MY CANAL DE PANAMA
¿Por qué los deseos de Donald Trump de recapturar el Canal de Panamá es
un hecho garantizado?
Por
Pepe Beru
Como dice un dicho, “si algo se repite más de dos veces, ya es una tendencia”. Nadie puede reprocharle a Trump y su gente que no aviso. Ahora todos incluidos a los más obsecuentes y descarados lameculos van a comenzar a sentir con mayor intensidad lo que siempre hizo EEUU, tomar lo que le interese sin importar las consecuencias.
El caso del canal de Panamá es central. Trump sin vueltas le dirigió un
mensaje al gobierno panameño alto y claro: “Te dimos el canal… y ahora lo retomaremos”.
Obviamente el ignoto presidente Mulino no le quedó otra cosa que actuar una
nada creíble indignación mediante una advertencia a Washington. Tanto el derecho
que los panameños (surgido del tratado Torrijos-Carter) como las leyes
internacionales, poco le importan a Donald Trump y al Establecimiento que lo ha
puesto en la Casa Blanca con lo cual, Mulino y su gobierno para aquellos tienen
el peso específico de un pedo.
Parece que muchos olvidan lo que allí mismo sucedió en 1989. El
entonces ex jefe de la CIA y avenido presidente George H. Bush decidió remover mediante
una invasión militar a un viejo socio, nada menos que al General Manuel Noriega
a quien ayudo llegar al poder para usarlo como excusa de la democracia para
intervenir y tomar el control del Canal ¿los motivos? Fueron varios, pero uno
de ellos era terminar con su viejo chivato de la agencia quien podría
comprometerle (en especial con el tráfico de drogas). Los otros motivos los
vimos con el paso del tiempo y que se vinculan a la estratégica ubicación de la
vía navegable. Para mencionar uno, la necesidad para que la Armada moviera sus
fuerzas de ataque y toda la logística para intervenir en el Oriente Medio.
Hoy Trump alegando que los chinos controlan el canal y que se han
estado cobrando tasas diferenciales a los buques estadounidenses (en especial
los militares), ha decidido simplemente que se lo entreguen. Si esto fuera un
comic, deberíamos ver a Trump con una pistola apuntándole a Mulino ¿Y dónde
está el respeto al derecho internacional, la soberanía y los valores de los que
en Washington les gusta alardear ante el mundo?
Casualmente en Argentina, ya hace un año y sin necesidad de levantar un
dedo los actuales políticos bajo la dirección de los Milei le entregaron el
control de la hidrovía del río Paraná al Pentágono. Las protestas de los
argentinos brillaron por su ausencia.
El gobierno y los panameños en general no deberían quedarse en la mera
protesta, salvo (y como seguramente así sea) están actuando para el público para
no salir más humillados. Por supuesto que no están a la altura de oponerse
militarmente a una incursión estadounidense y los motivos son tan interesantes
como variados.
Primero podríamos empezar por analizar las actuales características de
su defensa nacional. Pero al solo echar un ligero vistazo a su situación actual
podríamos preguntar ¿Existe este concepto en la estructura del estado panameño?
La última vez que se supo que existió algo similar fue con Manuel Noriega,
donde había (una pobre) estructura organizada de fuerzas armadas ¿Cuáles eran
los puntos débiles de aquellas FFAA? Se componían de no más de diez mil hombres
mal armados, sin doctrina coherente y lo peor, su armamento era variado y vetusto
y en su mayor parte compuesto por piezas soviéticas (como las viejas atiaéreas
ZU-23, los RPG-7 y los fusiles AK-47), aparatos con décadas de antigüedad y muchos
otros eran rezagos estadounidenses.
Otro hecho que ayudo al inmediato quiebre de la resistencia fue, la
falta de municiones.
Para los militares estadounidenses entrar y tomar el canal fue prácticamente
un paseo, tanto que algunos creyeron que la invasión a Granada en 1982 había
sido más movida. La infantería no hizo más que limpiar lo que los helicópteros y
los aviones habían barrido en la superficie, así de fulminante y desproporcionada
fue la acción estadounidense ¿Cuál fue el papel de la ONU en aquel entonces?
Tan inútil y tardío como lo siguió siendo hasta el presente. Bajo esas
condiciones las fuerzas panameñas colapsaron inmediatamente y pasaron a operar
como grupos irregulares que fueron rápidamente anulados en parte, por la
traición de militares panameños que previamente pagados por la CIA, cooperaron
con la invasión.
Esto incluso fue sacado a la palestra en momentos que el mismo Bush en
septiembre de 1990 (tras la invasión a Kuwait) ya amenazaba a Iraq con una
acción similar. En ese entonces Bagdad le respondió a Washington diciéndole que
“Iraq no era Panamá” señalando así las diferencias cualitativas que existirían
en la voluntad de pelea y resistencia de los iraquíes, que con creces
demostraron en la guerra de 1991 y más tarde tras la ocupación en 2003.
Hoy Panamá es un estado -además de corrupto- tan o más débil que
en aquel entonces. Los norteamericanos además de tomar el canal, recambiaron
toda la estructura política del país poniendo a tipos como Guillermo Endara
para asegurar de que nunca más se armen con capacidad militar alguna. Actualmente
y por las reformas de los títeres colocados en aquel entonces, se disolvió el
concepto de defensa nacional y se limito a crear una Policía Nacional que lo
único que tiene para enfrentar una hipotética intervención externa son pistolas,
algunos subfusiles, motocicletas y camionetas. Solo con un chasquido de dedos,
la CIA con alguno de sus grupos negros de latinos en solo unas horas terminarían
con esa oposición y si les conviniese, cambiarían al mismo Mulino.
Para Trump el asunto del Canal no representa ningún desafío político ni
militar, por el contrario, sería un trofeo inicial para su incipiente regreso a
la administración.
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