INTERNACIONAL
LA NUEVA Y VERDADERA FASE
Como la intervención rusa puede frustrar definitivamente los planes de EEUU y de Israel para destruir a Siria
La situación en Siria había
venido siendo desesperante sin haber encontrado en los organismos
internacionales, la ayuda real y necesaria para combatir a esa entelequia que
se conoce como “Estado Islámico”. Y ha
sido suficiente para el pueblo sirio, que a la ignominia de Naciones Unidas y
las impostadas posturas de Washington,
deben soportar que día con día esos grupos de mercenarios, reciban
descaradamente la ayuda externa otorgada por los mismos que dicen combatirles.
Era cuestión de tiempo para que
Moscú tomara una determinación clara en el asunto. Luego de la ponencia de
Vladimir Putin ante la Asamblea de Naciones Unidas, dejó bien en claro que
Rusia estaba con los que están contra el terrorismo y los que únicos en Siria
que lo combaten, es el gobierno y sus Fuerzas armadas.
Sin más rodeos, el Congreso ruso
había venido estudiando la propuesta del ejecutivo para que fuerzas militares
rusas se involucren en la lucha abierta contra los grupos que están asolando al
país árabe, todo ello como parte de un interés vital para la Federación de
cortar inmediatamente con una amenaza que
se está buscando extrapolar a sus regiones.
Solo faltaba la requisitoria
oficial del gobierno sirio, para que los asesores rusos puedan ingresar legalmente
y colaborar con el gobierno en las diversas áreas que hagan al combate contra
organizaciones como “Jabbat Al Nusrah”, “Al Qaeda” y por supuesto el “ISIS”. Tal
como lo dejó en claro el mandatario ruso, la intervención de su país se haría
dentro del estricto marco de la ley internacional con lo cual, oficializado el
pedido desde Damasco, Moscú puso en marcha los mecanismos para agilizar los
aprestos para concretar el comienzo de las operaciones conjuntas. Con ello, se
deja a la vista una diferencia superlativa con las acciones que EEUU y sus
aliados –especialmente el Reino Unido- quienes sin permiso y obrando en
la clandestinidad, sin dar cuenta de a quienes y a cuantos mataba, además de
bombardear instalaciones en territorio nacional, cometen graves crímenes contra la población
civil.
Sin medias tintas y yendo a la
médula del problema, Vladimir Putin y su gabinete dejaron bien en claro las
diferencias existentes entre la intervención que se preparaba para desplegar en
Siria y la que habían venido llevando a cabo estadounidenses y sus aliados; y
la diferencia puntual y crucial era que ellos lo hacían fuera de la ley
internacional.
Según se ha informado desde el
Kremlin, el senado ha autorizado el despliegue de aviones de combate en Siria
para concretar operaciones contra blancos de los grupos armados y que estarán coordinados
con las fuerzas árabes sirias y aliados regionales –como Hezbolla- marcando
otra de las grandes diferencias que se pueden hallar entre las acciones de la
Coalición encabezada por EEUU que desde hace ya un año ha venido bombardeando
con criticable éxito a estos grupos.
Precisamente en este marco,
Washington ve con clara inquietud el despliegue de una fuerza aérea rusa dado que ya no será posible operar con la dudosa
selectividad y la impunidad con la que sus aviones habían venido atacando
blancos que no estaban dentro del rango de los mercenarios. Era por esto que
desde el Pentágono el Secretario de Defensa estadounidense Ashton Carter,
ordenaba a sus mandos establecer canales comunicación con el comando militar
ruso en Siria. Se había denunciado muy
seguido, que los aviones estadounidenses y británicos han atacado posiciones
del ejército árabe sirio, instalaciones petroleras del estado, gasoductos y
otros puntos de interés económico que solo dañan a la república Siria.
Tal como lo anunció el jefe de la
Administración del Kremlin Sergüei Ivanov,
la participación de Rusia será exclusivamente aérea y no se contempla
accionar con fuerzas terrestres dado que ello es imposible. Las precisiones de
Ivanov parecían señalar el grado de peligrosidad que representa la región donde
se hallan los mercenarios, encuadrándola casi como una situación de “infestación” territorial. Y esta definición no es para nada errada.
Según los informes de inteligencia que los mismos rusos habían venido
realizando sobre la situación en las zonas donde operan los grupos mercenarios,
colocar hombres en el terreno representaba una situación que no era
recomendable.
Pero la evaluación de los rusos
no se basa en especulaciones o acusada a
temores por la integridad de sus soldados o miedo a enfrentar los
peligros de un campo de batalla; éstos además de tener duros entrenamientos en
todo tiempo, cuentan con la experiencia sobre lo que es combatir en los
escenarios más duros que cualquiera pudiera haber conocido. Entre líneas, sus
informes dejaban en claro que si sus hombres ingresaban a la lucha terrestre
muy seguramente se cruzarían con invitados no previstos como eran los SAS
británicos, los “Rangers” americanos e incluso a los mismos israelíes.
Lo cierto es que con este
comunicado oficial, Rusia confirmaba su participación en exclusiva ayuda al
gobierno sirio, sin dar detalles sobre el tiempo y las características estratégicas
de las operaciones a realizar.
Sin lugar a dudas, la entrada en juego de los
aviones rusos MIG-31, MIG-29 y SUKHOI-25, marcaría una determinante ventaja
para los combatientes sirios en tierra y darán una protección letal contra los
muy bien equipados “pseudo-yijadistas” que entre otras armas, cuentan con los
sofisticas misiles anti tanque “TOW 2” y misiles aire aire “STINGER”.
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