martes, 2 de mayo de 2017


 EN LA MIRA




“FREXIT”

En la próxima vuelta será elegido el nuevo mandatario francés y allí se juega entre otras cosas el regreso de Francia a un camino independiente de la UE




Por Charles H. Slim
Por lo que se ha podido oír de Le Pen y Macron, la salida de la UE es algo más que una opción.  Tanto el aparente centrista independiente  de Le Marché como la candidata e la derecha moderada del Frente Nacional mantenerse dentro de la Unión no es un negocio para Francia.

En apariencias ambos candidatos estarían apuntando a una salida de la unión y con ello, encienden las alarmas de los partidarios europeístas quienes a su vez son fieles y obedientes a pies juntillas de los “globalistas” estadounidenses que intentan continuar con su agenda de disolución de los estados nación.

Y bien decimos en apariencias habría una idea de salida de Francia de la UE, ya que en solo uno de los candidatos esta opción es creíble. La postura que ha dejado entrever la candidata del Frente Nacional Marine Le Pen no deja lugar a dudas de ello. En uno de sus últimos discursos aseguró que el principal problema de la UE “es que se ha vuelto casi totalitaria” haciendo incapie en las políticas de bloque que son diseñadas e implementadas por burócratas que no son franceses, tirando un disparo por elevación a Ángela Merkel.

Igualmente Le Pen no habla de una salida como lo hizo Gran Bretaña el año pasado y que quedo oficializado a comienzos de éste. En este sentido, ella apuesta por un consenso con otros países europeos que compartan sus mismas tendencias en búsqueda de una reestructuración o un cambio radical en su estructura en general proponiendo cuando menos una nueva denominación. Así sugiere que de Unión Europea se pase a llamar “Alianza Europea de Estados Independientes”, algo muy fácil de escribir pero muy dificultoso de aceptar por los poderes estatuidos.

Uno de los puntos que Le Pen critica de la UE es precisamente la moneda, a la cual la candidata ha señalado que el “Euro está muerto”.

Sin lugar a dudas que esta postura ha revuelto el espectro financiero de la UE y no es para menos. La salida de Francia de ésta moneda daría un golpe letal al ya precario sostén del Euro y con ello, desarmaría multimillonarios negocios que existen dentro de la Unión.

Se hace evidente que Le Pen busca restablecer la moneda nacional (el Franco), es decir una moneda de cambio soberana que recupere las medidas y los parámetros que respeten a los intereses públicos y privados franceses, sin verse sujetos a los vaivenes de una administración político-financiera que responden a intereses completamente ajenos al ciudadano francés.

Desde éste punto de vista y por los antecedentes del Frente Nacional la opción de una salida efectiva se hace muy posible e incluso que ello conlleve a serios conflictos de intereses con sus socios unionistas, especialmente con Alemania y con EEUU.  Para Le Pen la alternativa de un referéndum surge mucho más creíble del que Macron pudiera hablar ya que no se halla sujeta a los intereses sectoriales a los que su rival responde sin lugar a dudas.

Muy por el contrario el candidato de Le Marché Emmanuel Macron, se sabe que proviene del bloque financiero francés con raíces en la banca londinense con lo cual sería algo muy difícil de creer que pueda implementar reformas estructurales que perjudicarían a los poderosos intereses creados en torno a estos estratos de la banca francesa tan bien posicionados y respaldados por la UE.

Macron también habla de reformas y de la disfunción de la Unión proponiendo un referéndum legislativo para que la ciudadanía francesa –similar a la británica- exprese si es o no conveniente la salida de la UE, pero sosteniendo la idea de mantener a Francia dentro de la Unión. Sinceramente no hay entre los discursos de éste candidato una propuesta tan firme para ello sino que más bien han sido alguna que otra alusión a posibilidades muy remotas.

Desde esta perspectiva, Macron es más realista y apegado a lo que la Constitución francesa prevé en su articulado en donde expresamente esta determinado que “la república forma parte de la Unión Europea” con lo cual, hacer un parámetro con lo realizado por Londres o tratar de realizar análisis análogos con el caso británico surge claramente incomparable.

Pero para concluir, lo que destaca y separa a Macron de Le pen no  es ese realismo aparentemente apegado a la constitución de aquél sino como ya lo señalamos, se basa en su innegable lealtad a la banca francesa y a sus colegas de la Bolsa de París que, de no verse favorecidos por éste viejo colega  podrían destronarlo en un periquete. Es por ello que deberíamos preguntarnos ¿Será posible un Frexit

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