“EL POSICIONAMIENTO”
Una vez más surge la oportunidad para que la Argentina piense con
sentido estratégico y comience a trabajar para encontrar su lugar en la geopolítica
global ¿Unilateralismo anglosajón o Multilateralismo?
Por
Javier B. Dal
Apenas culminó el 2022 los políticos argentinos, tanto de la oposición como
del gobierno del “Frente de Todos”, dieron inicio a la carrera electoral para
las elecciones que se llevarán a cabo en el mes de octubre con lo cual los
ciudadanos argentinos verán más que nunca, la ausencia, la desatención y mucho
menos la resolución de los problemas de fondo de un país a la deriva.
Argentina
no escapa a la dinámica global. No era necesaria la guerra en Ucrania para que
el país se encontrara afectado por una inflación con vistas a escalar a una
hiper, para los argentinos es una cuestión cíclica de la cual su clase
dirigente es en gran parte responsable. El mundo se sacude con los temblores de
una posible y próxima recesión global desatada por las sanciones ilegales
contra Rusia impuestas por La Casa Blanca con la ineludible participación del
sistema financiero occidental. Igualmente, su clase política hace como que no
ve lo que sucede afuera de sus fronteras y sigue moviendo al estado de acuerdo
a sus oportunos y pasajeros intereses. Para ello, mantener distraído y conforme
al electorado los medios son especialistas en proveer ese servicio. Así, para
ellos la democracia ha sido sinónimo de demagogia, inconstancia y libertinaje
con las consecuencias que hoy quedan a la vista.
En resumen,
el concepto de “democracia” que se subsume de este marco es uno meramente
declamativo y nada sustancial.
El
resultado de ello ha sido la de crear una generación de personas que viven del
subsidio estatal y el clientelismo sin mover un dedo para ganarse el sustento y
para peor, bajo la creencia (desde un sistema educativo anacrónico y tóxicamente
agremiado) de que el estado es un proveedor de meros derechos sin existir contraprestaciones
ni obligaciones.
Con esto se
ha creado una nación débil, de meros habitantes pusilánimes y sin valores, apoyada
sobre pilares de barro y como tales ante el primer aguacero se desharán sin
remedio.
Para
disfrazar esta calamidad, de la que hoy vienen a caer en cuentas,
constantemente anteponen la palabra “democracia” (especialmente con películas
como 1985) con la cual tratan de investirse de un poco de legitimidad y así escapar
a las críticas, la indignación social y los arrebatos de violencia que parte de
la población guarda en su interior ¿Qué cambios podría traer las próximas
elecciones con los mismos gandules y estafadores de siempre?
No hay que
ser un corredor de bolsa en “Wall Street” o un economista norteamericano para
decir que “Argentina tiene el culo vendido”. Prácticamente sin una moneda (con
una devaluación del 90% de su valor) lo que menos les importa es el desarrollo
para la viabilidad del país. Eso se comprueba con solo ver como “todos” los
representantes del arco político antes de que se lleve adelante una elección, van
a Washington y a New York para explicar sus planes. Si lo vemos desde esta
visión pareciera que no hay solución para los argentinos quienes deberán seguir
engañándose con elecciones circulares que no les dará un gobierno soberano y realmente
interesado en desbancar el Status Quo que la mantiene sojuzgada.
Si lo vemos
desde otro ángulo, es la posibilidad de que emerja una nueva concepción
política despegada de los intereses y del falso paradigma angloestadounidense
que los medios (gran conglomerado de negocios) disfrazan con el nombre de
“democracia”. Aunque esto es muy difícil en este país de conformistas, las
circunstancias globales podrían ayudar a que germinen los primeros brotes aún a
riesgo de ser pisoteados por los lustrosos zapatos de los demócratas
pro-estadounidenses y de sus entusiastas colegas anglófilos que militan en la
derecha liberal argenta.
Pero el
mundo desde el 22 de febrero 2022 ha cambiado y seguirá haciéndolo de forma
progresiva. La guerra en Europa está tomando otras dimensiones y Washington (que
pretende sostener su hegemonismo) con sus aliados de la OTAN lejos de querer un
final apuestan por seguir alimentando la guerra (algo que reporta fabulosas
ganancias). Mientras Rusia trata de acabar con la amenaza de un régimen
ultraderechista en Kiev -puesto por la CIA tras el golpe de estado en febrero
de 2014- que persigue y asesina a los ucranianos de habla rusa, el
occidente anglosajón invierte billones de dólares en sostener y alimentar al
“integrismo eslavo” liderados por un cómico de TV ¿Qué piensan los políticos
argentinos de este asunto? Ninguno piensa, solo se ajustan a línea política que
circunstancialmente baje de La Casa Blanca, así de simple.
En la
Argentina los políticos no aspiran a ser visionarios, o representar los
intereses de la población, menos a conquistar el camino de la verdad y mucho menos
aún a proyectar al país en el futuro con planificaciones estratégicas. Su única
aspiración es la de ser funcionarios a sueldo (con todas las ventajas y vicios
asequibles que él pueda pagar) y como tales a no pensar en nada solo,
“funcionar”.
Pero que
sucedería si se diera vuelta la tortilla y Rusia con los estados que apuestan por
el multilateralismo logran frenar esa locura que está arruinando la economía
europea y ciertamente la de los mismos estadounidenses ¿A dónde se situaran la
cúpula de cleptómanos y estafadores que gobiernan en Buenos Aires?
Que no
queden dudas de que sea cual fuere el grupo o partido que logre imponerse en
las elecciones hará lo que Washington, la UE, el FMI, los foros como Davos y el
G-7 le digan. Hay una realidad detrás del poder en la Argentina que es tan
difícil de aceptar, que pocos quieren verla y ella se refiere a que en realidad
hace tiempo que no existe una nación y su estado es como un gran edificio
lujoso por fuera pero hueco y derruido por dentro.
Sin un
cambio radical en la mentalidad de las nuevas generaciones no habrá emerger de
ninguna fuerza que realmente desbanque a la estafa que representa el amañado
sistema político de la partidocracia argentina que al igual que su modelo
estadounidense, solo es una gran caja recaudadora y empresa de negocios del
cual se sirve la tan nombrada “casta política”.