GENOCIDIO Y ELECCIONES
¿Cómo ven los políticos argentinos la moral de la distópica democracia
estadounidense ante el genocidio que Israel comete contra la población
palestina?
Por
Dany Smith
No nos parece extraño que a pesar de las bestialidades que sigue cometiendo el régimen de Netanyahu contra la población palestina, los medios del hemisferio y en especial los de Buenos Aires, se hagan los distraídos. Lamentable pero real, el dinero y las influencias políticas están por encima de espantosas aberraciones como las que se ven todos los días en la Franja de Gaza.
Como
Argentina sigue siendo un recurrente obsecuente de las políticas que bajan del
norte (y por ende de Israel), es indudable que sus políticos y su abúlica
sociedad sumida en el sopor de la coyuntura, sigan sin dificultades cada una de
sus mandas sin importar que tan embadurnadas de sangre se hallen, al final lo
único que esperan del poder de turno es que les mejore sus bolsillos.
Así en
vísperas de las elecciones para noviembre, hay en la sociedad estadounidense
una gran fractura en cuanto a la moralidad del gobierno ya sin distinguir entre
demócratas o republicanos dado que ambos han asentido en algún modo y cada uno
desde su posición, que el genocidio sobre la población palestina continúe
cometiéndose gracias en parte, a las armas y bombas que se le entregan a
Israel.
Por estos
días el circo electoralista de la “democracia” estadounidense ha ido tomando
impulso con la reaparición de viejos farsantes liberales como Barak Obama y su
mujer Michel Obama como avalistas de la nada carismática y muy voluble candidata
Kamala Harris, salvavidas de último momento ante la obligada salida del senil
delincuente Joe Biden. Como no podía ser
de otro modo, la Convención Nacional Demócrata realizada en Chicago y pese a la
oposición interna mostrada en los votantes de las primarias por la posición del
gobierno sobre la situación humanitaria en Gaza, lejos estuvieron de criticar
esta cooperación militar con Israel.
Lo mismo
ocurre con los republicanos que secundan a Trump (quien es amigo de Netanyahu),
históricamente ligados a los influyentes cabilderos sionistas en el Congreso y
por ello mucho más frontales y descarados en estas relaciones, no tienen
problemas para mostrar su anuencia y en algunos casos satisfacción con las
atrocidades que Israel comete.
Pero a
pesar de que los sionistas cuentan con una notoria y profunda influencia dentro
del Establecimiento[1]
tanto entre los liberales como con los neoconservadores, otras voces dentro de
ambas tendencias desde hace tiempo ya vienen luchando para que se corte esa
ayuda y se le imponga un embargo de armas a Tel Aviv. Ellos también ponen de
manifiesto las contradicciones y ambigüedades de la administración Bide-Harris
que han dicho y dicen una cosa ante la opinión pública especialmente sobre la
necesidad del alto al fuego, detener el sufrimiento de la población en Gaza y
luego lejos de las cámaras y los micrófonos puertas adentro transan con los
jerarcas sionistas.
Hay entre
los propios estadounidenses una consciencia de que su país es un ente imperialista
y bajo ese rol, apoya a un estado con origen ilegítimo que bajo políticas
colonialistas y mesiánicas comete a la luz del día toda clase de crímenes de
guerra y lesa humanidad.
Ahora ¿Cómo
se ve en Buenos Aires este despliegue de hipocresía y cinismo estadounidense?
Ante todo, ni al gobierno argentino ni a la oposición les importa un comino la
hipocresía o el cinismo de los estadounidenses. Sacando a los anglófilos y a
quienes son culturalmente pro-estadounidenses, su opinión o puntos de vista se
acomodan automáticamente a lo que el Departamento de Estado marca como línea
política. Para ellos, Washington DC es la Meca de sus aspiraciones, el cheque
en blanco que puede perpetuar sus negocios en política y un modelo de como
manipular a la población. Tanto unos como los otros (oficialismo y oposición) estarán
del lado del triunfador con lo cual, preguntarles sobre preferencias
ideológicas o convicciones en algún tema es perder el tiempo.
No hay
diferencias entre derechas, centro ni izquierdas dado que estas son etiquetas
que carecen de valor y sentido político. Menos aún entre peronistas o
radicales, progresistas o reaccionarios, todos cierran la boca. Solo basta
recordar a las anteriores gestiones para ver que ninguno se salió de la línea,
incluyendo la charlatana CFK que podrá actuar como populista y hablar como “Eva”
pero su estilo de vida y sus cuentas bancarias reflejan otra cosa.
Sobre lo
mismo, tampoco importaría quien sea el próximo ocupante de La Casa Blanca ya
que como vemos, los políticos argentinos solo son meros arribistas de la
circunstancialidad. Si gana Kamala Harris y los demócratas o lo hace Trump y
los republicanos es indistinto, cualquiera viene bien para pedir lo que siempre
han pedido, ayuda financiera y dinero contante y sonante.
Pero
volviendo a cómo se posiciona un gobierno argentino en el actual marco
geopolítico y sobre la situación de Gaza, la obsecuencia de los Milei es clara
con un valor agregado, su adhesión al sionismo en el sentido de, apoyo
irrestricto a Israel como estado lo dice todo. Como parte de esa ideología, la
muerte de un árabe-palestino, semita al fin, es poca cosa demostrando esa gran
contradicción con la cual los sionistas (alegando antisemitismo) se han
cubierto durante todas estas décadas para no responder por sus crímenes.
El
presidente argentino tiene el “pedigree” para militar en el nacionalismo judío,
o así el mismo cree por ser un converso en la línea de la secta ortodoxa judía
Lubavitch que, dicho sea de paso, se halla acusada e investigada por la justicia
de New York de varios crímenes aberrantes contra niños. Esto último viene a
cuento para poner en circunstancia sobre la moralidad con la que han tratado de
cubrirse o más bien, los sionistas tratan evadir los señalamientos ante
criminalidades tanto particulares como las que se cometen desde el estado
contra la población palestina.
Los Milei y
los adláteres de los medios obviamente no dirán nada de todo esto, con lo cual
quedan bien al mismo tiempo con el Establecimiento norteamericano y con el
círculo rojo nacional. Como dijo Clinton, “es la economía estúpido” lo que
sostiene sus convicciones. Más allá de que Javier Milei ve en Trump un modelo
de admiración y más allá de haber participado en la Convención conservadora, si
gana Harris, le tendrá la misma estima y consideración no solo por que no le
queda otra sino, por que los demócratas están en la misma línea sionista de
apoyar el genocidio palestino sin concesiones.