“EL IMPERIO ERETZ”
El ascenso de un nuevo régimen ultraderechista de
carácter mesiánico en Israel pone sobre la mesa varias cuestiones que deberían
hacer reflexionar a todos los que se dejan llevar por la pomposa propaganda que
los sionistas alrededor del mundo se encargan de desperdigar
Por Yossi Tevi
Cuando el periodista austro húngaro Theodor Herzl pergeñó y tradujo al papel las aspiraciones de crear en algún lugar de la tierra (que incluía a la Patagonia) un estado judío no hizo otra cosa que fundar las bases ideológicas para darle entidad política a una comunidad judía dispersa en todo el mundo. Con este manifiesto nació el Sionismo, una elucubración intelectual europea, que como la columna vertebral de toda ideología justificaría todas sus acciones sobre imaginarios e ideas fuerza que tratase de aglutinar a sus seguidores.
A casi 75 años de haber
incrustado a sangre y fuego una entidad política en medio de la Palestina
histórica bajo regencia británica, el sionismo llega a nuestros días con una
versión mucho más agresiva, impúdica y descarnada que ya no es posible de justificar
y mucho menos de ocultar a la opinión pública mundial. Asimismo, a los jerarcas
sionistas no les importa mucho esto y como lo han demostrado con creces,
prefieren usar la violencia de forma abierta o encubierta.
Pese al poder acumulado
y la influencia político financiera que EEUU proporciona anualmente desde 1948 que
sustenta al sionismo y a su estado militarizado, ante esa arrogancia e
impunidad ha hallado límites firmes a sus ambiciones expansionistas con la
aparición y desarrollo durante los últimos cuarenta años de la resistencia
árabe-islámica en el sur del Líbano que ha hecho lo que la ley internacional no
ha logrado.
Israel no es un estado
monolítico y mucho menos tan espiritual como la propaganda religiosa y el
marketing que los ministerios evangelistas electrónicos y los neosionistas cristianos
angloestadounidenses promocionan, quienes a su vez son apoyados por
conveniencia (ya que son aborrecidos los rabinos) con generosas ayudas de
millonarias contribuciones de organizaciones sionistas en EEUU.
Son muchos los judíos que sin renegar de su origen rechazan a este estado que esta levantado sobre la usurpación y la sangre de los árabes palestinos. No hay nada sagrado en masacrar a un pueblo y violar los derechos humanos, salvo en la mente de extremistas de una Teocracia. Un estado que practica la tortura, la limpieza étnica, la usurpación y las ejecuciones sumarias no puede ser catalogado de democrático, aunque bien sabemos que eso solo es un cliché que forma parte de una rancia propaganda con la cual occidente ha tratado de lavarle la cara a un peón de su geopolítica en Oriente Medio. La extensa lista de crímenes de guerra y lesa humanidad cometidos contra la población palestina y que aún no han sido procesados por la justicia internacional es suficiente argumento para ello.
Mantener este estado de
cosas no ha sido fácil. El mayor desarrollo que existe dentro de Israel es el
de la seguridad (entendiendo entre ello a la venta de armas y Software espías) y
la represión a todos los niveles de la vida de los pobladores árabes (que
incluye al sistema de prisiones). Cercarlos con murallones y obligarles a pasar
por humillantes puntos de control militarizados son cosas de todos los días
para los palestinos. La “judeización” de Jerusalen y la política de apropiación
de territorios árabes para construir asentamientos judíos ilegales son solo dos
de las cuestiones pendientes con la ley internacional pero no las únicas. Pese
a esto, el nuevo gobierno encabezado por un criminal como “Bibi” Netanyahu una
vez más, ha desafiado abiertamente éste ordenamiento con su expresa intensión
de apropiar todas las tierras palestinas (lo que incluiría una nueva y brutal agresión
contra Gaza).
Como reacción a esta
descarada impunidad (sustentada por EEUU, Reino Unido, Australia y la UE), el
30 de diciembre pasado la Asamblea de Naciones Unidas resolvió solicitar a la
Corte Internacional de Justicia para que se expida sobre la ocupación israelí.
Como era de esperar, Netanyahu y sus lugartenientes ya han prometido sanciones
contra los funcionarios del FATAH recortándoles algunos de sus privilegios -parte
del soborno- que están manchados con la sangre de su propio pueblo.
Pese a que Israel es tan
sofisticado en su política de control y vigilancia sobre la población, sus
personeros deben dormir con un ojo abierto. El miedo que tan profesionalmente
saben imprimir sobre los demás, forma parte inseparable de sus vidas y es por
ello la necesidad de vigilarlo todo, a todos y en todo momento. Se dice que
Netanyahu y muchos de sus colegas no se sientan en sus inodoros sin mirar
antes. A tal punto de refinamiento ha llegado este estado policial que cada
palestino que cae en manos de los funcionarios israelíes son usados como
conejillos de indias para experimentar novedosos métodos de represión
neuro-psicológica a cargo de médicos, psicólogos y psiquiatras empleados por el
Shin Bet, las FDI o la Mossad.
Todos los límites de la
tolerancia a la criminalidad de un estado ya han sido sobrepasados. El
victimismo con el cual tapó todo esto ya es demodé y solo es cuestión de
tiempo para los responsables se sienten en el banquillo de la Corte Penal
Internacional.
¿Pero todo el crédito
es de los sionistas? Para nada. En los primeros años de haber instaurado el
estado sin la ayuda de Gran Bretaña y luego EEUU no habría habido posibilidades
de soportar el embate de los pueblos árabes que acudieron en ayuda de los
palestinos. Sin dinero y sin las armas hubiera sido inviable. Así fueron
pasando las décadas y el poder político sionista se coló en la industria de
Hollywood, el Congreso y las instituciones políticas de EEUU donde mediante el
cabildeo y la influencia financiera lograron ir tendiendo tentáculos para ir
reclutando a senadores y representantes del sistema político con centro en
Washington. Así, ellos pasaron a ser parte del poder estadounidense para llegar
a ser al día de hoy la parte más importante dentro del Establishment. Con estas
conquistas, los sionistas israelíes podían usar el puño de hierro sin críticas
de los principales medios en Occidente.
¿Pero hoy quiénes son los mejores socios de los sionistas que gobiernan en Israel? Para muchos palestinos ya no les quedan dudas que no habría la impunidad que existe para disponer sobre sus vidas y sus bienes sin la cooperación de una parte de sus representantes. El corrupto gobierno del FATAH liderado por el viejo Mahmmud Abbas y sus cuerpos de seguridad (pistoleros y torturadores) que no son otra cosa que la extensión palestina del Shin Bet, son quienes hacen el trabajo sucio de los cuerpos antiterroristas israelíes e incluso son muchos los árabes palestinos que llevan adelante operaciones de infiltración en las aldeas a órdenes de Tel Aviv.
Esto deja claro el
panorama donde hay dos grupos de palestinos: Los que prestando sus identidades sirven
y se han vendido al sionismo especialmente los que viven en Ramallah y los que
resisten con sus cuerpos desnudos y con el coraje a prueba de fuego en la
Franja de Gaza y las aldeas en el Sinaí.
Se trata de un embrión
siniestro que ya viene funcionando desde antes de que Arafat enfermara y
muriera por el envenenamiento encargado por la cúpula de la inteligencia en Tel
Aviv. La política del palo y la zanahoria ha funcionado, pero solo con aquellos
corrompibles. Hay una sociedad tóxica entre burócratas israelíes y palestinos
de FATAH que durante años estuvo soterrada y como tal, trabajando en la
oscuridad y fue eso lo que “Hamas” venía denunciando y que culminó con la
separación. Esto se relaciona con una gran estafa en la que el dinero y los
privilegios compraron la lealtad de estos dirigentes a la causa nacional. Los
autos caros, las residencias, las ropas costosas de las mujeres de los
funcionarios de Abbas y las armas de sus custodios -permitidas por el Shin
Bet- son parte del trato VIP que el régimen sionista les otorga por sus
servicios. Y sino, hay que preguntarse ¿Han sido una estafa los Acuerdos de Oslo?
Con estas muestras impúdicas a la luz del día pareciera que sí. Ambos son
socios de un juego siniestro y brutal en el que la apariencia es lo principal y
el engaño es esencial.
Pero esa apariencia ya
no puede maquillarse y el engaño ha quedado develado por una persistente
resistencia. Es allí donde los sionistas y sus serviles del FATAH comparten su
aversión a la verdadera resistencia tanto la armada que presenta “Hamas” como
la política de muchos palestinos que no comulgan con el liderazgo de Abbas. Incluso de ser necesaria, la resistencia
militar siempre estará allí dispuesta a cargo de la resistencia árabe-islámica
encabezada por “Hesb´allah” en el Líbano.
Es por eso que hoy se
yergue un peligroso régimen que pretende potenciar el ideario sionista, liderado
por el ya conocido estafador y carnicero Benjamín Mileikowsky Netanyahu y sus
aliados ultra racistas y anti semitas como son Bezalel Smotrich e Itamar Ben
Gvir quienes proclaman a viva voz y con total impunidad asesinar a todos los
palestinos, verdaderos semitas y herederos del linaje de la tribu de Shem y por
cuyas venas corre la sangre realmente semita de la que los Askenazi como “Netanyahu”
y sus correligionarios sionistas europeos puedan alardear.