EN DEBATE
“LA GUERRA QUE VIENE”
Hasta dónde llegará el juego sucio de Washington y sus aliados de la OTAN en sus ambiciones por tratar de contener a la Federación rusa ?
Por
Charles H. Slim
Sin lugar a dudas, que tras
el fracasado intento de golpe de estado orquestado por EEUU en Turquía, ha
quebrado las relaciones entre Ankara y Washington, llevando a que el gobierno
del entonces títere de la OTAN el premier Tiyip Erdogan, se diera vuelta para acercarse y estrechar relaciones con la
vecina Rusia lo que ha representado un golpe con dos efectos contundentes: el
claro fracaso de la Casa Blanca y un rutilante éxito para el Kremlin.
Pero
esto es solo lo que se puede ver en la superficie. Incluso como hemos visto,
las purgas que aun continúan a lo largo y ancho de Turquía, han convertido al
partido AKP de Erdogan en una especie de “Partido único” que obliga a todos los
elementos del estado e incluso a sus ciudadanos, a alinearse sin discusiones
con lo que el gobierno dispone en cada momento de su gestión. Para colmo de
males, existe un amplio convencimiento en la opinión pública de que sin dudas, los norteamericanos estuvieron implicados detrás
del conato, lo que se puso de manifiesto con masivas protestas populares ante
la embajada en la capital turca y el cerco policial de 17000 efectivos
instaurado en los alrededores de la base de la OTAN en Incirilik, supuestamente
a la espera de órdenes para detener a oficiales extranjeros implicados.
Tanto
para la Casa Blanca como para el Pentágono la situación no podría ser más
adversa y para justificarse, no han hallado mejor chivo expiatorio que al
mandatario ruso Vladimir Putin como el
“master mind” detrás de esta situación. Incluso, tras haberse revelado que el
Kremlin por canales reservados, había alertado al gobierno turco de un posible
atentado en contra de Erdogan –algo que existió y fracaso- los medios
adictos a la propaganda estadounidense, se encargaron de calificar dichos
trascendidos como falsos.
Tal cual a su tradición y como forma de acompañar a
las posturas gubernamentales, los medios
editoriales claramente alineados a los “Halcones del neocon” y los sionistas
del Congreso, no dudan en fabricar sus hipótesis con sabor a cierto que pintan
una realidad turca en la cual, “todo ha sido orquestado por la mentiras de
Rusia” (v. https://www.foreignaffairs.com/articles/turkey/2016-08-11/russia-and-turkey-make-nice ).
De
esta manera acuden a todo tipo de argucias, con las cuales tratan de sembrar
las dudas ante una situación que para mal que les pese, ha quedado más que
reveladora a la vista de los mismos turcos y podríamos decir también, de los
mismos militares turcos que tarde, se vinieron a dar cuenta que han sido usados
por Washington para tratar de detener a
un Erdogan que se había salido del carril y que puso en evidencia su rebeldía.
Si
hay algo positivo que se puede sacar de todo esto, es que Erdogan y los ciudadanos
turcos han aprendido la lección de que no se puede confiar en los “aliados” occidentales
y que tras años de un abyecto servilismo a favor de la OTAN sin conseguir mucho
a cambio, igualmente pretendieron tirarlo al bote de la basura; no puede haber
otra actitud ante semejante muestra de ingratitud que abandonar éste selecto club
que durante décadas, trataron a la Turquía musulmana como socio indeseado en
una organización de gobiernos cristianos con trasfondo sionista. Pero como se
sabe muy bien, quien trata de abandonar a la mafia, las consecuencias no pueden
ser otras que la eliminación.
Precisamente y por el miedo que secreta y claramente alberga en la persona
de Erdogan y sus cercanos, ha extendido el periodo de emergencia interna para
borrar de la estructura del estado, cualquier foco de disidencia que amenace a
su autoridad aunque también, ello servirá para alimentar a la variada oposición
interna para resistir a semejante tirano.
Sobre
éste último punto, hay que recordar que Ankara ha venido trabajando con mucha
impunidad en sus operaciones conjuntas con la CIA, para sustentar al “Daesh”
tanto en Siria como en Iraq lo que, ante estas nuevas circunstancias, esos planes podrían verse pospuestos o
definitivamente terminados ya que, con
el claro acercamiento a Rusia, se redefinen los objetivos geopolíticos de
Turquía apostando a los beneficios que pueden surgir de la cooperación con la
potencia vecinal. Muestra de ello ha sido el cierre de los pasos fronterizos
con Siria por donde se “colaban” armas, mercenarios y material sanitario destinado
a las bandas armadas apoyadas por la CIA
como “Jabbat Al Nusra” y supuestos grupos de militares rebeldes sirios que
entrenaba en campamentos secretos en el sur de Turquía. Tras el fallido golpe
se duda de que esta infraestructura siga en pie e incluso se duda de que los
asesores de la CIA puedan seguir en el área.
Pero
debemos entender que esto no será tolerado por Washington y pronto comenzaremos
a ver violentos episodios de “terrorismo” en suelo turco tanto de “Daesh” como
de células de agrupaciones kurdas que harán intolerable la vida política de
Erdogan y Cía. Sin dudas, que el jefe de
la “Agencia” John Brennan, tiene en
estos momentos sobre su despacho, un dossier sobre las “operaciones en Turquía”
y reunidos con sus jefes de operaciones evaluaran los pasos a seguir en estas
inesperadas circunstancias.
Han
sido muchos años de estrechas relaciones con los servicios de inteligencia de EEUU
y con seguridad, la CIA tiene una tela de araña muy bien tendida dentro del
país para poder orquestar carnicerías como las que han sacudido a Bagdad desde
el 2003 o las que fracasadamente trataron de implantar en Damasco. Sin dudas que con la llegada de Hillary
Clinton a la Casa Blanca, habrá garantías
de que la política exterior en la región retomara el impulso belicista que
tanto ambicionan los poderosos intereses
vinculados a la gigantesca Corporación militaro-industrial estadounidense que
tiene una decisiva influencia en la agenda geopolítica externa norteamericana y
que, de la mano de las agencias de inteligencia, proporcionan los escenarios y
las condiciones adecuadas para generar ganancias a costa del caos.
Por
lo pronto, las consecuencias de pretender deshacerse del innecesario Erdogan
son aún difíciles de predecir.
Pero
si hay un sector que se ha visto harto complicado, es sin dudas el ejército el
cual, hasta antes del 16 de julio pasado, era el segundo más poderoso de la
región y la garantía musulmana para los intereses de la OTAN. Hoy por hoy, se halla en situación de
depuración ideológica lo que ha causado miles de detenciones, bajas y procesos
de investigación sobre cada uno de los hombres que lo componen. Algunas fuentes revelan que a tal grado ha
llegado la purga en el ámbito castrense que sería muy difícil para Turquía
movilizar una fuerza de combate para defender sus fronteras. La situación de la
marina se halla en un verdadero misterio ya que aún no se ha logrado establecer
con certeza la suerte de los catorce buques que huyeron de sus puertos con
rumbo desconocido. Con este panorama,
Turquía se halla claramente indefensa y sin un comando coordinado que organice
las operaciones. Y las razones para ello son claras, la mayoría de los
generales, almirantes y comandantes de la fuerza aérea han sido arrestados y
los escalafones de oficiales intermedios también se hallan en similares situaciones.
En
el ámbito de la inteligencia militar las cosas no parecen haber variado ya que
según algunas fuentes reservadas, las fuerzas de seguridad policial y del MIT
han puesto en marcha ingentes operativos para detener a los oficiales de dicha
rama militar que a diferencia de los demás, se ha vuelto una tarea muy
dificultosa. Muchos de estos elementos
se hallaban en operaciones en apoyo a los mercenarios en Siria y algunas
fuentes señalaron que al momento de enterarse del fallido golpe, dejaron sus
puestos en Alepo y Raqqa sin conocerse actualmente su paradero.
Otro
punto muy delicado es la situación del arsenal de ojivas nucleares de la OTAN en
Incirilik, que tras el fallido golpe ha quedado prácticamente desguarnecido,
según algunas fuentes. La situación de esta unidad militar, la más estratégica
de la Alianza Atlántica en las fronteras del sur de la Federación rusa parece
muy compleja ya que sus comandantes han sido acusados de haber estado
implicados en el fallido golpe y por ello, su jefe trató infructuosamente de
obtener asilo en EEUU. Con la visita que
realizo el mandatario turco a San Petersburgo para reunirse con su par ruso, quedó
en claro que las relaciones entre Washington y Ankara tienen las horas
contadas. La participación de altos
cargos militares a cargo de la base en Incirilik en la intentona, llevaron a que el mismo Erdogan señalara como
cerebros detrás de escena a los EEUU y en particular al Comandante del Comando
Central de EEUU general Joseph Votel lo que no ha despertado comentarios en el
Pentágono ni en la Casa Blanca.
Igualmente
y por lo visto en las últimas horas, los planes de Washington por
desestabilizar la región no tienen pausa y pese a no contar ahora con Turquía
para sus operaciones, parece haber decidido que le devolverá gentilezas al inoportuno
Vladimir Putin que tras la visita de Erdogan, ha declarado las buenas
perspectivas para la reconstrucción de las relaciones bilaterales. Aunque la situación de Turquía ya parece no
servirle para sus propósitos contra Rusia,
se ve con claridad que hoy por hoy los norteamericanos han redoblado su
confianza al títere gobierno de Ucrania, quien casualmente en las últimas
semanas ha venido incrementando sus presiones militares contra las poblaciones
del Donbass poniendo en evidencia, de hasta donde es capaz de llegar el
gobierno de Poroshenko para concretar los planes de Washington. Para peor, hace unos días, un grupo de operaciones
especiales de la inteligencia ucraniana fue
pillado vergonzosamente por el servicio de inteligencia FSB ruso en pleno
progreso para la orquestación de planes terroristas en Crimea (v. https://actualidad.rt.com/actualidad/215862-agente-ucrania-crimea-planear-bomba-aeropuerto )
En
medio de este escándalo han comenzado las preguntas molestas con respuestas
embarazosas y en las cuales se revelaran las claras y sospechadas injerencias
de las agencias de inteligencia occidentales, que a su vez solo podrían haber
actuado con el permiso de sus respectivos gobiernos llámense Washington,
Londres, Alemania y porque no, Tel Aviv. El problema es que es muy posible que para
tratar de desviar este nuevo escándalo que vincula a las agencias occidentales
en conjunto con las ucranianas en el uso de tácticas de terrorismo contra
objetivos civiles en Crimea, además de la inestabilidad que comenzara a verse en Turquía, se desate
un frente bélico en las aguas del Mar Negro próximas a la Península, donde hay
que recordar hay desplegada una fuerza naval de la OTAN en constante actitud de
hostigamiento.