicancias de agentes tóxicos lanzados, utilizados o como bien dijimos, inoculados por sus propias fuerzas pero se ha evitado continuamente reconocer el uso de ojivas químicas lanzadas por los iraquíes.

Desde el punto de vista científico, estos estudios son exhaustivamente notables (v. Revista cubana de medicina Militar, http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S0138-65572010000300009&script=sci_arttext   ) pero, obviamente no se involucran en  las  vías militares que pudieron haber causado este coctel de síndromes que la prensa estadounidense en especial, bautizó como el síndrome de la guerra del Golfo.  Se trata de un terreno espinoso que relaciona varias inconsistencias y desatinos que Washington no está dispuesto a reconocer.  Es allí donde se han complicado las cosas para explicar coherentemente, situaciones de hombres que no estaban en las operaciones terrestres y a cientos de kilómetros adentrados en las aguas del golfo, han mostrado una variante de síntomas tan agresivos como los advertidos a hombres que estuvieron en Kuwait.

Estos elementos han puesto de manifiesto, que la sola exposición a agentes químicos que habrían sido originados por un medio ambiente contaminado por una mezcla de fármacos, la toxicidad del petróleo ardiendo y los residuos invisibles del “polvo de uranio” originados por las municiones de Uranio empobrecido de los proyectiles de tanques, bombas y misiles de aviones y de sus respectivas municiones en buques de la coalición, no pudieron ser suficientes para enfermar los organismos de propios y ajenos. Los expertos han señalado que para que actúe con eficacia un agente químico como el “Tabun”, “Sarín” o el “Gas mostaza” debe ser esparcido en forma de microparticulas que como un finísimo rocío, regaría un área determinada del enemigo dejando además, una situación de contaminación latente sobre el terreno que se extenderá con el viento.

Y solo nombramos algunos de los agentes nerviosos y biológicos de los que disponía el arsenal de las FFAA iraquíes, que según algunos informes de inteligencia en plena época de la guerra con Irán, estaban el desarrollo de la cepa de llamada “fiebre de conejo” que podía incapacitar a una población de miles con el volumen de un terrón de azúcar.

Los testimonios indiscretos de varios combatientes que estuvieron en Kuwait y en el suroeste de Iraq se toparon con pruebas irremisibles de que los iraquíes habían estado lanzando municiones con cargas químicas e incluso biológicas, lo que al ser reportado a los superiores fue inmediatamente tapado con amenazas de consecuencias para sus carreras y su futuro al volver a casa.  Había varios motivos para que Washington se encargara de que sus muchachos mantuvieran la boca cerrada; algunos de carácter político y otros militar.

Uno de aquellos motivos y que se mantuvo escondido bajo la alfombra del Pentágono, fue que laboratorios estadounidenses como el Centro de Control de Enfermedades (CDC) ubicado en Atlanta, Georgia,  en 1985 había realizado una serie de envíos a Iraq del “Virus del Nilo Occidental”  que se justificaron para propósitos de investigación científica a cargo de un experto de éste centro que más tarde se corroboro su inexistencia. Era por ello y por muchos otros secretos, que había que negar el uso de estas armas y hacer desaparecer del campo de batalla, los restos –y ello incluía a los soldados muertos que estaban contaminados-  para enterrarlos con bulldosers en sitios desérticos.

Según algunos estudios de detalles militares ocurridos durante el conflicto, Iraq lanzó unos 40 misiles “SCUD” sobre Israel y 46 sobre Arabia Saudita, sin precisar qué tipo de cabeza de guerra llevaban en esos ataques.  Tanto los israelíes como los sauditas mantuvieron absoluto silencio sobre posibles detecciones de agentes químicos o biológicos, cooperando así con la postura del Pentágono de no “alarmar” a las tropas y a sus familias en sus casas.  Pero los indicios salidos de los testimonios de varios efectivos que vieron los restos de evidencia que hablaba de el uso de ojivas con cabezas químicas y sumado a la masividad de casos de veteranos enfermos, podría estimarse que en realidad se lanzaron  más de cien misiles alternados con cabezas convencionales y químicas. Y no solo eso, los vectores utilizados para estos agentes no solo fueron los misiles “Scud” sino también una gama de otros misiles en poder de Iraq e incluso en sus municiones de artillería.
Frog-7 missile abandoned in Kuwait

Cuando se ha planteado esto, los expertos del Pentágono y del Ministerio de Defensa británico simplemente lo desestimaron sin haber presentando argumentos científicos que pudieran rebatir estos hechos.  Cuando se abrió el frente oeste de Kuwait y comenzaron a avanzar, los marines y sus colegas de las brigadas mecanizadas pudieron ver a grupos de soldados iraquíes muertos provistos con los equipos y máscaras “NBC” (Nuclear-Biological- Chemical)  de origen soviético que habían reconocido en los entrenamientos sobre el equipamiento enemigo. Pero eso no era todo; cajas con morteros de 120mm y obuses de artillería con cabezas pintadas de amarillo aún descansaban en sus cajas detrás de las piezas de los 155mm e incluso, en los cohetes del sistema “Astros II”, que saturaban un terreno con resultados muy dañinos para una avanzada terrestre.

Pero lo peor estaba por verse. Algunos efectivos estadounidenses afirmaron que habían encontrado lanzadores móviles e incluso algunos fijos de misiles navales “Frog-7” que apuntaban al Golfo y entre zafarrancho de combate que se halló, habían cajas con los garrafones marcados con el símbolo de material “Biológico-Químico” que se usa para identificar estos elementos.  Lo mismo fue con algunas baterías de misiles “Silkworm” que los iraquíes les confiscaron a la marina kuwaití y le montaron reformas para adaptar ojivas con “Gas Sarín” y “Cloro”. No era necesario que cualquiera de estos vectores diera de lleno contra un buque; al ser interceptados por los sistemas como los “Sea Dart” o incluso algunos “Sea Cat” –que rara vez demostraron servir para algo- en los buques británicos,  con solo explotar a la velocidad que se desplazaban y si a ello le agregamos el viento a favor de los misiles atacantes, “BINGO!, se tiene una fumigación invisible sobre los buques y las aguas adyacentes que, hizo sonar en varias ocasiones las alarmas de ataque químico montadas en las unidades navales.

Para peor y según algunas fuentes de la inteligencia militar israelí por 1987 le soplaron a sus aliados estadounidenses, que Iraq había adquirido misiles SS-21 “Scarab” que mejoraba notablemente el rendimiento de las tareas a las que se empleaba a los “Frog-7” y  estaba capacitado para albergar cargas químicas y biológicas. Para la CIA la información era errónea y allí se terminaron las discusiones. Es que en esos años e incluso una semana antes del 2 de agosto de 1990,  “la agencia” y la mujabarat iraquí  trabajaron a la par contra Irán y cualquier cosa que pudiera molestar  a los esfuerzos de Bagdad por acabar con la revolución de Jomeini, era tapado.

Pero ni bien cambiaron las cosas, los iraquíes enterados de los intentos estadounidenses de manipular la situación, se propusieron hacerles frente sin mezquinar recursos.

Según lo han corroborado los documentos de la inteligencia de “Saddam” que pululan por el internet –robados del Ministerio de Inteligencia en Bagdad- especialmente referidos sobre  el aspecto de la estrategia que los iraquíes tenían previsto para cortar las líneas de suministro de la coalición, uno de los medios implementados –es decir que se utilizaron- fueron los misiles con cabezas contaminadas. Allí y con esos detalles, se podían comprender algunos reportes de la época que daban cuenta de que “misiles Scud caían al mar” o información similar. Bastaba que los mismos llegaran a un área determinada y de ser interceptados o al caer al mar, igualmente tras estallar diseminarían la carga que llevaban dentro.

En conclusión, a los ojos de los jefes del USCENTCOM la realidad era demasiado mala como para que incluso sus subordinados, estuvieran al tanto de todas estas circunstancias. Si se hubiese conocido semejante situación, pudieron haberse visto verdaderos estragos entre los grupos de tareas. Con solo pensar el grado de tensión al que estaba sometida cada tripulación en operaciones, que se hubiera filtrado un comunicado que simplemente acusara que uno de cada cuatro proyectiles que caían en los puertos y en las aguas cercanas, tenía cargas “químicas o biológicas”, simplemente hubieran desatado el pánico y con ello, el fracaso de las operaciones.   


Con seguridad se puede afirmar, que por los datos metereológicos de la época en los que se registraron los vientos y  tormentas que agitaron las candentes aguas del Golfo Pérsico, en solo unos días y con –tan solo-  una media docena de misiles con una carga de 500kg  como las que transportaba el “SS-Scud-B” o el misil “Al Abbas” de material “químico o biológico”  impactados en territorio saudita, habrían contaminado las aguas y los buques que operaban más allá del paralelo 26 y hasta las costas iraníes.

sábado, 24 de octubre de 2015

INTERNACIONAL


“CRIMINAL SE BUSCA”

El largo prontuario de uno de los funcionarios más siniestros e imaginativos de la operatividad de la inteligencia norteamericana


No es la primera vez ni será la última que criminales de todo tipo, se encumbren en y dentro de los aparatos gubernamentales de varios países alrededor del mundo. La lista es larga, pero los escalafones de este tipo de delincuentes son variados, especialmente en los involucrados en la política exterior de EEUU. Pero el caso que no trae hoy a cometario, es uno con un largo prontuario de gravísimos crímenes que han venido siendo amparados por el silencio de los grandes medios.

Se trata de John Negroponte, uno de los personajes negros de la política estadounidense, que se desempeño como embajador en Honduras entre 1981 a 1985 en pleno proceso de  establecimiento en Latinoamérica  de gobiernos adictos a Washington. A pesar de ser un funcionario diplomático, demostró tener más ambiciones que un simple burócrata y se destaco por sus maquinaciones para-estatales destinadas a suprimir a los opositores a la política estadounidense en el exterior.

Sus antecedentes además de extensos, son brutales y teñidos de la sangre de miles de víctimas (v. JohnNegropontehttp://ww4report.com/node/379)  que a pesar del transcurso del tiempo, no han detenido la búsqueda de justicia.

Sin dudas, Negroponte fue la mano negra de la inteligencia estadounidense que trato de eliminar a los problemas con los métodos más inhumanos y sucios que más tarde se ventilaron al conocimiento público.

En ese carácter y con la demostración de un notable convencimiento en el papel que desempeño en aquel país, superviso las tareas de emplazamiento de la base de operaciones del “El Aguacate”, punto al cual la CIA llegaba con sus aviones para traer todo lo necesario para el entrenamiento a grupos de mercenarios al servicio de Washington que se conocieron como los “contras”, quienes debían aparentar ser una fuerza creada por patriotas hondureños que se oponían al avance marxista y castrista.

Las guerrillas “Contras” estaban asesoradas y equipadas por agentes y miliares estadounidenses, quienes dirigían el adiestramiento dentro de la base “El Aguacate” en donde además, se recluyó, torturó y asesino a unos cientos de hondureños acusados de  ser marxistas. Algunas investigaciones que se han llevado en dicha área, han descubierto fosas comunes con unos 185 cadáveres de personas que habían estado desaparecidas por décadas.

En aquella oportunidad el programa “Contras”, estuvo interconectado con las operaciones de la CIA que se desarrollaban al mismo tiempo en otras latitudes. Fue así que uno de los ribetes de esas conexiones, estuvo el conocido escándalo “Irán-Contras” en las que se vieron implicados el dinero sucio obtenido de la venta de drogas y el tráfico de armas por parte de  la agencia a Teherán en medio de la guerra con el aliado de Washington Iraq.

Las actividades de la CIA en aquel entonces y especialmente en Centroamérica, tuvieron como corolario, la participación de agencias “amigas” en las operaciones “contrainsurgentes”, una de ellas fue el “Batallón 601” del Ejército Argentino que, producto de estas cooperaciones se vio involucrado en algunas de las más siniestras faenas de la agencia americana.

Como parte de las operaciones que elaboró y dirigió Negroponte en Centroamérica, una de las tácticas más conocidas fue la implementación de los llamados “escuadrones de la muerte” compuestos de asesinos locales, que entrenados y pagados por la CIA, fueron responsables de secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones en Honduras, Nicaragua y El Salvador.

Pese a este historial negro de este funcionario consular, el entonces presidente George W. Bush lo nombra como embajador  ante Naciones Unidas para los “Derechos Humanos en EEUU y América Latina”, lo que representó una verdadera tomadura de pelo para el significado de lo que son los derechos humanos.  Desde el foro internacional, se encargo  junto a la delegación que representaba a EEUU, de presionar a los otros representantes para que apoyaran la moción contra Iraq. A pesar de los esfuerzos de la delegación de Negroponte, EEUU no contó con el apoyo de Naciones Unidas para justificar la intervención.

Los talentos de Negroponte fueron nuevamente requeridos tras la invasión de los EEUU a Iraq en 2003, quien con sus amplios conocimientos sobre las “tareas de contrainsurgencia” y con muchos contactos con el oscuro mundo de las operaciones negras que implementa Washington,  fue colocado en abril del 2004 como embajador en Bagdad, desde donde comenzó la ardua tarea de coordinar un nuevo programa de “contrainsurgencia” contra la resistencia iraquí y contra quienes fuesen sospechosos de simpatizar con su causa.

Las marcas de la presencia estadounidense comenzaron a variar en su sello, especialmente para cuando comenzaron a aparecer grupos de hombres enmascarados que imitando los movimientos de la resistencia, comenzaron a realizar secuestros, torturas y asesinatos contra sectores determinados de la población, en especial chiitas, lo que claramente fue el comienzo de la búsqueda de crear un conflicto interno en la comunidad islámica del país.
La bandera original de Al Qaeda en Iraq vista desde 2004

En febrero del 2005 John Negroponte es nombrado como Director general de inteligencia pasando a estar a cargo no solo de la CIA, de la NSA, la DIA, el FBI y otra docena de agencias que no aparecen en las publicaciones oficiales, sino que además se le encomendó el diseño de una solución de “contrainsurgencia” para la insoportable situación de las tropas en Iraq.   Los resultados de la implementación de sus “escuadrones de la muerte” –creación ingeniosa y siniestra de su propio genio- se sintieron más sobre la población civil que sobre los grupos de la resistencia iraquí. Estaba claro que el objetivo principal de estos grupos disfrazados de iraquíes, era el sembrar el terror, la incertidumbre y la discordia entre los chiitas y sunitas para evitar que coordinaran mancomunadamente sus acciones contra las tropas de ocupación. 

Aunque en principio lograron sembrar las desconfianzas entre grupos rivales como el “Ejército Mahdi” dirigido por el clérigo Muqtader Al Sadr y el “Ejército islámico de Iraq” dirigido por el Partido nacionalista Baath para citar algunos casos más conocidos.
Casi inmediatamente y paralelamente a estas operaciones,  para el 2005 apareció de la nada  “Al Qaeda-Iraq” liderada por un jordano llamado Abu Muzab Al Zarkawi, con oscuros antecedentes vinculados con la CIA y que tras haberse convertido en “dispensable” –y en medio de una situación política muy difícil para Bush- fue eliminado con una sospechosa precisión en junio del 2006.

El engaño no duró mucho y los iraquíes se dieron cuenta de que esos asesinos que plantaban alternativamente bombas en mezquitas chiitas en ciudad “Sadr” y en mezquitas sunitas en el norte de Bagdad, eran de autoría foránea con la notoria colaboración de grupos de iraquíes que, reclutados para formar parte del gobierno títere, colaboraban con los invasores en sus esfuerzos por tratar de degradar la resistencia.    


A pesar de la larga lista de crímenes por los que Negroponte fue responsable como parte de una compleja maquinaria represiva de la inteligencia estadounidense, continua libre y goza de la protección en EEUU pero, queda claro que con los avances que se vienen advirtiendo en el campo del cumplimiento efectivo de las leyes que punen los crímenes de lesa humanidad, especímenes como John Negroponte corren el riesgo de ser arrestados en cualquier Aeropuerto en el mundo. 

EN LA MIRA


EL SUCIO SECRETO DE LA INTELIGENCIA ANGLOSAJONA”

Como se pueden explicar muchos de los fenómenos como el terrorismo, el narcotráfico y la trata de personas, atendiendo al origen de su financiamiento

SFA a CIA creation

Cuantas veces habremos escuchado y visto en las entretenidas películas de Hollywood, sobre la eficacia y muy elegante inteligencia británica. Hombres de bombín y paraguas, podían infiltrarse en cualquier lugar del mundo donde los servicios de su Real majestad lo requirieran.  Pues, tal como se veía eso era una mera ilusión de lo que realmente se escondía y aún hoy día esconden, las operaciones con las que se financian las redes del MI-6 y sus colegas estadounidenses. 

El columnista de VeteransToday.com Preston James, ha publicado un interesante artículo en el que, además de promover el libro “Dope. Inc”, nos da una somera idea de lo que ha venido ocultando el Pentágono y sus colegas británicos en uno de los negocios sucios que sacuden al mundo contemporáneo  (v. http://www.veteranstoday.com/2015/10/17/the-pentagons-biggest-dirty-secret /) El libro aborda como se desarrollaron las redes del narcotráfico y los suculentos negocios que se logran con ello, mediante la operatoria del lavado de activos mediante la creación de bancos  privados, que son los que manejan detrás de escena, un negocio tan ilegal como lucrativo.

El control de las redes del narcotráfico, comenzó con el Imperio británico en Asia, cuando por las rutas de Turquía, los ingleses descubrieron que había un elemento altamente adictivo y que volvía a sus consumidores  dependientes cotidianos. Se trataba del opio.  Los británicos al ver estos efectos, además de las ventajas económicas que representaba el tráfico y control de las rutas por donde se trasladaba el opio, razonaron que con su poder adictivo, serviría como un arma subversiva con la cual envilecer y derruir a una sociedad desde adentro.

Fue así que, con la bendición de la Reina, los británicos comenzaron sus operaciones de traficar opio a través de la frontera China en búsqueda de experimentar los resultados que se habían calculado. Las evidencias del poder de esta arma de subversión fue tan apabullante, que la violencia a causa del opio llevó a que el gobierno chino advirtiera el involucramiento en la maniobra de la Corona británica. Con esto, se desató la guerra del opio que fue ganada por el Imperio Británico.  Con ello, los ingleses promovieron los opiáceos y controlaron a los carteles que los manejaban, concitando la corrupción de las autoridades gubernamentales mediante el soborno o incluso la participación en el negocio.

Durante la mitad del siglo XX en adelante, aquel papel de regenteo de las llamadas ·”líneas de sangre” y todos los negocios que provienen del narcotráfico más alto han pasado al Pentágono junto a la cadena de bancos manejados por las familias como los Rothschild  que manejan el sistema financiero internacional.

Con las últimas y fastuosas aventuras en el Norte de África lanzadas en 2010 y que se extendieron hasta Siria, se pueden comprobar los contubernios entre las agencias de inteligencia anglosajonas y las aliadas regionales –árabes del golfo e Israel-  para armar y alimentar grupos armados que –como Al Qaeda, ISIL, Jabbat Al Nusrah-, con la inexcusable complacencia de EEUU y la UE,  destruyeron países y los convirtieron  en sus bases de operaciones  para dirigir las actividades en otras latitudes.

Cualquier ser pensante se daría cuenta, que la creación de estos grupos que usando formas e imitando consignas robadas a la tradición de los “Mujahidines” y  la resistencia iraquí especialmente, conllevó una considerable suma de dinero y que para que continúen en acción se deben desembolsar otras millonadas no solo para las pagas personales sino también, para el gasto de armamento y municiones, éstas últimas tan o más importantes que las armas mismas.

Como están las cosas hoy,  los países han perdido la poca soberanía que tenían sobre sus bancas “nacionales” y es seguro que sea más el dinero sucio que manejan, que el salido de actividades financieras licitas.