MORAL, ETICA Y GEOPOLITICA DEL CAOS
La importancia de volver a respetar estos valores para las relaciones
internacionales
Por
Charles H. Slim
¿Qué clase de peste ha enfermado al mundo al
punto de que hoy se halla en un estado de continua degradación? Tal vez la
pregunta resulte muy apocalíptica, pero sin dudas responde a la realidad
imperante en la que somos testigos de aberraciones políticas y humanas que
parecieran salidas de una película de terror. Las relaciones políticas las
entablamos los hombres y como tales, somos los responsables de sus resultados.
Si existen malas políticas significa que hay malos políticos o también, malos
hombres de quienes provienen ¿Quién es entonces el responsable último: el
hombre o sus malas decisiones?
Para escrutar este asunto y obtener una respuesta, sería necesario un
abordaje filosófico muy profundo. Solo veamos como esta dicotomía afecta a las
relaciones políticas y geopolíticas en la actualidad.
Partiendo de que la raza humana es una sola, todas las demás
estratificaciones por etnia, religión, clases sociales, económicas, sexo etcetc
para tratar de plantear excepcionalismos arbitrarios, son simplemente odiosas.
Si tomamos en cuenta esto ¿Quiénes pueden arrogarse la supremacía para estar
por encima de otros? Si aceptamos que existen humanos más valiosos o superiores
que otros, reconoceríamos una división dentro de la raza humana en la cual los
superiores pueden subyugar a los inferiores. Obviamente eso no existe, pese a
que hay situaciones de la realidad política que intentan justificarlo.
Supuestamente, tras la firma en 1945 de la Carta de Naciones Unidas
toda arbitrariedad sería combatida.
Se supone que la moral marca los límites del accionar en una persona
que sabe la diferencia entre lo bueno y lo malo. La ética es precisamente el
apego de una conducta personal basada en la moral. Indistintamente a la
cultura, las creencias y la religión de una persona los conceptos de moral y
ética son semejantes. Así, si causar dolor provoca malestar en igual forma a un
occidental, a oriental, blanco, negro, amarillo, se deduce que causarlo es malo
y moralmente reprobable. Considerando esto, matar, robar, engañar, torturar, ejercer
la perfidia como vías para llevar adelante políticas de estado y geopolíticas
determinadas ¿Pueden considerarse como conductas basadas en alguna ética
apegadas a la moral?
Una aclaración: No se busca la moralización de la política ni nada
menos, solo que se apoye en la razón.
Así y entrando en tema ¿Quién designo a los EEUU como el líder de la
libertad del mundo? O ¿Quiénes han sentenciado que los pueblos asiáticos y en
especial naciones cómo Rusia, China y el mundo islámico son la maldad sobre la
tierra? O ¿Por qué las conductas de unos parecieran estar por encima de reglas
que se han creado para dar equidad a las relaciones?
Estas preguntas van direccionadas a ver realidades de la geopolítica
actual que han marcado y siguen marcando la suerte de millones de seres humanos
desde la mitad del siglo XX hasta el presente con muchas posibilidades de terminar
en una catástrofe. Desde el final de la Guerra fría, una agresiva pero
subrepticia política de globalizar al mundo (a imagen y semejanza de occidente)
fue creando desigualdades, enconos, desconfianza y guerras. EEUU desde
comienzos de los noventas, basado en sus intereses estratégicos fue elaborando
a su nuevo enemigo (al Islam) y para ello creo las condiciones para presentarlo
ante el público como la amenaza inminente ¿Podían considerarse moral estas
maquinaciones?
Bajo el halo de “superpotencia” fue preparando una agenda geopolítica
basada en la conspiración, la agresión y la expoliación de recursos de otras
naciones. Divide y conquista resume la idea. Esto no fue una suposición, todo
fue planeado y puesto por escrito. El paper de Paul Wolfowitz escrito en 1992
que posteriormente dio origen a la llamada “doctrina Wolfowitz” es la
declaración más evidente de una geopolítica imperial y oscura basada en la
unilateralidad a cualquier costo basada en, eliminar a la competencia ¿Respeta
alguna concepción moral esta guía?
El mismo Wolfowitz era a su vez parte de un grupo de neoconservadores
quienes, unidos por su lealtad a una política supremacista de Israel en el
Oriente Medio, en 1996 se unieron para deliberar los pasos a seguir y para ello
pergeñaron y también llevaron al papel los planes que debían ponerse en
ejecución para esos fines. El resultado de ello fue el PNAC o en castellano el
Proyecto Norteamericano para el Nuevo Siglo en el cual surge la necesidad de un
evento traumático para EEUU que justificase lanzarse a la conquista y
destrucción de los países árabes-islámicos. Solo considerando estos planes
¿Pueden considerarse con algún viso de moralidad semejantes objetivos? Y que
podríamos decir de ese evento traumático que muy convenientemente se dio el
11/S de 2001 ¿Casualidad o causalidad? Si el gobierno fue tan siniestro en
crearlo bajo la modalidad de un ataque de Falsa Bandera sacrificando a sus
propios ciudadanos ¿Qué clase de moralidad es esa? Aquí simplemente no hay
moralidad alguna.
Cuando ello le sirvió a esos hombres del gobierno para activar el PNAC
y poner en marcha la llamada “guerra preventiva”, un vez lanzada había que
justificar su perpetuación como parte de los negocios que iban detrás de las
tropas. Así surgió la llamada “doctrina Rumsfeld” quien como Secretario de
Defensa de George W. Bush fue el responsable y en parte orquestador de la
brutal invasión a Iraq en 2003 y justificar (mediante mentiras, engaños y
practicas criminales) su ocupación con inhumanas consecuencias ¿Qué moralidad
puede hallarse detrás de esa doctrina que significó el asesinato de más de un
millón y medio de seres humanos y lisiado a otro tanto?
Esta doctrina en último término pretende instaurar el caos en todas las
regiones donde EEUU interviene como una manera controlar y sujetar a sus
títeres ¿Qué moralidad hay en crear problemas para vender soluciones?
Cuando Obama llego a la Casa Blanca en 2009 hizo todo lo contrario a lo
prometido e incluso, su política exterior fue refinadamente más siniestra (pero
igualmente letal) a la de sus antecesores dejando como saldo más guerras y más
sufrimiento. Así situaciones como la intervención y destrucción de Libia, el intento
de repetirlo en Siria, la puesta a rodar del embuste del ISIS en Iraq, los indiscriminados
programas de asesinatos de la CIA sobre Pakistán y Yemen y su participación en
el golpe de estado en Ucrania, germen de lo que hoy sucede allí, son la muestra
más clara de una ausencia de moralidad en las decisiones políticas y menos aún,
de razonabilidad bien entendida.
Considerando todo esto y de no haber reales cambios en los hombres que
toman decisiones, la moralidad, la ética seguirán siendo solo palabras huecas
en sus discursos y conseguir la paz será casí imposible.
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