EN DEBATE
“MOVIMIENTOS EN
EL TABLERO AFRICANO”
La operación lanzada en 2010 por occidente con el objeto de reconfigurar el Medio Oriente y que los medios engañosamente llamaron “Primavera árabe” parece abrir un nuevo capítulo que pareciera evidenciar el inicio de otra intentona con el mismo fin
Por Pepe Beru
En todos los aspectos y niveles de la política –y más aún la internacional- nada ocurre
al azar o es producto de las casualidades. Si el vocero del Departamento de
Estado norteamericano o del Foreign Office británico dicen: “nos ha tomado por
sorpresa tal hecho o evento”, créanlo, eso es mentira. Cuando los medios
masivos occidentales y sus gobiernos dan explicaciones con este tipo de
argumentos o directamente pasan por alto situaciones que pueden hacer pensar a
la opinión pública, hay algo grande preparándose detrás del telón. Este breve
prologo está dedicado para ver qué es lo que ha sucedido casi de forma
simultánea en las últimas semanas en tres países árabes de mucho interés
estratégico para Washington, Londres e
Israel y nos referimos a Sudán, Libia y Argelia.
Como en 2010, todo comenzó con el descontento social
y político por la innegable situación de insoportable corrupción en países
árabes como Túnez que fueron aprovechadas por células de agencias de
inteligencia occidentales para –mediante
la manipulación de las redes sociales- crear “protestas espontaneas” que
fueron creciendo en intensidad y violencia hasta convertirse en hordas de
milicianos armados que con el paso de los meses fueron sofisticando sus
pertrechos a tal nivel, que los medios debieron inventar los más diversos y
ridículos argumentos que taparan la realidad de lo que verdaderamente estaba
pasando detrás de los montajes para vender bajo el nombre de la “Primavera
árabe”.
Hace una semana atrás se corrían noticias muy
extrañas provenientes de la Libia balcanizada por la OTAN (de la cual entre
otros salieron los principales jefes del “ISIS”) y que hacían referencia a la
huida súbita de los asesores militares y toda la representación norteamericana
en el país árabe ¿Pero por qué? Aparentemente los viejos amigos de una de las
facciones que ellos mismos habían apoyado para traicionar y derrocar a Gadaffy en
2011 ahora estaban cercando Trípoli[1]. Gracias
a esta invasión que “Al Qaeda” y el por entonces prototipo del “ISIS”, se
desarrollaron en Libia y sin problemas se trasladaron a Siria. Las explicaciones de Washington, por más
imaginativas que ellas sean para poder
lavarse las manos en este asunto, no serán suficientes para convencer a un
Comité de Inteligencia del Senado si se abriera una investigación.
Otro de los implicados en el desastre libio fue sin
dudas Naciones Unidas, que tras prestarse a los enjuagues políticos de la
entonces Secretaria de Estado Hillary Clinton, hundió a la organización aún más
en la ciénaga de la incredulidad. Por
ello y sin dudas, se trata de otro asunto sucio de occidente que queda expuesto
a la luz de la opinión.
Desde Argentina la noticia era vista –y como de costumbre- con el prisma
monocromático de la Corporación de medios anglosajona que desde hace tiempo
nutre a la red empresaria de medios local, salvo claro la intervención de los
medios rusos quienes comenzaron a tener llegada a gran parte de los habitantes de
la región y que en gran medida ayudaron a repensar las noticias e ir develando
grandes embustes que se escondían por detrás de estos movimientos y los atroces
crímenes en que desembocaron tras el derrocamiento del gobierno libio en 2011.
El tiempo vindico esta visión oriental de los eventos y hoy sabemos por ejemplo,
que británicos, franceses, qataríes, israelíes y sauditas –apoyados discretamente por Washington- con el contubernio de la Hermandad Musulmana (una organización
basada sobre una ideología seudo religiosa creada por los británicos y el “Gran
Mufti” egipcio hace más de un siglo)[2] desplegaron
batallones de mercenarios (Yihadistas) y que a Mohammar Al Gadaffi lo
asesinaron esos mismos mercenarios pagados y que muchos de ellos ni eran libios
ni árabes.
Por supuesto que revelar y menos aún debatir semejantes
puntos de vista en un país gobernado por sectores políticos que se hallan
controlados por embajadas como la de Gran Bretaña, ello no era (y aún menos lo
sería hoy) aceptado como una “versión seria” de los hechos y durante mucho
tiempo sus noticieros y columnistas de opinión de los medios calificados de
conservadores, se dedicaron a discurrir
las anodinas y maquilladas versiones bajadas desde los medios estadounidenses
y europeos.
Hoy con los acontecimientos que nuevamente se están
desarrollando en el estratégico cuerno de África nos vuelve a llamar a la
reflexión sobre quiénes y qué se está buscando con los cambios impulsados. En Argentina pocos o muy pocos saben que el 11
de abril último hubo un golpe de estado contra el presidente sudanés Omar Al
Bashir; incluso menos son quienes saben quién es este hombre y cuál es su
historia. Desde los medios occidentales se dirá que se trata de un hombre malo
y un réprobo gobernante musulmán, responsable de toda la cruenta situación en
su país; pero algo que jamás dirán es que siempre estuvo en la secretitud y
desde muchísimo tiempo, apoyado por las potencias occidentales (particularmente
Gran Bretaña) para servir de contrafuego de las aspiraciones de otros intereses
geopolíticos (caso de China). Como bien lo informan autorizadas fuentes, el
origen de la violencia en el Sudán data desde comienzos del siglo XX, en pleno
de la colonia británica en el Norte de África con base en Egipto y en lo que
hace al verdadero papel del régimen de Omar Al Bashir en dicho punto del mapa,
revela las incumbencias más impensadas de la política internacional o es que ¿Acaso
alguien en Buenos Aires se imaginó siquiera que sudaneses de 14 a 17 años de
edad fueron enviados a combatir a los Houtis en Yemen bajo directivas de Riad y
conveniencia de Tel Aviv? En realidad,
pocos serían los periodistas con criterio independiente que se atrevieran a
discurrir sobre semejante contubernio.
No hay que olvidar que pese a que el Sudán ha sido
pintado como el refugio o el santuario de terroristas perseguidos por la
“justicia”, ello era una mera máscara para engañar a los incautos. La entrega
en bandeja de Carlos Ilich Ramírez Sánchez alias “El Chacal”[3] y
el asilo concedido al agente de la CIA Osama Bien Ladem[4]
luego del 11 de septiembre de 2001, son los ejemplos cabales de cuál era el
verdadero Status Quo en Jartum.
Obviamente, con la instauración de éste gobierno militar pro saudita,
las cosas no cambiaran.
Estas inconfesables relaciones oscuras guardadas
mucho tiempo bajo el velo de la clandestinidad cómplice de semejantes actores,
revela el porqué del destino de un hombre como Al Bashir y su aparente impunidad
ante los requerimientos de la Corte Penal Internacional. Ni a Londres, ni a
Washington y mucho menos a Tel Aviv le interesaba cuestionar la brutalidad de
éste representante de la Hermandad
Musulmana tan útil y activa en el proceso de descomposición política
impulsado durante la era Obama sobre el mundo árabe.
Es por ello que el derrocamiento del presidente
sudanés Omar Al Bashir sin dudas responde a otras causales y ellas claramente
están ligadas a los intentos desesperados de Washington y Londres por retomar
sus objetivos por reconfigurar definitivamente el mundo árabe-islámico (fracasada
en Siria) poniendo a la cabeza de las operaciones a uno de sus más prominentes
alfiles en la región como sin dudas lo es Arabia Saudita, actor principal en el
apoyo al golpe militar contra Al Bashir.
[1] THE SUNDAY TIMES. “US Military
pulls out of Lybia as rebels close in on Tripoli”. Published in April 8, 2019, https://www.thetimes.co.uk/article/us-military-pulls-out-of-libya-as-rebels-close-in-on-tripoli-xnpsws5r9
[2]
The Guardian.com. “No merezco esto: El solicitante de asilo egipcio en el limbo
en el Reino Unido”. Publicado el 30 de marzo de 2019. https://www.theguardian.com/world/2019/mar/30/i-do-not-deserve-this-the-egyptian-asylum-seeker-in-limbo-in-uk
[4] GreenLeft.org.au.
“Cómo la CIA creo a Osama Bin Ladem”. Publicado el 18 de septiembre de 2001. https://www.greenleft.org.au/content/how-cia-created-osama-bin-laden