jueves, 31 de diciembre de 2015

SEGURIDAD Y DEFENSA


¿ESTÁ A TIEMPO MACRI DE CREAR UN VERDADERO APARATO DE SEGURIDAD?

Cuáles serán los lineamientos del gobierno federal y provincial para encarar un descalabrado sistema de seguridad




Por Javier B. Dall y Samantha Maruga


Demasiado poco tiempo para que se le pidan frutos a las políticas de una administración que no llega al mes de gobierno pero, ¿habrá conciencia en el gobierno de Mauricio Macri de la realidad en la que Argentina se halla? Este cuestionamiento está dirigido a una de las áreas que había venido siendo acaparada por intereses políticos y por verdaderos “aprendices de brujo” que lejos estaban de tener la experiencia y las capacidades para ver con antelación como evolucionaría la compleja realidad que hoy tironea a la población.

La seguridad nacional, provincial y hasta la municipal, se encuentra en estado de coma afectada por una enfermedad endémica como es la corrupción. Durante los años del gobierno Kirchnerista, se busco crear una seguridad a la medida de sus intereses políticos y en la mayoría de las veces, completamente disfuncional y superficial. Fueron años de paradojas. Aquel gobierno que se presentaba como “heredero de los Montoneros” setentistas, tenían poner manos a la obra para proveer seguridad policial en ciudades, custodia de fronteras, vigilancia de las aguas territoriales y de los vastos espacios  aéreos que eran proveídos por instituciones a las que combatieron.  

Como la realidad puede por sobre cualquier “utopía” –aunque en los K no había ninguna- y  los anacrónicos discursos setentistas  de una presidente que ni siquiera había tocado una pistola y menos aún conocido la persecución política,  fueron una mácula más a las desacreditadas posturas de un “populismo” bastante lavado con y con olor a cartón mojado. Y como tal, lo efectista era lo que se proponía como política de fondo para un tema tan serio y crucial para la subsistencia de la nación. De este modo, se reclutaron miles de cuadros de policías como si de tropas para una guerra y el presupuesto para solventar todo lo necesario para estos verdaderos ejércitos azules, sería pagado por  los maravillosos “cuarenta millones de argentinos y argentinas”.

Quizá el ejemplo más estrambótico y meramente demagogo haya sido el programa de reclutamiento de la gobernación de la provincia de Buenos Aires con el gobernador Scioli, quien acompañado por el ex montonero Alejandro Granados, convirtieron a la provincia en una verdadera zona de ocupación que además no sirve para el verdadero combate al delito. Como diría un estratega “mucho musculo y poco cerebro” no es la dosificación para lograr un estado de seguridad aceptable. Pero debemos deteneros y preguntarnos ¿Acaso se quería lograr dicho estado? O incluso actualizar la pregunta diciendo ¿Hay coraje para  derruir los aparatos montados sobre una argamasa de partidocracia, dineros negros y funcionarios que obran como empleados más preocupados por cumplir horarios que prestar tan valioso servicio?

Pero solo estamos refiriendo al área de policías metropolitanas y de poblaciones que tienen una demografía medianamente grande. La seguridad va más allá de estos sectores geográficos e incluso, mucho más que la limitada a la presencia y patrullaje policial.  Las estructuras burocráticas y operativas de la “inteligencia” –en todas las jurisdicciones- están seriamente cuestionadas y parecen más dedicados a los negocios sucios del bajo mundo que a la prevención sobre amenazas como el narcotráfico y el terrorismo.  Claramente se hallan cooptadas por las poderosas influencias monetarias del narcotráfico con estrechos lazos políticos, organizaciones trasnacionales  y una –aunque no reconocida- influencia de elementos externos que saben cómo manipular y sacar provecho del caos.

Uno de los pilares de la campaña de Macri fue la proveer seguridad y justicia, dos servicios bastante contaminados y que por el estado de situación actual, requerirá de una profunda revisión, evaluación y reestructuración que sin destruir lo existente, se logre construir una nueva base sin necesidad de crear nuevas leyes o reglamentos –que en la Argentina sobran- sino en la de reclutar a nuevos funcionarios probos, capaces y coherentes, comprometidos con una limpieza sin miramientos.


¿UN BUREAU DE INVESTIGACIONES FEDERAL?


La idea en sí, no es nada novedosa pero, en estos momentos su implementación sería un excelente corta fuegos contra la metástasis de corrupción que ha brotado en todas las instancias de los poderes, en especial el de la justicia. Si la justicia está podrida no es posible exigir a las fuerzas de seguridad ningún tipo de transparencia en sus operaciones; y a su vez, si los representantes de la nación no obran consecuentemente, no es posible encarrilar la situación ni con la mejor ley que sancionen.

Haciendo una relampagueante pasada histórica, hay que recordar que Argentina tenía una prolija estructura de inteligencia policial que se regulo a nivel federal en 1967 con el decreto ley 2322/67 del presidente de facto Onganía. A nivel nacional, la fuerza de custodia para las fronteras a cargo de la Gendarmería Nacional, cuenta con una división contra El Crimen Organizado y Delitos Complejos que ha sido vital en muchos casos de narcotráfico. En las áreas portuarias y sobre las aguas territoriales nacionales, la Prefectura Argentina cuenta con su Dirección de Inteligencia Criminal fue creada allá por 1951, dando también muestras de una notable eficacia contra organizaciones del narcotráfico.  En la provincia de Buenos Aires  la “inteligencia” se centraliza en la DIPPBA o Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires creada allá por 1932 y diseminada por los diferentes partidos y municipios de la provincia que hoy por hoy y tras la creación de las “policías comunales”, se amontonan y superponen en todas las jurisdicciones de la provincia. 

  Si a esto lo multiplicamos por las 23 provincias que componen a la Argentina, veremos que existe una red héterogenea e inconexa de Direcciones, Divisiones y Unidades de Investigaciones que no tienen un hilo en común.

Para salvar esta verdadera e imperdonable falla estructural, los cerebros de Marcri habían diseñado y están estudiando implementar una organización central tipo “Bureau” de investigaciones a nivel federal que, además de dedicarse a investigaciones complejas, tratara de articular las bases informativas de cada jurisdicción provincial. La tarea no se presenta fácil y mucho menos, con ánimo de colaborar por parte de los personeros políticos, judiciales y policiales que manejan los distritos más importantes del narcotráfico en el país.

El problema para este tipo de “Bureau” será el desmantelar las verdaderas cabezas mafiosas que permiten, mediante argucias legales y fachadas comerciales el negocio del narcotráfico a las más altas escalas sociales. 

 Conectado a esto, vemos como la actualidad está mostrando escandalosamente las connivencias del poder político con una de las ramas de este negocio como es el lavado de activos que se diversifica en todo tipo de actividades aparentemente licitas. Hasta el día de hoy la fuga de los tres presuntos “sicarios” de caso “Efedrina” sigue dando que hablar sobre las connivencias entre sectores políticos de la provincia y el sistema penitenciario federal (1). Sobre la suerte de estos tres fugados, seguramente ya no estén  entre nosotros y lo que los medios están presentando como los autores de la balacera contra dos policías en un retén de la ruta provincial 20, se trate  de una mascarada orquestada para desviar la atención pública.

Más allá de que éste episodio haya sido una mojada de oreja a la señora gobernadora, se trata de la demostración de una verdadera estructura de impunidad que no está al alcance de cualquiera y que seguramente está conformada por una mixtura grisácea de grupos de ampones privados, personal penitenciario corrupto y un sistema administrativo y judicial permeado por los mismos dineros que pagaron esta “fuga”.

Es por ello que la construcción de una organización centralizada de investigaciones, federal e inteligente, además de la independencia orgánica y la correspondiente responsabilidad política del estado, debería abarcar todos los niveles de la administración que hacen a la “seguridad y justicia” dispuesta no solamente a encarar los macro desafíos como son el narcotráfico que tiene en algunos casos, fuentes en “Carteles externos” (2) y al “Terrorismo internacional” en el cual –y como se ha comprobado- existen sucias y peligrosas conexiones gubernamentales más dedicadas a “estimularlo” que a combatirlo (3).


LA DEFENSA NACIONAL COMO AUXILIAR


Otra área completamente desencajada y fuera de la compleja realidad que sacude a todo el mundo, es la defensa, materia que es de única y total incumbencia militar pero que en varias áreas, podría prestar un valioso apoyo sin perder la naturaleza del verdadero destino de las Fuerzas Armadas.

Recordar todas las décadas de abandono y relegamiento de ésta área es sobreabundante. La realidad puede ser constatada por cualquiera que éste medianamente informado de cómo se halla el país con sus temas de interés nacional y con respecto a los referidos a la gran geopolítica internacional. Sobre esto último, hay mucha tela para cortar y seguramente será tema de algún artículo futuro pero ahora, solo nos referiremos a lo estrictamente complementario a las fuerzas de seguridad interna.

En aquel sentido actualmente el gobierno viene estudiando varios proyectos de radarización y establecimiento de estaciones de monitoreo aéreo que –en teoría- deberían estar complementadas con una necesaria –y hasta ahora teórica – reestructuración de la Fuerza Aérea que es digno de que se recuerde, presenta un estado calamitoso. Sobre cuáles fueron las implicancias del gobierno CFK sobre esto último, basta decir –y para ser benevolentes- que fue preponderante.

Si Argentina reconstruye un sistema de defensa aérea real y efectivo, no solamente defendería sus espacios aéreos vitales sino también, podría anticiparse a los movimientos de los traficantes que mueven gran parte de su mercancía por aire utilizando aviones privados e incluso algunas fuentes revelan, la utilización de  “Drones”.

Aparentemente y según algunas fuentes, el área de defensa podría adquirir sistemas de vigilancia aérea de mediana modernidad destacándose como sistemas en estudio, los radares españoles “EVA”, Sistemas “SAAB” –poco recomendables ya que es el usan los ingleses- , o Sistemas AN-TPQ-48 de origen estadounidense. Anteriormente habrían habido tratativas para que Rusia proporcionara sus modernos sistemas “OTH” capaces de detectar con mucha antelación, el ingreso de vehículos aéreos tan disimiles como una pequeña avioneta hasta un misil crucero de última generación. 
"Hawkeye"

Como una de las posibles adquisiciones extra, se hallarían en curso tratativas para la adquisición de un avión de alerta temprana  para vigilancia pasiva/activa desde el cielo, teniendo en vista para ser los posibles candidatos dos viejos aviones E-2 “Haweye”  de origen estadounidense para operar especialmente en áreas navales; o un monumental  “Beriev A-50” de origen ruso que, siendo realistas, el gobierno “para-estadounidense de Macri” no vería con buenos ojos,  o algún “Embraer 145 AEW” de origen brasileño.
  
1-      PERFIL.cm. “El abogado de Martín Lanatta denuncio connivencias entre los prófugos y el personal penitenciario”. http://www.perfil.com/policia/El-abogado-de-Martin-Lanatta-denuncio-connivencia-entre-los-profugos-y-el-personal-penitenciario--20151227-0089.html
2-      PERFIL.com. “Un experto mexicano asegura que los carteles se instalaron en el país”. http://www.perfil.com/sociedad/Un-experto-mexicano-asegura-que-los-carteles-se-instalaron-en-el-pais-20150906-0009.html  
3-      GLOBAL RESEARCH.ca. “¿Está la CIA detrás del terrorismo global” http://www.globalresearch.ca/est-la-cia-detr-s-del-terrorismo-global/5840


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