martes, 27 de noviembre de 2018



DEFENSA Y SEGURIDAD





¿PRIVATIZAR LA DEFENSA?

La interminable situación de indefensión de la Argentina sin considerar la compleja realidad geoestratégica en la que se halla ha llevado a que se esté contemplando una opción nefasta ¿Hay margen para implementar una medida de semejante entidad?



Por Charles H. Slim
Aunque muchos argentinos puedan llegar a escandalizarse, esto le está pasando por la cabeza de alguno de los asesores y CEOs  que el gobierno de Mauricio Macri tiene ocultos tras bastidores. En realidad ello no revela nada nuevo en el ideario que abreva el mismo presidente argentino y su círculo más íntimo ligado a su gobierno. Para el pensamiento nacional y soberano suena espantoso pero para la mentalidad utilitaria y “anacional”[1] del gobierno macrista ello resultaría muy práctico y hasta lucrativo.

Como puede usted deducir, no es nada fácil tener que desmontar una estructura que forma parte del andamiaje mismo de un estado que pretende ser soberano. En este sentido y sin ahondar en teorías políticas sobre la naturaleza del estado nación, se puede entender al mismo como una persona ideal la cual procede, funciona y se manifiesta por actos materiales que son llevados a la práctica por sus diversos estamentos, asignados para los propósitos para los cuales han sido creados.

Las Fuerzas Armadas, como lo fueron en todos los países que han llegado a ser independientes, nacieron con la nación misma ya que no existiría una sin la participación de la otra. Así como si de un organismo vivo se tratara, la defensa es vital para el mantenimiento de la integridad de ese cuerpo llamado nación. Una es parte de la otra y como un órgano vital, debe existir como condición sine qua non para que haya esa comunión de intereses. Y si no, reflexione lo siguiente ¿Cree usted que un ejército mercenario[2] o uno regular de ocupación, obedece ordenes de los ocupados?  ¿Qué intereses cree usted que van a defender?

Pero incluso, el volverse esclavo de una potencia no es tan fácil como muchos pueden llegar a creer; y si no, recuerde la historia contemporánea de las misma Argentina cuando durante el gobierno neoliberal de Carlos Saúl Menem, pese a la ignominiosa obsecuencia con la que se manejó hacia Washington –y obviamente con Londres- , no logró acceder a la tan anhelada categoría del “aliado extra OTAN”. ¿Y, Acaso sabe usted por qué ello no fue? Simplemente porque, pese a su apoyo a la campaña bélica en el Golfo Pérsico en la guerra contra Irak en 1991, Argentina (además que Londres no lo aceparía) no tenía los recursos suficientes para garantizar una operatividad óptima que sirviera a los intereses de la organización atlántica. Aun así no hay que olvidar que el mismo Menem había firmado los claudicantes tratados de Madrid en 1989 y 1990 por los cuales entre otras, entregó el control operativo de las FFAA a Gran Bretaña.

Esto demostró en la clase política de entonces –además de la alta traición- un grado de ignorancia y amateurismo que seguramente destajo de risas a los asesores del Departamento de Estado y del Pentágono.
Equipo y armamento obsoleto

Actualmente acudimos como testigos de la situación calamitosa en dicha materia, justamente en momentos en que el mundo se sacude con continuas crisis diplomáticas, políticas y militares que como lo muestra la realidad, no se hallan lejos de Buenos Aires. El caso del submarino “ARA San Juan” es una demostración de ello. Adunado a esto, vemos como el gobierno que se dice soberano, le entrega a ejércitos y agencias de inteligencia extranjeros, el control y la seguridad de una cumbre como la G-20 a celebrarse en su propio territorio. La carencia de recursos propios para garantizar la seguridad nacional es algo inexcusable y ello lo saben muy bien los expertos en la materia.

Esta carencia material se ve agravada con la falta de inteligencia y planeamiento con visión estratégica y política de largo plazo que denota el abandono de un proyecto nacional con proyección regional e internacional. 
Esto se traslada a los mandos de las tres armas que sin hojas de ruta clara, no tienen objetivos sobre los cuales trabajar. En este sentido es tal el grado de inoperancia y plan de contingencia existente en el país que no es posible articular un mínimo operativo posible.

Para peor, esta situación no se arregla solamente con la compra de material bélico o la simple manufactura de armamento a granel. Hay además, una escazes de desarrollo tecnológico logístico propio para movilizar a las fuerzas sobre el terreno y la ausencia de un proyecto aeroespacial orientado a perfeccionar la defensa, que fue vendido al enemigo por unas cuantas monedas (Proyecto Cóndor I y II).

Si a ello le agregamos el vapuleado sentimiento patriótico y la carencia de un nacionalismo militante (con expectativas políticas), podemos advertir que en la Argentina lo menos que alguien podría hallar son argentinos. Ello es la consecuencia de décadas de autotraicionarse y de una canibalización política interna que, partidocracia mediante,  ha llevado al actual estado de cosas.

El final de la guerra de 1982, fue sin dudas el punto de partida para acelerar esta fractura política que lamentablemente fue aprovechada por la clase política argentina (arribista e hipócrita) para facilitar la desintegración militar y geopolítica que los británicos no pudieron causar en los frentes de batalla de Malvinas.
Mercenario de Al Nusra con un misil TOW

Sin decisión política (o mejor dicho decisiones contrarias), no hay una hoja de ruta que respetar y las FFAA como parte de un estado en estas condiciones no tienen sentido de ser. De ese modo para esta clase política cleptocrata (de ladrones), el litoral marítimo no es de interés proteger (pese a la riqueza ictícola), el espacio aéreo de no importancia controlar y el en el territorio (con riquísimos yacimientos petrolíferos, gasíferos y de agua potable) solo basta con las policías provinciales (esto último, una clara visión Kirchnerista).

En último sentido, no considerar la amenaza geoestratégica que representan las fuerzas británicas (OTAN) que ocupan de facto el archipiélago del Atlántico sur, ha sido una tarea sistemáticamente relegada por los sucesivos gobernantes “democráticos”, claramente subordinados a los tratados “paraguas” firmados en la década de los noventas en donde entre otras cuestiones, se condiciona el Status Quo de las Fuerzas Armadas. 

Pero supuestamente el problema que subyace es la falta de dinero para sostenerlas – una falacia monumental- aunque si se asignara como corresponde el presupuesto ello no sería un problema endémico como del que se trata en la Argentina. Por la avaricia y la corrupción de una clase política que ya se ha generalizado a un amplio espectro de la sociedad, un país con todos los recursos naturales envidiables para las potencias e incluso para vecinos mal habidos, se haya desprotegido por políticas prevendarias y corto placistas de partidos políticos caducos dignos de un museo; sin lugar a dudas la única soberanía aquí existente es la estupidez.

A pesar que hace poco el mismo gobierno dio un giro en el rol de las FFAA para hacer frente a las nuevas amenazas globales, no resolvió el problema material para su funcionamiento.

Y aunque este gobierno trate de tapar el sol con el dedo y maquille la situación, a la vista de expertos, la situación de la defensa es casi terminal. 
Equipos viejos, vehículos blindados fuera de tiempo, armas antiguas y encima en poca cantidad, no puede ser rival para una hipotética operación de invasión que pueda desembocar en una ocupación (tan comunes hoy día usando grupos proxy). Cuando un tanque TAM dispare una salva ya habrá sido destruido o por el misil disparado desde un avión a kilómetros de altura o por un sistema de misiles portátiles que manipula un solo hombre; o cuando una compañía de soldados armados con sus fusiles FAL se trabe en una escaramuza con enemigos dotados con lo último del armamento personal, de diez disparos que logren hacer recibirán de respuesta cien. 
Todo ello, en nombre del recorte presupuestario y la supuesta ausencia de hipótesis de conflicto.

Con este marco y siendo el dinero el aparente problema para estructurar una defensa eficaz e independiente no sería extraño que ya se estén conversando posibles inversiones privadas[3] (incluyendo dineros del narcotráfico), de empresas y corporaciones privadas del rubro dispuestas a estructurar fuerzas armadas (aunque más reducidas) con amplias capacidades de operatividad, modernas y actualizadas pero, dotadas de productos de otras empresas de la industria armamentística anglosajona con lo cual, esto sería tan malo o peor que estar sin ningún fusil. 


[1] Un término que encaja muy bien en el pensamiento argentino. https://es.wikipedia.org/wiki/Anacionalismo
[2] Países como Gran Bretaña, Arabia Saudita, Emiratos Árabes e Israel, reclutan mercenarios de otras nacionalidades para las tareas más peligrosas. Muchos de estos soldados pagos son latinoamericanos. https://www.youtube.com/watch?v=6t1a6AOBFuw
[3] PENSAMIENTO ESTRATEGICO Y POLITICO. “Porosidad marítima”. Publicado el 31 de enero de 2018. http://pensamientoestraegico.blogspot.com/2018/01/defensa-y-seguridad-porosidad-maritima.html 

sábado, 24 de noviembre de 2018




EN LA MIRA



CREANDO SENSACIÓN”

La ola de denuncias y colocación de artefactos explosivos en varios lugares de Buenos Aires tiene un extraño tufo a operaciones de servicios pero ¿Quiénes están realmente detrás de estos artificios?



Por Javier B. Dal
Era inevitable no advertir que algo bajo cubierta se venía orquestando detrás de los anuncios del Foreign Office británico cuando vaticino con tanto acierto, el peligro de ataques “terroristas” en vísperas de la cumbre del G-20 en Buenos Aires. Si alguien por un solo segundo se cree que esto ha sido el producto del profesionalismo de la inteligencia anglosajona, ha estado viviendo en otra realidad y no se ha informado lo que realmente ha venido ocurriendo en los últimos diecisiete años en el mundo.

Con la comprobación acabada de quienes crearon, financiaron, armaron y encubrieron a “ISIS”[1] durante toda la sangrienta aventura lanzada en junio de 2014 y que sigue afectando a Siria, puede estarse seguro de que el terrorismo no es lo que los países centrales habían estado pregonando.

La ola de informaciones sobre actividades “terroristas” provistas por fuentes humanas de la inteligencia israelí y británica que operan en el país sudamericano, fue puesta en danza ante los medios para crear esta necesaria atmosfera de miedo que se requiere para que la opinión pública entre en pánico a la espera de “salvadores” que conjuren este peligro fabricado en los mismos cuarteles de quienes dicen combatirlo.  Pero hacía falta el hecho detonante para que todo este rosario de versiones intimidatorias y amenazantes tomara un cariz realista, pero no en el grado de los eventos que rodean al llamado terrorismo de entelequias tales como el “ISIS” o la fábula de “Al Qaeda”.

Se hacía necesario justificar el masivo despliegue de fuerzas militares y de inteligencia extranjeras que ocupan no solo la capital sino gran parte de la provincia de Buenos Aires.

Pero ¿Cómo recrear un evento de semejantes características en un país como Argentina, en donde es inexistente el conflicto inter étnico o interreligioso en el Islam local? ¿Cómo recrear algo que sea medianamente impactante y creíble? Sin dudas que quienes realmente han estado detrás del atentado en el cementerio de la Recoleta, vieron en los lumpen “anarquistas” locales, los mejores candidatos para crear un acto estruendoso, aunque bastante chapucero, orientado a sembrar el terror entre los vecinos de éste conservador barrio capitalino. Cualquier agente de inteligencia podría aseverar sin ningún tipo de escrúpulos que a esos “anarquistas” se les recluto y pago con unos pocos gramos de estupefacientes, haciendo mofa de la calidad organizativa de estos “antisociales”. Si hacía falta un poco de agitación para dar inicio a la psicosis colectiva, estos eran los mejores candidatos para ese fin.  

Pese a que la pareja que coloco unos explosivos caseros realizando una manipulación notablemente amateur, la elaboración de esos tubos explosivos llaman mucho la atención en cuanto a su diseño, muy semejante a los que elaboran los militantes extremistas de la supremacía aria estadounidenses, que actualmente vienen siendo una noticia de primera plana en la sección “Terrorismo doméstico”.

Pero como se sabe, las agencias de inteligencia no actúan con sus propios elementos; o al menos no siempre. En la mayoría de las veces se apoyan en sujetos locales o incluso con terceras agencias para realizar los trabajos más sucios. Los británicos son recurrentes participes del juego sucio a nivel internacional y siempre están allí donde sus colegas estadounidenses los requieran. Pero no hay que olvidar que el MI-6 británico (y sus colegas del área electrónica GCHQ)   mantiene también relaciones con otras agencias con amplio prontuario en esos negocios. Tiene como uno de sus aliados más operativos al Mossad israelí, claramente activo dentro de la región. 
Igualmente no hay que dejar de lado que son los estadounidenses quienes tras el telón, realmente manejan la batuta.

Si eso no bastaba, se buscaron otros chivos expiatorios para justificar el mega operativo de seguridad para el G-20, que se extiende mucho más allá de la capital federal. Como no podía faltar, las sospechas sobre la comunidad islámica local fueron nuevamente avivadas por una supuesta denuncia anónima que –casualmente- recibió por el mes de enero la DAIA y que tras haberla trasladado a las autoridades federales locales, recién en noviembre (tan solo hace unos días) determinan que supuestamente aquella –presuntamente- tenía fundamentos. Pero ¿Realmente tiene algún asidero esa denuncia? Desde el inicio cualquiera advertiría que no.

Dos jóvenes de Floresta eran sindicados como “terroristas” por su ascendencia árabe y de confesión islámica. La caza de brujas al ruedo nuevamente! Una demostración más del racismo islamofobo que se oculta tras caretas de organizaciones y sujetos de impostada honestidad dentro de la sociedad argentina.  Esto ya se viene viendo desde los atentados a la embajada de Israel y la AMIA, cuando –maliciosamente- se hizo de los árabes y musulmanes locales, aunque sin pruebas, los sospechosos obligados de turno. 

Y ello no sorprende en nada. Son los mismos acusadores de ese entonces quienes hoy tratan de reeditar la estigmatización y la persecución contra una comunidad local. A la par de estas jugadas sucias que se enmarcan en “operaciones psicológicas” van los periodistas militantes y obsecuentes con esa ideología venenosa, intentando crear la atmosfera direccionada a tener los culpables a la mano para el caso de que pase algo.
Nada hay de casual en esto y es por ello que los argentinos deben estar alertas ante posibles intentos de manipularles usando como marco, la cumbre que se celebrara próximamente en Buenos Aires.

Esto no sorprende. Se sabe que estos sectores como la DAIA y la OSA (Organización Sionista Argentina), así como también un extenso grupo de periodistas (especialmente los que se arrogan decir la pura verdad ), actores e intelectuales abiertamente sionistas, están a la cabeza de esta militancia venenosa, trabajando desde hace décadas codo a codo –y claramente no ah honorem- con la agenda internacional de la embajada de Israel, tratando en todo momento de degradar la imagen del Islam y en especial, tratando de tapar con desinformación y campañas de beneficencia aduciendo moralidad (aludiendo a frases tales como “hacer un mundo mejor”), los latrocinios y las criminalidades que Tel Aviv ha cometido y sigue cometiendo con total impunidad contra la población árabe de Palestina, el Líbano y otros vecinos árabes, y que hoy por hoy –para su molestia- son de conocimiento público.  

En estos medios, poco o nada se dirá sobre aquellas realidades y mucho menos, darán a conocer las posiciones políticas de  sus protagonistas. El descaro de estas empresas informativas (como ser A24, La Nación, Infobae , etc) ya han cruzado todos los límites de la credibilidad siendo funcionales en la creación de estas sensaciones.

Con respecto al Líbano, “Hizb allah” (Partido de Dios) para Tel Aviv y los sionistas en general (que no suelen ser precisamente judíos), es una obsesión difícil de olvidar. Todos los intentos de invadir al Líbano o de crear discordias internas fracasaron gracias a la milicia chiita.  Es por ello que buscan por cualquier medio, acusar a éste movimiento armado pero también político, como el artífice de todos los males incluso, acudiendo a discursos contradictorios cargados de argumentos ridículos e incoherentes como lo han expuesto personajes alineados con el ideario mesiánico como la diputada Elisa Carrió cuando llego a equiparar a “ISIS” –un embuste de la CIA y sus aliados- con el partido chiita libanés.    

Son muchos afortunadamente quienes ya desde hace tiempo no se dejan engañar, incluso dentro de la misma comunidad judía local donde hay un profundo debate por la confusión creada por estas políticas teñidas de sangre. Y es por ello, que tras esta ola de chapuzas,  hay una seria preocupación por la creación deliberada de un acontecimiento, de un hecho impactante que busque ahondar la estigmatización y la persecución que ya vienen impulsando desde hace tiempo pero que, tras el 11 de septiembre de 2001 –con las nefastas consecuencias vistas en Afganistán, Iraq, Libia y Yemen-, han aprovechado para reforzar y mantener latente mediante los variados recursos e influencias de las que disponen.


[1] PENSAMIENTO ESTRETEGICO Y POLITICO.com. “ISIS: últimos episodios”. http://pensamientoestraegico.blogspot.com/2015/12/en-la-mira-isis-ultimos-episodios.html;  SPUTNIK.com. “Lavrov: Washington considera a ISIS como su aliado en la lucha contra el gobierno sirio”. Publicado el 24 de noviembre de 2018. https://mundo.sputniknews.com/orientemedio/201811241083658524-acciones-de-eeuu-en-siria-contra-gobierno-legitimo/  

domingo, 18 de noviembre de 2018


EN DEBATE



HAY VIDA DESPUÉS DE MACRI”

¿Es posible el renacimiento de un país soberano con capacidad para hacer valer sus propias políticas o, la suerte de Argentina está echada?



Por Charles H. Slim
Aunque parezca algo trillado y hasta un ejercicio del sentido común, el actual estado de cosas que gobiernan a la Argentina no durara mucho e incluso es posible que ello sea más breve que pasadas experiencias. En particular nos referimos a la escuálida situación de sus Fuerzas Armadas en momentos tan peligrosos de álgidos conflictos en puerta tanto a nivel internacional entre las grandes potencias como a nivel regional, dentro del mismo continente.

Pese a que se sabe que EEUU y la Federación rusa tienen un simulado enfrentamiento político militar, ninguno de ellos baja la guardia y a cada momento van incrementando sus capacidades ofensivas no convencionales. No olvidemos la demostración de poder que hizo Rusia a comienzos de año con la presentación de sus nuevos sistemas de misiles intercontinentales clase “Avangard”[1] que tienen un alcance ilimitado.
Pero sabemos que entre ellos no habrá choque, no al menos directo.

Una vez más y como lo supimos ver en las épocas de la guerra fría, terceros países llevaran adelante los conflictos bélicos en representación de cada una de estas potencias, volviendo a revivir la vieja dinámica de países satélite usados como peones de los países centrales. Corea en la década de los cincuenta, Vietnam en los sesentas, el Medio Oriente en los ochentas y noventas hasta nuestros días, son los ejemplos más emblemáticos. Así vemos como se están armando nuevos escenarios para llevar adelante sus nuevas disputas y Argentina no sería la excepción. Ello lo estamos viendo en rededor de Venezuela con la continua injerencia de EEUU y la OTAN –entre otros actores menos visibles- que además de fabricar argumentos políticos y mediáticos del supuesto peligro del “régimen de Maduro” continúan armando a Colombia, para que en cualquier momento las tropas colombianas se lancen a una cruzada por la “democracia y la libertad” de su vecino…como en Iraq, Afganistán y libia.

¿Y cómo se encuentra la Argentina en medio de esta bacanal belicista en la región?

Durante décadas la clase política –sin importar la extracción ideológica o partidaria- encargada de administrar los recursos del estado, hizo de la defensa uno de los sectores más recortados y postergados de la vida institucional del país y todo ello, por pruritos meramente ideológicos que llegaron a los limites más insospechados de la inconsecuencia y la estupidez. En este último sentido vimos como bajo el argumento de los DDHH y de pacifismos naif, se fueron desojando los cuadros de oficiales y profesionales de las tres armas mientras que al mismo tiempo, se  abrían las puertas a las amenazas estratégicas del país materializadas en la penetración del narcotráfico, del contrabando de toda índole, el reequipamiento militar chileno (provisto por EEUU y Gran Bretaña) y el reforzamiento de la presencia británica en el Atlántico sur.

El desmonte de la industria armamentística nacional fue una de las consecuencias de ello (TAMSE y el desarrollo del Misil Cóndor). Como bien sabemos lo que hoy se ve con tan notable crudeza, había sido silenciosamente consentido por el gobierno de Menem y Cia mediante la firma de los Tratados de Madrid de 1990 y que todos los gobiernos venideros, refrendaron con su silencio. En resumidas cuentas, Londres obtuvo un acuerdo por el cual se aseguraría la indefensión argentina para ir creciendo en lo referente a los planes por ampliar su control geoestratégico en el Atlántico sur que no se limitara a las islas Malvinas y el archipiélago circundante  sino que incluye, una proyección territorial sobre la Patagonia.

El hundimiento del submarino “ARA San Juan” y el claro encubrimiento del hecho, fue sin dudas consecuencia de aquel pacto. Y aunque casualmente hace unas horas haya aparecido a 800 metros[2] los restos casi intactos del submarino, todo el tiempo transcurrido ayudó  a aquellos propósitos. En este sentido volvamos a preguntarnos ¿Tiene la Armada Argentina capacidad operativa para rescatar al submarino? Y de ser así ¿Hay decisión política para pesquisar lo que realmente le ocurrió y determinar responsabilidades? La respuesta para ambas es negativa.

Durante décadas la mayoría de la población argentina y una parte importante de la capitalina (ya que suele decirse que Dios atiende en Buenos Aires) ignoraba esta situación, aunque si también hay que decirlo, ayudaron con su característica pusilanimidad a legitimar éste estado de cosas. Igualmente, el tiempo pasa y hoy todo está a luz del día y aunque ante las evidencias de semejante situación muchos se horroricen, lo cierto es que este gobierno no hará nada por romper con ese pacto de debilidad al que Menem y sus peronistas neoliberales –muchos de ellos reciclados como populistas- ligaron al país. Y no se engañen al pensar que un regreso al “Kirchnerismo” cambiara algo ya que fueron ellos una parte importante en catástrofes como la señalada arriba.

Igualmente ello no será para siempre. Existen alternativas para que Argentina logre recuperar sus capacidades defensivas a niveles respetables, pero para ello hace falta decisión política independiente, algo que hoy no hay en la clase política nacional. Y este momento no podía ser el mejor para comenzar con la tarea. Se está viendo como EEUU se ve complicado en el Medio Oriente con  la pérdida de influencia política y militar en sitios como Iraq, Siria y seriamente cuestionado en Arabia Saudita, altamente complicado en Afganistán donde no hay un solo momento de respiro para sus tropas –pese a las operaciones de contrainsurgencia de la CIA-

A contrario de ello, vemos como la industria aeroespacial y de armamento pesado ruso avanza exitosamente en el mercado internacional, ingresando a plazas que antes estaban cautivas de la industria militar estadounidense y de la Unión Europea. Muestra de ello fue la expo “Army 2018”  realizada a finales de agosto último en Kubinka, a las afueras de Moscú[3]. Los principales motivos para esto ha sido sin duda la demostración de un notable avance en los sistemas de armas tanto defensivas como ofensivas (comprobadas en escenarios reales), que tras los fastidiosos fracasos de productos norteamericanos, muchos de sus países clientes no han dudado en reemplazarlos por los novedosos paquetes que ofrece la industria rusa (Caso de Turquía y Arabia Saudita).

La misma posibilidad debería aprovechar la Argentina, máxime si se halla en un completo abandono en lo que hace a su situación geoestratégica, que la ha dejado expuesta al control de las políticas extranjeras que sin dudas tienen otras agendas muy diferentes a la de Buenos Aires. Sabemos que el gobierno de Macri es una extensión de aquellos intereses foráneos, pero la llamada “oposición” encabezada por Cristina Fernández es la cara de la misma moneda, por lo cual, si no existe una verdadera alternativa política que refunde las bases de un país con políticas propias (no manejado por intereses financieros) en pocos años éste país solo será un simple territorio para repartir entre aquellos.




[1] RT.com. “Como un meteorito”: Putin presenta nuevo misil Avangard”. Publicado el 1 de marzo de 2018. https://www.youtube.com/watch?v=3tYp6LDd94c
[2] LA NACIÓN.com. “ARA San Juan: Para la juez, el, lugar del hallazgo tira bajo tierra un montón de elucubraciones”. Publicado el 17 de noviembre de 2018. https://www.lanacion.com.ar/2192758-ara-san-juan-jueza-lugar-del-hallazgo 
[3] ASIA NORTHEAST.com. “Rusia presenta sus novedades en armamento militar, un negocio en auge”. Publicado el 3 de septiembre de 2018. http://asianortheast.com/rusia-presenta-sus-novedades-en-armamento-militar-un-negocio-en-auge-i/

miércoles, 14 de noviembre de 2018



EN LA MIRA




G-20 Y ¿EL REGRESO AL PRIMER MUNDO?”

Entre la ilusión y la estupidez. Qué es lo que realmente puede significar el desarrollo de esta cumbre y a quiénes realmente beneficia



Por Charles H. Slim
Hace casi ya treinta años atrás la Argentina entraba en un nuevo ciclo de su vida política,  insertándose supuesta-
mente en lo que el gobierno de Carlos Saúl Menem llamaba el “Primer mundo”, donde –supuestamente-  tienen cabida los países competitivos, confiables y desarrollados que se enriquecen a base de sus economías pujantes y de expansión. No hizo falta mucho tiempo para ver lo que significaba aquello y las consecuencias de aspirar a esa categoría. Aquellos no eran ni competitivos, menos aún confiables y su desarrollo real se basa en la expoliación a mano armada sobre los recursos ajenos (Primera guerra del Golfo 1991). Los supuestos beneficios de ser obsecuente con EEUU y Gran Bretaña dejó un país desindustrializado, en vías de desarme y más endeudado.

Hoy el escenario se repite solo que matizado con las actuales circunstancias que encuentran al país en una verdadera encrucijada político-social y económica que lleva a cuestionar su propia supervivencia como un estado soberano. Si la situación del país ya venía siendo endeble tras doce años de políticas internamente desintegrativas de un gobierno inepto, la toma de deuda al FMI para garantizar el pago de deuda a los tenedores de bonos internacionales, lo ha empeorado a los niveles más críticos.

La celebración de la próxima cumbre del G-20 en Buenos Aires ha sido presentada por el mismo presidente Macri y los medios obsecuentes, como una señal de respaldo del mundo al proceso de reordenamiento que su gobierno estaría imprimiendo a la situación del país. Este punto de vista no sería tan chocante sino fuera visible la real situación en la que se halla tanto el estado internamente (particularmente en su situación de la economía doméstica), como su delicada situación geopolítica caracterizada por el irresuelto problema de la ocupación británica en el Atlántico sur y la injerencia de fuerzas militares y de inteligencia externas dentro del territorio continental.

Con este contexto, hablar de cooperación destinada a desbloquear las tensiones comerciales que afecta a varios de los miembros del grupo, claramente no es aplicable a las relaciones entre Buenos Aires Londres, más allá de los escandalosos y obsecuentes gestos por agradar a “Downing Street 10”.  En este último sentido, la muy rechazada táctica del gobierno de borrar de los mapas oficiales a las islas Malvinas para no molestar a Londres no ayudara a borrar ni menos aún resolver lo que los británicos han hecho y siguen haciendo en la región (Como es, la explotación ilegitima de la pesca, la exploración minera ilegal y cobro de canon de paso por mares australes).

Similar o tal vez peor que Menem, el actual gobierno impulsa una política de “no país” en la que no existe la más mínima critica u oposición a las directivas que desde los centros de poder a los que ideológicamente adscribe. La influencia de políticas ajenas a los intereses nacionales, subyacen en forma escandalosa sin que ello despierte más que algún insulto o declaraciones meramente actuadas de personajes del insípido campo nacional. Esto último puede comprobarse a simple vista con las fiestas que ocasionalmente se realizan en las embajadas de EEUU, Gran Bretaña e Israel convertidas en verdaderas pasarelas de besa manos de los políticos locales.

Como se sabe, Argentina no está en capacidad de proveer seguridad al evento y desde la asunción de Macri ya se habían acordado el despliegue de grupos de tareas (inteligencia) y fuerzas militares extranjeras bajo el pretexto de proteger a los mandatarios, quienes podrían verse amenazados por el peligro terrorista. Ya hemos visto como en la última semana un informe de inteligencia advierte de un posible acto terrorista contra la primer ministro Theresa May; que conveniente ¿No?.

En el campo financiero, el país es una bomba a punto de estallar y para colmo, los “expertos” que deben desarmarla –al parecer- han cortado el cable equivocado con lo cual, pese a que el reloj del detonador ya no funciona la bomba aún continua activada (Crisis cambiaria). Aunque varios de los críticos de  ayer hoy aplauden su solicitud de fondos al FMI, aún no se han calmado los remesones cambiarios y el dólar podría saltar en solo unos días por encima de los 40 pesos agravando aún  más la ya insoportable inflación. Si Mauricio Macri ha creído que pidiendo un préstamo usurario al FMI sacaría de apuros a su país ciertamente deberían enviarlo a un psiquiatra salvo que, ello haya sido una decisión deliberada, teniendo como verdaderos beneficiarios de este préstamo no al país y a sus habitantes sino, a los tenedores de bonos que encima no son argentinos.  En este último sentido, los únicos que se benefician de estos negocios financieros que sustentan a los corruptos que secundan al gobierno, son la “cleptocracia” que –amparada por las administraciones de la Casa Blanca- dirige los asuntos desde Wall Street.

Es por ello, que la próxima cumbre G-20 que se desarrollara en Buenos Aires, no es ninguna ventaja o trae consigo algún beneficio real para los intereses argentinos, sino y tal vez todo lo contrario, traiga una catarata de consecuencias producto de algún globo de ensayo a probar en suelo argentino.