LA UNION DE LAS VIVORAS
¿Por qué las “fuerzas del cielo” de las que habla el presidente
entrante Javier Milei pueden ser más bien las puertas del infierno en la
tierra? Los peligros del mesianismo en el poder
Por
Javier B. Dal
El domingo 10 de diciembre se producirá la asunción del nuevo presidente
argentino Javier Milei y como ya lo había anticipado, a su ceremonia acudirán
los principales referentes de gobiernos y alineaciones políticas
internacionales que simpatizan con su postura ideológica hasta el momento nada
identificable.
Pero más
allá de las especulaciones baladí sobre que automóvil usará para la ceremonia y
entre otras imbecilidades, entre los más curiosos asistentes estará nada menos
que el títere de la OTAN y hasta el momento protegido de Washington, el líder
ucraniano Volodymyr Zelensky quien no por casualidad y mucho menos por afinidad
ideológica hará un viaje tan largo en momentos que sus fuerzas están en un
virtual desbande.
Se trata
del peón estrella de los neoconservadores de Washington y sus subalternos en la
UE que ya le quedan pocos casilleros para mover.
Zelensky
ciertamente no viene por haber hecho un lugar en su agenda como lo hace un
líder soberano de otra nación. Se sabe que esa agenda se la delinea Washington
y la pone en funcionamiento el Departamento de Estado a través de sus
diferentes organismos a saber, la CIA, la DIA y por supuesto, el Pentágono.
Tal como lo
presenta la prensa conservadora argentina, la llegada de Zelensky es solo un
movimiento propagandístico para tratar de realzar la imagen de un impresentable
y a la vez, intentar acallar las voces de la oposición política que vienen
creciendo dentro del mismo Congreso estadounidense que están hartos de la
corrupción y dilapidación que se hacen de los dineros donados.
Las
presiones internas son tan fuertes que están pidiendo a Joe Biden y Cia (el ala
de los neocon) detener la ayuda multimillonaria para una empresa que ya fracasó
y esa no es otra que tratar de destruir a Rusia.
La
oposición legislativa interna es tan creciente que los republicanos se han unido
para bloquear el último paquete de ayuda que Biden autorizó para Kiev. Es
seguro que el Secretario de Estado Anthony Blinken haya sugerido la visita de
Zelensky a la Argentina como un “golpe de efecto propagandístico” para tapar
estas inconsistencias domésticas.
Como
siempre, esas “sugerencias” bajaron inmediatamente hacia Buenos Aires para ir
preparando el terreno y en especial, manipular a la opinión pública.
El papel de
los medios argentinos, en especial aquellos que tienen una línea editorial
abiertamente atlantista y anglófila, es especialmente central. El grado de
obsecuencia que algunos comunicadores hacen en la descripción de esta visita es
ciertamente patética. Acudiendo siempre a esa odiosa comparación con un criminal
histórico como lo fue el primer ministro británico Winston Churchill (enemigo
de la Argentina), tratan de lavarle la cara a todas las políticas de Washington
y a sus marionetas como lo es este líder de un régimen supremacista que desde
2014 ha estado persiguiendo y asesinando a los ucranianos por profesar la
ortodoxia y ser de habla rusa.
Pero esta
concurrencia no pasa de lo meramente efectista y ajustada a los intereses de
Washington.
El
Departamento de Estado podría estar buscando que Argentina tome un papel activo
en la situación de Ucrania y es muy posible que también se busque involucrar de
algún modo en el conflicto que hoy sigue desangrando a la Franja de Gaza,
obviamente a favor de Tel Aviv sin conocer los reales trasfondos que se ocultan
por detrás. Sobre esto último no hay que dejar pasar las fabulosas relaciones
que el ex presidente Macri (quien tendrá influencia en el próximo gobierno) tiene
con Qatar, un actor muy comprometido con el actual conflicto. Las opciones en
ambas situaciones estarían sobre la mesa y eso es algo que los argentinos
deberían saber. En el caso de Ucrania ya hace tiempo que hay ex militares
argentinos prestando sus servicios junto a los mercenarios británicos aunque no
se informa cuantos son los que aún sobreviven.
En el caso
de Palestina la situación puede ser mucho más peligrosa la injerencia buscada.
Sacando la participación de ciudadanos judíos argentinos que se han presentado ante
las FDI para reforzar las acciones en Gaza, Washington vería con mucho interés
y funcionalidad que los argentinos participen, además en el área de
inteligencia, en las operaciones de seguridad naval que se están implementando
en el Mar Rojo para proteger los buques que van y vienen a puertos israelíes.
Está más
que claro el alineamiento de los organismos de inteligencia y seguridad con
Washington y Tel Aviv, en especial la AFI un órgano estratégico del estado
argentino que ha estado desarticulado desde hace décadas, pondrá al país en
otra dimensión y dentro de una más peligrosa circunstancia geopolítica.
Los
intereses de estos actores pasan más por buscar una consolidación de un
gobierno adepto y leal a sus políticas que mediante la influencia política vean
abiertas las puertas del país de par en par y de ese modo crear las bases que
no pudieron establecer con Macri.
Las
actuales circunstancias geopolíticas advierten que EEUU y sus aliados
atlantistas (en especial de la Europa occidental) están perdiendo la guerra
lanzada contra la Federación de Rusia y Joe Biden podría complicar aún más la
situación con un posible intento de desbancar a China poniendo a Taiwán como
cebo. Prueba más clara de lo primero es la calamidad económica y las restricciones
energéticas que las sanciones anti rusas ha representado para los europeos y
que mantienen a sus gobiernos bajo un severo cuestionamiento público.
La ya
acusada torpeza de Biden podría arrastrar a la Argentina y darle una chance de
oro a Donald Trump para volver a la Casa Blanca. Pero más allá de cualquier gobierno
estadounidense (y ello significa ser republicano o demócrata) hay otros actores
mucho más peligrosos y poderosos como son las multinacionales BLACKROCK y su
falsa némesis VANGUARD, que podrían literalmente comprar el estado argentino y
todo lo que hay en él ¿O tal vez ya eso ya sucedió?