viernes, 5 de julio de 2024

 

PERSPECTIVAS PARA UNA NUEVA ADMINISTRACIÓN DE TRUMP

Con la evidencia de la inocultable incapacidad de Joe Biden de incluso poder terminar su mandato y la asombrosa exoneración al candidato Trump por parte de la Corte Suprema todo indica que será este último el próximo inquilino de La Casa Blanca ¿Qué podemos esperar de este regreso?

 

Por Charles H. Slim

Es un hecho que los demócratas la embarraron en grande durante los cuatro años que estuvieron en el poder y Joe Biden en particular ayudo mucho en ello. Desde sus distópicas y demagógicas políticas domésticas hasta las imperdonables torpezas en política exterior (Afganistán, Ucrania e Israel), especialmente en los últimos dos casos que han puesto al mundo al borde de la tercera guerra, han llevado a los EEUU por un camino de incertidumbre dejando muy claro que ha perdido el rumbo que alguna vez fijaron sus fundadores.

Si recordamos que George Washington dijo y quedo plasmado en su discurso de despedida, que los principales intereses de la Unión con respecto a otras naciones extranjeras eran ampliar las relaciones comerciales sin mezclarlas con las relaciones políticas o hacerlo de la menor manera posible, intuimos que algo no calza con la realidad contemporánea. Esta breve referencia informa sobre como las administraciones posteriores -incluido en cierta medida a Trump- hasta llegar al presente han deformado el espíritu político original que tenía EEUU, llevándola a un enredo geopolítico actual imposible de deshacer.

En resumen, los padres fundadores diferenciándose de sus colonizadores británicos, habían sentado las bases de una política exterior no intervencionista.

La OTAN es el epítome de esta situación. Creada en 1949 para contra restar la temida influencia política de la URSS que seis años después y por razón de aquella creo su contrapartida PAC VAR, hace tiempo que dejó de tener ese propósito ¿Por qué? Porque hace ya 33 años que dicha amenaza desapareció. Entonces ¿Por qué sigue en pie?

La respuesta más general y a grandes rasgos que se puede dar es que, es un negocio muy lucrativo para cerrarlo.

Como este es un hecho imposible de negar, los imaginativos cerebros del partido de la guerra compuesto por neoconservadores (demócratas y republicanos) y socios interesados como son los Lobbies pro-Israel y todo el arco de sionistas que les sirven (judíos y no judíos) han superpuesto a aquellos intereses mencionados por Washington y Jefferson la idea de una “obligación moral” de que EEUU vaya por el mundo esparciendo la democracia y la libertad, que en realidad son excusas para concretar objetivos políticos-negociales ligados a sus propios intereses.  

Esto ha conformado la base de grandes calamidades contemporáneas detrás de las cuales se hallan grandes negociados y fraudes de estos sectores para beneficio propio a costa de la Unión y que han llevado a verse involucrado en cuanta guerra le convenga a esos intereses. Biden ha hecho una gran contribución en esta corruptela y Ucrania será una herencia pesada para quien lo suceda.

El cambio de polaridad es notorio. Del no intervencionismo de los padres fundadores que respeta la autonomía política de las otras naciones al feroz y descarnado intervencionismo que ha llegado a niveles extremadamente obscenos ¿Retomaría Trump estos principios fundacionales?

Cuando Donald Trump entro a La Casa Blanca en 2016, lo hizo de la mano de una imagen contraria a esta situación denunciando a la corrupta elite política y financiera como los beneficiarios de esto. Es cierto y en concordancia con ello ataco a la adhesión de EEUU a la OTAN involucrando a los “fellows americans” en guerra ajenas haciendo centro en la desigualdad en los aportes que prestan cada uno de los miembros. Los estadounidenses llevan la mayor parte de la carga para el sostenimiento de esta organización y ello hace a costa de los contribuyentes. Esa es la visión de Trump sobre la injerencia en política exterior que solo pasa por lo estrictamente económico, pero ¿Qué sucedería si esas cargas económicas se equipararan?, ¿Trump seguiría siendo un opositor a mantener al país en la OTAN?

Adelanto que ello no cambiaría su posición. Trump no es el aislacionista que muchos hablan y mucho menos, que surja de los fundamentos de los padres fundadores. Como buen empresario y hombre de negocios, el interés hace a la medida de sus acciones y si la gratificación es interesante que no queden dudas que hará lo mismo que sus predecesores.

Pero más allá de esta peculiaridad personal, Trump demostró durante su administración que su aislacionismo no lo era tanto. Durante su administración suministró misiles “Javelin” y otros equipos a los neonazis de Kiev que fueron usados contra los pobladores del Donbás.  Su reprobable reconocimiento de Jerusalen como capital del estado de Israel, dio prueba de que podía ir tan lejos como cualquiera de los serviles del “estado profundo” que él criticaba. Otra fue, su enconada oposición a negociar en buenos términos con China y su fracaso de llegar a un entendimiento con Corea del Norte, marcando de forma indirecta el acatamiento a la agenda de los neoconservadores del Partido de la guerra. La única diferencia con agenda de estos último es su respeto y cierta admiración hacia el mandatario ruso algo que parte de aquellos no le toleran.

Pero también, hubo otras señales controvertidas y más cruentas que echan por tierra ese supuesto aislacionismo. Recordemos como su autorización para que la CIA (con la implicancia israelí) asesinara en enero del 2020 al comandante iraní Qassem Soleimani en momentos que salía del aeropuerto de Bagdad, (además de las inmediatas consecuencias) marco otra señal de apoyo a la geopolítica de Israel que veía con temor el despliegue iraní en Quneitra, Siria.

En conclusión, podemos ver que Donald Trump no es el outsider que los medios establecidos habían vendido y que como cualquier político de la elite en Washington es tan pragmático como su conveniencia se lo indique, haciendo todo lo que el estado profundo le ordene. Incluso si llegase a tratar de esquivar esos intereses impulsado por su impredecible personalidad, correrá serio riesgo de ser removido de La Casa Blanca.

Es por eso que olvídense que hará algo por detener la guerra en Ucrania -salvo que tome enserio los aprestos de la Federación Rusa- y mucho menos en ponerle límites al pequeño y sanguinario estado de Israel.

 

 

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