jueves, 20 de julio de 2023

 

UNA GEOPOLITICA FOSILIZADA

Las elecciones presidenciales se acercan en Argentina y la pregunta recurrente para algunos es ¿Cuál será el camino y la orientación geopolítica del nuevo gobierno?, ¿Será un nuevo gobierno?

 

Por Javier B. Dal

Tal vez el título de este artículo suene incomprensible y hasta de alguna manera fantástica, pero en la vida política de la Argentina estos son conceptos que no asombran a nadie. Aquí a pesar de que los años y las décadas pasan, los políticos siguen siendo los mismos y sus prosélitos siguen en un continuo regreso en la vida política del estado dándole al título un sentido bien certero.

Desde el regreso a la democracia no hubo un solo gobierno (sin distinción de partidos) que no haya hecho de sus funcionarios y de los partidos que pertenecen, permanentes y omnipresentes sujetos dependientes de las cajas del estado, un vicio que por una desvergonzada venalidad extienden sin tapujos a sus parientes y amigos.

Para estos profesionales de la charlatanería la “democracia” se convirtió en el negocio redondo para perpetrarse en el circuito de la política gubernamental y así sostener sus ampulosos medios de vida. Hasta en eso han sido obsecuentes imitadores del sistema estadounidense, un verdadero sistema negocial y corrupto que está muy lejos de sus representados pero a su vez, tan íntimamente cerca de los poderes económicos y financieros que les sustentan.

Tampoco es una novedad decir que el país está fuera de la realidad mundial. Su cíclica crisis socio-económico y financiera que lo atestigua no es por el azar. Una catarata de problemas sin resolver, una inversión de valores éticos y desinteligencias explican cómo un país tan vasto y con tantos recursos explotables pueda estar tan mal administrado y a la deriva en el concierto internacional. En momentos que el abastecimiento de granos y carne es uno de los problemas más acuciantes para el una importante parte del mundo, y atendiendo a la neutralidad que debería mantener en el conflicto europeo, la Argentina no dispone de una flota mercante ni de una planificación logística desarrollada para explotar estas necesidades ¿Quiénes son los responsables por esto?

Hasta un país asediado por sanciones de todo tipo y continuas acciones subversivas por potencias externas logran salir adelante sin perder de vista sus intereses estratégicos ni renunciar a la dignidad de su propia existencia. Lo han hecho los iraníes, los iraquíes, los venezolanos, los yemeníes, los palestinos y tantos otros. Obviamente que eso creará bolsones de descontentos y oportunistas dentro de la sociedad dispuestos a extender sus manos (para recibir dinero) a los intereses externos que se benefician de eso, pero serán combatidos por aquellos que se mantienen fieles al interés nacional. Así es como obran y terminan los traidores y los advenedizos en otras latitudes.

Pero en Argentina ¿Qué clase de asedio o cuál es su poderoso enemigo que le ha postrado en el estado en que se encuentra? Lamentablemente a los enemigos del país (que son históricos y siguen vigentes) no les hace falta ninguna de estas tácticas, esfuerzo ni alguna que otra estrategia extraordinaria o subterránea para mantener arrodillada la voluntad de su población. Los mismos políticos se han encargado de dinamitar la infraestructura crítica y las áreas estratégicas de un estado afuncional. Son los saboteadores por unas cuantas monedas. Como en las películas de zombies, son los mismos políticos verdaderos muertos-vivos de la corrupta institucionalidad quienes se devoran por dentro los recursos del país.

Como en esas películas, esos zombies reproducen su infección de corrupción y ya hace tiempo que su peste está diseminada sobre los tres poderes en los tres niveles de la distribución territorial del poder es decir, tanto en lo nacional, provincial como el municipal. Pero ¿Dónde vienen estos engendros que devoran a sus propios conciudadanos? Son el producto de su propia idiosincrasia y como tal, no hay más responsables que ellos mismos. El dilema de quién fue primero, el huevo o la gallina aquí esta bien resuelto.

Con este diagnóstico es muy poco probable que un estado bajo semejantes condiciones pueda tener políticas de estado y mucho menos, proyectos o planificaciones estratégicas de largo alcance ya que, todo cuanto importa a los políticos de todas las extracciones es además de beneficiarse con los dineros del erario público, será hacer y deshacer a su antojo sin interesarles que es lo que pueda suceder después.

Como no podía ser de otra manera, esto afecta las relaciones internacionales las cuales son tan diletantes como los políticos que ocupan transitoriamente La Casa Rosada. Si hacemos un poco de retrospectiva vemos como el gobierno de Fernández &Fernández y su aparato partidario coqueteaban con China y Rusia en lo que pudo ser el inicio de relaciones estratégicas de alto nivel. La posibilidad de integrar el BRICS se dejó pasar y hoy por presiones de Washington y sus socios británicos, el gobierno de Fernández & Fernández ya renunció a su membrecía.

Para eso, además de saber qué es lo que se quiere, se requiere de compromiso y ser tomados en serio por el otro lado y no olvidemos que Alberto Fernández empezó con el pie izquierdo con el papelón en Moscú ofreciendo al presidente Vladimir Putin, una puerta de entrada que sabía que no podía brindar.

Tanto los kirchneristas de ayer, los que hoy ocupan el gobierno y toda la oposición, están lejos de querer comprometerse en ser parte del cambio de paradigma de la geopolítica que hoy se ve enfrascada en una guerra en Europa del este. Sin dudas que eso asusta, pero debieron haberlo previsto con anticipación y no paralizarse.

Hoy una vez más, el realismo se impone y deja caer las máscaras de estos supuestos promotores del cambio dejando bien claro que quienes mandan y marcan la agenda política de este país son los empresarios que monopolizan el mercado inmobiliario, la energía y el agro que no tienen la menor intención de cambiar sus clientes y los mercados a los que surten desde que la Argentina se constituyó como estado. De este modo, no soltaran la mano a la hegemonía angloestadounidense por el simple hecho de que como dice el dicho “más vale malo conocido que bueno por conocer”, aun cuando saben que son quienes le ponen zanjadillas a su existencia.

Es por ello, el actual ministro y candidato presidencial Sergio Massa (en una muestra más de su panquequismo) giro en el aire y -por presión de ese círculo rojo- decidió patear los acuerdos que Buenos Aires tenía con Moscú sobre el abastecimiento de GNL bloqueando el ingreso de un buque ruso que iba al puerto de Buenos Aires ¿Y qué dijo CFK?

Más allá de las críticas que se le hagan a Massa por esto y por su desvergonzada opacidad y caradurez, él representa -en todos los niveles- la media de la dirigencia argentina que ha manejado al estado con este tipo de criterios. Sea del lado de los liberales anglófilos como de los “progresistas” o los mutantes “kirchnoperonistas”, la idea de objetivos estratégicos para el estado siempre se halla sujeta al más poderoso del hemisferio. Si hay algo que no existe en la personalidad de un político argentino (sea de cualquiera de estos sectores) es la resistencia al poder y no es de extrañar que tras la advertencia de Washington al gobierno de Fernández que si quería ayuda con el FMI, abandonara a Rusia. Ante una ausente presidente y una CFK enmudecida, Massa aprovecho su momento con la esperanza de ser recompensado por esta señal.

Hasta tanto no nazca una nueva camada de dirigentes, ajena a este sistema corroído de la partidocracia no habrá salida para lo que quede del país.

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