domingo, 25 de mayo de 2025

 

LA BANDERA DE BIBI

Tras la obligada confesión televisiva y publica de Netanyahu sobre su participación en el desarrollo y permisión del ataque del 7 de octubre de 2023 ¿Cuál será su destino político y las consecuencias para Israel?

 

Por Charles H. Slim

A estas alturas no hay necesidad de explicar que es una “operación de Falsa Bandera”. A contrario de lo esperado por sus astutos maquinadores, los eventos del 11/S han sido esclarecedores sobre hasta donde puede ir un gobierno para conseguir objetivos a costa de sus propios ciudadanos para crear una apariencia negativa contra alguien. Incluso en ese mismo día, muchos estadounidenses de a pie se dieron cuenta que se había tratado de algo muy diferente a lo que los medios y el gobierno estaban clamando.

Pese a que el establecimiento trato de cerrar el asunto con un informe editado a conveniencia de su propio relato, los huecos y las inconsistencias en esa versión (en la cual se tapó la injerencia israelí) alimento aún más la curiosidad de los libre pensadores y críticos del poder. No hay dudas que los autores intelectuales de aquellos ataques y sus ejecutores son asesinos con chapa gubernamental, como los dos agentes del Mossad eliminados hace una semana en un tiroteo en Washington DC.

Como diría alguien, a la corta o a la larga todo se termina sabiendo y eso le llego a Netanyahu y sus laderos.

No existen las casualidades ni ciertas cuestiones están desconectadas unas de otras. Si el gobierno de los Milei tiene un pacto con Tel Aviv y más precisamente con Netanyahu, eso significa que hay una influencia -dentro de los cuadros de seguridad e inteligencia- que va más allá de lo ideológico con lo cual los argentinos deberían saber en que se están metiendo para luego no alegar ese acostumbrado y patético mantra “no sabía nada, yo argentino”.

Hace unos días Netanyahu salió en rueda de prensa que fue televisada tratando de explicar que había permitido el financiamiento a Hamas y con ello, armarse y prepararse para lo que ocurrió ¿Un ataque de sinceridad?

Recordemos una vez más las extrañas particularidades de aquella mañana del 7 de octubre del 2023 y que el gabinete de Netanyahu aún no ha explicado. Solo mencionar una sola de aquellas basta para demostrar la intima e inexplicable implicancia de Tel Aviv con la operación “Inundación Al Aqsa”.  La reunión de todos los jefes de inteligencia de la Shabak, el Shin Bet, el Mossad y la inteligencia militar AMAN a tempranas horas de la mañana aún antes de que comenzará la incursión de la resistencia palestina fue algo que Netanyahu ha rehuido explicar. Sus evasivas consolidaron las sospechas de que las manos de la inteligencia estaban implicadas en la acción y si eso se comprobaba, Bibi era responsable por las muertes y los daños que se vieron.

Para colmo la sociedad israelí se hallaba (y aún se mantiene igual) fracturada por sus manipulaciones sobre la administración de justicia y las prebendas en favor de ciertos sectores de la comunidad que podrían beneficiarle en sus intereses personales.

Netanyahu estaba judicialmente acorralado y necesitaba un golpe de efecto político para levantar su perfil y eso lo saben muy bien en Israel. Como en otras oportunidades generar un problema para vender la solución fue el ingenio maquiavélico sobre el cual pretendería consolidarse en el poder y aunque los sionistas hagan la vista gorda y se rasguen sus ropas, Hamas y todo el aparato de la resistencia era su mejor aliado para ello.

El problema ya existía y ese son los palestinos de la franja de Gaza, a lo cuales desde 2009 la aviación y los obuses de artillería han estado machacando sin piedad. Cualquier jefe de inteligencia israelí estaba consciente que eso alimenta el encono del enemigo pero que a la vez podía ser canalizado a gusto y conveniencia del estado. Los trucos sucios del Shin Bet y sus colegas del Mossad son variados y sucios, pero hubo uno que fallo estrepitosamente cuando trataron de hacer creer que ISIS estaba en Gaza.

Pero volviendo a las inconsistencias de Bibi, no olvidemos que el jefe de la inteligencia egipcia había comunicado con semanas de antelación un informe al jefe del Mossad sobre los preparativos de Hamas y sus ejercicios a cielo abierto. Incluso cuando el gabinete de seguridad fue informado de esto, por órdenes de Itamar Ben Gvir se lo mando a un cajón pese a que varios funcionarios pidieron atenderlo a la seriedad de lo informado.

El transcurso de tiempo desde aquella mañana del 7 de octubre hasta el presente sin haber logrado los cálculos políticos que seguramente Bibi se imaginó y las consecuencias sobre su propia gente que no imaginó dejan en perspectiva el fracaso de un siniestro juego sucio.

Hoy y muy lejos de las ventajas que maquinaron los ministros de Netanyahu y él mismo sobre el dejar pasar y dejar hacer a la resistencia palestina, acorralados por una realidad inevitable ¿Por qué creen que salió por cadena televisiva para tratar de explicar lo inexplicable? La publicación en el mes de marzo de un informe del Shin Bet que revela la autorización para canalizar fondos a Gaza lo dejó todo al descubierto. Una de las consecuencias de ello fue la automática dimisión de su jefe Ronen Bar dejando así expuesto a su jefe político.

Tal vez muchos se rasquen la cabeza y se pregunten ¿El mismo Shin Bet que facilito esto y que se reunió en aquella mañana para monitorear el desarrollo de los eventos? Sin dudas que es el mismo organismo y ello no significa que ahora (por un golpe de consciencia) lo haga en beneficio de la justicia o la transparencia de cara a la opinión pública. El problema es que las cosas no salieron como ellos esperaban y a pesar de que el estado judío cuenta con una superioridad armamentística y el explicito apoyo de los EEUU, la carga política de lo que se esta viendo en la franja es muy pesado tanto, que puede arrastrar a la desintegración del Status Quo israelí.

 

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