EN LA MIRA
“JUEGOS DE
GUERRA”
Cuánto tiempo más deberá soportar la población árabe palestina las arbitrariedades y los crímenes de un estado invasor
Por Javier B. Dal
Cae la noche en Palestina y las luces de Gaza
comienzan a encenderse en medio de las alarmas de un inminente ataque aéreo y
naval por parte de las FDI. Los colonos judíos de los asentamientos de
Eshkol, Shaar Hanegev y Sdot Negev sacan
sus reposeras para disfrutar de un espectáculo aterrador que pronto dará
inicio. Así se vivía por parte de los colonos israelíes el terror que debían
sufrir los palestinos de la Franja de Gaza. En muchos, caras de algarabía y
sonrisas, nada nuevo en todo esto, dejando en evidencia el profundo odio y racismo
que anida en una parte importante de la población israelí.
Desde el anochecer del 25 de marzo, los aviones
israelíes y sus obuses de tierra y mar no han dado clemencia a la población
palestina de Gaza, causando una cantidad abrumadora de heridos y muertos entre
la población más vulnerable. La zona céntrica se vio golpeada por potentes
bombas de 500 kg y lluvia de fósforo blanco iluminando las siluetas de los
edificios cercanos. Los argumentos de Tel Aviv para estas bestialidades son las
supuestas “ofensivas” de Hamas que acusan el disparo de cohetes a las colonias
judías cercanas a Gaza. Pero las fuentes palestinas acusan a Israel de haber
estado lanzando ataques previos y a causa de ellos, Hamas y otras facciones de
la resistencia palestina habrían decidido responder con todo lo que puedan.
Pero el inicio de la escalada israelí se habría dado
por el ataque con vector palestinos disparado desde el interior de la Franja. En
lo referente al único cohete que fue disparado desde Gaza sobre el asentamiento
de Eshkol y que no cayó en ninguna parte –usado
como excusa para la campaña de bombardeos actual-, según comunicaron las
fuentes palestinas fue disparado sin autorización de los movimientos de la
resistencia Hamas ni de la Jihad Islámica.
Igualmente, ello fue la excusa perfecta para
Netanyahu y Cia. La desproporción que acusa el uso de la fuerza israelí no es
nueva. Contraria a toda la legislación humanitaria internacional (Entre ella de
la misma Carta de Naciones Unidas), Tel Aviv ha cometido ingentes e incontables
crímenes contra las poblaciones civiles de toda Palestina, siendo la Franja de
Gaza su más encarnizado y claro objetivo por erradicar.
Y es que, jugar a la guerra contra milicias a pie y
con armamento obsoleto es fácil de sortear para el ejército más poderoso de la
región, con lo cual estamos en presencia de un abusador con todas las letras. Otro
cantar es cuando debe hacer frente a combatientes que se hallan medianamente a
su altura como el caso de “Hezbolla” o el ejército árabe sirio, de quienes ha
preferido evadirlos en una confrontación directa con sus acostumbrados golpes
agazapados.
Pero con los palestinos es más fácil y movilizar
varias brigadas mecanizadas con infantería ligera a pie, no representa un
riesgo ante Hamas siempre y cuando, se hallen cubiertos por la aviación. Además
no pierdan de vista que Tel Aviv emplea muchos mercenarios en las filas de las
FDI con lo cual trata de frenar los crecientes casos de soldados con problemas
de conciencia (que terminan con problemas psicológicos y psiquiátricos) y un alza de suicidios entre ellos y tal vez
lo más importante para los férreos sionistas es que, se reduce el derramamiento
de sangre judía; después de todo, hay suficiente dinero como para alquilar
criminales de los cuatro rincones del globo. Al mismo tiempo y desde comienzos
del 2018, los pobladores de la Franja de Gaza y de otros lugares, han estado
concurriendo a la llamada “Marcha del regreso”, una manifestación popular que
se volvió masiva y que pese a la brutal represión ejercida por Israel, hoy
continúa activa.
Niños palestinos rescatando sus cosas tras el bombardeo israeli |
Precisamente en momentos que la aviación israelí
lanzó sus primeros ataques este 25 de marzo sobre la ciudad de Gaza, los
francotiradores israelíes apostados en zonas altas cercanas al desarrollo de la
manifestación asesinaron a dos jóvenes palestinos que estaban en esos momentos
en el Campamento “Bureij”, levantado por los palestinos en el borde de la
alambrada colocada por Israel.
Uno de sus confesos autores políticos e
intelectuales de ésta política de neto cuneo sionista es el ex ministro de
defensa Avigdor Lieberman quien además de defender estos asesinatos, solo es
uno más, de un colectivo mucho más
grande dentro de la comunidad judía mundial que aplaude y apoya la comisión de estos
crímenes de lesa humanidad.
Desde el régimen liderado por Benjamín Netanyahu,
hay una clara y obscena política por tratar de erradicar a cualquier costo a la
población palestina en general y la de Gaza en particular , buscando todas las
excusas posibles para acelerar una “solución final”, como paradójicamente lo
buscaron los nazis con los judíos europeos en el siglo XX. Ello ha despertado
el desprecio de muchos ciudadanos judíos tanto dentro como fuera de Israel y
ello ha creado una grieta dentro de la misma comunidad, aunque no se quiera reconocer.
Desde la instalación del estado de Israel en 1948 y
desde allí durante décadas los subsiguientes gobiernos que vinieron, se procuró
mantener en silencio las políticas estatales del ente que siempre estuvieron
dirigidas a expulsar a los habitantes nativos árabes de todo el territorio
palestino para reemplazarlos por habitantes de origen judío en la diáspora.
Parece loco o incluso, un delirio paranoico, pero los ingenieros de estas
intenciones desde aquel entonces,
llevaron adelante varios programas que se convirtieron en operaciones
que involucraron la expropiación forzada de territorios y la expulsión de los
árabes palestinos y a su vez, la suplantación por judíos traídos desde otros
países. Una de las consecuencias de aquellas aspiraciones es la existencia de
la hoy conocida “Triple frontera”, cuyos habitantes originarios de origen árabe
llegaron por las gestiones de una compleja y muy costosa operación montada por
Israel allá en la década de los cincuentas y sesentas, con la esperanza de
deshacerse de la mayor cantidad de árabes palestinos posible.
Por supuesto que para llevar adelante todo ello,
hubo mucho dinero en danza que compro
las voluntades de políticos y militares corruptos de los países que terminaron
jugando a favor de lo que Tel Aviv dispuso en ese entonces.
Hoy Tel Aviv apuesta por adueñarse de todo el
territorio palestino sin necesidad de negociar nada y para ello ha recibido una
colaboración invalorable de Donald Trump y su administración compuesta –no casualmente- por reconocidos
militantes sionistas tanto judíos como no judíos que cabildean en el congreso.
Si bien los israelíes cuentan con la superioridad
militar y de recursos tecnológicos de última generación –posibilitados por el apoyo de EEUU- que les facilita estar por encima
de las milicias palestinas, ello no les ha bastado para doblegar a la voluntad
de la población árabe y mucho menos, argüir algún grado de moralidad en sus
acciones.
Por su parte la población palestina ha demostrado
estar más allá del heroísmo y el martirio, soportando además de las brutales e
indiscriminadas acciones de las fuerzas militares israelíes, de las siniestras
tácticas de eugenesia para tratar de dañar la salud de las mujeres palestinas
rociando con Drones y aviones, elementos químicos (algunos perceptibles) y
cortando el suministro de agua potable de Gaza obligando a los palestinos que
allí se hallan encerrados a tomar aguas altamente contaminadas.
Los últimos eventos en Gaza no son nuevos. En
realidad desde el año pasado, los aviones y los helicópteros israelíes han
estado lanzando esporádicos pero destructivos ataques contra blancos en el
centro poblado de la franja mientras al mismo tiempo y como una forma por
tratar de justificar estas mostruosidades, sus grupos de tareas tratan de hacer
creer que existe una alianza entre “Hamas” y el “Estado Islámico”. Que ello no
se halla hecho público por los medios, no quiere significar que no haya
sucedido. A estas alturas no es necesario aclarar el porqué de ello y quienes
son los que sostienen a las corporaciones de medios occidentales.
Igualmente y pese a todo esto, hay algo positivo que
puede sacarse a concluir y ello es, que pese a la gran influencia desplegada
por Tel Aviv y sus organizaciones sionistas alrededor del mundo que tratan de
argumentar estas masacres como acaecidos en el marco de “enfrentamientos”, no
logran callar ni esconder los crímenes contra la humanidad y solo es cuestión
de tiempo para que los responsables sean llevados a una Corte Penal
Internacional más empoderada e independiente de lo que lo es ahora.