martes, 20 de marzo de 2018

EN DEBATE



“NUEVAS IDEAS ¿DE VIEJOS ALIADOS?

Cómo los cerebros y los intelectuales neocon tratan de remozar la historia de los últimos 20 años hasta estos días



Por Charles H. Slim

Muchos de los sucesos más trascendentes de la geopolítica internacional y a la que se avoca a regiones altamente calientes como es el Medio Oriente, pasan de largo en los medios de comunicación latinoamericanos y ni hablemos de los argentinos quienes parecen tan subordinados como sus gobiernos. Acostumbrados a solo levantar lo que las editoriales de los popes anglófilos como The Washington post y el neoyorquino The New York Times no reparan en que existe otra visión alternativa de lo que ocurre en el globo.

En lo que aquí nos referimos es a una cuestión que además de controvertida, es ciertamente hilarante; y no debería serlo ya  que involucra a una de las tragedias contemporáneas que no parece tener fin. Hablamos del mal llamado “terrorismo yihadista”, una marca grabada a fuego por los medios corporativos anglosajones que ha servido muy convenientemente en los últimos dieciocho años a los planes políticos de los gobiernos pasatistas en Washington y Londres y los cuales han cobrado la vida de miles de personas. Aún no cierran las cicatrices del controvertido de aquel 11 de septiembre de 2001 y los medios tratan de presentar el tema del terrorismo y los supuestos autores de dichos actos, con una renovada versión de los hechos que trata de apartar definitivamente a parte de los responsables de aquellos fatídicos ataques.

Por aquel momento, cuando George Bush manejaba la Casa Blanca y su círculo neoconservador obtuvieron el apoyo popular para lanzar las intervenciones sobre Afganistán e Iraq, nadie pensó o más bien, nadie tenía idea cuáles eran los muertos en el ropero de la Casa Blanca ni quiénes habían participado para apilarlos para que nadie los descubra. Sus socios confiables del mundo islámico como Arabia Saudita tuvieron mucho que ver en aquella jornada pero el Establishment de Washington y los medios hicieron cuanto estuvo a su alcance para tapar toda esa porquería. Solo como muestra de algunas conexiones entre EEUU y la Casa real Saud era la inmejorable relación comercial-militar  para la venta de armamento y la estrecha colaboración en el oscuro mundo de la inteligencia con programas secretos de financiación y entrenamiento de grupos Yihadistas para insertar en países islámicos hostiles a los intereses de Washington.

Cuando uno lee en algunas editoriales neoconservadoras, el origen de estas relaciones y como evolucionaron desde el 2001 hasta el presente, pareciera que estuvieran relatando otra película. Por supuesto que ello es deliberadamente engañoso. Esto a cuento de la visita que hace apenas unas horas realizo el polémico príncipe heredero de la Casa real Saud Mohammad Bin Salman quién hace unos cuantos meses atrás, se deshizo “democráticamente” de todos los funcionarios del reino de Arabia Saudita –entre ellos a muchos parientes-  que no le servían para sus propósitos. En algún punto habíamos comentado la ridícula comparación que varios medios occidentales hacían de éste joven político de tan solo 34 años de edad, alegando que podría llega a ser el “Saddam” de Arabia Saudita, una sandez absoluta que no tiene puntos de comparación (Pensamiento Estratégico y Político. “Salman Like Saddam”. https://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2017/11/en-la-mira-salman-like-saddam-la-cadena.html )

Desde el punto de vista de estos sectores neocon –apoyados desde bambalinas por los lobbies sionistas- y de la administración Trump, Salman es un “aliado de la democracia” en la región lo que no dejó de causar olas de carcajadas detrás de las puertas del Salón Oval y en el Pentágono. No solo por considerar así a este joven y ambicioso monarca sino más bien por toda la larga historia que hay detrás de su linaje y de las políticas que llevó adelante la dinastía Saud, especialmente en los últimos diecisiete años hasta el presente que lejos están de respetar alguna libertad, entre ellas, la de conciencia. Y fue allí donde Washington y sus administraciones participaron en dar apoyo y permiso para que la ideología Wahabi, que es una interpretación cerrada y perniciosa del Islam por parte de la tribu que controla Arabia Saudita, se exportara bajo las excusas de, primero combatir en épocas de la guerra fría al ateísmo comunista en Afganistán y luego apoyándose en Iraq a la influencia apostata de los chiitas iraníes.

Que Salman haya demostrado ser más astuto y decidido que sus veteranos parientes no deja de lado el hecho de que seguirá siendo Washington por intermedio de la CIA, la DIA y todas las agencias metidas en la península, quién intentará manejar (por la irrefrenable influencia rusa)  la política regional.

Precisamente son esos mismos grupos armados que bajo la influencia Wahabi, fueron insertados en Iraq tras la invasión de 2003 para que con la marca “Al Qaeda”, causaran distorsión en la lucha de la resistencia nacionalista iraquí. Son los mismos que –y con la participación de Qatar y otros- fueron insertados en Libia en 2011 y más tarde en Siria para que aparentaran ser “revolucionarios” que por sus excesos, se salieron de control y terminaron en muchas oportunidades, revelando sus verdaderos planes y en otros, a sus verdaderos instigadores.  En ese sentido, surge tragicómico que EEUU se haya presentado como el “luchador contra el terrorismo” cuando fue uno de sus impulsores junto con Riad y trate de meter la cabeza bajo la tierra para no ver todo el daño que ha causado por esas políticas de jugar sucio.

Otra realidad que demuestra que todas esas palabras son solo humo, es la actual situación en Gouta Oriental, Siria, donde esos grupos “Yihadistas” financiados por Riad y asistidos en el terreno por las fuerzas especiales estadounidenses, hacen de la vida los ciudadanos sirios, una miseria interminable ¿Qué nuevas ideas puede aportar un socio tan destructivo?  La respuesta queda a discreción del lector.

Durante todos estos años, los funcionarios norteamericanos estaban muy bien enterados de todos los programas y vías de agitación Wahabi en el mundo islámico. Riad financió desde el reclutamiento de mercenarios, armado y mantenimiento de millares de combatientes que escudados bajo la excusa de defender al Islam, sirvieron a los propósitos de Washington en la región.  Y es que las armas, los asesores y el equipamiento provenían de EEUU. Ni hablar de los textos escolares y religiosos deliberadamente adulterados con todo tipo de infamias y falsedades, que durante décadas y con el apoyo de la CIA, se entregaban en escuelas  y mezquitas patrocinadas por Arabia Saudita; entonces ¿De qué demonios hablan los funcionarios norteamericanos cuando hablan de nuevas ideas?

Como quiera que sea, la reunión que sostendrán Trump y Salman en los próximos días, nadie espere nada nuevo ya que la agenda de conquista angloestadounidense no tolera cambios.   

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