UNA GEOPOLITICA FOSILIZADA
Las elecciones presidenciales se acercan en Argentina y la pregunta
recurrente para algunos es ¿Cuál será el camino y la orientación geopolítica del
nuevo gobierno?, ¿Será un nuevo gobierno?
Por Javier
B. Dal
Tal vez el título de este artículo suene incomprensible y hasta de alguna manera fantástica, pero en la vida política de la Argentina estos son conceptos que no asombran a nadie. Aquí a pesar de que los años y las décadas pasan, los políticos siguen siendo los mismos y sus prosélitos siguen en un continuo regreso en la vida política del estado dándole al título un sentido bien certero.
Desde el
regreso a la democracia no hubo un solo gobierno (sin distinción de partidos) que
no haya hecho de sus funcionarios y de los partidos que pertenecen, permanentes
y omnipresentes sujetos dependientes de las cajas del estado, un vicio que por
una desvergonzada venalidad extienden sin tapujos a sus parientes y amigos.
Para estos
profesionales de la charlatanería la “democracia” se convirtió en el negocio
redondo para perpetrarse en el circuito de la política gubernamental y así sostener
sus ampulosos medios de vida. Hasta en eso han sido obsecuentes imitadores del
sistema estadounidense, un verdadero sistema negocial y corrupto que está muy lejos
de sus representados pero a su vez, tan íntimamente cerca de los poderes
económicos y financieros que les sustentan.
Tampoco es
una novedad decir que el país está fuera de la realidad mundial. Su cíclica crisis
socio-económico y financiera que lo atestigua no es por el azar. Una catarata
de problemas sin resolver, una inversión de valores éticos y desinteligencias
explican cómo un país tan vasto y con tantos recursos explotables pueda estar
tan mal administrado y a la deriva en el concierto internacional. En momentos
que el abastecimiento de granos y carne es uno de los problemas más acuciantes
para el una importante parte del mundo, y atendiendo a la neutralidad que
debería mantener en el conflicto europeo, la Argentina no dispone de una flota
mercante ni de una planificación logística desarrollada para explotar estas
necesidades ¿Quiénes son los responsables por esto?
Hasta un
país asediado por sanciones de todo tipo y continuas acciones subversivas por
potencias externas logran salir adelante sin perder de vista sus intereses
estratégicos ni renunciar a la dignidad de su propia existencia. Lo han hecho
los iraníes, los iraquíes, los venezolanos, los yemeníes, los palestinos y
tantos otros. Obviamente que eso creará bolsones de descontentos y oportunistas
dentro de la sociedad dispuestos a extender sus manos (para recibir dinero) a
los intereses externos que se benefician de eso, pero serán combatidos por
aquellos que se mantienen fieles al interés nacional. Así es como obran y
terminan los traidores y los advenedizos en otras latitudes.
Pero en
Argentina ¿Qué clase de asedio o cuál es su poderoso enemigo que le ha postrado
en el estado en que se encuentra? Lamentablemente a los enemigos del país (que
son históricos y siguen vigentes) no les hace falta ninguna de estas tácticas,
esfuerzo ni alguna que otra estrategia extraordinaria o subterránea para
mantener arrodillada la voluntad de su población. Los mismos políticos se han
encargado de dinamitar la infraestructura crítica y las áreas estratégicas de
un estado afuncional. Son los saboteadores por unas cuantas monedas. Como en
las películas de zombies, son los mismos políticos verdaderos muertos-vivos de
la corrupta institucionalidad quienes se devoran por dentro los recursos del
país.
Como en
esas películas, esos zombies reproducen su infección de corrupción y ya hace
tiempo que su peste está diseminada sobre los tres poderes en los tres niveles
de la distribución territorial del poder es decir, tanto en lo nacional,
provincial como el municipal. Pero ¿Dónde vienen estos engendros que devoran a
sus propios conciudadanos? Son el producto de su propia idiosincrasia y como tal,
no hay más responsables que ellos mismos. El dilema de quién fue primero, el
huevo o la gallina aquí esta bien resuelto.
Con este
diagnóstico es muy poco probable que un estado bajo semejantes condiciones
pueda tener políticas de estado y mucho menos, proyectos o planificaciones
estratégicas de largo alcance ya que, todo cuanto importa a los políticos de
todas las extracciones es además de beneficiarse con los dineros del erario
público, será hacer y deshacer a su antojo sin interesarles que es lo que pueda
suceder después.
Como no
podía ser de otra manera, esto afecta las relaciones internacionales las cuales
son tan diletantes como los políticos que ocupan transitoriamente La Casa
Rosada. Si hacemos un poco de retrospectiva vemos como el gobierno de Fernández
&Fernández y su aparato partidario coqueteaban con China y Rusia en lo que
pudo ser el inicio de relaciones estratégicas de alto nivel. La posibilidad de
integrar el BRICS se dejó pasar y hoy por presiones de Washington y sus socios
británicos, el gobierno de Fernández & Fernández ya renunció a su
membrecía.
Para eso,
además de saber qué es lo que se quiere, se requiere de compromiso y ser
tomados en serio por el otro lado y no olvidemos que Alberto Fernández empezó
con el pie izquierdo con el papelón en Moscú ofreciendo al presidente Vladimir
Putin, una puerta de entrada que sabía que no podía brindar.
Tanto los
kirchneristas de ayer, los que hoy ocupan el gobierno y toda la oposición,
están lejos de querer comprometerse en ser parte del cambio de paradigma de la
geopolítica que hoy se ve enfrascada en una guerra en Europa del este. Sin
dudas que eso asusta, pero debieron haberlo previsto con anticipación y no
paralizarse.
Hoy una vez
más, el realismo se impone y deja caer las máscaras de estos supuestos promotores
del cambio dejando bien claro que quienes mandan y marcan la agenda política de
este país son los empresarios que monopolizan el mercado inmobiliario, la
energía y el agro que no tienen la menor intención de cambiar sus clientes y
los mercados a los que surten desde que la Argentina se constituyó como estado.
De este modo, no soltaran la mano a la hegemonía angloestadounidense por el
simple hecho de que como dice el dicho “más vale malo conocido que bueno por
conocer”, aun cuando saben que son quienes le ponen zanjadillas a su
existencia.
Es por
ello, el actual ministro y candidato presidencial Sergio Massa (en una muestra
más de su panquequismo) giro en el aire y -por presión de ese círculo rojo- decidió
patear los acuerdos que Buenos Aires tenía con Moscú sobre el abastecimiento de
GNL bloqueando el ingreso de un buque ruso que iba al puerto de Buenos Aires ¿Y
qué dijo CFK?
Más allá de
las críticas que se le hagan a Massa por esto y por su desvergonzada opacidad y
caradurez, él representa -en todos los niveles- la media de la
dirigencia argentina que ha manejado al estado con este tipo de criterios. Sea
del lado de los liberales anglófilos como de los “progresistas” o los mutantes “kirchnoperonistas”,
la idea de objetivos estratégicos para el estado siempre se halla sujeta al más
poderoso del hemisferio. Si hay algo que no existe en la personalidad de un
político argentino (sea de cualquiera de estos sectores) es la resistencia al
poder y no es de extrañar que tras la advertencia de Washington al gobierno de
Fernández que si quería ayuda con el FMI, abandonara a Rusia. Ante una ausente
presidente y una CFK enmudecida, Massa aprovecho su momento con la esperanza de
ser recompensado por esta señal.
Hasta tanto
no nazca una nueva camada de dirigentes, ajena a este sistema corroído de la
partidocracia no habrá salida para lo que quede del país.
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