DEFENSA Y SEGURIDAD
“FUERZAS ARMADAS S.A.”
Qué camino tomara el área de la defensa ante la inexistencia de políticas geoestratégicas propias
Por
Braulio Vergamo
Cuando algún que
otro puritano de la “democracia” argentina lea esto, seguramente no le faltaran
ganas de opinar sobre su indignación y enfatizar con aquella pintoresca forma
de ser, lo intolerable que le resulta la sola idea de que la “patria” y su
defensa puedan quedar en manos de CEOS o de management meramente
empresariales. Y aunque hoy por hoy estos especímenes petrificados de la
política argentina se retuerzan por la vomitiva idea de que mercenarios sean
quienes tomen la sagrada tarea de la defensa nacional, no les alcanzaría el
tiempo para comprender o al menos darse cuenta que generales, almirantes y
comodoros serán reemplazados por empresas de seguridad y defensa que ofrecen
“paquetes” de la más variada índole para garantizar respuesta inmediata ante
amenazas actuales no solo a empresas y corporaciones privadas sino también, a
gobiernos enclenques como el actual.
Uno
de los problemas de los países sin Fuerzas Armadas propias o compuestas por
elementos profesionales con una historia nacional, es la necesidad de tener que
depender de los soldados de alquiler o los llamados “mercenarios”. El caso más
típico puede verse en los países del golfo Pérsico donde además de las bases
militares estadounidenses y británicas, existen campamentos de entrenamiento
militar de mercenarios venidos de todas partes del globo para servir a las
monarquías petroleras. Y es que, los jeques y sus familias acostumbrados a la
fastuosidad corrupta de sus regímenes –mimados por Washington- y acostumbrados
a una comodidad obscena, no ven utilidad en tener que transpirar a los 45º C a
la sombra cuando los elementos foráneos para servir en el ejército real, hacen
cola casi hasta perderse en el horizonte. De esta comodidad y abulia no puede venir más
que una corrupción que ha sido alimentada por los cantos de sirena de los
intereses que se mueven por detrás.
Sin
lugar a dudas que si hay algo que los intereses británicos y sus socios locales
han logrado con Argentina, ha sido corromperla socavando las instituciones que
podían sostener con amplia solidez los intereses geoestratégicos de la nación.
Sin lugar a eufemismos ni los falsos decoros a los que se ven condicionados los
periodistas y los medios nacionales, se puede asegurar que el constante operar
de las embajadas británica y norteamericana en el país –y sin distinción de
gobiernos- ha dado sus frutos. Si vemos con atención como la corrupción ha
llevado a micro-climas de connivencia entre funcionarios de la más baja estofa
que se doblan por un puñado de pesos, imagínense lo que es en las altas esferas
del poder donde hay en danza, millones de dólares por dejar pasar situaciones
que a Londres y Washington le convienen.
Mercenarios colombianos entrenando para ir a Yemen |
Para
los países anglosajones, Argentina es una región territorial geoestratégica de
vital importancia para sus despliegues en el hemisferio sur y una reserva
territorial inigualable que no necesita de costosas adaptabilidades como sería
necesario realizar en el extenso amazonas brasilero que pese a su extensión, representa para la
realización de ciertas planificaciones, un trastorno desde varios puntos de vista. Y esto solo hablando de lo que hace a lo
geopolítico y militar que obviamente suele ir unido a otros intereses
corporativos ligados al Pentágono o a sus agencias federales de inteligencia. En
el caso de Argentina se puede decir con
certidumbre, que un buque no identificado puede arrimarse a cualquier punto de
sus costas y hacer pie sin que las autoridades nacionales se den por
enteradas. Ese punto flaco en la
seguridad marítima argentina tiene una denominación y un área de estudio en la
materia estratégica que desde hace décadas ha sido negligentemente abandonada
por los gobiernos argentinos.
Por
la posición geoestratégica, por sus extensas costas y por las características
que muestra la insularidad del mar argentino y obviamente todo el espacio aéreo
que existe sobre aquel, abandonar dicha custodia puede ser más que negligente
incluso aún, criminalmente imputable. Actualmente un país sin importar su
tamaño o su papel en el concierto internacional no puede darse el lujo de
abandonar una de las áreas vitales para la subsistencia como estado. La
realidad es muy cruda y los peligros para su integridad están ahí, en forma
latente a la espera de la oportunidad.
Argentina
a diferencia de su vecinos del Cono sur, tiene una posición envidiable y es
precisamente por ese motivo que algunos de ellos no han dudado de jugar un histórico
y oportunista papel para sacar ganancias en las expectativas que las potencias
como la británica, tratan de obtener desde la fundación del estado argento. Hay
que decirlo con letras grandes y sin tapujos CHILE SIGUE SIENDO UN ALIADO ESTRATEGICO
DE LONDRES en el Atlántico sur contra
los intereses argentinos. Y esto no lo
arreglara una arenga de actores verborrágicos o conductores de programas
sensacionalistas con opinologos de poca sustancia informativa hablando sobre
“los hermanos trasandinos”; ese es el
problema que aqueja a la Argentina y ese es su descalabro organizativo donde un
médico pretende manejar el ministerio de Obra Pública, un abogado la defensa y
las políticas externas del país por un Ingeniero.
Todo
esto ha conducido al desbarajuste del brazo armado de la política de Buenos
Aires con lo cual y a la vista de un niño, si Argentina tratara de establecer
negociaciones serias y reales con un país o bloque con una moderada capacidad
de respuesta bélica simplemente habría a la vista una desventaja. Si esas
negociaciones se establecieran con potencias económico-comercial y militar como
Rusia y/o China –como acertadamente señalan algunos- ante la debilidad
existente simplemente sería fagocitada. Las visiones adolecentes y simples que
han sido planteadas deliberadamente en el campo diplomático por personajes como
Dante Caputo, claramente tienden a beneficiar a un solo bando y ese no es al
argentino. Similar al canciller
seudo-francés, Guido Di Tella en la administración de Carlos Menem fueron nefastos para la estructura de la defensa
nacional. Usando la desgracia ocurrida
por un exceso en la aplicación de la disciplina militar (Caso Carrasco), se aprovecho
para desmontar –gustara o no- el servicio militar obligatorio que pese a
su dudosa utilidad por lo que significaba su realización, al menos daba una
idea aproximada de lo que era la vida militar.
equipo de un soldado argentino |
Tras
ese episodio, se lo reemplazo con un servicio voluntario que era un “nini”, en
el cual el recluta pacta ingresar al ejército como si se tratara de un trabajo
más, perdiendo la calidad de servicio que alguna vez tuvo pero no llegando a
ser un trabajo más. Poco a poco la idea
mercenaria se fue filtrando en el colectivo y los jóvenes que hubieran tenido
vocación por el servicio podían ser reemplazados por simples aventureros,
sujetos con meras necesidades dinerarias
de un ingreso o simplemente lumpen que
buscaban perderse de la vista de la justicia.
Queriendo
o sin quererlo, los políticos argentinos le abrieron poco a poco la verja a la
práctica acendrada del reclutamiento
mercenario, aunque a menor escala que lo que la palabra significa, pero
práctica al fin. Con una intensa campaña mediática contra las FFAA, la desnaturalización
del servicio a la patria y el desinterés por los temas militares, fueron
centrales para ir borrando una conciencia
de sacrificio por el interés común.
A nivel gubernamental, la desinversión y los
recortes presupuestarios cada vez más agudos las volvieron inoperantes.
Con
la llegada del 2002 el país sumido en un caos económico y social, el arribo de
una administración encabezada por Néstor
Kirchner no solo mantuvo la quietud en la situación de la defensa sino que
incluso se deterioro aún más. ¿Casualidad, incapacidad total o una omisión
deliberada? Alguien debe encargarse del
área y por lo que se ha venido viendo desde hace doce años para acá, es claro que hay una orientación deliberada
para que Compañías de Seguridad privada especializadas en temas de defensa y
contratistas de servicios, se hagan cargo de la “defensa de la soberanía”. De esta manera no sería de extrañar que en
breve, Corporaciones como “ACADEMI”, “DYN CORPS” “AEGIS”, la NTGS, “G4S”, “URG”, “DEFION” “Triple Canopy” y una variedad de empresas israelíes como “BITAJON”
(V. http://www.bitajon-israeli.com/empresa
) que “asesoran” a gobiernos sobre seguridad, ya estén operando para brindar
sus servicios.
pequeña muestra de las acciones de Blackwater en Iraq |
Estas
empresas celebran con los gobiernos que solicitan sus servicios, contratos de
miles de millones de dólares conllevando peligros ínsitos como pudo y aún puede
verse en Iraq, Palestina y Afganistán
para citar los más destacados ejemplos de lo que podría suceder si se
recepta la operatividad de estos grupos.
También como ha quedado corroborado en Iraq,
varios de estos “emprendimientos” se vinculan por la misma vía contractual, con
las agencias de inteligencia como la CIA para el desarrollo de “tareas
especiales” y tercerización de trabajos sucios en los que el gobierno podría
quedar comprometido ¿A qué les suena esto?
Además
de que esto representa un fabuloso negocio para los empresarios detrás de estos
ejércitos privados, es una manera de de ejercer el poder efectivo dentro de un
país “cliente” en el cual el gobierno habiendo
delegado su seguridad en manos ajenas, no tendrá control de ningún tipo. Por
otra parte servirá para evitar posibles reacciones independientes que, ante la
pasividad de un gobierno inoperante ante situaciones conflictivas, lleven a la
formación de grupos políticos con ramas armadas como se ha visto en los
conflictos en el Líbano durante las décadas de los setentas y ochenta, que
aprovechado por Israel para realizar dos invasiones facilitadas por la ausencia
de un ejército libanés eficaz, propicio el nacimiento del movimiento de
resistencia chiita “Hesbolla” que ha tomado el papel de custodio de la
soberanía del país árabe aunque a muchos les pese reconocerlo.
Argentina
tiene una situación conflictiva a solo trescientos kilómetros de sus costas patagónicas
y más allá de que todos los gobiernos han metido la cabeza bajo la tierra para
no ver la peligrosa realidad, la compleja actualidad política internacional, la
maltrecha situación de sus FFAA sin objetivos estratégicos –que fueron
deliberadamente desalentados- y los provocativos movimientos británicos en
el Atlántico sur, parece que los actuales gobernantes no han considerado que su brazo armado institucional
para la defensa de la soberanía, puede pasar a estar en manos de Corporaciones
privadas extranjeras o en un muy raro caso, a manos de formaciones irregulares
sustentadas en una ideología de corte nacionalista.
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