miércoles, 26 de junio de 2024

 

ASOCIACION ESTRATEGICA

¿Cuáles son las razones de la gira del presidente Vladimir Putin por Corea del Norte y el Asia-Pacífico y los objetivos que se persiguen?

 

Por Charles H. Slim 

No caben dudas que la gira que Putin inicio por el sudeste asiático y que tuvo comienzo con su llegada a Corea del Norte, es una respuesta a la política agresiva de EEUU y sus socios atlantistas dado que de ello se subsume un mensaje en dos direcciones: Una demostración de apoyo estratégico a China y un mensaje a Washington de que Moscú (pese a las sanciones) se halla intacto y puede desplegar una agenda de contención contra sus operaciones de desestabilización e incluso establecer una pax rusica.

Como ya le hemos estado comentando antes, a medida que se deteriora la situación de las fuerzas ucranianas en el terreno, el régimen filonazi de Zelensky necesita crear cortinas de humo para distraer a la opinión pública occidental tal como lo vimos con los shows montados por sus patrocinadores en Italia con la cumbre del G7 y la farsa de cumbre vista en Suiza. Como diría alguien en el Departamento de Estado “todo sea por nuestro hijo de puta en Kiev”.

Ello a su vez, pone en un entredicho a Washington con sus propios socios europeos, en especial con los más comprometidos en la OTAN -Alemania, Francia y Gran Bretaña- dado que sus gobiernos ya están entrando a comprender -aunque bastante tarde- que se hallan en medio del fuego cruzado mientras EEUU se escuda detrás de ellos. En realidad, esa práctica ya deberían conocerla ya que durante toda la guerra fría, estuvieron como rehenes de las amenazas mutuas entre el mundo capitalista occidental y el comunismo soviético.

A diferencia de aquellas épocas los ciudadanos europeos de hoy y pareciera que sus políticos también, ya no se tragan la píldora con tanta rapidez y comienzan (tarde) a darse cuenta que seguir las políticas y las retóricas de Washington está arruinando a sus países. Los ejemplos más patentes de esto son Francia y Alemania que, cada uno bajo diferentes circunstancias y realidades sociales, están resintiendo en sus economías y el sistema productivo su seguidismo a las políticas de La Casa Blanca.

Quien más sabe de esto es Olaf Scholz, tras haber hecho todo lo que desde Washington le indicaban y como premio a su servilismo, la CIA y otras agencias atlantistas volaron los gasoductos por donde Alemania recibía el barato gas ruso que surtía a las industrias ¿Qué le quedo por hacer a su país tras esto? Comprarle GNL siete veces más caro a las empresas norteamericanas como premio -hasta ese momento- a su tibia relación con Moscú.  

Pero ese comportamiento de los atlantistas también se comprueba en las políticas agresivas que Washington despliega sobre el Mar Meridional enfocadas a provocar a China bajo la excusa de proteger la democracia de Taiwán y es por ello que Vladimir Putin con esta gira le da una señal clara a su socio estratégico que a su vez se replica en los países rivereños del Asia-pacífico y más allá.

Como primera escala, su llegada a Pyongyang y tras ser recibido con todos los honores, Putin se reunió con su homólogo Kim Jon Un con quien tras una muy distendidas y cálidas tratativas llegaron a un documento en el cual se condensa un “Acuerdo de Asociación Estratégica Integral” destinado -entre otras materias- a la defensa mutua contra amenazas extracontinentales tanto de alcance bilateral como global.  

Precisamente, la defensa es uno de los puntos neuralgicos para proteger el desarrollo de proyectos comunes ya que, a las amenazas abiertas de agresiones militares, deben estar preparados para conjurar amenazas subrepticias como son la subversión y el terrorismo impulsado por las agencias de inteligencia occidentales.

Uno de los puntos que más ha preocupado a los funcionarios en Washington es el referido a la asistencia en armamento y tecnología militar como una forma de devolver gentilezas por el abastecimiento a Kiev de armamento ofensivo (entre estos los F-16) que asesina civiles en territorio ruso.

Por su parte el presidente Kim Jon Un esta más que al tanto de las provocaciones que EEUU lleva a cabo por intermedio de sus vasallos regionales (Japón y Corea del sur) quienes al parecer, no contemplan los riesgos de seguir provocando a Pyongyang. Pero también es consciente de que Washington intentará sembrar la cizaña en Pekín para que desconfíe del acercamiento de su país a Rusia y de esa manera hacer naufragar el acuerdo arribado.

Así mismo los chinos son plenamente conscientes de estas intensiones y esta más que claro que hay varios nidos de ratas IVR (Inteligencia, vigilancia y reconocimiento) trabajando en las sombras para ese plan. Los atentados terroristas y los asesinatos dentro del territorio ruso ejecutados por activos en la nómina atlantista, son una lección que China no va a dejar pasar. No solo la isla de Taiwán es uno de los puntos desde donde operan estos activos de la CIA y sus homónimos chinos sino también, Hong Kong es uno de los centros de operaciones más activos de estos, también del MI6 británico y de sus empleados subcontratados indonesios, singapurenses y malayos.

Las tratativas de Putin no solo buscan estrechar relaciones y vínculos con antiguos socios del pasado sino también dejar en claro, que los cantos de sirena con los cuales Washington llega a la región, son un preludio de problemas y calamidades para cada uno de sus países. La historia contemporánea sustenta con creces este punto de vista y atendiendo a él, Putin aboga para que los gobiernos de la región se centren en mejorar las relaciones de vecindad y cooperación mutua, ya que ello redundará en beneficios que irán creciendo con el paso de los años.

Así mismo y atendiendo a los contemporáneos precedentes de EEUU, permitirle que planten sus intereses geopolíticos bajo las argucias que ya todos conocemos, terminarían en conflictos y agresiones de las cuales los estadounidenses no pelearán, pero que comprometerán sin pestañar a toda la región. Y estos riesgos se potencian aun más, sabiendo que Corea del Norte es un país que cuenta con ojivas nucleares en sus arsenales con las cuales no dudara en usar si ve amenazada su soberanía y una de esas amenazas podría ser entendida si EEUU surte de armas nucleares a Tokio y a Seúl.

En este último sentido las exclamaciones desde Washington sobre la “desnuclearización de la península” y las intenciones de retomar las negociaciones, los norcoreanos saben que solo son palabras huecas y parte de las recurrentes estratagemas discursivas para que Pyongyang baje las manos y allí es cuando EEUU y la OTAN simplemente le cortarían la cabeza. La potencialidad nuclear es garantía de una defensa preventiva y efectiva contra estos agresores y sino ¿Qué sucedió con Saddam Hussein y a Iraq?, ¿Qué le sucedió a Libia y a Gadafi?; ¿Qué es lo que no le han hecho a Siria para sumirla en el caos y la degradación tecnológica?, ¿Y cuántos ataques ha tolerado Irán a su programa nuclear y cuántos de sus científicos han asesinado estos demócratas occidentales?

El acuerdo con Pyongyang como dijo el mismo presidente Putin, tiene una finalidad “práctica”, es decir va más allá de las retoricas y los meros anuncios. Sintetizando, los objetivos que el mismo persigue serán de aplicación inmediata.

 

 

domingo, 23 de junio de 2024

 

“APRÈS MOI, LE DELUGE”

¿Cuál ha de ser el legado a la posteridad de Emanuel Macron con su pronta y presurosa salida del Palacio del Eliseo?

 

Por Javier B. Dal

Así como muchos pueblos vuelven a repetir cíclicamente sus errores, Francia no es la excepción a esta regla de hierro. Si es cierto que fue el monarca absoluto Luís XV quien en el siglo XVIII dijo “después de mí, el diluvio”, al parecer esa mezquina perspectiva política de aquel monarca pareciera haber reencarnado en el presidente Emanuel Macron quien con la disolución de la Asamblea Nacional y el apresurado pedido de anticipación de las elecciones muestra la intensión de lavarse las manos del desastre que dejara tras de sí.

Si es cierto, Macron no es un monarca y Francia no es como en aquellos tiempos pero hay cosas que no parecen cambiar. Su presurosa intensión de salir corriendo del Palacio del Eliseo no solo responde al corrimiento a la derecha de la política en su país y en la UE sino también, en una acumulación de problemas en casa que simplemente ya no puede controlar.

Sería injusto echar todas las culpas sobre el hasta hoy mandatario francés sin mencionar a sus predecesores, Sarcosi y Hollande, dos verdaderas calamidades para la Francia contemporánea y de cuyos vicios Macron continuo sin demostrar un poco de olfato político para hacer cambios rectificadores.

Es cierto también que tanto aquellos como Macron solo son meros administradores temporales de los intereses que se ocultan detrás de las bambalinas del poder pero, pese a ello todos tienen (de haberlo querido) un margen de libertad para tratar de hacer algo bueno para sus ciudadanos.

Pero en cuanto a lo que respecta a Macron, su administración desde 2017 ha estado signada por los tira y aflojes en su política doméstica con la profundización de problemas sociales devenidos de las desigualdades, una crisis productiva progresiva, los sindicatos combativos, el desempleo y de una política exterior tratando de cambiar las apariencias sobre la subordinación hacia los lineamientos de la política exterior de Washington.

Sin dudas el surgimiento un año después de iniciada su gestión (en diciembre de 2018) del movimiento de los chalecos amarillos, fue el síntoma de una crisis económica y social que rebalsaba por los cuatro costados y que aún sigue siendo el gran problema que Macron no pudo resolver. El costo de vida de los franceses se disparo de forma insoportable con impuestos más altos para servicios públicos pésimos, el aumento del desempleo entre los nativos franceses y graves problemas de producción que trastornan a los empresarios.

Sumado a esto, la problemática de la inmigración indocumentada y los proyectos de ley para tratar de regularizarla ha agregado más combustible al fuego del desempleo entre la gran población inmigrante y porque no también del racismo y en especial de la islamofobia que tiene campo fértil en toda la UE. Y pese a las controversias que trae la inmigración, en Francia es una fuerza laboral de la cual no pueden ignorar.  

Cierto es y hay que señalarlo, el problema de la inmigración masiva tuvo su punto de quiebre con la aventura neocolonial con la cual en 2011 el entonces presidente Nicolás Sarcosi metió a Francia (junto a Gran Bretaña e Italia) en los planes de Obama y su secretario de estado Hillary Clinton para derrocar a los gobiernos árabes del norte de África con aquel montaje que los medios occidentales llamaron “Primavera Árabe” y que no fue otra cosa que una operación digitada por las agencias de inteligencia de la OTAN (entre ellas la DGSE) valiéndose para llevarla a cabo, de recursos extremistas y mercenarios proporcionados por las monarquías árabes del Golfo, en particular Qatar.

Además de participar en la destrucción de Libia y el magnicidio de su presidente Mohammar Al Gadafi, Sarcosi secundo los esfuerzos de Washington por tratar de derrocar al presidente sirio Bashar Al Assad con pésimas consecuencias.

Macron lejos de alejarse de estas aventuras y a pesar de los sabotajes negociales por parte de algunos de sus socios atlantistas, continuó con la subordinación a la política exterior de Washington y que se profundizo con la llegada a la Casa Blanca en 2020 de Joe Biden quien puso a funcionar a toda máquina a la OTAN para repotenciar la agenda de los neoconservadores destinada a reimpulsar la hegemonía estadounidense en Eurasia teniendo como punto de inicio, a Ucrania.

Tal vez Macron al principio ignoraba todo esto o quizá no esperaba el derrotero al que llevaría. Pero una vez puesto en autos y con la información de donde estaba parado, no podía ignorar que la agenda norteamericana buscaba enfrentar a la Federación de Rusia y que para ello, la Unión Europea y obviamente Francia, serían el jamón del medio en esa disputa.

Oh si, claro que no podía ignorar las consecuencias de esa política agresiva, mucho menos cuando las cosas parecían salirse de madres con la intervención militar rusa de febrero del 2022 que fue el resultado de una constante actividad de agitación e instigación digitada desde Washington. Mucho menos cuando tratando de emular a “Napoleón” hizo explicita sus ansias de enviar tropas a Ucrania (provocando a Moscú) cuando estaba bien al tanto, que los dineros que había enviado terminaban en los bolsillos de los personeros de la cúpula neonazi de Kiev.

¿Cuáles han sido las ganancias para Francia por esta ciega lealtad? Más inestabilidad económica y social producto del hundimiento de la productividad en parte afectada por el encarecimiento de la energía (especialmente el gas), un estado absolutamente anquilosado e inoperante, una inmigración cada vez más grande producto precisamente de las guerras de la OTAN y una caída progresiva del nivel educativo y consiguientemente de la vida de los franceses.

Sin dudas que la salida de Macron es el preludio de un diluvio de mayores calamidades porvenir para Francia.   

 

  

sábado, 22 de junio de 2024

 

             FRENTE A LA GUERRA TOTAL

¿Por qué Netanyahu y sus partidarios apostarían por una guerra contra el Líbano?

 

Por Charles H. Slim

Mientras las FDI mantienen sus fuerzas concentradas para tratar de controlar la situación en la Franja de Gaza, en el norte las cosas se han estado poniendo negras pese a las expectativas de la inteligencia israelí y de las unidades militares de poder contener a la resistencia libanesa encabezada por Hesbolá. Tras la publicación de un vuelo de reconocimiento realizado por un Dron de Hesbolá sobre las instalaciones aéreas y portuarias de Haifa, el pánico cundió en el renovado gabinete de Netanyahu cayendo en cuentas de una vulnerabilidad no contemplada.

A diferencia de otras oportunidades, las maniobras engañosas y sucias con las que Tel Aviv se maneja para sacar ventajas (como ser, decir que acepta el alto al fuego y ataca sorpresivamente) y pese incluso a la colaboración de la administración de Joe Biden en esos planes, la resistencia árabe-islámica ha demostrado estar un paso adelante. Sobre esto último nadie ya duda, que Biden pagará electoralmente (por el voto castigo de una importante franja de la juventud) su complicidad con el genocidio palestino que por estas horas se replica cientos de civiles masacrados en barrios de Rafah.

La ventilación deliberada de este vuelo supone una advertencia a Israel de que si busca escalar el conflicto atacando al Líbano, ellos tienen cómo golpearles sin que lo sepan o lo sepan cuando sea demasiado tarde.

Desde el día siguiente a la intervención israelí en la franja, la resistencia islámica libanesa encabezada por Hesbolá tomo la crucial decisión (la cual ningún gobierno árabe tomo, salvo el Yemen) de poner sus recursos para ayudar a los palestinos, sirviendo como aguijón en el norte causándole de forma metódica, pausada pero persistente, graves daños a la infraestructura de inteligencia y contrainteligencia electrónica israelí obligando entre otras cuestiones, a huir a más de 60.000 colonos.

Sumado a esto, la calamitosa efectividad de las FDI y sus grupos de elite para tratar de rescatar a los rehenes, agrega mayores dificultades al margen de maniobra de Netanyahu quien seguramente pretendía capitalizar políticamente una victoria rápida sobre la resistencia palestina y la recuperación indemne de los rehenes. Esto, además de no haberse cumplido, está perjudicando los intereses que se ocultan detrás de la campaña militar sobre Gaza que no aceptarían invertir sus capitales para sus billonarios proyectos sin un terreno completamente arrasado y libre de población árabe-palestina.

Esto se ve reforzado con la crítica situación del comercio marítimo que conecta al estado de Israel con el mundo, materializado con las operaciones navales Huties contra todo barco que intente llegar a los puertos de la Palestina ocupada, en especial Eilat. También aquí las previsiones de la inteligencia israelí y de sus aliados atlantistas han fallado en prever las capacidades de las milicias yemeníes y la de sus aliados iraquíes quienes pese a la presencia angloestadounidense en el Mar Rojo y sus ataques aéreos no han logrado disuadirles de continuar. Solo un dato para considerar la seriedad de la situación es que “Ansar Allah” ya atacó tres veces al portaaviones “USS Eisenhower” sin que sus contramedidas pudieran evitarlo.

Al parecer y ante la severa presión política a la que se halla Netanyahu y su gabinete, su ministro de defensa Yoav Gallant junto al jefe de gabinete Herzi Halevi y sus generales estarían en preparativos de lanzar una acción militar inminente sobre el sur del Líbano basados en una lógica muy peligrosa y desesperada que se resumiría en “mientras peor mejor”.  Si esto es veraz que a nadie le queden dudas de que en Washington están al tanto de ello.

Pero al mismo tiempo el secretario general de Hesbolá Sayed Hassan Nasrallah en una ponencia del 19 de junio pasado advirtió al gobierno de Tel Aviv que:  “Deberías tener miedo de una guerra con nosotros”, una consideración con muchos visos de realismo ya que, si la resistencia palestina con sus proyectiles caseros “Yassin 105” está haciendo estragos con los blindados “Eitan” y “Merkava”, peor será la suerte para las FDI con el arsenal de misiles anti carro de última generación que esperan la confrontación.

Si bien en Tel Aviv y en Washington las palabras de Nasrallah podrían ser interpretadas como mero blofeo, lo cierto es que Hesbolá cuenta con una experiencia extensa en el desarrollo de combates contra fuerzas tecnológicamente superiores -especialmente contra los yihadistas de la OTAN en Siria- siendo la victoria de julio de 2006 la que Israel quisiera olvidar.

Al parecer Netanyahu mantiene la carta de extender la guerra al Líbano (y posiblemente también alrededor del mundo), como una manera siniestra de escapar al inevitable cuestionamiento que devendría si la guerra terminará mañana. Es por ello que las intensiones de lanzar una ofensiva contra Hesbolá y la resistencia islámica podría ser entendida como un acto de irresponsabilidad sin límites que como lo describió el ex defensor del pueblo israelí Isaack Brick podría calificarse como “un suicidio en masa”.

Que nadie se engañe y pierda la perspectiva de cómo se desato esta calamitosa situación. Netanyahu y su estado mayor aún no han respondido sobre las sospechosas y muy peculiares circunstancias que rodearon la mañana del 7 de octubre y cuáles son los ambiciosos proyectos de inversión que ya se tenían pactados una vez desalojada la franja. Tolerar que sea un organismo de su gobierno el que “investigue” es una sorna y un insulto a la inteligencia que ni los mismos familiares de los rehenes se tragarían. Es aquí donde entra el papel de Naciones Unidas que debiera promover a través de su tribunal, una profunda investigación a fin de develar esas implicancias.

Pero conociendo la porosidad política de esta organización y sus vergonzantes antecedentes ¿Tendrá el valor político para impulsarla?

 

 

jueves, 20 de junio de 2024

 

DISTORCIONES GEOPOLITICAS

Argentina y Chile entran en controversia por una instalación militar en la Patagonia ¿Cuál es la situación de fuerzas en ambas partes?

 

Por Charles H. Slim

Más allá de las declaraciones y las sonrisas para las fotos, las relaciones limítrofes entre Argentina y Chile siempre han estado signadas por la desconfianza y las especulaciones. Y aunque los políticos pusilánimes argentinos vinieron escondiendo bajo la alfombra estos temas, hoy ante las evidencias de lo que significa la realidad política, no les queda otra que atender lo que ellos mismos dejaron estar durante décadas.

La instalación por la parte de la Armada Argentina de un puesto con paneles solares en la boca oriental del Estrecho de Magallanes, en supuesto territorio chileno, hizo reaccionar a Santiago de Chile exigiendo su pronto retiro.

La reacción incluso se hizo oír públicamente de la voz del mismo presidente chileno Gabriel Boric quien le exigió a su par argentino a proceder en consecuencia o serían ellos quienes desmantelarían las instalaciones de la Armada Argentina. 

Más allá de la veracidad o no de la pretensión chilena lo cierto es que, desde hace tiempo que Chile ha tratado de ganar espacio vital argentino a costa de toda clase de argucias y trapisondas. No hay que olvidar que esta república trasandina ha quedado marcada por hechos y acciones que redundaron contra su vecino en especial (prestar inteligencia y paso al continente a comandos SAS británicos), en momentos que una potencia europea como el Reino Unido en 1982 llegó hasta el atlántico sur desatando la llamada guerra de las Malvinas.

A pesar de tan despreciable traición, los gobiernos argentinos desde 1983 hasta el presente han ido relajando sus defensas hasta límites peligrosos.

Tampoco habría que olvidar las sospechas muy bien fundadas que existen sobre la participación de la Armada chilena en complicidad con la Royal Navy en el seguimiento y marcación contra el submarino “ARA San Juan” que fue hundido matando a sus 44 tripulantes. Que el tiempo halla pasado y la justicia argentina (nada confiable y sujeta a los vaivenes políticos) se halla negado a desandar esta hipótesis no quita estas sospechas y mucho menos, cuando se sabe de la cercana cooperación militar y de inteligencia que existe entre Santiago de Chile y Londres.

En la realidad de los hechos, el atlántico sur es un espacio marítimo fuera del control de Argentina y es un escenario (guste o no) de conflicto sin resolver.

Lo cierto es que Chile desde que Naciones Unidas le reconoció a su vecino la incorporación de 1.782.500 kilómetros cuadrados a su plataforma continental en la zona austral, ha estado renuente a aceptar esa decisión no quedándole otra estrategia que la de intensificar su presencia militar en la zona y al mismo tiempo protestar sobre la base de un discutido acuerdo como lo es el de “Paz y Amistad de 1984” en el cual durante el gobierno de Raúl Alfonsín, Argentina cedió a las pretensiones chilenas.

Este reconocimiento de Naciones Unidas a la Argentina implica un crecimiento de potencialidades en recursos para extraer (además de la pesca) del subsuelo, en especial hidrocarburos y minerales, con lo cual vienen por añadidura las expectativas de inversiones extranjeras y crecimiento económico. Esto es lo que mantiene irritado a los chilenos quienes a pesar de esta desventaja jurídica si cuentan con algo que Argentina ha dejado estar hace décadas: Su potencialidad militar. Si bien ocho fragatas, dos destructores modernos de origen británico y dos submarinos no representa una fuerza de amenaza potencial para una Armada, si lo es para la situación argentina.  

También y eso es algo que no hay que desdeñar, su estrecha cooperación con Gran Bretaña en especial en las operaciones aeronavales en torno al Cabo de Hornos e incluso dentro de las aguas usurpadas que rodean a las islas del archipiélago Malvinas factor que representa una constante amenaza a la seguridad y la integridad de la soberanía económica, política y estratégica de la nación argentina que sus políticos nunca ha querido atender y que a lo largo de estas cuatro décadas han renunciado a defender.

A pesar de que los intereses que Argentina tiene en esta zona son innegables, más allá de los derechos que tiene reconocidos y los peligros que preexisten, no cuenta con la fuerza suficientemente moderna para protegerlos demostrando una gran falta de tacto y previsibilidad en la defensa de los mismos. Esta debilidad salta a relucir una vez más con esta disputa en Magallanes con lo cual y atendiendo al carácter pusilánime de su cancillería y la realidad de su área en defensa, Buenos Aires terminará cediendo a las demandas de su vecino.

miércoles, 19 de junio de 2024

 

PARTNERSHIP without PARTNERS

Where is the much-vaunted democracy in the collective West when it is only one (the White House) that decides for the rest?

 

By Sidney Hey

It's impossible to ignore how the Australian navy has been very busy of late. You may not see it if you walk along Sydney's waterfront but if you go out on the open sea and casually cruise along the coast you will see how the Eastern Fleet naval base HMAS Kuttabul is a hive of ships coming and going, some of them British, nuclear powered “Vanguard” class.

In Australia we know that when a cup of tea is broken at 10 Downing Street Canberra will bend over to mop the floor. My point is that our politicians are always dancing to the tune of the music being played in London and that is rather disappointing.

It is true that for many, even within the Big Island, the most danced to music for decades has been American music but it is also true, that we have not yet cast off those old moorings that right here in New South Wales where the Cook louts on Her Majesty's orders created the largest overseas prison in the world.

But that is colonial history. Now, given what is happening in the French dominions, perhaps the British should not be so careless. Over here, devotion to the British crown seems to have ended with the death of Queen Elizabeth. What strikes me about this is where the country is going in pursuing the Atlanticist agenda in the Indo-Pacific aimed at screwing mainland China. And no doubt the most dangerous part of that is NATO's activation of atomic warfare protocols. What the hell are they planning?  Once again, under the argument of "defending Taiwan", we will have to put ourselves under the command of the Yankees and that is when this kind of madness begins to be explained. I get the idea that in Washington they take the Australians as their British extension in the South Pacific and it is possible that they believe that our government will jump like Rishi Sunak and all his predecessors have been doing.

Considering the way the media around here deals with international realities and especially with what is happening in Ukraine and the Gaza Strip, anyone who is not an Australian would be more likely to think they are reading editorials written in Washington or London. But there's a problem, it's Australians here who should be making their own decisions.

Washington has realised that despite its constant efforts, it has not succeeded in harvesting as many friends in the Indo-Pacific as it would like to have, meaning "useful idiots" of course. The fact is that the states of the region know that friendship with the US brings with it requirements and commitments aimed at annoying mainland China by putting them in the middle. In this sense, it is understandable why the efforts of CIA chief Williams Burns and Pentagon chief Lloyd Austin in Cambodia have failed.

But in Canberra, politicians should ask themselves: Are we better off getting entangled in the White House's power games with mainland China, will we sacrifice our trade relations with Beijing for the intrigues woven in Washington? This is a question PM Albanese and Co. should consider with the US moves in the region.

The government should also consider the subtle but already warned escalation that has begun to be seen in both Russian strategic forces and NATO's European bases (in Germany and Italy) through preparations and testing for nuclear operations.

Washington finds Cambodia's long-standing good relations with China unacceptable. But what displeases US officials most is the defence cooperation, especially in the naval area between the two nations, which hampers the movements of the Western fleet in the China Sea.

The answer is more than clear, but no one will tell the king that he is naked, so everyone will be smiling and applauding.

As always, Washington lends a hand and cuts off your arm. Nothing it grants comes for free and that is something Washington reminds "Pnhom Penh" of with its position in ASEAN.

Washington definitely wants to control the foreign policy of each of these states, especially Singapore, the most important country in the region to participate in the deployment of Atlanticist plans in the South Sea, even more so than Australia. Still, Washington would need more direct and committed political meddling from Canberra in the face of these problems since, friends beware, NATO's (i.e. Washington's) main objective is not in Ukraine but in the Pacific.

It seems that the Americans are not satisfied with AUKUS and QUAD as their tactical toys to intimidate the Chinese and would need greater investment and involvement of the Big Island in the area, and who better than Australia.

According to reliable sources, Washington expects London to take strategic control of Indo-Pacific operations and to deploy them by involving the Aussies even more in what could end in a nuclear catastrophe.