viernes, 7 de febrero de 2020



“OPERACIÓN D”
Qué fue lo que realmente sucedió con el avión de la CIA en la provincia de Gazni en Afganistán ¿La venganza perfecta?


Por Charles H. Slim
Si bien las ordenes para ejecutar los trabajos sucios encargados a la CIA salen con la presunta autorización del presidente de los EEUU y/o el Congreso norteamericano, ellos no se ejecutan por si mismos y es allí donde entran en escena los “operativos” de la agencia quienes materializaran los asesinatos, los atentados o la operación de “falsa bandera” que se haya planificado.

Esto es parte del bajo mundo de las agencias de inteligencia al servicio del poder político y financiero estadounidense y que aquí en Argentina llamamos “las Cloacas del poder”.  Es la infraestructura mediante la cual Washington logra que las cosas sucedan, como ellos quieren que sucedan. Así son las cosas con ésta y la docena de otras agencias federales que al amparo del embuste de la “Lucha contra el terror” fueron creadas desde 2001 por la administración de George W. Bush y Dick Cheney.

Son estos quienes el 3 de enero último llevaron adelante junto a sus colegas israelíes, el asesinato del general iraní Qassem Soleimani en en momentos que arribaba engañado a Iraq. Se trató de un golpe muy bien planificado en el cual se calcularon entre otras cuestiones, las consecuencias políticas que podría conllevar.  Para ejecutarlo contaron con la complicidad de soplones iraquíes que forman parte de las redes que la CIA tejió tras la ocupación y que seguirán activas hasta tanto el pueblo iraquí cambie el Status Quo.

Quienes se hicieron cargo de la operación no fueron novatos en estos menesteres. La táctica de asesinatos con el uso de Drones (que no es otra cosa que atentados sofisticados) solo la planifica y ejecutan tipos con experiencia.

El “trabajo” fue encargado a un alto funcionario de la CIA llamado Michael D’ Andrea más conocido como el “Príncipe oscuro”, un sujeto que tenía amplias incumbencias en todo lo que tenía que ver con las redes de operaciones especiales  y encubiertas –incluyendo el reclutamiento de los falsos yihadistas- en el Medio Oriente y Asia central. En lo que hacía al área de Afganistán y Pakistán, la CIA lleva adelante todo tipo de operaciones y mantiene multiples contactos con oscuros actores regionales como ser la “Red Haqqani” implicada entre otras cuestiones, en el control del tráfico de amapola (Heroína) a Europa. No hay que olvidar que el control de este comercio ilegal de drogas proporciona a las organizaciones que allí operan (incluida la  “agencia”)  una considerable caja de recaudación con la cual se financian todo tipo de operaciones clandestinas.
Avion de la CIA derribado en Gazni, Afganistán

El 27 de enero último, un avión de reconocimiento “E-11 A-BACN” con personal de la CIA abordo, entre los que se hallaba el mismo D´Andrea fue presuntamente derribado con un misil guiado cuando sobrevolaba la provincia de Gazni causando la muerte de todos sus ocupantes. De esta manera fue descrito por el Taliban. Algunas suposiciones apuntan a que el avión pudo haber sufrido algún tipo de desperfecto y en momentos que trato de realizar un aterrizaje forzado, fue seguido desde tierra y atacado por el Taliban con el resultado aquí visto. Como haya sido que sucedió esto, el estupor golpeo a Washington y pronto se ordeno silencio total sobre el incidente. Los medios anglosajones comenzaron a jugar su papel y sin demora comenzaron a poner en dudas la reivindicación del Taliban y las afirmaciones provenientes desde Teherán sobre la muerte de D´Andrea. Inmediatamente el CENTCOM salio a desmentir el hecho aunque, por internet se viralizaron fotos y filmaciones colgadas por el Taliban.

Cuando no se pudo tapar más el derribo, los medios como CNN comenzaron a hablar de un “accidente” para alejar cualquier idea de un exitoso golpe del Taliban y basándose en las fuentes del Departamento de Defensa solo confirmaron la muerte del piloto Ryan Phaneuf y del Coronel Paul Voss, como únicos tripulantes del aparato sin aclarar las calificaciones personales de cada uno de ellos. Del resto de los ocupantes, nada.


Pero en tanto de puertas afuera los jefes de la Comunidad inteligencia trataban vanamente desmentír esto, discutían como pudo suceder esto. 
Alguien en Langley, en medio de una agitada reunión de los jefes de la CIA se animo a susurrar que habrían sido los iraníes quienes pudieron  hacerlo, causando un impas de silencio entre los presentes.

Las CGRI y la inteligencia iraní con obvia operatividad dentro de Afganistán, descubrieron que uno de los cerebros del asesinato de Soleimani se movía por la región y tras lograr establecer sus rutas y movimientos de éste alto jerarca de la CIA, diseñaron un plan para eliminarlo. Tras confirmar que se movía constantemente entre Pakistán y Afganistán, establecieron un acuerdo conjunto con el Taliban y se pusieron a la empresa de cazarlo.

Aunque Washington aprovecha la muy dificultosa prueba de la existencia de Michael D´Andrea entre los restos del avión, lo cierto es que sus personeros no pueden obviar que éste derribo fue un duro golpe para la Agencia ya que tanto el piloto como el copiloto, revestían la calidad de personal efectivo del Comando Conjunto en la Base Conjunta de Langley- Eustis, en Virginia, la más importante de la Fuerza Aérea de los EEUU y encargada de la inteligencia y guerra cibernética.  Con ello se puede evidenciar que las pérdidas para la “agencia” van más allá de un veterano como D´Andrea.

Más allá de que los medios occidentales hablan constantemente del enfrentamiento entre los sunitas del Taliban y a los chiitas de Irán, como una manera de desacreditar ésta posible colaboración y al mismo tiempo justificar una guerra sectaria, ambos comparten el mismo enemigo y fue así como la inteligencia de las CGRI y del Taliban habrían colaborado con mucho éxito en ubicar, rastrear y planificar el momento adecuado para darle un golpe devastador a la cúpula de la CIA en la región.  

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