viernes, 22 de marzo de 2019


EN LA MIRA



“¿DOS SAYAN EN BUENOS AIRES?”

Quiénes son realmente los supuestos iraníes que ingresaron al país el 12 de marzo pasado. Se trata de una célula terrorista o de un equipo de atacantes de una agencia de inteligencia israelí?


Por Dany Smith
Tan solo hace una semana, los medios capitalinos argentinos lanzaron un extraña primicia que confundía a los de por sí, desprevenidos ciudadanos porteños quienes acostumbrados a los estereotipos que su propia idiosincrasia los ha formado y que los medios explotan con frecuencia, no lograban entender de qué se trataba aquella confusa noticia referida a la detención  una pareja de supuestos ciudadanos iraníes con pasaportes ¿israelíes?

Una pareja de ciudadanos de supuesto origen iraní quienes dijeron llamarse Mashoreh Sabsali y Sajjad Sameil Naserani llegaron al país el 12 de marzo último y tras pasar sin problemas por la aduana, se instalaron en unos días en varios hoteles de la capital. Sin dudas que este comportamiento despertó sospechas. Obviamente el hecho no pasó desapercibido para los partidarios de Israel quienes, por espacios mediáticos facilitados por sus paisanos  ya sentenciaban con total desparpajo “seguro que son terroristas”.

Aparentemente el éxito de la AFI por detectarlos radico en el funcionamiento de un sistema proveído por Interpol (SICAM) que advirtió “inconsistencias” en ambos pasajeros cuando embarcaron en España.  Hasta ahí todo parece muy claro. Pero lo cierto fue que al llegar a Ezeiza, pudieron pasar los controles por una aparente “falla humana” o ¿Tal vez hubo órdenes de dejarlos entrar? Pero la avidez de la inteligencia argentina –que coopera con EEUU e Israel- habría comenzado un seguimiento para detectar alguna anomalía en sus desplazamientos en Buenos Aires.

Esta noticia justamente fue lanzada en momentos de cumplirse 27 años del ataque a la embajada de Israel, una causa que además de estar plagada de contradicciones e inconsistencias, mantiene al día de hoy dividida a la misma comunidad judía entre quienes aceptan de pie juntillas la versión oficial de un “coche bomba” conducido por un suicida (del cual no apareció nunca una sola pista de su existencia) y la de quienes ven además de la complicidad del entonces gobierno argentino, la mano negra  del gobierno israelí por cuestiones estrictamente políticas.
Esta última postura que obviamente es rehuida por dichos sectores y claro, por los medios convencionales, rompe el esquema panfletario estigmatizante de poner sobre los musulmanes, todas las sospechas por actos como estos.

No hay que olvidar que uno de los argumentos que recurrentemente presentan los partidarios del “ataque de origen islámico” refieren a la mano “árabe islámica”, que tras años de infundios y falsos trascendidos mediáticos que ponían las culpas sobre la OLP palestina, la “Jihad Islámica” (estigmatizando tangencialmente a la comunidad árabe islámica local), a Siria y hasta supuestas células nazi argentinas, ante la esterilidad y total falta de sustentabilidad de aquellas versiones, terminaron novelando (con la ayuda de falsos informes de la CIA y el Mossad) como culpables a “Hizb´allah” libanés con la supuesta anuencia política de Irán. De esta manera, ver cómo dos sujetos que se identifican como iraníes con pasaportes israelíes, luce claramente extraño o incluso podríamos decir, sospechoso.

Es por ello lo extraño de este episodio. El mismo tiene un raro olor a embuste y por el momento en que se lleva adelante este hallazgo, es posible que se trate de una mera acción distractiva y nada más. Esta pareja de supuestos iraníes –dado de que no se confirmó que lo fueran-, la cual argumento que habrían escapado de Irán (posiblemente por ser disidentes), nadie se preguntó ¿Por qué lo harían, son acaso activistas políticos contrarios al gobierno, son meros delincuentes que iban a ser encerrados por delitos cometidos en Irán o tal vez, miembros de alguna organización armada financiada por Washington como los “Mujaheedin Al Kalq”?

Además, se sabe en los círculos de la Comunidad de inteligencia, que desde hace décadas que la inteligencia israelí (como la CIA y el MI-6) usan lo que se denominan “agentes negros”, es decir, sujetos provenientes de los países enemigos a quienes reclutan y encargan misiones demasiado arriesgadas para que las lleven a cabo sus propios agentes. Serían parte de lo que Israel denomina “Sayanim”[1], si ellos fueran en realidad judíos de origen persa. Caso contrario, si solo se tratase de no judíos sean de la nacionalidad que en realidad fuesen, entrarían dentro de la categoría de los llamados “agentes negros”.

De este modo, estos “agentes negros” logran infiltrarse hasta el corazón del objetivo y traicionando a sus propios congéneres, ejecutan la misión encomendada. Un solo ejemplo de este empleo se vio con los asesinatos de científicos iraníes en 2009, llevados a cabo por una red de criminales locales pagados por el Mossad.

Para que estos agentes lleven adelante estas acciones, (además del dinero y los contactos) se les provee de identidades falsas, proporcionándoles los pasaportes que, como  en el presente caso, se hace muy extraño que hayan podido ser “robados” en Israel. A nadie que conoce de la historia de los manejos de la inteligencia israelí puede creerse que a Tel Aviv le birlaron un par de pasaportes que para colmo, estaban a nombre de agentes de inteligencia israelíes.

Ante esto hay que cuestionarse ¿Cuál sería el propósito para ingresar en Argentina con estas identidades? Pues está muy claro que hay que –ante un nuevo aniversario- seguir metiéndole en la cabeza a la opinión pública, que “fue Irán el autor de los atentados” y que ellos son una amenaza “para la Argentina”, aunque no haya una sola prueba de ello. Y es que siempre ha sido -como parte de la guerra psicológica-  muy útil lanzar una cortina de humo en momentos que se cumple un nuevo aniversario del ataque a la embajada de Israel, para mantener en vilo la versión oficial y a su vez distraer sobre las reales implicancias que tuvo la inteligencia israelí por aquel entonces y sus conexiones locales, algo que de un tiempo a esta parte ha puesto muy nerviosos tanto a los funcionarios en Tel Aviv como a los militantes sionistas locales. 

No se trata de meras especulaciones o de posiciones “antisemitas” como cancinamente acusan los sectores alineados al sionismo que –y vale recalcarlo- no son precisamente representativos del judaísmo, sino de una idea política mesiánica que desde hace tiempo y por estas horas da pábulo de horror por la entidad de sus crímenes en contra de la población palestina y en particular sobre la Franja de Gaza.

Sin dudas y como lo han expuesto algunos valientes investigadores[2], el atentado de la embajada pudo ejecutado con el conocimiento de la contrainteligencia (Shin bet) y el silencio del Mossad israelí. Entonces ¿A quién fue dirigido el ataque y cuáles fueron sus verdaderos propósitos políticos? Como bien señalan algunos, fue sin dudas una de las llamadas “operaciones de falsa bandera” a costa de la ciudadanía argentina, aprovechando la vulnerabilidad y el ya por aquel entonces, descalabro de la seguridad y la inteligencia del estado.

Quienes ejecutaron este ataque, usaron la lógica de la guerra buscaron el punto más vulnerable y más conveniente para enviar un mensaje escrito con sangre; y la pregunta es ¿Para quién? Para saber a quienes estaba dirigido, debemos situarnos en aquel contexto y en ese mismo instante que se produce este crimen que se caracterizaba por una profunda y cruda lucha intestina entre los ultraderechistas judíos encabezados Yisack Shamir que no querían un acuerdo de paz con la OLP y los moderados encolumnados detrás de Yisack Rabin, cada uno de ellos, seguidos por poderosos sectores del mundo financiero y económico.

Así como estos bloques políticos y sus adeptos se hallaban separados por este tema, las estructuras de los temibles cuerpos de inteligencia y seguridad israelíes, llámense Shin Bet, Shabak, Mossad y sus células exteriores también estaban fuertemente polarizadas por este conflicto. Un ejemplo de ello era el entonces jefe del “Shin Bet” Shabtai Shavit, conocido por su oposición tajante a llegar a un acuerdo con los árabes, quien haría cualquier cosa por arruinar las posibilidades de un acercamiento con Yasser Arafat y el resto de la OLP.

Todo esto siempre fue guardado bajo la alfombra y de ese modo se engañó deliberadamente y manipulo vilmente a la opinión pública argentina. Pero eso parece estar cambiando de un tiempo hasta esta parte con las publicaciones de investigaciones y tesis que demostrando incoherencias, contradicciones y falsedades de la versión “oficial” siempre habían sido rehuidas de explicar tanto por funcionarios israelíes como funcionarios políticos de la comunidad en Argentina.

Es por ello que la aparición de esta “extraña” pareja que ya está confirmado que no son lo que dicen ser y mucho menos lo que aparentaban ante los ojos del desprevenido público, pone sobre el tapete algunas inquietudes referidas a lo que casi al mismo tiempo ocurría en Nueva Zelanda con aquella horrible masacre de cincuenta musulmanes en dos mezquitas ¿Acaso también se había diseñado una masacre similar para recrear una atmosfera de terror que ya existe en otras regiones? Y si fuese ¿Quiénes son los que salen beneficiados?


[1] RED VOLTAIRE.org. “Los sayanim, ciudadanos comunes y corrientes que colaboran con el Mossad por patriotismo”. Por Silvia Cattori. Publicado el 26 de abril de 2012. https://www.voltairenet.org/article173893.html
[2] PAJARO ROJO. Com. “Embajada de Israel. Enésima maniobra de distracción..”. Publicado el 17 de marzo de 2019. http://pajarorojo.com.ar/?p=41843

miércoles, 20 de marzo de 2019


EN DEBATE



“MALVINAS Y LA GEOESTRATEGIA GLOBAL”

El contrasentido de las políticas de la Casa Rosada y el abandono del papel estratégico del atlántico sur y en particular de las islas Malvinas


Por Charles H. Slim
Pasados 37 años de la guerra por las islas Malvinas y su archipiélago circundante, aún no surge a la vista algún plan argentino para establecer una postura propia ante el claro despliegue de estrategias foráneas que están acorde a los desafíos actuales en un mundo mucho más complejo y peligroso. Pese a la actual política de acercamiento a cualquier costo que impulsa la Casa Rosada hacía el Foreing Office en Londres, la cuestión de la soberanía de las islas del Atlántico sur y de sus aguas adyacentes, la Argentina no logra articular una geopolítica coherente a sus propios intereses estratégicos. Para algunos es simplemente una estrategia basada en la cordialidad a largo plazo y para la mayoría de los argentinos un renunciamiento imperdonable. A la par de esta ausencia de políticas de estado tendientes a formar un planeamiento para atender los intereses nacionales, los británicos no han detenido sus actividades –tanto militares como las económico y comerciales- tendientes a ampliar su influencia no solo ya en el archipiélago, sino sobre la Antártida y la Patagonia argentina.

Lo más contradictorio de todo esto, es que ha sido el mismo gobierno argentino (con la cooperación de un sector de la sociedad) quienes les han abierto las puertas de par en par para que –entre otros- los británicos entren como en su casa y digiten los aspectos de la política exterior e incluso algunos de los más sensibles de la política doméstica. Nadie puede escandalizarse con esto ya que, no hay que olvidar la situación a la que el gobierno de Carlos Saúl Menem sometió a su país al –entre otras cuestiones mediante los Tratados de Madrid de 1990- entregarle el control operativo (obviamente encubierto y muy callado durante más de una década) de las Fuerzas Armadas de su país. 

Sin lugar a dudas, la desgracia del “ARA San Juan” acaecida en noviembre de 2017 es parte de esto y aunque la jueza de Caleta Olivia haya hecho su parte en tapar las pruebas que revelan una acción hostil sobre el submarino, hoy son pocos los que creen que se haya tratado de un accidente por el defectuoso estado de la nave.

Con esto en consideración, se advierte que no hay nada nuevo en el espectro de la política nacional. La improvisación y la carestía en materia de defensa continuara, en apariencias,  sin cambios. Con ello y en vistas de las próximas elecciones, no se advierte ninguna fuerza novedosa y menos aún con coraje político para proponer una reestructuración del país cortando con estos lazos invisibles que como en lo económico (con el FMI) mantienen inermes y en un estado de completa indefensión.

En este marco, cualquier tipo de proyecto de desarrollo de una geopolítica propia es imposible. Por el contrario y a la par de esto, otros actores si están en curso de fortalecer y otros de iniciar políticas activas para llevar adelante sus propias iniciativas de expansión de geopolíticas tendientes a controlar uno de los puntos más determinantes desde el punto de vista estratégico del planeta como es el Atlántico sur.

Para los británicos que se hayan en una pulseada interna entre si continúan bajo la égida de la Unión Europea (especialmente por las conveniencias del tráfico económico y mercantil) o adoptan definitivamente el Breixt, el control del archipiélago y sus aguas es una cuestión estratégica  para dominar una importante ruta marítima en el hemisferio sur que además, contiene en su extensa plataforma, riquezas minerales y energéticas (gas, carbón y petróleo) incalculables. 

Desde otro ángulo, la OTAN también tiene interés en que los británicos sean quienes controlen la zona, no porque sean parte del tratado solamente, o los consideren sus legítimos poseedores o cosas por el estilo; su fundamento pasa por el hecho de que en Malvinas se halla una de sus principales estaciones de antena para el control y posicionamiento global de sus despliegues operacionales. De ese modo, Bruselas puede monitorear toda la región e incluso intervenir las comunicaciones de todo espectro y de cualquier país de la región a voluntad.

Es por ello que los estadounidenses  (Comando Sur) están operando con mucha regularidad en la zona que se ve facilitada por la ayuda que les proporciona Chile por el corredor bioceánico del estrecho de Magallanes. 
En lo que hace a su presencia en territorio continental argentino, a las bases prexistentes se sumó la que se está instalando en la provincia del Neuquén, una señal más de la debilidad en el que se halla el país. Sobre esto recordemos, que el anterior gobierno nada hizo por tratar de mejorar las capacidades de las Fuerzas Armadas por lo cual, al quedarse en la mera retórica con posicionamientos meramente ideológicos desde una estéril UNASUR sin adoptar medidas realistas como si lo hizo Venezuela, se entiende la cronicidad de la situación y la falta de avances en su cambio.

Para ello, la política oficial de la Casa Rosada ha quitado relevancia al tema y hasta ha entregado con notable desparpajo el ejercicio de la soberanía a los buques y aviones británicos que pasan sin la menor objeción o amenaza por parte de la jurisdicción antes argentina. Para tapar esto, nada mejor que ventilar hechos y crónicas baladí impulsadas desde el espectro mediático empresarial que se encarga a toda hora, por entretener y distraer con sandeces a una opinión pública agobiada por una crisis económica doméstica y el crecimiento de la inseguridad urbana, siendo hoy por hoy la mejor cortina de humo para calmar las ansiedades el desarrollo de las próximas elecciones.

Pero mientras esto sucede, desde el Atlántico y podemos decirlo bien, desde el otro lado del océano, los estrategas y analistas militares de países como Rusia y China estudian con profundidad el desarrollo de una política geoestratégica para el Atlántico sur y la Antártida (ocupada por Gran Bretaña) entonces, en aquellos gobiernos habría surgido un cuestionamiento que lleva a hacerse la siguiente pregunta ¿Con quiénes deberán tratar para poder desarrollar actividades o establecer rutas marítimas en dicha zona, con Buenos Aires o Londres?

Y  aunque la pregunta incomode a la Casa Rosada, ella es clara. Si geográficamente es Argentina quien (pese a la guerra de 1982) debiera tener el ejercicio exclusivo y soberano de su jurisdicción sobre dicha zona pero, es el mismo gobierno argentino quien parece haber renunciado “oficialmente” a dichos derechos en favor de Londres y tangencialmente de Bruselas (Sede de la OTAN), los gobiernos de Moscú y Pekín no ven con  claridad quienes jurisdiccionalmente  son los que ejercen el efectivo control. Los chinos con su base en “Bajada del Agrio” (Neuquén) al menos ya están en camino.

Desde el punto de vista de los hechos, son los británicos y sus aliados regionales quienes ejercen de facto el control jurisdiccional, económico y político de las aguas y el espacio aéreo que rodea al archipiélago y que desde la asunción del gobierno de Cambiemos se han extendido hasta las costas del continente.

Desde el punto de vista del derecho, la posición de Argentina es indiscutible y no hay forma que Gran Bretaña ante los foros internacionales  pueda rebatir las reclamaciones históricas de Buenos Aires. Igualmente, el único fundamento que sustenta la actual situación de las islas y de las aguas circundantes es el monopolio de la fuerza y la presencia de facto que detentan los británicos quienes cuentan para moderar el impacto diplomático y mediático con el apoyo de entre otros de Israel.
Igualmente si Moscú como ha sido históricamente, un coherente interprete de la ley internacional y solo reconoce a la Argentina como el legítimo titular de los derechos soberanos de las aguas y el archipiélago del Atlántico sur, su agregaduría naval o una comitiva que buscara tratar con el actual gobierno argentino un posible desarrollo bilateral en cuanto hace a una geopolítica marítima conjunta en la región, chocaría con una reticencia política absoluta y una realidad material de las fuerzas armadas (en particular de la Armada) que harían inviables cualquier acuerdo.

No solo existe una pobreza material en la cuantía sino –y tal vez lo peor- en la calidad del existente,  sin un desarrollo y modernización del material empleado para las vitales tareas de la defensa y custodia del patrimonio económico-territorial y político argentino, lo que ha facilitado la cooptación del área por la adquisición y empleo de material de segunda mano (rezagos) proveído casualmente, por los enemigos del país. En este sentido, éstos mismos “aliados” para el gobierno, no han propiciado (y jamás lo harán) un programa de dimensionamiento real y eficaz de las instalaciones de la defensa –mucho menos de la marítima y aérea- no solo por el aporte de sistemas y aparatos modernos a la altura de las actuales amenazas en un campo bélico sino, por la ausencia de cualquier proyecto de desarrollo de nuevas estructuras en donde el país desarrolle sus propios potenciales.  
Igualmente como últimamente se ha sabido, la industria militar estadounidense ha venido en baja al producir proyectos de armamento altamente costoso y deficiente.

Si el gobierno fuera independiente en la toma de decisiones, libre de sus compromisos y de sus claras pulsiones ideológicas queda claro que, una cooperación o incluso una asociación con la Federación rusa en materia de desarrollo estratégico en el campo de la defensa para la construcción de puertos y su infraestructura en zonas frías como es el Atlántico sur y la Antártida, cambiaría radicalmente la posición del país e incluso de todo el cono sur, algo de lo cual (y es cierto aclararlo) demanda valor y decisión política, dos activos muy escasos o inexistentes en la corrupta clase política local.

Pese a estos obstáculos, la posibilidad existe si el gobierno argentino ingenierizara desde sus propios claustros, planes de una geopolítica de desarrollo sostenido que no estuviese sometida a las interferencias electoralistas y partidocraticas que caracterizan a cada periodo de gobierno, algo que ha resultado ser el freno y fundamento habitual del autoboicot que cíclicamente sufre el país que sin lugar a dudas, viene siendo funcional (y por ende son apoyados) a los intereses británicos, estadounidenses y de sus aliados que hoy tienen presencia física en el país y la región.

sábado, 16 de marzo de 2019


VETERANOS DE AYER




                 Los
ARCHIVOS SECRETOS DEL GOLFO”

Implicancias y riesgos documentados de la participación argentina en la primera guerra del Golfo, según informes de inteligencia iraquíes hallados por una fuente confidencial


Por Dany Smith
Cuando el Comité Revolucionario del Partido “Baas” a instancias del entonces presidente Saddam Hussein decidió escarmentar a Kuwait por el robo de petróleo que se estaba realizando en los campos de Rumailah, todas las opciones se hallaban a consideración de Bagdad. Algunos generales aconsejaron a Hussein que debía realizarse una operación relámpago, enviar algunas unidades comando para escarmentar a los jeques de la casa real Al Sabah, destruirle algunos oleoductos, sus lujosos yates amarrados en el muelle real, pero solo eso. Otros por su parte, llamaron a recuperar la soberanía total de aquel territorio (incluyendo las islas Bubiyan y Warbah)  que había sido arrebatado por los británicos en 1961 y que se mantenía desde entonces como una espina en el costado de la nación iraquí.

Pero como ha sucedido en muchas otras oportunidades, las voces de terceros en discordia se interpusieron –obviamente con deliberada intensión- e hicieron lo suyo para sacar partido de la situación y de ese modo, Iraq terminara metiéndose en una de las crisis más complejas y duraderas de la historia contemporánea. 

De este modo fue el sector de los más extremistas del “Baas”, quienes alentados por informes aportados por la CIA, los que se impusieron para que tomaran el emirato y reclamaran su soberanía ante el foro de Naciones Unidas. Con ello queda claro que las acciones del 2 de agosto ya eran esperadas en Washington aunque, solo lo sabían unas cuantas selectas personas entre ellas, el mismo presidente George H. Bush y evidentemente algún general de cinco estrellas en el Pentágono, tal como lo informan documentos secretos de la época  Directiva de Seguridad Nacional n° 45-[1].  

Aunque muchos no lo crean, en Bagdad se sospechaba de la posición de la Casa Blanca y de sus movimientos en la región. En la intimidad de reuniones del núcleo de los más importantes jefes del partido nacionalista árabe “Baas”, Saddam intercambiaba puntos de vista con su vice Ibrahim Izzat Al Duri, quien tras haber sido el representante en las conversaciones de Jeddah, sobreviviría años después a la invasión y posterior ocupación anglo estadounidense.

Durante las conversaciones en Jeddah, Arabia Saudita (por mediados de Julio de 1990), los norteamericanos monitorearon de  cerca la evolución de las mismas y se aseguraron de que la delegación iraquí no aceptara condicionamientos haciéndoles creer que estarían de su lado hasta las últimas consecuencias. Igualmente tanto Saddam como el círculo más estrecho del partido “Baas”, no terminaban de asimilar esa condescendencia. Todos coincidían en que los norteamericanos tenían información pormenorizada de todas las áreas estratégicas de Iraq y en particular las de Bagdad y era por ello, que el Mutkhabarat  (Inteligencia) cambiaba constantemente las rutas de viaje de Saddam y de los más importantes ministros de gobierno para evitar intentos de asesinato o sorpresivos atentados.  O incluso se cambiaban con regularidad los asientos de los comandos de operaciones de mando y control de la Guardia Republicana desde donde se coordinaban los movimientos de tropas en los cuales, durante la guerra contra Irán habían sido visitados por funcionarios y militares estadounidenses. Y la explicación era simple, “jamás confiaron en los estadounidenses”.

Y es que lo iraquíes no estaban errados ya que, cuando se corrió un rumor de que una fuente iraquí le había dicho a un experto en petróleo norteamericano que “en una semana Iraq estaría protegiendo a los kuwaitíes” y este a su vez llevó su preocupación al gobierno federal en Washington, el Departamento de Estado por intermedio de sus funcionarios le aseguró que no había de que preocuparse por que “ellos conocían todas las actividades de los iraquíes”; y ciertamente que las conocían ya que el sistema ELINT (a cargo de la NSA) y la inteligencia electrónica provista por los aviones AWACS no podían obviar el cuantioso movimiento de tropas iraquíes.

Cuando la crisis fue llevada ante Naciones Unidas[2], Bagdad siguió de cerca la evolución de los acontecimientos, tanto los que allí se desarrollaban como los que al mismo tiempo se estaban produciendo dentro de la región misma del Golfo del Golfo Pérsico.  Allí mismo, en el terreno desde ese mismo 2 de agosto comenzaron los cambios y los movimientos se precipitaron especialmente, mediante las incursiones de reconocimiento tanto de las agencias de inteligencia occidentales –con EEUU a la cabeza[3]- como la de los iraquíes y sus grupos aliados.  Desde el estrecho de Ormuz hasta la misma península de “Fao”, se desarrolló una intensa lucha clandestina por tratar de mantener un control predecible de los acontecimientos en las poblaciones árabes-islámicas de la región que para esos momentos se veía seducida por la figura de Saddam.

Según algunos “papers” hallados en la Deep Web, correspondientes a expedientes secretos de la inteligencia iraquí  (IIS) datados de 1990 y que se habrían salvado del zaqueo realizado por los estadounidenses en la invasión del 2003, detallan algunas operaciones de sus células que fueron llevadas adelante en puntos estratégicos del golfo. Esto demostraría que había por aquel entonces una extensa red de inteligencia del “Baas” trabajando codo con codo con células aliadas en Arabia Saudita, Qatar e incluso dentro de la misma Bahrein. Lo particular de estas, es la descripción de una incursión llevada adelante desde la zona portuaria de “Al Khobar”, en Arabia Saudita, la cual recopiló material informativo y fotográfico del movimiento naval que se estaba agolpando en el vecino Bahrein. 

La misión tenía el objetivo de tratar de llegar a las cercanías de “Ghuraifa” en los suburbios de “Juffair” donde se halla la base estadounidense y desde una locación cercana tomar fotografías, recopilar datos de los buques, sus características y tipo, nacionalidades y capacidades que serían enviados por un correo humano quien se desplazaría por agua y luego por tierra hasta Amman en Jordania y de allí –presumiblemente- por valija diplomática a Bagdad. En una de las fojas del informe tachado como clasificado, fechado en noviembre 30 de 1990, informa el incremento del tráfico de naves de guerra, identificando entre las recientemente llegadas a dos buques de combate argentinos que estaban maniobrando junto  a otras fragatas de bandera española y australiana aguas adentro.  

Hasta ese momento solo había órdenes de recopilar información y enviarla a la prontitud.  Para los iraquíes todos los buques que estaban plegándose a las fuerzas estadounidenses con su base principal en Bahrein, serían un blanco legítimo en caso de estallar las hostilidades (G-Day)[4].  Ello se dio inmediatamente en la madrugada del 16 de enero de 1990 cuando –por la Directiva de Seguridad Nacional n° 54[5]- comenzó el bombardeo de la Coalición Aliada. Según el informe, se debía conformar una célula de ataque eligiendo blancos de oportunidad incluyendo a las mismas instalaciones portuarias tanto sauditas como de los Emiratos. Hasta ese momento no había certeza sobre la posición de Buenos Aires dado que –aunque no se crea- muchos en el gabinete del gobierno con Saddam Hussein a la cabeza, no creían que los argentinos participarían contra Iraq.
Pero un despacho codificado enviado desde la legación iraquí en Brasil informo a la embajada iraquí en el distrito de “Pankow” de la entonces Alemania del este, en la noche del 1° de febrero de 1991que “Argentina ha decidido aliarse a los EEUU” coincidiendo con el anuncio público del mismo presidente Menem unos días antes al declarar que “Argentina está en Guerra”[6], colocando así al país en el bando enemigo.

En realidad ello no era una sorpresa dado que apenas ingresaron los buques argentinos dentro de las aguas del Golfo, debieron ponerse a disposición de las directivas tanto del ARCENT-G-2 y el CENTCOM  J-2 (Comandos de Operaciones estadounidenses), quienes eran las cabezas estratégicas de las operaciones militares dentro de la zona y más allá. Uno de los primeros pasos de recepción de los huéspedes fue, ordenar al comandante de la misión “GT.88” (Grupo de Tareas 88) que permitiera el abordaje de especialistas informáticos para que instalaran las antenas TACSAC a los fines de unificar las comunicaciones y a su vez controlar la posición en todo tiempo de la misión naval (GPS System) que bajo supervisión del Comando central y en la mesa de guerra paso a llamarse “ALFIL 1”.

Ello fue como colgar una medalla identificatoria que implícitamente significaba “eres de los nuestros” y sin dudas que así se lo trasmitieron los jefes militares en operaciones a sus mandos en Buenos Aires y estos inmediatamente al mismo presidente Carlos Menem ¿Qué significó ello? Pues estuvo claro. Nadie se retiraría sin el conocimiento y autorización del comando de operaciones en Arabia Saudita, así de simple.

La Casa Rosada no tenía opción. Creyendo que solo sería un mero acto de presencia ante una crisis que se resolvería por las presiones político diplomáticas de Washington, debió aceptar con fundado temor las consecuencias por venir. Recordemos que aquel anuncio del presidente argentino causó tanto rechazos como sorpresas que como es bien sabido, fue motivo de extensas columnas y artículos en los medios más influyentes de EEUU.  En Bagdad también se conoció la noticia por los diarios locales, algo que causó sorpresa y desagrado por una postura alejada de la histórica prudencia en el campo diplomático que caracterizó al país sudamericano. Igualmente desde ese momento, Bagdad pasó a considerar a la Argentina como un agresor más y por ello, un objetivo militar más en la que Saddam Hussein llamo la “madre de todas las batallas”.


[1] ARCHIVOS DE LA NSA, Comité de Inteligencia del Senado de los Estados Unidos, 1991, https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB39/document5.pdf
[3] ANNUAL HYSTORICAL REVIEW (RCS CSHIS-6  (R3)), Humint Gulf War Intelligence Secret Reports. https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB39/document12.pdf
[4] Código de la fecha de comienzo de las operaciones digitadas por ARCENT-G-2.
[5] Orden ejecutiva que fue firmada por el presidente George H. Bush autorizando el inicio de las hostilidades.
[6] THE WASHINGTON POST. “La Guerra en el Golfo; America Latina; La vuelta de las ondulaciones de la guerra en America Latina”. Por James Brooke, Publicado el 4 de febrero de 1991. https://www.nytimes.com/1991/02/04/world/war-in-the-gulf-latin-america-war-s-ripples-lap-at-latin-america.html

jueves, 14 de marzo de 2019




EN LA MIRA



LIDERAZGO SE BUSCA”

A la crisis económica y social de Argentina se suma la de la representatividad política que pareciera conducir a la búsqueda de un liderazgo fuerte ¿Existe el nacionalismo en la política argentina?


Por Charles H. Slim
La situación en Argentina va camino de estar mucho más complicada con el avance del año, por lo menos así lo pudo advertir un amigo que estuvo de visita hace apenas unos días en la ciudad autónoma de Buenos Aires. Los negocios están vacíos, muchos otros han cerrado  y las calles solo muestran personas con caras molestas y adustas que informan de que la atmosfera está carga de tensión y frustración. Para peor, no parece haber en la pléyade de economistas y políticos que viven de esto y circulan incesantemente por los programas de televisión, uno solo que tenga la solución para semejante situación.

Sintéticamente se puede decir que los argentinos navegan a la deriva.

Desde el ángulo de la visión económica, solo se trataría de un desajuste macro económico que se vincula con las sacudidas de la economía mundial y el resultado de los descalabros de las políticas demagógicas del anterior gobierno Kirchnerista. Otros le agregan la larga historia de populismo encabezado por el peronismo que había venido a lo largo de estos últimos setenta años,  malgastando y pesimamente administrando los recursos del estado nacional. Son estos quienes no quieren que los impuestos se reduzcan ya que, a lo largo de la historia ellos (las tasa e impuestos)  han sido parte de la panacea que nutre la caja del estado la cual a la vez, es el botín que persiguen los partidos que acceden al poder.

Desde el punto de vista político, hay un problema de liderazgo que se combina con una notable mala praxis en el campo económico. Para otro sector de escépticos –que crece día con día- solo es la misma y cancina excusa que todos los gobiernos alegan cuando las cosas se derrumban; y eso, para los argentinos memoriosos y que estudian la historia cíclica de su vida política ha representado siempre el augurio de malos momentos por venir. En esta franja hay un rechazo por la polaridad creada deliberadamente entre Macri y Fernández o, entre Cambiemos y el Peronismo ya que, ambos son caras de una misma moneda.

Como están las cosas no hay partido o coalición política y mucho menos un solo político en éste país, con la capacidad, el carisma y la determinación política para enderezar la trayectoria de esta complicada ruta por donde el gobierno de Macri ha hecho transitar al país.  Cualquier alternativa convencional que provenga del sistema –incluyendo a los movimientos sociales- es solo, una parte del problema y no la solución. Con lo que respecta a Mauricio Macri si alguna vez alguien le creyó, eso ya es historia. 
Pero tampoco hay alguien dentro de la “familia política” que tenga una mejor vista de la sociedad. Como los productos de una góndola en un mercado, todos y cada uno de los políticos que han estado viviendo a expensas de esta llamada “democracia”, están caducos. Es por ello que desde los sectores que controlan realmente la realidad política del país, están reclamando una personalidad fuerte, con carácter y decidida a tomar el toro por las astas sin importar las consecuencias.

Como todos estos sectores operan detrás de bambalinas, ellos se esconden detrás de las sombras de los gobiernos y suelen manifestarse con señales, como suelen ser las versiones informativas, los rumores y los análisis de expertos que los medios convencionales –léase, oficiales- amplifican mediante comentarios y análisis de periodistas a sueldo de las empresas mediáticas.

Así y muy veladamente, desde algunas voces,  vienen sugiriendo los medios adeptos a los lineamientos del gobierno, que no es más que la reverberancia de lo que sale de la embajada de EEUU en Buenos Aires. Las cosas se están saliendo de madres y ahora algunos periodistas invocan veladamente la necesidad de un “nacionalismo” representado por algún dirigente que a lo Bolsonaro, traiga estabilidad a la república.  Incluso es muy probable que añoren en sus adentros, a un dirigente como lo fue Chávez o incluso se conformarían con uno como Maduro que les garantice la estabilidad y el orden en un cada día más inseguro –económico-político-jurídico y físico- e inestable país.  

Claro que, cada uno prefiere a sus corregidores a su propio estilo (y atendiendo a su ideología) entonces veremos como de forma solapada, hay periodistas que invocando la “pura verdad” y manipulando el dolor de la gente común que es presa de las vicisitudes de una sociedad anómica, le sugiere indirectamente a los televidentes que “habría que llamar a los que saben” –en referencia a los expertos en represión israelíes- e insinuando con un descuido simulado, que  un tipo como Netanyahu puede ser la solución para la inseguridad del país o, aquellos que con una elegante mansedumbre se maravillan de Teresa May de Gran Bretaña o Angela Merkel en Alemania, supuestos adalides de la modernidad política europea.
Los candidatos ya asoman desde el mundo del entretenimiento; tal el caso de Marcelo Tinelli, un conductor televisivo con una larga historia de coqueteos e insinuaciones con todos los gobiernos que han pasado y que se resumiría con un “he estado con todos y no soy leal a nadie”. Y son los medios los que están colocándolo en el mercado de los candidatos presidenciales.

El problema es que ellos mismos –los medios y sus avezados periodistas- ayudaron durante décadas a desnacionalizar el pensamiento político que hoy hallan desnutrido, minando hitos históricos propios (como el caso Malvinas) con fines tanto económicos como de obsecuencia política,  volviéndose el mero amplificador de oportunidad, de las políticas de estado de los gobiernos de turno. Hoy podemos ver a estos mismos como, por su ciega obsecuencia al regidor actual (EEUU),  vuelven a caer en el ridículo al haber sostenido que el apagón de Venezuela fue causado por la catastrófica administración del “malvado Maduro” y su “horrorosa revolución bolivariana”, cuando apenas unas horas atrás medios estadounidenses y europeos, e incluso la publicación de un comprometedor mail[1], dejó expuesta la responsabilidad de los mismos de siempre tras dicho atentado.
Incluso con la creación de esta perjudicial situación que privó del servicio electrico a la población venezolana, contrariamente a lo esperado por los conspiradores de Guaidó y sus promotores en Washington (DC), han fortalecido sin quererlo la posición de Nicolás Maduro quien obviamente pese a no ser Hugo César Chávez ha demostrado tener un temple muy difícil de conmover.

Sin lugar a dudas, estos “muñecos de alta voz” –periodistas- han sido una parte importante en la decapitación de la nacionalidad de su país pero también, en la progresión de la mediocridad que corroe a su clase política que solo aspira, a mejorar sus posiciones personales, pero nada más. “Juremos con Gloria morir” como reza el himno argentino, es una estrofa que no forma parte de sus prerrogativas y es por ello que bajo la máscara del pacifismo humanista esa llamada “democracia” (que aquí no es más que una “clientocracia”), prefieren ser esclavos serviles por un plato de comida seguro, que jugársela por un ideario grande como lo tuvo el libertador San Martín. 

En este sentido, escuchar hoy a ciertos periodistas renegar de la historia de su propio país de la cual ellos mismos fueron parte, demuestra el grado de infantilidad e hipocresía en la que aún se halla sumergida la política nacional argentina y ello, obviamente, no es nada bueno en este actual mundo merodeado tanto de lobos negros como de lobos grises, no existiendo nadie dentro de la política internacional que a estas alturas de las circunstancias pueda presentarse como una oveja.


[1] WIKILEAKS. The Global Intelligence Files. “Elections VZ”. https://search.wikileaks.org/gifiles/?viewemailid=218642

martes, 12 de marzo de 2019



EN DEBATE       



“NO DEAL IN HANOI”

¿Por qué fracaso el encuentro entre Trump y Kim Jon Un y quienes lo fomentaron?

Por Charles H. Slim
Se habían creado muchas expectativas en el encuentro que se llevó a cabo entre Donald Trum y Kim Jon Un en la ciudad de Hanoi, Vietnam. Tal vez demasiadas para la conveniencia de los sectores neoconservadores estadounidenses, activos partidarios de la guerra global que requieren para sus maquinaciones de países como Corea del Norte para justificar el costoso mantenimiento de sus letales arsenales nucleares que a su vez, justifican –en una parte- el billonario presupuesto de la defensa.

Era necesario igualmente, realizar alguna movida mediáticamente llamativa para darle cierto aire verosimilitud a las diatribas de Washington sobre sus intenciones por distender la situación de la península coreana.

Para muchos en Washington se trató de un viaje desperdiciado e incluso los mismos coreanos sospechaban lo mismo ¿Es que alguien podía creer que Trump pretendía buscar un acuerdo equilibrado o consensuado?  Además de que el mismo presidente en sí no es quien decide sobre el fondo de estos asuntos, su círculo de influencia poco tiene de conciliador y no tiene ningún interés por arribar a una paz duradera. Con los asesores que actualmente rodean al presidente norteamericano puede quedar en claro una cosa: No hay posibilidad que ello suceda. Si anteriormente los medios se quejaron y parodiaron hasta el hartazgo la figura de Steve Bannon por considerarle un ser maléfico ¿Qué queda para John Bolton y Elliot Abrams? Si cada uno de ellos separados son una calamidad andante, ¿Se imaginan los estadounidenses lo que serán operando juntos?

Desde que estos personajes tomaron su sitial en la administración de Trump, las arbitrariedades y los desastres a nivel global no han parado de sucederse. 

Desde el apoyo incondicional a la declaración de Jerusalén como capital de Israel y la movilización de más equipamiento militar como los sistemas de misiles THAAD en los territorios ocupados palestinos, pasando por el endurecimiento de las sanciones comerciales a Rusia y Venezuela con la implementación de una nueva intentona golpista mediante una “revolución de color”, la reticencia de abandonar Siria y con pretensiones de ampliar su presencia en Iraq, no queda otra conclusión que la de un mal augurio para la paz mundial.

A contraparte de ello, quienes si ven con mucho beneplácito la agudización de estas situaciones son los sectores adherentes al “partido de la guerra” que tienen su representación política en el Congreso norteamericano identificados con los famosos “Lobbies” especialmente aquellos aliados al poder neocon estando a la cabeza de la lista a los denominados “pro-israelíes” que no son más que activos militantes del sionismo. A su vez, ellos son la voz de los intereses de la poderosa industria armamentístico-militar que desde hace décadas, hace multimillonarios negocios con el gobierno federal, firmando contratos para la defensa que se ven respaldados por las “amenazas a la seguridad nacional” que aquellos sectores legislativos plantean ante el Congreso.

Actualmente estos sectores tienen sus tentáculos en la Casa Blanca y ellos están representados por temibles personajes como ser Mike Pompeo, John Bolton y Elliot Abrams para citar a los más destacados.

El tratamiento del asunto “Corea del Norte” no cambia el tenor del abordaje de estos personajes. Sin lugar a dudas que la reunión que se programó con Kim Jon Un fue una idea de John Bolton con la intensión de intimidar a Corea del Norte con una supuesta acción rápida en la península si no desmantelaba sus instalaciones secretas de enriquecimiento de Uranio para misiles.

Recordemos que Pyongyang se había comprometido a desmantelar con la presencia de observadores norteamericanos, sus instalaciones en Yongbyon a cambio del levantamiento de las cinco resoluciones de Naciones Unidas que agreden a la soberanía norcoreana.

Según el actual Secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo, Pyongyang ha estado ocultando actividades de enriquecimiento de Uranio en otras instalaciones de carácter secreto que se ubicarían en Kansong al sudoeste de las afueras de la localidad de Chollima.  Desde esta acusación, Pompeo asegura que dichas instalaciones son mucho más grandes que las reveladas por Pyongyang en donde se produciría mayor cantidad del elemento radiactivo. Esto puso en evidencia la continua intromisión de la inteligencia estadounidense sobre los asuntos internos de un país soberano como es el caso del desarrollo de la defensa. Igualmente, pese a las amenazas, Kim Jon Un no se dejó intimidar y concluyeron rápidamente las conversaciones.

Queda claro que Washington no puede doblegar tan fácilmente a los coreanos y menos aún utilizar métodos sucios como es el sabotaje para tratar de perjudicar la existencia del gobierno de Pyongyang, tal como lo hicieron contra Venezuela. No hay dudas que una maniobra como la vista contra la infraestructura eléctrica venezolana unos días atrás con el sabotaje del sistema nacional eléctrico, en parte llevado a cabo por un ataque cibernético y otra directamente en las plantas, es muy difícil de ejecutar con impunidad contra de Corea del norte.

En este sentido y con el fracaso de la cumbre de Hanoi a los asesores del Departamento de Defensa y del Departamento de Estado norteamericano no les quedan dudas de que no pueden seguir cometiendo gazapos y movimientos erróneos dado que, eso además de contraproducente para sus propósitos y que minan la poca credibilidad política de EEUU ante los ojos del mundo, no impresiona a Kim Jon Un ni a su gobierno que a la vita de los acontecimientos actuales, están harto convencidos que sin una capacidad disuasiva no podrían estar negociando.