SEGURIDAD Y DEFENSA
¿ESTÁ A TIEMPO
MACRI DE CREAR UN VERDADERO APARATO DE SEGURIDAD?
Cuáles serán los lineamientos del gobierno federal y provincial para encarar un descalabrado sistema de seguridad
Por Javier B.
Dall y Samantha Maruga
Demasiado poco tiempo para que se le pidan frutos a las
políticas de una administración que no llega al mes de gobierno pero, ¿habrá
conciencia en el gobierno de Mauricio Macri de la realidad en la que Argentina
se halla? Este cuestionamiento está dirigido a una de las áreas que había
venido siendo acaparada por intereses políticos y por verdaderos “aprendices de
brujo” que lejos estaban de tener la experiencia y las capacidades para ver con
antelación como evolucionaría la compleja realidad que hoy tironea a la
población.
La seguridad nacional, provincial y hasta la municipal,
se encuentra en estado de coma afectada por una enfermedad endémica como es la
corrupción. Durante los años del gobierno Kirchnerista, se busco crear una
seguridad a la medida de sus intereses políticos y en la mayoría de las veces,
completamente disfuncional y superficial. Fueron años de paradojas. Aquel
gobierno que se presentaba como “heredero de los Montoneros” setentistas,
tenían poner manos a la obra para proveer seguridad policial en ciudades,
custodia de fronteras, vigilancia de las aguas territoriales y de los vastos
espacios aéreos que eran proveídos por
instituciones a las que combatieron.
Como la realidad puede por sobre cualquier “utopía” –aunque
en los K no había ninguna- y los
anacrónicos discursos setentistas de una
presidente que ni siquiera había tocado una pistola y menos aún conocido la
persecución política, fueron una mácula
más a las desacreditadas posturas de un “populismo” bastante lavado con y con
olor a cartón mojado. Y como tal, lo efectista era lo que se proponía como
política de fondo para un tema tan serio y crucial para la subsistencia de la
nación. De este modo, se reclutaron miles de cuadros de policías como si de
tropas para una guerra y el presupuesto para solventar todo lo necesario para
estos verdaderos ejércitos azules, sería pagado por los maravillosos “cuarenta millones de
argentinos y argentinas”.
Quizá el ejemplo más estrambótico y meramente demagogo
haya sido el programa de reclutamiento de la gobernación de la provincia de
Buenos Aires con el gobernador Scioli, quien acompañado por el ex montonero
Alejandro Granados, convirtieron a la provincia en una verdadera zona de
ocupación que además no sirve para el verdadero combate al delito. Como diría
un estratega “mucho musculo y poco cerebro” no es la dosificación para lograr
un estado de seguridad aceptable. Pero debemos deteneros y preguntarnos ¿Acaso
se quería lograr dicho estado? O incluso actualizar la pregunta diciendo ¿Hay
coraje para derruir los aparatos
montados sobre una argamasa de partidocracia, dineros negros y funcionarios que
obran como empleados más preocupados por cumplir horarios que prestar tan
valioso servicio?
Pero solo estamos refiriendo al área de policías
metropolitanas y de poblaciones que tienen una demografía medianamente grande. La
seguridad va más allá de estos sectores geográficos e incluso, mucho más que la
limitada a la presencia y patrullaje policial.
Las estructuras burocráticas y operativas de la “inteligencia” –en todas
las jurisdicciones- están seriamente cuestionadas y parecen más dedicados a
los negocios sucios del bajo mundo que a la prevención sobre amenazas como el
narcotráfico y el terrorismo. Claramente
se hallan cooptadas por las poderosas influencias monetarias del narcotráfico
con estrechos lazos políticos, organizaciones trasnacionales y una –aunque no reconocida- influencia
de elementos externos que saben cómo manipular y sacar provecho del caos.
Uno de los pilares de la campaña de Macri fue la proveer
seguridad y justicia, dos servicios bastante contaminados y que por el estado
de situación actual, requerirá de una profunda revisión, evaluación y
reestructuración que sin destruir lo existente, se logre construir una nueva
base sin necesidad de crear nuevas leyes o reglamentos –que en la Argentina
sobran- sino en la de reclutar a nuevos funcionarios probos, capaces y
coherentes, comprometidos con una limpieza sin miramientos.
¿UN BUREAU DE INVESTIGACIONES FEDERAL?
La idea en sí, no es nada novedosa pero, en estos
momentos su implementación sería un excelente corta fuegos contra la metástasis
de corrupción que ha brotado en todas las instancias de los poderes, en
especial el de la justicia. Si la justicia está podrida no es posible exigir a
las fuerzas de seguridad ningún tipo de transparencia en sus operaciones; y a
su vez, si los representantes de la nación no obran consecuentemente, no es
posible encarrilar la situación ni con la mejor ley que sancionen.
Haciendo una relampagueante pasada histórica, hay que
recordar que Argentina tenía una prolija estructura de inteligencia policial que
se regulo a nivel federal en 1967 con el decreto ley 2322/67 del presidente de
facto Onganía. A nivel nacional, la fuerza de custodia para las fronteras a
cargo de la Gendarmería Nacional, cuenta con una división contra El Crimen
Organizado y Delitos Complejos que ha sido vital en muchos casos de
narcotráfico. En las áreas portuarias y sobre las aguas territoriales
nacionales, la Prefectura Argentina cuenta con su Dirección de Inteligencia
Criminal fue creada allá por 1951, dando también muestras de una notable
eficacia contra organizaciones del narcotráfico. En la provincia de Buenos Aires la “inteligencia” se centraliza en la DIPPBA
o Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires creada
allá por 1932 y diseminada por los diferentes partidos y municipios de la
provincia que hoy por hoy y tras la creación de las “policías comunales”, se
amontonan y superponen en todas las jurisdicciones de la provincia.
Si a
esto lo multiplicamos por las 23 provincias que componen a la Argentina,
veremos que existe una red héterogenea e inconexa de Direcciones, Divisiones y
Unidades de Investigaciones que no tienen un hilo en común.
Para salvar esta verdadera e imperdonable falla
estructural, los cerebros de Marcri habían diseñado y están estudiando
implementar una organización central tipo “Bureau” de investigaciones a nivel federal
que, además de dedicarse a investigaciones complejas, tratara de articular las
bases informativas de cada jurisdicción provincial. La tarea no se presenta
fácil y mucho menos, con ánimo de colaborar por parte de los personeros políticos,
judiciales y policiales que manejan los distritos más importantes del
narcotráfico en el país.
El problema para este tipo de “Bureau” será el
desmantelar las verdaderas cabezas mafiosas que permiten, mediante argucias
legales y fachadas comerciales el negocio del narcotráfico a las más altas
escalas sociales.
Conectado a esto,
vemos como la actualidad está mostrando escandalosamente las connivencias del
poder político con una de las ramas de este negocio como es el lavado de
activos que se diversifica en todo tipo de actividades aparentemente licitas. Hasta
el día de hoy la fuga de los tres presuntos “sicarios” de caso “Efedrina” sigue
dando que hablar sobre las connivencias entre sectores políticos de la
provincia y el sistema penitenciario federal (1). Sobre la suerte de estos tres
fugados, seguramente ya no estén entre
nosotros y lo que los medios están presentando como los autores de la balacera
contra dos policías en un retén de la ruta provincial 20, se trate de una mascarada orquestada para desviar la
atención pública.
Más allá de que éste episodio haya sido una mojada de
oreja a la señora gobernadora, se trata de la demostración de una verdadera
estructura de impunidad que no está al alcance de cualquiera y que seguramente
está conformada por una mixtura grisácea de grupos de ampones privados, personal
penitenciario corrupto y un sistema administrativo y judicial permeado por los
mismos dineros que pagaron esta “fuga”.
Es por ello que la construcción de una organización centralizada
de investigaciones, federal e inteligente, además de la independencia orgánica
y la correspondiente responsabilidad política del estado, debería abarcar todos
los niveles de la administración que hacen a la “seguridad y justicia”
dispuesta no solamente a encarar los macro desafíos como son el narcotráfico
que tiene en algunos casos, fuentes en “Carteles externos” (2) y al “Terrorismo
internacional” en el cual –y como se ha comprobado- existen sucias y
peligrosas conexiones gubernamentales más dedicadas a “estimularlo” que a
combatirlo (3).
LA DEFENSA NACIONAL COMO AUXILIAR
Otra área completamente desencajada y fuera de la compleja
realidad que sacude a todo el mundo, es la defensa, materia que es de única y
total incumbencia militar pero que en varias áreas, podría prestar un valioso
apoyo sin perder la naturaleza del verdadero destino de las Fuerzas Armadas.
Recordar todas las décadas de abandono y relegamiento de
ésta área es sobreabundante. La realidad puede ser constatada por cualquiera
que éste medianamente informado de cómo se halla el país con sus temas de
interés nacional y con respecto a los referidos a la gran geopolítica
internacional. Sobre esto último, hay mucha tela para cortar y seguramente será
tema de algún artículo futuro pero ahora, solo nos referiremos a lo
estrictamente complementario a las fuerzas de seguridad interna.
En aquel sentido actualmente el gobierno viene estudiando
varios proyectos de radarización y establecimiento de estaciones de monitoreo
aéreo que –en teoría- deberían estar complementadas con una necesaria –y
hasta ahora teórica – reestructuración de la Fuerza Aérea que es digno de
que se recuerde, presenta un estado calamitoso. Sobre cuáles fueron las
implicancias del gobierno CFK sobre esto último, basta decir –y para ser
benevolentes- que fue preponderante.
Si Argentina reconstruye un sistema de defensa aérea real
y efectivo, no solamente defendería sus espacios aéreos vitales sino también,
podría anticiparse a los movimientos de los traficantes que mueven gran parte
de su mercancía por aire utilizando aviones privados e incluso algunas fuentes
revelan, la utilización de “Drones”.
Aparentemente y según algunas fuentes, el área de defensa
podría adquirir sistemas de vigilancia aérea de mediana modernidad destacándose
como sistemas en estudio, los radares españoles “EVA”, Sistemas “SAAB” –poco
recomendables ya que es el usan los ingleses- , o Sistemas AN-TPQ-48 de
origen estadounidense. Anteriormente habrían habido tratativas para que Rusia
proporcionara sus modernos sistemas “OTH” capaces de detectar con mucha
antelación, el ingreso de vehículos aéreos tan disimiles como una pequeña
avioneta hasta un misil crucero de última generación.
"Hawkeye" |
Como una de las posibles
adquisiciones extra, se hallarían en curso tratativas para la adquisición de un
avión de alerta temprana para vigilancia
pasiva/activa desde el cielo, teniendo en vista para ser los posibles
candidatos dos viejos aviones E-2 “Haweye” de origen estadounidense para operar
especialmente en áreas navales; o un monumental “Beriev A-50” de origen ruso que, siendo
realistas, el gobierno “para-estadounidense de Macri” no vería con buenos ojos,
o algún “Embraer 145 AEW” de origen
brasileño.
1-
PERFIL.cm. “El abogado de Martín Lanatta
denuncio connivencias entre los prófugos y el personal penitenciario”. http://www.perfil.com/policia/El-abogado-de-Martin-Lanatta-denuncio-connivencia-entre-los-profugos-y-el-personal-penitenciario--20151227-0089.html
2-
PERFIL.com. “Un experto mexicano asegura que
los carteles se instalaron en el país”. http://www.perfil.com/sociedad/Un-experto-mexicano-asegura-que-los-carteles-se-instalaron-en-el-pais-20150906-0009.html
3-
GLOBAL RESEARCH.ca. “¿Está la CIA detrás del
terrorismo global” http://www.globalresearch.ca/est-la-cia-detr-s-del-terrorismo-global/5840
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