jueves, 17 de marzo de 2022

 

“TRINCHERA (DES) INFORMATIVA SUDAMERICANA”

Cómo y quiénes desde Argentina desinforman y propalan la propaganda rusofoba anglosajona.


Por Charles H. Slim

La dinámica que viene desarrollándose en las acciones que se están llevando a cabo en Ucrania como era de esperar, tiene dos puntos de vista bien diferenciados dependiendo quienes sean sus comentadores. Occidente encabezado por EEUU y sus aliados europeos lo ven como una agresión injustificada, desde el punto de vista Oriental encabezado por Rusia, una operación especial que busca desarmar un peligro latente y metastásico (Ofensiva planificada por RAND Corporation) para la seguridad de los ucranianos ruso-parlantes del Donbass y de la misma Rusia.

Pero hay una tercera visión a la que podríamos identificar como la de los “comentaristas de la propaganda” de la OTAN, encabezada por sectores liberales anglófilos y notorios sionistas de la prensa y la intelectualidad argentina (que casualmente coinciden con la oposición al gobierno). Son los constantes relatores de una aséptica visión político-económica de la hegemonía estadounidense y denunciadores de quienes se le oponen. Son los “desmalvinizadores” y continuos críticos de la recuperación de la soberanía sobre las islas Malvinas en 1982 descontextualizando las circunstancias y las injerencias políticas de ese momento.

Casualmente, también son los mismos que cuando Israel comete toda clase de arbitrariedades y crímenes de guerra como los cometidos sobre la población palestina de Jenin y Hebrón en 1999, Gaza 2009, 2014, 2018 entre muchos otros que se siguen cometiendo -ocultados por la prensa occidental- en forma diaria, miran para otra parte por no considerarlos humanos. Mucho menos criticaron -y en algunos casos celebraron- las invasiones y ocupaciones de Afganistán e Iraq ni mostraron algún grado de interés por las bestialidades tras la intervención de la OTAN sobre Libia en 2011, poniendo de manifiesto su profunda islamofobia.

El señalamiento no es caprichoso dado que sirve para poner en un contexto ideológico y político de quienes en este país sudamericano se rasgan las vestiduras por un gobierno con comprobados componentes filonazis en Ucrania y que durante la era del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu se mantenían maravillosas relaciones y de las cuales no se decía nada.

En algunos casos solo son meros comentaristas de la realidad, que antes de la guerra apenas sabían dónde quedaba Ucrania. Mucho menos se les puede pedir que sepan sobre el fondo (político, étnico, religioso e histórico) de la cuestión, aunque ello no les impide realizar estrambóticas y tendenciosas comparaciones. Pero hay otros que conociendo los trasfondos del conflicto los obvian para que la propaganda angloestadounidense encaje sin estorbos.  

Son los prolijos y puntillosos reproductores de las editoriales y trascendidos de los grandes medios estadounidenses y por supuesto, de las versiones oficiales de la Casa Blanca. A base de un reduccionismo simplón y la demonización, tratan de vender la propaganda de “buenos” y “malos” que se radia desde Washington que intenta manipular a la opinión pública global. No se trata de un punto de vista o una simple crítica a estas posturas, es un hecho que se comprueba con solo oír y leer sus opiniones sobre lo que hoy ocurre en Eurasia.

De lo que ocurrió hace ocho años antes ni la menor idea. Sobre las causas y gestores que llevaron a que se produjera aquel golpe de estado en Kiev mucho menos. Sobre el papel de los EEUU y sus aliados (incluyendo a Israel) para provocar la llamada “revolución de la dignidad” simplemente no aparecerá en sus comentarios ¿Por qué? Simplemente, obsecuencia e interés. Atendiendo a esto se intuye una visión claramente direccionada.

Contestes con la propaganda occidental estos sectores aseguran que hay un número de bajas determinado y estadísticas del costo material ruso que pondría en crisis al gobierno de Vladimir Putin. Pero las evidencias en el terreno revelan otro panorama. Ello es más una expresión de deseos que un hecho de la realidad. Sus fuentes en el mejor de los casos, provienen o del “Financial Times” o del Departamento de Estado norteamericano, usinas de la propaganda rusofoba por excelencia y por ende, mera intoxicación de la información. Pero ¿Dónde en Argentina se informa de cómo realmente se están comportando las tropas rusas con la civilidad?[1] No hay que olvidar que las “democracias liberales” de occidente cortaron los servicios informativos de las agencias de noticias rusas y a pesar de ello, no logran la hegemonía en el relato.

También son reproductores de amañados partes de guerra que refieren a supuestas “10.000 bajas rusas” producidas por una resistencia heroica (de mercenarios neonazis y criminales liberados de las cárceles) o las “docenas de aviones derribados” pero, no aclaran aún dónde está el ejército regular ucraniano, cuáles son sus pérdidas y mucho menos, el tenor de la “ayuda humanitaria” que provee occidente. A colación de esto último, la destrucción de la base de acopio de armas en “Yavoriv” provenientes de Polonia (que se disfrazaba como alimentos y ropa), los rusos capturan a diario toneladas de sofisticado equipo militar norteamericano y británico.

Pero al mismo tiempo que abren sus bocas para parlotear supuestos e infantiles panfletos pro-ucranianos e incitan al odio contra los rusos, se tapan la nariz para no oler el hedor que el gobierno de Zelensky esconde bajo la alfombra. En algunos casos (sin saberlo) han aseverado que los Batallones neonazi “Azov” son la milicia leal al gobierno de Zelensky algo que no reporta novedad para quienes saben lo que viene ocurriendo allí, pero que deja expuesta la ignorancia de sus visiones y ratificando una vez más uno de los argumentos de Moscú (desnazificación) para la intervención.

Algunos de estos exponentes (demostrando supina ignorancia) han tratado de “lavar la cara” de Zelensky clamando su condición de judío para tratar de “ridículas” las inocultables y extensas relaciones que existen entre los oligarcas judíos ucranianos (como Igor Kolomoisky) y los ultraderechistas no solo de Ucrania sino de varias partes del mundo. Como hemos dicho antes, entre sionistas y ultraderechistas hay más coincidencias de las imaginables. Pero por más que se traten de rodear estas inconveniencias de la “realpolitik” señalando la inmoralidad de los demás cuando ellos directamente carecen de una, la realidad está a la vista y no se tapara con propaganda de guerra apolillada de y progrom rusófobos mediáticos a los cuales adhieren.

Imposible de explicar y sin dudas, totalmente ignorantes de centrales implicancias angloestadounidenses en el “putch” de la Plaza Maidan de febrero de 2014, hechos aborrecibles como la masacre de Odessa y por supuesto los 14000 muertos invisibilizados por la Unión Europea que durante todos estos ocho años han dejado los bombardeos del gobierno. Toda causa tiene sus consecuencias y no caben dudas que la actual situación en Ucrania responde a este esquema.



[1] Control ruso de paso vehicular en las afueras de Kiev https://www.youtube.com/watch?v=BiEVmpwcD3k

lunes, 14 de marzo de 2022

 

“LESSONS OF DEATH”

How Washington plans to fight Russia to the last drop of Ukrainian blood?

 

By Sir Charlattam

As predicted, Ukraine will gradually become a battlefield for a hybrid war in which elements outside the contenders will play a critical role in the unfolding of events. The dangers of this are unpredictable. Examples of the consequences have been seen in Iraq, Libya and Syria and that is why what the US and its allies are encouraging will only bring greater instability not only for the Ukrainians but for Europe as a whole.

As has already been made public, the execution of the Russian military operation nipped in the bud a destabilising plan that had been conceived several years earlier by Washington and for which it enlisted the services of the private RAND Corporation, which specialises in methods of subverting order in other states.

The plans have also not turned out as expected. While Russia and especially its government are paying for costly political capital, the destruction of its potential is far from assured and far from being just around the corner. Washington and NATO's first objective has failed as they did not succeed in penetrating Ukraine as planned. While they are currently the behind-the-scenes backers of what is left of Zelensky's government, they find it much more difficult to get a foothold on the ground. That's why they are betting on a surreptitious, slow but gradual filtering through their “proxy” groups.

We have said that Ukraine has been populated by irregular groups and militias that will complicate the situation. In fact, this is nothing new, as irregular groups of assassins and saboteurs have been operating in Donbass since 2014. But today NATO is making it a general tactic over the whole of Ukraine. It is the answer to the early demolition of the Ukrainian Armed Forces. For Zelensky and his people, putting the Russians in a stalemate through guerrilla warfare seems the only option, but he has not thought through the cost. He even encourages mercenaries from all over the world to join the cause. When the US and its British partner invaded Iraq in 2003, Arab volunteers who crossed the borders to join the Iraqi resistance were labelled by Washington as “terrorists” so those who are sent to Ukraine today.

As I have also said, hypocrisy and double standards are a continuity in Anglo-Saxon foreign policy. Now that it is useful, mercenaries are called "freedom fighters" (as in Afghanistan in 1986, Libya in 2011 or Syria in 2013) and encouraged to join the ranks of the Ukrainian cause. Many are experienced war criminals who have served the US in Iraq and Syria, but many others who are being recruited in the embassies of many Western countries are dupes who are being manipulated by the information intoxication mill of the Western Media Corporation to ultimately serve as NATO cannon fodder.

Against such a backdrop, attempts by Brussels and Washington to bring Sweden and Finland into membership may be severely hampered as they may sense that they would end up being the useful idiots if this gets complicated.

We are even hearing that many US veterans are determined to go it alone at the risk of losing their pensions (Article I, Section 9, Clause 8 of the US Constitution). But there are also suspicions that some contingents are organised by the federal government and have Pentagon officials and CIA advisors covertly directing their activities, which would mean that their pensions would not be touched. 

There are also other colleagues on the same side who operated in the shadows and did dirty work especially in Baghdad and later moved to Syria. Many of these were part of the “Al Qaeda-Iraq” cells and similar shenanigans that under the term "Counterinsurgency" (run by the Military Intelligence Battalions led by General David Petraeus) and together with private security companies such as "BlackWater" served to keep the country under controlled chaos. Also, from elements of “ISIS”, another Anglo-Saxon intelligence franchise created to try to crumble the Syrian Arab state from Iraq and then moved to Afghanistan under the mask of “ISIS-K”. They are experts in urban terrorism hoping to cause damage to Russian troops if they occupy Kiev. But who will pay for all this mobilization? Because this is a very lucrative business.

Russia has not been left behind and has already received proposals from abroad for volunteers to fight on its side. It is true that President Vladimir Putin openly expressed the brazenness of the "Western partners of Ukraine" who had no qualms about recruiting mercenaries in the open and therefore ordered the Ministry of Defense to facilitate the reception of volunteers who are willing to fight for Russia.

Among the volunteers who have volunteered to fight alongside the Russians are some 16,000 Syrian fighters who, after years of terrorist siege (by Takfir and Wahabi groups), are highly trained and have invaluable experience of fighting in intricate urban areas. In Damascus public demonstrations in support of Russia have been evident. But the most significant have come from the government of Bashar Al Assad, with videos of special brigade soldiers clamouring for their readiness to go fight in Ukraine.

If NATO thought that the Russians would foolishly penetrate Kiev as they did Grozny in 1995, they are wrong. In addition to the experienced Chechen fighters, Russia will have qualitative elements to counter their mercenaries crouching in the capital. 

As things look, Zelensky the NATO puppet with his bid to turn Ukraine into a boggy field for Russian troops can expect nothing but more mud on which his feet will also skate.

sábado, 12 de marzo de 2022

 

“CASUS BELLI”

Pese a la censura y la intoxicación informativa de Occidente, los argumentos que justificaron la intervención rusa en Ucrania se van conociendo ¿Quién golpea primero, golpea mejor?

 

Por Dany Smith

Antes de que EEUU y sus aliados, en una muestra de lo que ellos entienden por democracia y libertad, cortaran las trasmisiones y noticias de las agencias de noticias rusas, pudimos escuchar como el 24 de febrero último el presidente ruso Vladimir Putin anunciaba el inicio de una Operación especial contra Ucrania basado en una causa que describió en grandes rasgos como de “desnazificación y desmilitarización”.

Los acontecimientos parecían ir más rápido de lo pensado. En este lado del hemisferio sur, pocos sabían lo que realmente sucedía. Incluso muchos argentinos que desde hacía años vivían en Ucrania, no les preocupaba o poco sabían lo que sucedía realmente en el Donbass. Ellos estaban allí por razones de trabajo así que como buenos argentinos, interesarse o mucho menos, comprometerse en los asuntos políticos del lugar estaba fuera de su agenda.

Pero mientras la población ucraniana seguía con su rutina cotidiana y el gobierno de Volodymyr Zelensky jugaba a las escondidas con Rusia, el ejército y la Guardia Nacional de Ucrania estaban preparando en secreto una “gran operación” militar sobre el Donbass que de haberse llevado a cabo podría haber acabado con las dos repúblicas independentistas de Donetsk y Lugansk.

Las evidencias de esto fueron expuestas ante el público por el Ministerio de Defensa ruso el 9 de marzo último, poniendo en perspectiva qué tan inocente fue el gobierno ucraniano en el desencadenamiento de las actuales circunstancias. Según éstas pruebas Kiev tenía planeado lanzar para el 8 de marzo una operación militar masiva sobre el Donbass que seguramente habría sido precedida por la llegada desde Polonia y Rumania de unidades de la OTAN con la finalidad de establecerse de forma permanente.

Una vez allí, cualquier movimiento ruso habría sido utilizado por Washington para justificar en última instancia el estado de alerta DEFCON 1[1] implicando la excusa perfecta para unas negociaciones bajo la condición de una “respuesta nuclear”.

Pero como vimos, Rusia se adelanto a esto y estos condicionamientos están de su lado.

La inteligencia rusa pudo enterarse de estos planes y fue por ello que el presidente Vladimir Putin reconoció de forma meteórica (el 21 de febrero) la independencia de las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk. Con este cambio de estatus y con dos nuevos entes estatales que establecerían de forma oficial relaciones con la Federación rusa los planes del gobierno de Volodymyr Zelensky se verían seriamente retrasados. Por lo pronto, seguían con sus respuestas evasivas y sordas a las propuestas del Kremlin para negociar la situación. Si Ucrania lanzaba este ataque, Rusia tendría todos los argumentos para ingresar en apoyo de aquellos nuevos estados pero sería tarde ya que Kiev habría logrado una ventaja táctica que sería consolidada con el apoyo de la OTAN.

Pero esto no fue concebido entre gallos y medias noches. Hay pruebas de que esta operación sobre el Donbass había sido planificada con mucha antelación. La cuestión es ¿Quiénes la planificaron? A primera vista el gobierno de Kiev es quien se puso a la cabeza de esto pero, no lo hizo solo. Como era de suponer, Washington tuvo parte aunque (como lo ha venido haciendo desde hace casi dos décadas) no lo hizo oficialmente. Como en Iraq, Afganistán, Libia y Siria, La Casa Blanca se valió (entre otras) de RAND Corporation, una empresa privada dedicada justamente a prestar “soluciones políticas” y detectar “vulnerabilidades” que sirvan a la planificación estratégica de los gobiernos en Washington. La elaboración en 2019 del plan titulado “Over extending and ‎Unbalancing Russia” deja expuesto no solo este programado ataque contra el Donbass sino también las implicancias que tuvo EEUU en la guerra entre Armenia y Azerbaiyán de 2020 y los disturbios en Kazajistán en 2021.

Cada vez aparecen más evidencias de que el presidente Vladimir Putin tenía poderosos motivos de sobra para detener a Kiev de forma rápida y contundente. Durante años Washington y sus aliados de la OTAN menospreciaron los llamados de Moscú a detener su carrera armamentista expansiva sobre el este y ello involucra las armas de destrucción masiva (ADM). Pero en los últimos ocho años, tras el golpe de estado de 2014 fomentado desde Washington por una revolución de color (gestionada por la Subsecretaria Victoria Nuland y Cía), Rusia vino siendo menospreciada en sus llamados a frenar las agresiones de Kiev sobre los habitantes del Donbass.

Los esfuerzos diplomáticos de Rusia han sido titánicos. Resultado de estos son los Acuerdos de Minsk y a los cuales Kiev desde hace un par de años y por sugerencias de Washington y Londres no ha querido cumplir. Las consecuencias están a la vista y -a diferencia de otras crisis- las causas y sus responsables también. La intervención rusa ha descabezado a las Fuerzas armadas ucranianas, la OTAN ha perdido la estructura militar que disfrazaba tras el ejército ucraniano (incluyendo sus laboratorios de guerra bacteriológica) y la población se ve entrampada en todo este juego sucio. Si ello no fuera poco, Polonia intenta meter aviones “MIG-29” a Ucrania algo que representaría una abierta provocación de la OTAN por lo cual la pregunta sería ¿Cuánto tiempo podía extenderse esta situación?



[1] Es el máximo nivel de alerta. Nunca se ha utilizado. Solo se activaría este nivel ante un inminente ataque contra las fuerzas armadas estadounidenses o contra su territorio por una gran fuerza militar extranjera. En este nivel se autoriza el uso de armas de destrucción masiva.

jueves, 10 de marzo de 2022

 

“UN SUCIO TEATRO BÉLICO”

¿Cuáles son los factores que llevarán a una balcanización de Ucrania y la extensión de la guerra a toda Europa? Los sucios secretos de Washington al descubierto

 

Por Charles H. Slim

La guerra de por sí es una cosa fea, pero al mismo tiempo es un recurso que tienen los estados y las naciones cuando se agotan las vías diplomáticas para resolver una situación.

Quedará para la historia estudiar de forma exhaustiva cuántas veces Moscú intento de forma infructuosa llegar a un acuerdo con EEUU para que detuviera sus despliegues de armas sobre Eurasia, para que Kiev se comprometiera a cumplir con los acuerdos de Minsk, de cuál fue el papel de Washington en estos fracasos y los intereses de la OTAN para ello.

Debemos partir del punto en el cual, la guerra que hoy se esta llevando a cabo en Ucrania en realidad es un enfrentamiento entre Rusia y la OTAN que se vale de los ucranianos y de su territorio para pelearla. La organización atlántica estaba poco a poco extendiendo su metástasis sobre Ucrania y Rusia no podía quedarse sin hacer nada.

Mientras Washington y sus socios de la UE han implementado un bombardeo financiero de saturación sobre la economía rusa con la intención de crear el caos poblacional contra el gobierno, eso no sucedió y por el contrario aún Moscú se reserva intacto su poderío nuclear bajo la manga. Al terror financiero del globalismo occidental (que representa Joe Biden y sus socios globalistas) se le contrapone el terror a una reacción nuclear.

Hoy por hoy y lamentablemente por un tiempo más, toda Ucrania se ha transformado en un teatro de operaciones bélicas que se está saliendo de la convencionalidad de una guerra entre estados para pasar a convertirse en una llamada guerra hibrida donde los bandos se vuelven nebulosos y hasta invisibles, donde las emboscadas, el engaño y los ataques terroristas en las ciudades pasan a ser las principales armas tácticas del campo de batalla.

No decimos nada nuevo y mucho menos, algo que los estrategas rusos no hayan considerado de antemano. Incluso los expertos en inteligencia y reconocimiento jamás se habrían atrevido a vaticinar una campaña fácil y sin las dificultades que un terreno como el de Ucrania podía ofrecer. Pero en esas consideraciones, se debían añadir otros elementos ajenos a los ucranianos e incluso, a toda la región euroasiática. Incluso más, ajenos al hemisferio oriental.

La decisión política de Vladimir Putin claramente se apoyó en la premisa “la mejor defensa es un ataque”.

Pero más allá de las retaliaciones políticas, comerciales y financieras de occidente, Putin sabía que le estaba abriendo la puerta a jugadores muy particulares. Hoy el ejército ucraniano es inexistente y lo que realmente representa una amenaza sobre el terreno son las milicias ultraderechistas (Aidar y Azov) que desde hace años vienen siendo equipadas y asesoradas por instructores occidentales. Junto a ellos operan grupos especiales de asesinos y saboteadores como los “georgianos” (pagados por Washington en Iraq y Afganistán), los mercenarios privados de “Academy” y otra media docena de empresas del mismo rubro se han unido a estas agrupaciones filonazis pintando un panorama muy sombrío para la región.


En los avances del ejército ruso se ha incautado equipamiento turco hallado en suelo ucraniano como el que vemos en estas fotos.


A estos debemos sumar a grupos kurdos quienes bajo la dirección del Mossad israelí han sido parte importante en la desestabilización política en países como Iraq y Siria. También (y ligados a estos) están los llamados “yihadistas” que el mundo conoció bajo denominaciones como “Al Qaeda” y el “ISIS” dos embustes seudo islamistas creados por las agencias de inteligencia angloestadounidenses -bien ensayados en Iraq- y que con apoyo de sus colegas turcos pretendieron rediseñar el Medio Oriente en beneficio de Israel. Todos ellos son expertos en fomentar el caos, el terror y la inseguridad en zonas civiles con la finalidad de convertir en insoportable la vida de los habitantes volviéndolos en parte de sus sangrientos esquemas de propaganda.

Equipo de Comunicaciones ASELSAN de fabricación turca

Mientras la propaganda occidental y en particular la británica pinta a Zelensky como un “prócer”, lo cierto es que poco o nada sabe de estas nefastas injerencias y de lo que causara a toda Europa. Tan variado es el arco de involucrados que incluso se han hallado en el terreno señales de que Turquía estaría enviando (además de sus armas y Drones) a estos grupos de mercenarios. Esto no sorprende ya que Tiyip Erdogan es capaz de cualquier cosa con tal de agradar y ser aceptado en el bloque “judeo-cristiano” que desprecia a Turquía.

Especialistas en fabricar “banderas falsas” y en “operaciones negras” (como los ataques químicos en Siria), con el fin de dar golpes de efecto político y con la desvergonzada participación de la Corporación mediática, trataran de embarrar a los rusos en ataques terroristas contra civiles o de acusarles de querer volar plantas nucleares. Sumado a esto, la comprobada existencia de instalaciones biológicas norteamericanas en Ucrania (de elaboración de agentes virales para la guerra)[1], potencia estos peligros. Ante esto hay que preguntarse ¿Estos esbirros de la OTAN preparan un ataque biológico como señalan algunas fuentes?[2] Vladimir Putin es consciente de estos riesgos y sin dudas ellos fueron parte de las consideraciones para lanzar la “Operación especial”.

Lo vimos en Iraq, Siria y Libia y aún no hemos sido testigos de una rendición de cuentas ante la justicia por esto. Si usted no lo sabe, el Estatuto de Roma también le cabe a EEUU y a sus socios en esas “aventuras” pero se apoyan en tecnicismos para evadir sus responsabilidades.

Pero hoy se escuchan rumores sobre el impulso de supuestas investigaciones del Tribunal de la Haya para que se procesen casos de crímenes de guerra contra el presidente Vladimir Putin ¿Cuándo se planteó algo similar por lo causado en Iraq contra George W. Bush, Tony Blair o Pedro Aznar? Si nos atenemos a todo lo que hemos citado y a los principios procesales y las garantías que debe respetar una instancia judicial (en especial esta), éste organismo no reúne ninguno de ellos ya que -a estas alturas- a nadie le quedan dudas de su dependencia política con la Unión Europea y esta a su vez, de Washington.  

 

 



[1] **ÚLTIMO VIDEO** Rusia le dice a los EE. UU. “Hemos encontrado sus armas biológicas” (VIDEO)

Por Jim Hoft, Publicado el 9 de marzo de 2022 a las 10:32 am, https://www.thegatewaypundit.com/2022/03/breaking-video-russia-tells-us-found-biological-weapons-video/

[2] Video en el que se difunde un informe de ABC News sobre un ataque biológico con COVID en noviembre de 2019. El video se halla disponible en el siguiente link: https://rumble.com/embed/vsi3d0/

lunes, 7 de marzo de 2022

 

“EL OPORTUNISTA”

¿Para qué el premier israelí Naftali Bennett viajó tan presuroso a Moscú? Cuando la mezquindad se disfraza de benevolencia.

 

Por Dany Smith

Mientras la opinión pública mundial sigue bajo la contraofensiva informativa de Washington y sus socios de la OTAN, otros aprovechan las circunstancias para llevar agua a su molino. Uno de ellos es Israel quien no dejara pasar la oportunidad para sacar beneficios de la crisis. Como dice el dicho “a río revuelto ganancia de pescadores”.

El anuncio del viaje del primer ministro israelí Naftali Bennett a Moscú para reunirse con Vladimir Putin y tratar el tema de Ucrania pone en evidencia esto. Para Tel Aviv hay mucho en juego con la actual situación en la que se ve sumergida el gobierno de Putin y como un socio importante de Irán y el protector de Siria, Rusia ha sido un obstáculo para las aspiraciones geopoliticas de Israel en el Oriente Medio.

Desde la postura oficial y para los medios, la visita de Bennett fue en búsqueda de la mediación pero, desde una observación crítica y viendo los antecedentes e intereses contemporáneos existentes, hay claras intensiones de Israel por buscar la salida de Rusia de Siria y asegurarse de que de alguna forma, abandone sus tratos y negocios con la república Islámica de Irán. Sin dudas el momento no podría ser mejor aunque los israelíes saben que Vladimir Putin no es cualquier estadista y mucho menos lo es de un país intrascendente.

Incluso tras esas dos horas y media que duró la reunión, Putin le habría dejado bien en claro cuáles son los motivos para la operación lanzada y cuáles son los objetivos a concretar. Desde una mirada completamente ignorante de la opinión pública occidental, se trató de un intento del mandatario israelí por hacer entrar en razones a su homologo ruso pero hay todo un trasfondo mucho más complejo y oscuro que en parte involucra a Israel y es por eso que entra en escena.

Desde hace tiempo que desde EEUU se vienen gestando operaciones contra los países del este (de la ex URSS) y de forma general sobre toda Eurasia, orientadas a construir un cerco en rededor de Rusia. Las vías para ello son múltiples, pero podríamos reducirlas a dos: El activismo supuestamente pedagógico y desinteresado mediante ONGs que culminan en “revoluciones de colores” y el uso de la subversión extrema (Terrorismo). A simple vista se suele de decir “es EEUU quien está involucrado” pero ello es una generalización errónea ya que para ser exactos quienes están envueltos y comprometidos con todo esto son sus administraciones (tanto republicanas como demócratas) y puntuales socios que operan desde el ámbito privado encubiertos con convenientes máscaras societarias (USAID, la National Endowment ‎for Democracy -NED- y el US Institute for Peace entre los más destacados).

En realidad, Putin no le diría nada que Bennett y su elite sionista no sepan. Ucrania se halla bajo un gobierno filonazi que desde 2014 había degradado a los ciudadanos de origen ruso a una subcategoría privándoles de reconocerles los derechos que todos los ciudadanos ucranianos tienen garantizados en su constitución. Sumado a ello, la persecución y el intento del estado por consolidar estas políticas en Donetsk y Lugansk llevó a que sus pobladores se levantaran en armas para protegerse de un gobierno extraño y hostil plantado mediante el golpe de estado fomentado y dirigido por Washington y la UE.

Sin dudas que Bennett no trato de condicionar a Putin alegando la condición de judío de Zelensky o expresiones similares para intentar manipularle. Para Putin y el estado ruso la condición religiosa del mandatario ucraniano no tiene nada que ver en esto, pero los sionistas a nivel internacional (entre ellos los argentinos) han tratado de hacerlo parecer aquello como algo gravitante pintando al mandatario ruso como el nuevo Hitler. Tal vez esto funcione con la propaganda efectista que los medios llevan adelante sobre la opinión pública en el hemisferio occidental, pero con Rusia no.

Si Bennett pretendiera ir por esa vía simplemente no sabrá como salir. Precisamente el estado ucraniano desde 2014 había sido colonizado por esos sectores de la ultraderecha colocados por una planificación de sectores vinculados muy estrechamente con la oligarquía de la comunidad judía ucraniana, la estadounidense y finalmente a Israel. Que los matones de “Pradvi Sektor” tuvieran la ideología nazi no fue un inconveniente para que el “Mossad” y sus colegas angloestadounidenses cooperaran en el golpe de estado de Febrero de 2014. La utilidad y el realismo está por encima del folklore mediático.

Y si eso no bastara, Bennett no podría explicar cuáles fueron las incumbencias de su predecesor Benjamín Netanyahu y su administración justamente en momentos en que se produjeron los hechos.

Putin le habría dejado bien en claro a su par, que no frenara sus operaciones hasta que no se desarme todo ese andamiaje que responde precisamente a una estructura globalista montada en parte por la secta de los “Straussianos”[1] conformada por reconocidos sionistas angloestadounidenses (como Paul Wolfowitz, Gary Schmitt, Richard Perle, Robert Kagan, Victoria Nuland, Abraham Shulsky entre muchos otros) que a su vez se halla estrechamente ligada a los neoconservadores en Washington. Dos proyectos de estos exponentes que tuvieron nefastas consecuencias para la paz global fueron el Project for the New American Century  -PNAC- de 1994 y el  informe redactado en el ámbito del Institute for Advanced Strategic and Political Studies (IASPS) que preveía nada menos “asesinar a Yasser Arafat”, invadir Iraq  y deshacerse de los palestinos enviándolos allí.

Al mismo tiempo, estos sectores son los mismos que generaron la doctrina de la “guerra permanente” que llevo a el intervencionismo militar (consolidada mediante la doctrina Rumsfeld-Cebrowsky) usando a los derechos humanos como plafón para encubrir sus verdaderos objetivos.  Si Bennett trató de manipular a Putin por ese costado, sin dudas volvió con las manos vacías.

Bajo todas estas consideraciones, suena muy risible las arengas de la administración de Biden de investigar los posibles casos de crímenes de guerra que pueda cometer Rusia en Ucrania.

La decisión de Vladimir Putin no se basa en una mera conveniencia personal o electoralista como a la que acostumbran apelar sus colegas occidentales (tanto en EEUU, Gran Bretaña o Francia). Los altos intereses estratégicos de Rusia se ven comprometidos con este estado de cosas a pocos minutos de Moscú y del cual la OTAN pretende beneficiarse; entonces ¿Por qué Vladimir Putin debería abandonar la seguridad estratégica de su nación y de su pueblo ante los enjuagues políticos de estos sectores intrigistas que hacen de la OTAN su instrumento de dominación global?



[1] Corriente filosófica y política elaborada por el filosofo germano-estadounidense de origen judío Leo Strauss quien entre otras elaboraciones intelectuales fue el sustentador del engaño en la política mediante el romántico eufemismo del “noble engaño”.