EN LA MIRA
“TRUMP: EL INICIO”
Cómo será el inicio y el desarrollo de la presidencia de Trump ante los fuertes condicionamientos y presiones que se han manifestado desde el comienzo de año?
Por
Charles H. Slim
A tan solo unas
horas para que Donald Trump asuma la
presidencia, ya comienza a vislumbrarse un año agitado y complejo para el
histriónico magnate que no ha dejado de ser bombardeado con oscuras operaciones
internas que buscan desestabilizarlo aún antes de que tome las llaves de la
Casa Blanca. La realidad interna norteamericana es tan compleja como lo es con
sus relaciones externas por lo que, queda claro que estamos ante una época con
circunstancias excepcionales que tal vez solo hayan sido previstas en alguna
que otra película de ciencia ficción.
Sus
adversarios no son poca cosa. Son ni más ni menos que la “elite” política que
se arroga la pureza del “liberalismo” y la “democracia” estadounidense palabras
por las cuales, han arrebatado la vida de millones de personas anónimas y de
algún que otro de sus propios mandatarios. Para ellos Trump es simplemente un
arrogante y un gesticulador de feria, un exponente de la vulgaridad popular
estadounidense y eso lo vuelve ante sus ojos ciertamente intolerable. Los mismos que hoy se rasgan sus ropas para
acusarle de xenófobo, racista y hasta un machista recalcitrante son los mismos
que planificaron y participaron en las brutales intervenciones militares que
fueron sin más eufemismos, sangrientas invasiones que a su vez condujeron a
brutales ocupaciones.
Ante
la severidad del pasado que les condena, éstos acusadores prefieren saltarse la
historia contemporánea y buscar en el cajón de los recuerdos de épocas más
inocentes o mejor dicho, en las que la población era considerado como ganado de
borregos y era llevado de las narices por las propagandas sistemáticamente
elaboradas y muy bien pergeñadas por esos “tipos listos” que se suelen conocer
como “Think Tanks”, tratando de hallar una fórmula aglutinadora que logre pegar
los pedazos de una nación que ya no existe.
Es por ello que no se verán películas o series ridículas sobre la
“guerra del Golfo” o la “Liberación de Iraq o de Afganistán”, claro que no ya
que es imposible sacar de esos episodios, una sola línea que pueda argumentar
algún grado de razón a lo que EEUU hizo durante estos últimos 25 años.
Remontarse
a Vietnam, olvidenlo. Revisar la Guerra en
Corea en la década de los cincuentas es algo que a ningún norteamericano le
importa o simplemente ni se acuerda.
Incluso si se pusieran en esa campaña para
tratar de despertar algo de interés, hay muy poco que les pueda servir para
hablar de la “grandeza de América”. Por ello es que se seguirán financiando
“remakes” de viejas películas hollywoodenses en las que el tema principal es la
Segunda guerra mundial y el patriotismo como mensaje general. Así de crítica es la situación de credibilidad
política del país que deben retroceder ocho décadas para encontrar algún
argumento que sustente sus actuales valores. Pero cualquier estadounidense
agobiado por el desempleo, la violencia, el crecimiento de la desigualdad social y por
supuesto la corrupción gubernamental se pregunta ¿Qué tiene que ver el patriotismo
con ir a invadir a otra nación?
Obama
le deja aTrump un escenario desastroso.
A la intervención que EEUU tiene en Siria, Iraq y Yemen, no hay que
olvidar la precaria situación en Afganistán donde pese al silencio mediático,
las cosas no van para nada bien para los colaboracionistas pro-Washington. Pero quizás lo peor que le deja a su colega
sea, la dicotómica e inexplicable situación que Washington mantiene con “ISIS”
y el “Frente Al Nusra” en Siria y que recientemente fue ratificada por un escandaloso
audio del secretario John Kerry (Red Voltaire.org. http://www.voltairenet.org/article194921.html ). El documento contiene una sustancia tan aplastante que entre
otras infidencias, el secretario de estado deja en claro que Washington nunca dejo
de buscar el derrocamiento de Al Assad para lo cual permitió que los
denominados “yihadistas fueran dirigidos, armados y coordinados por el ”Allied
LandCom” que es ni más ni menos que el Comando de operaciones de la OTAN con su
base en Esmirna, Turquía. A la vista de esto habrá que preguntarse: ¿Trump terminará con ese juego sucio que ha
saltado al conocimiento público y el cual ha causado decenas de miles de
muertos?
Recordemos
que el mismo Trump había denunciado en plena campaña presidencial que Obama y
Hillary Clinton habían creado al mismo “ISIS” involucrando al país en guerra
tras guerra, metiéndose en los asuntos de otros países. Sobre esos argumentos
Trump prometió que terminaría con esas políticas que tanto daño le han causado
a los países intervenidos como al propio EEUU.
A
contracara de este punto de vista, el llamado Stablishment o lo que
mejor podríamos denominar como el “estado profundo” norteamericano, ha estado
tratando de argumentar que Trump no comprende o ignora las intensiones y
capacidades de Rusia alrededor del mundo. Traducido al lenguaje coloquial de
los mortales significa que “Trump puede llegar a fastidiar todo el
multimillonario negocio que hay en danza alrededor de las campañas militares y
de las intrigas políticas que ellas tejen”. En el diccionario político
norteamericano, los términos no coinciden con la realidad y sus significados solo
tienen validez en un contexto y tiempo determinado. En este sentido a Trump podría
perdonársele que fuera ambiguo, oscuro, impreciso o incluso que mintiera en sus
discursos pero jamás que fuera franco.
Desde
el punto de vista del lenguaje de Trump, para él solo hay blanco y negro no
habiendo lugar para grises en su paleta.
Si eso es verdad, Trump estará definitivamente en problemas ya que los
gobiernos norteamericanos sin ningún tipo de excepción en su historia, han
manejado sus asuntos, especialmente en política exterior con tonalidades grises
de la más variada índole por lo que, si Trump no se adapta a ello podría tener
una breve estadía en la administración que seguramente y con mucho gusto,
tomara el vice y sionista consumado Mike Pence.
Tan
solo unas semanas atrás Trump recibió el primer golpe bajo destinado a tumbarlo,
primero ante la opinión pública y luego ante la mirada de la comunidad política
estadounidense. Y ese golpe no vino de “Al Qaeda” o del “ISIS”, tampoco de los
“malvados rusos”; no fue lanzado desde la misma “comunidad de inteligencia”
norteamericana que mediante la fabricación por parte de la CIA de un informe
falaz, trato de restarle credibilidad política al mandato que aún no había
iniciado.
Una
vez más la CIA quedaba en evidencia en sus maquinaciones y trapisondas, las
cuales tienen varios precedentes entre los que hay que incluir al informe
elaborado en conjunto con sus colegas del Mossad israelí por el tema AMIA y
Embajada de Israel en la Argentina en el cual se presentó a Irán como el
responsable de ambos ataques, sin más pruebas que las aseveraciones de sus
fuentes y especulaciones políticas (ArgentinaToday. Org. http://argentinatoday.org/2016/08/09/la-verdad-sobre-atentado-a-la-amia/) .
Pero
Trump no espero un solo minuto para responder a ese informe y además de
criticar con dureza a la propia comunidad de inteligencia, se despacho
directamente contra la CIA al señalarle que “nunca debieron haber permitido que
una noticia falsa se filtrara al público” y casi inmediatamente a ese mensaje general
se despacho contra el mismo director saliente de la “agencia” John Brennan a
quien lo llamo “filtrador de noticias falsas” lo que sin dudas, demuestra el
carácter y la imprevisible personalidad del nuevo mandatario.
Es
por ello y en el actual contexto en el que asumirá Donald Trump la presidencia
habría que preguntarse: ¿Será una actuación de Trump o estamos ante su
verdadera personalidad? Y de ser así ¿Dejarán que gobierne con sus propias
reglas?