“UN FRENTE
JUDICIAL”
¿Por qué una
demanda judicial de un bufete de abogados norteamericanos ante la Corte Penal
Internacional sería una maniobra política deliberada?
Por Charles H. Slim
Tan pronto se conoció el brote del Coronavirus en la
provincia de Hubei, China, los medios estadounidenses en particular CNN, la
FOXNEWS y sus repetidoras europeas y sudamericanas (especialmente argentinas)
no repararon en afirmar que esto era una cuestión estrictamente china y por
ende, responsable de cada una de las consecuencias que dicho brote causaría
sobre las poblaciones autóctonas y foráneas.
El sensacionalismo informativo ha sido la pauta constante en la transmisión
de lo que ha estado ocurriendo desde aquel momento y cabe aclarar que esto no
nació con las llamadas “fake news” que Donald Trump puso en voga para
desacreditar ataques a su persona o a su gestión, para nada. Las principales
falsedades y noticias armadas a la medida de –en algunos casos- del gobierno federal y de las las grandes
corporaciones trasnacionales que tienen tanto o más poder que el gobierno,
surgen de las grandes cadenas noticiosas que se encolumnan detrás de los
grandes Conglomerados de medios como el COMCAST, TIME WARNER entre muchos más.
Durante décadas jugaron el papel de los reveladores
de la realidad y lo peor de todo, de formadores de opinión. A tal punto
llegaron a influir en los asuntos públicos que fueron actores clave en la
ejecución de grandes latrocinios y crímenes en masa alrededor del globo. Tanto
en una como en la otra función, sus actividades estuvieron (y siguen estando) sustentados por
fabulosas inversiones privadas que terminaron conformando, fabricas de verdad a
pedido.
Los embustes históricos son épicos y en todos han
cooperado los medios para mantenerlos como veridictos durante varias décadas. Desde
la invasión norteamericana a Panamá en 1989 pasando por lo sucedido el 11 de
septiembre de 2001 y las brutales invasiones sobre Afganistán e Iraq en 2001 y
2003 respectivamente los medios fueron la quinta columna de las fuerzas
militares y la fuente de difusión masiva de los argumentos políticos para
sustentar y luego maquillar estos verdaderos crímenes de lesa humanidad.
La aparición a lo largo de las dos últimas décadas
de fuentes alternativas e independientes
de información –posibilitadas por
el internet- que dieron origen a opiniones diversas y contrarias al
uniformismo informativo e intelectual pro-estadounidense y anglosajon, le
dieron una estocada a la credibilidad y el negocio empresarial de la
información sobre el cual se apoyan los gobiernos con grandes intereses
geopolíticos y hegemonistas.
Hoy por hoy, en Argentina hay una profunda crisis
en la industria televisiva que revela que la gente ya no tiene interés por
encender su televisión para ver programas nada atrayentes y noticieros nada
creibles.
Actualmente en medio de la crisis de la pandemia del
Coronavirus, estos medios pretenden retomar aquel rol de fuentes veridictas arrojando
la indiscutible verdad sobre supuestas teorías sobre el origen del brote de
COVID-19 en Wuhan en China. Esto viene a
cuento de la última novedad surgida sobre la intención de un Bufete de abogados
neoyorkinos encabezado por el abogado Larry Klayman y asociados que invoncado
el ESTATUTO DE ROMA –el mismo que
Washington no reconoce-, ha entablado una demanda ante la Corte Penal
Internacional por 20 billones de dólares contra el gobierno de la república
Popular China aseverando en su pretensión que fue este país asiático el
responsable de la actual situación pandémica a nivel mundial. Los argumentos
centrales de la demanda rondan en la aseveración de que China habría sido el
desarrollador de éste virus en los laboratorios de Virología en Wuhan como un “arma
biológica” del cual habría perdido el control. Estas acusaciones se aclaró se basaron en “un análisis
experto” que afirman que el virus “se filtro de una instalación china de armas biológicas”.
Larry Klayman abogado |
Klayman y sus socios incluso van más allá y proponen
una investigación sobre la posible dispersión intensional de este COVID-19 como
factor (en forma arrojadiza) desencadenante de la actual pandemia.
Si bien la demanda de Klayman es decididamente firme
en sus aseveraciones y convicciones, la tesis que sostiene sobre el origen de
la enfermedad y su expansión global se apega muy convenientemente al relato
mediático conservador angloestadounidense el cual a su vez (con algunos
matices), se asemeja a las declaraciones del Departamento de Estado dejando de
lado –obviamente- cualquier
implicancia o parte del gobierno federal de su país.
Klayman y sus socios parecen querer ignorar la
realidad geopolítica y militar de su propio país, como desarrollador y
almacenador de armamento biológico utilizando incluso a otros países (Tiblisi,
Georgia) para crear cepas más letales y peligrosas para la salud de la
población. Los antecedentes de uso de éste tipo de armamento se encuentran en
la historia contemporánea y han escapado escandalosamente a la justicia
internacional.
Pero pese a que la demanda de este bufete
norteamericano pretende (muy convenientemente) direccionar las culpas y
responsabilidades solamente sobre China, los elementos e informaciones sobre
algo totalmente diferente han estado saliendo a la luz en las últimas horas destrozando
las pretensiones de su demanda.
En las últimas horas se conoció la existencia de
unos informes vehiculizados por correos electrónicos de un agente consular y
comercial llamado Peter Navarro quien por finales del mes de enero y febrero
habría enviado unos memorándum que fueron distribuidos a travez del Consejo de
Seguridad Nacional (CSN) a toda la administración federal de Donald Trump
advirtiendo del peligro que amenazaba la llegada de esta enfermedad a los EEUU.
Por lo que se puede intuir, Navarro tenía alguna certeza de que ese virus tenía
una llegada inminente, pese a las distancias entre ambas naciones.
Según una parte del documento enviado también al
correo personal del mismo Trump, advertía: “Esta falta de protección eleva el riesgo de
que el coronavirus se convierta en una pandemia en toda regla, poniendo en peligro
la vida de millones de estadounidenses”. Pese a que Trump tomo a la
ligera la advertencia sus asesores no lo habrían tomado del mismo modo,
concluyendo alguno de ellos que “el coronavirus tenía el potencial de matar a cientos de miles de estadounidenses
y descarrilar la economía de EE. UU”. Al parecer los mismos asesores de
Trump estaban bien al tanto de la expansividad de este virus, arrojando legítimas
sospechas de que sabían de antemano lo que ocurriría.
El tenor de los documentos, dejaban entrever una
seria advertencia sobre una potencial catástrofe humanitaria dentro de las
fronteras de EEUU.
Igualmente y a pesar de lo sorprendente y puntual de las
advertencias en estos memorándum, varios funcionarios leales al presidente
Trump como el cirujano general Jerome Adams, niegan haber recibido y visto esa
información. Lo curioso de estos documentos es la falta de un contexto cierto y
detallado sobre el origen de la amenaza y el por qué de esta advertencia ¿Acaso se trato de un aviso sobre una posible
retaliación china por una operación negra de EEUU descubierta en Wuhan? Klayman parece no haber considerado la lucha
intestina entre EEUU y China que elementos como estos apuntan a esta otra tesis.
La demanda planteada se asemeja (en cuanto al marco
fáctico) a la delirante decisión de un tribunal neoyorkino que sentencio a la
republica Islamica de Irán a pagar una inmdemnizacion de 6000 millones de
dólares a las victimas del 11/S alegando
que el país islámico es un “patrocinador del terrorismo” y por tal motivo, fue
el responsable de los eventos de aquel día.
Una incongruencia total. Sin dudas,
dicha sentencia además de una aberración jurídica es una incoherencia absoluta ya
que parte claramente de prejuicios religiosos y políticos –impulsada desde sectores neocon y los Lobbies sionistas- que
demuestra la supina ignorancia del tribunal en la consideración y valoración de
los hechos, de las pruebas y de los actores involucrados en aquella oportunidad.
Como contra parte no se ha visto que ninguna causa haya
sido promovida con éxito contra EEUU por sus incontables crímenes de guerra y de
lesa humanidad llevando a que las nuevas generaciones abocadas a la carrera del
derecho internacional se estén preguntando ¿Justicia para todos?
Por mediados de marzo fuentes estadounidenses
comenzaron a difundir una inusual información referente a una situación ocurrida
en el “Fort Detrik” una base militar ubicada en Maryland donde se encuentran
instalaciones de laboratorios Microbianos y de guerra Biologica que a mediados
del mes de junio de 2019 debio ser cerrado y todo su personal aislado por un
brote infeccioso desconocido que por sus síntomas se asimila en sus síntomas al
Coronavirus. Sobre esto, ni el
Departamento de Estado, el Pentágono y mucho menos la Casa Blanca han dicho una
palabra y a su vez rompe el esquema lógico de la demanda de Klayman con una
sola preguna ¿Quién fue primero, el huevo o la gallina?
Existe una gran incertidumbre acerca de las
actividades del Laboratorio Microbiano del Ejército de EE.UU. (Fort Detrick)
respecto a la propagación del coronavirus, denominado COVID-19, lo que ha
llevado a los ciudadanos a pedir una aclaración de sus actividades”, escribió
el sábado el periódico oficial del Partido Comunista de China (PCCh), “People's
Daily”.
Tampoco parece haber tomado en consideración las
aseveraciones y notables predicciones de la Fundación GATES que desde hace años
viene anunciando las consecuencias –entre
ellas las económicas y financieras- de un escenario pandémico global y que
tuvo su tope en la simulación realizada a
puertas cerradas y con la presencia de representantes de organizaciones
privadas y de la CIA en 2019, donde se vaticino una situación casi calcada a lo
que actualmente esta sucediendo a nivel global.
No olvidar que entre algunas
consideraciones de Bill Gates para combatir la actual crisis pandémica esta la
de cerrar las empresas y actividades por tres meses para frenar la propagación
del virus como mejor alternativa tanto desde el punto de vista económico como
de la salud pero ¿Quiénes salen beneficiados con esta medida?
Sin lugar a dudas que el mismo Bill Gates puede ser otro
buen testigo de cargo en este proceso judicial si es que realmente prospera y
hay interés en Klayman para determinar quiénes son realmente los responsables
de lo que está ocurriendo.
Como se puede ver y aunque la aparente preocupación
que se vierte en la demanda, al bufete de abogados estadounidense se le han
escapado estos pequeños detalles que rompen el esquema de hechos que argumentan
la exclusiva responsabilidad de China en lo que esta ocurriendo. Si Klayman y
asociados están tan interesados por las responsabilidades de esta calamidad,
habría que mirar también que está sucediendo en casa.
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