lunes, 19 de diciembre de 2022

 

“¿CÓMO SE VE DESDE AQUI ABAJO?”

¿Hay conciencia en la Argentina del alcance de la crisis financiera global en puerta? El triunfo del mundial de Qatar no borrara la realidad

 

Por Pepe Beru

Desde el extremo sur del continente americano la evolución de la crisis económico-financiera global que se avecina parece que no se advierte en Argentina. Con lo revelado hace unos días y ante todo recordemos que CABA no es toda la Argentina (aunque allí se tomen las decisiones) y mucho más cuando ha quedado bien claro que los hilos del país se tiran (como extensión de Londres) desde una estancia en Lago Escondido en la provincia de Río Negro.

La isla del ombliguismo y del perpetuo autoengaño se resiste a abrir los ojos y sus habitantes siguen escuchando crédulos las monsergas y las estupideces que -por intermedio de las empresas informativas- les cuentan los “expertos” y economistas que pueblan la capital.

Detrás de sus acostumbrados e interminables discursos, los economistas y los políticos argentinos esconden una terrible realidad y ella se vincula, al verdadero origen de la crisis que se avecina. Si bien ya la economía argentina esta sumida en una velada y acostumbrada hiperinflación, el marco general en la que se desarrolla se vincula a los efectos producidos por los manejos de la economía global. Puntualmente la reserva Federal estadounidense y los bancos centrales de los países que le siguen, estarían creando una burbuja financiera (mediante créditos hipotecarios) mucho peor que la de 2008.

Pero como lo informa un interesante artículo del consultor de riesgos estratégicos F. William Engadhl, no son los mercados de valores lo verdaderos artífices de esta situación, el corazón del problema se origina en el mercado de bonos particulares, gubernamentales, corporativos y de agencias que desde 2021 han venido mostrando una depreciación sin pausa (https://www.globalresearch.ca/global-planned-financial-tsunami-has-just-begun/5784217 )

¿Cómo se protegerán los argentinos ante estos manejos del poder financiero global? Parece imposible que toda esta bolsa de tecnócratas y charlatanes que han estado en cada uno de los corruptos gobiernos de los últimos 39 años sean capaces de formular una solución. En realidad el problema argentino no tiene un origen específicamente financiero, sino político que se basa en no existir voluntad y mucho menos valor, para afrontar a quiénes son los creadores de aquel. También la solución está en el acuerdo y la decisión política por lo cual, para tener un piso desde donde construir el andamiaje de una salida se debe llegar a un serio duradero acuerdo de todos los sectores de la vida política del país.

Pero más allá de los efectos de la caída del mercado de bonos y su sostenimiento con alza de tasas a niveles bestiales, hay una intencionalidad bien dirigida. Las burbujas financieras (creadoras de deuda) y las estanflaciones que llevaron al colapso económico en 1929 y 2008 han tenido una raíz política y ella ha provenido de organismos gubernamentales o de círculos cerrados compuestos por exclusivos miembros (G-7, DAVOS, Club Bilderberg), causalmente todos angloestadounidenses y europeos. Así tanto La Casa Blanca, Reserva Federal, Wall Street y DAVOS son los verdaderos autores de estos “reseteos” financieros que persiguen finalidades políticas y financieras (como la bancarización global) que solo les beneficiarían a ellos.  Las actuales circunstancias globales de pos pandemia, la sequía y la falta de fertilizantes por los efectos de la guerra en Ucrania (agravados por la batería de medidas estadounidenses) prevén una escalada inflacionaria que recién comienza.

Es ahí donde queda muy en claro, la inutilidad de escuchar a los economistas mediáticos hablando de abstracciones, estadísticas y números que nunca se cumplen. Para peor, en éste país los políticos tienen un serio problema con el concepto y el manejo del poder con lo cual, al momento de entrar en contacto con él no saben o no quieren ejercerlo para la función estatal. Esto ha sido sin dudas, una de las taras (nacidas del clientelismo, la falta de autoridad y la partidocracia) más acusadas de las últimas décadas y por ello de las causales de actual ineficacia y desestructuración de las áreas estratégicas del estado.

El gobierno de Alberto Fernández que no es solo de él, es la representación paradigmática de esa impotencia política para no poder ni siquiera atender y mucho menos solucionar sus propios problemas. Si apenas tiene poder político para controlar a los suyos (con su vice procesada) y con una realidad económica que el ciudadano vive cuando va a comprar el pan ¿Qué puede pedírsele más allá de la mirada de su escritorio? Igualmente y para ser justos, no se le puede achacar a Fernández su impotencia ante semejante crisis global en danza pero si, es responsable de haber sido parte de este sistema que ha sido el generador y profundizador de la desestructuración mencionada y en particular del desguace de las áreas estratégicas del estado como son las flotas comerciales mercantes y la modernización de los puertos que habrían significado una fuente de ingresos invalorable ante la actual situación aunque habría que ver, si su gobierno tendría el valor político de desobedecer a las restricciones comerciales impuestas por Washington.  

Pero si vamos un poco más allá, vemos que no es solo un problema de un mandatario o un gobierno impotente que gobierna un país sujeto a una cadena a esos poderes facticos globales, sino más bien proviene desde la anuencia de cada uno de los ciudadanos que aceptan sin protestas este sistema que sirve al consumismo representativo del actual capitalismo angloestadounidense.

Si tomamos en cuenta todos estos factores y los ponemos en consideración de lo que puede esperar el ciudadano argentino ante lo que se avecina solo vemos dos alternativas: Una, seguir creyendo en un sistema corrupto y circular que le seguirá dando las mismas falsas soluciones o simplemente, abandonar la dependencia a este sistema consumista que no solo roba la riqueza sino también la salud y la vida de sus habitantes.

 

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