“UNA PINZA DE TRES PUNTAS”
¿Por qué Tel Aviv realizó los recientes ataques
informáticos contra el programa nuclear iraní?
Por Dany Smith
Si el engaño y la sorpresa son elementos importantes
para lanzar una operación militar, tomar la iniciativa y ganar el “momentum” es
central para derrotar a un enemigo. Eso lo saben y muy bien lo han explotado
los israelíes en todo lo que tiene de existencia el estado de Israel. En los
últimos diez años los ataques terroristas y los sabotajes contra la
infraestructura cintifica iraní han venido siendo combinados con sofisticados
ataques cibernéticos utilizando potentes virus informáticos. Estos se han convertido
una de las vías de sabotaje más utilizadas por las ciberunidades de guerra del
estado de Israel.
El avance en la tecnología informática ha llegado a
tales extremos que si un estado como Israel pretende anular todo el sistema
eléctrico de una ciudad o de un país vecino o del otro lado del hemisferio,
podría conseguirlo con un “click” desde una consola montada en algún recinto
secreto (Base de Ciberguerra) bajo las arenas del desierto Bersheva. Los
alcances de ésta sofisticadas tácticas de terror y extorsión contra la
soberanía de otros estados parecen estar lejos de ser (o tal vez no querer) controladas
por Naciones Unidas. Durante la administración de Donald Trump la cooperación
estratégica en el campo de la Ciberguerra y el Ciberespionaje entre EEUU e
Israel, prospero a niveles que se mantienen bajo estricto secreto, aunque es
sabido que parte importante de las tareas que llevan adelante, se hallan el
espionaje de las redes globales del internet y los ataques informáticos como el
visto.
Distraer la vista de la opinión pública es una de
las estratagemas más vistas en los conflictos modernos y eso lo hemos visto en
varios escenarios con la inocultable (y desvergonzada) colaboración de los
grandes medios. Lanzar la piedra en una dirección contraria a donde realmente se
pretende golpear es un viejo truco que sigue funcionando, pero no como en tiempos
pasados ¿Recuerdan la última guerra entre Armenia y Azerbaiyán? Hasta el día de
hoy nadie sabe explicar o probar quién de ambos fue el que comenzó la contienda
siendo una de las posibilidades que un tercer actor agazapado en las sombras
hubiera creado el incidente que encendió la mecha. Es sabido que Tel Aviv desde
hace años intenta posicionar células con bases permanentes en el Cáucaso (como
en el Kurdistán iraquí) para operar solapadamente contra Irán. Igualmente, muy convenientemente esto les
sirvió a ciertos intereses (que se relacionaban con ambos bandos) para
capitalizar negocios futuros vinculados con la explotación de gas con el
vencedor. Fue por ello que el gobierno armenio y los armenios en general
consideraron el apoyo de Israel a Azerbaiyán como una traición.
El ataque cibernético del 11 de abril último contra
las instalaciones nucleares de Natanz se inscriben en una larga lucha intestina
de Israel y de EEUU por tratar de desestabilizar los progresos tecnológicos de
Irán algo que además de violatorio de la Carta de Naciones Unidas es claramente
contrario a la ley internacional. Pero
éste episodio que no es otra cosa que un ataque terrorista altamente
sofisticado, pero terrorista al fin, pudo haber tenido consecuencias mucho más
destructivas que las informadas por Teherán. Según denunció el canciller iraní Mohammad
Javad Zarif este hecho que catalogo como “crimen de guerra” y “terrorismo
nuclear” pudo haber causado la liberación de material radiactivo que podría
haber tenido severas consecuencias humanas y ambientales. Ciertamente el
razonamiento es atendible dado que si se hubiera producido un colapso que
terminara en una fuga radiactiva o aún peor, una explosión nuclear ¿Quién
podría luego advertir la diferencia entre un accidente o un sabotaje?
Sin dudas esto a puesto en la mesa una situación que
los medios occidentales obvian de clarificar ¿Quién pondrá límites claros a
estas constantes agresiones?
Es un hecho que las células del Mossad que durante
años pudieron infiltrarse y crear bases locales en países como Iraq y Jordania de
un tiempo a esta parte se encuentran bajo un constante ataque que ya acusa varios
reveces, incluso bajas y la perdida de sus algunas bases secretas que les
posibilitaba operar contra Siria e Irán. Pero también se están produciendo
ataques directos contra objetivos navales israelíes que desde la firma de los
acuerdos con los Emiratos Árabes Unidos incursionan en aguas de la península
arábiga como respuesta a los sabotajes que las unidades especiales israelíes “Sayeret”
han llevado a cabo contra tanqueros iraníes. Uno de estos hechos sucedió en el
Golfo de Omán en febrero pasado cuando el buque portacontenedores israelí “MV
HELIOS RAY” que se hallaba próximo a Dubai registró varias explosiones algo de
lo cual Tel Aviv inmediatamente acuso a Irán, algo que Teherán negó.
Igualmente, y pese a las explosiones registradas en el casco, no produjeron
bajas en la tripulación ni deshabilitaron al buque por lo cual es una
posibilidad de que se haya tratado de un falso ataque montado por los mismos
que se presentan como victimas ¿los motivos? Plantar fundamentos de cara a la
opinión publica para buscar la intervención internacional contra Irán.
El ataque informático contra las instalaciones
nucleares de Natanz se inscribirían en este círculo vicioso que como puede
verse, se están saliendo de los límites. En realidad, hace tiempo que Tel Aviv
no respeta ningún límite y prueba de ello son los constantes ataques
misilisticos que realiza desde el espacio aéreo libanés contra Damasco, los
asesinatos montados por el Mossad contra científicos y personalidades iraníes y
sus brutales acciones que de constante emprende contra la población palestina
en Gaza ¿Por qué habría de preocuparle matar más personas usando el sabotaje
informático altamente sofisticado?
A pesar del silencio que suele mantener Tel Aviv
cuando se lo acusa públicamente de acciones como esta, en este caso hay fuertes
indicios que lo ocurrido tiene origen en un ataque informático algo de lo cual
los medios israelíes y occidentales se jactan presentándolo como una hazaña. Hay
precedentes de acciones similares que intentaron frenar el desarrollo nuclear
de Irán. En 2010 se produjo un ataque mediante el gusano informático denominado
“STUXNET” infectando más de 30.000 ordenadores en todo Irán con el claro
objetivo de fundir la red informática y eléctrica de las instalaciones de
Busheir en la costa occidental del Golfo Pérsico. El especialista informático e
investigador alemán Ralph Langner había declarado que este virus es un arma de
un solo tiro aunque, para lograr su propósito destructivo debe ser insertado
mediante un USB infectado siendo necesario, que alguien lo haya conectado desde
dentro del complejo. Es muy posible que el ejecutor de esta infiltración haya
estado dentro de las comitivas de inspección de Naciones Unidas o incluso
facilitado por algún elemento corrupto o chantajeable, algo que no debe
sorprender a nadie.
Hay una peculiaridad en este gusano y es que según
han señalado algunos expertos, ataca con curiosa precisión a circuitos y
programas de la marca alemana SIEMENS que convenientemente controlan
oleoductos, centrales eléctricas y otro tipo de instalaciones ¿Acaso esta empresa
alemana cooperó con los fabricantes y usuarios de este virus informático?
Si bien en este caso se sindicó a los EEUU como el
principal responsable (dado que la Administración Bush-Cheney dedicó esfuerzos
para sabotear a Irán), se sabe que Israel (además de instigar mediante sus
lobbies en el Congreso) participa en todas las operaciones que puedan causar
daño a los avances científicos y tecnológicos de Irán y cualquier otro país de la
región que puedan entorpecer su agenda geopolítica. Al mismo tiempo desestabilizar
a Irán representaría una ventaja estratégica invalorable para EEUU que vería la
oportunidad para establecer un nuevo punto para hacer pie y obtener acceso a
China y Rusia.
A la par de estas agresiones, la difusión de una continua
propaganda anti Irán, la intoxicación informativa y de demonización mediática
que deforma la realidad de forma maniquea pintando a “Occidente e Israel” como
los buenos y a los “iraníes y Oriente” como una amenaza para la paz del mundo,
es el montaje escenográfico acostumbrado para tapar los daños y relativizar las
bajas humanas que producen.
Esto no es nada nuevo a la ya conocida propaganda
islamófoba preexistente y que tiene sus antecedentes en la década de los
ochentas con la guerra con Iraq. Cuando por acciones terroristas como las que
acostumbra montar Israel y sus aliados, se asesinan seres humanos en los países
árabes o islámicos no pareciera haber la misma valoración en la humanidad de
quienes mueren ni mucho menos, conmueven a los organismos internacionales que
bregan -o al menos así se presentan- por el respeto a los derechos
humanos. En realidad, no se trata de eso sino más bien, el reflejo de funcionarios
infieles que (con sus parcialidades compradas) corrompen con estos
comportamientos el espíritu loable que persiguen dichos organismos.
Por cierto, que este último episodio en Natanz puede
ser el preludio de otro movimiento de pinzas mucho más amplio y peligroso que,
aprovechando las escaladas que propician Washington con la OTAN en Eurasia y el
lejano oriente puede llevar a que la región se incendie poniendo en serio
riesgo no solo la paz en la región sino, la subsistencia del propio estado de
Israel.