miércoles, 21 de febrero de 2024

 

EXTREMISMO

PRAGMATICO

¿Cuál es el verdadero núcleo ideológico del poder político de Israel que está llevando a la región a una escalada de la cual no sobrevivirá?

 

Por Charles H. Slim

Por algún motivo o causa, se producen los eventos de nuestra realidad. Los hechos no surgen de la nada. Es una cuestión de sentido común que se traduce en el principio de causa y efecto. Esto obviamente se aplica a la vida política sin que haya excepciones a este principio. En lo sucedido el 7 de octubre pasado en Palestina y que ha desatado la espiral de violencia actual, existe una cadena de causas que nos retrotrae hasta comienzos del siglo XX y que desde 1948 han estado siendo omitidas por los medios occidentales, algo que le interesa a Israel y a sus partidarios.

Relegar 76 años de una ocupación sangrienta y sus consecuencias parece muy difícil de justificar, pero contra todo razonamiento y el sentido común eso es lo que han estado llevando a cabo los intereses sionistas que apoyan al estado de Israel. Para ello, los medios han jugado un papel central en ocultar y desinformar esta parte de la historia. Hoy a la luz de lo ocurrido el 7 de octubre volvemos a ver el intento de recortar la historia intentando hacer creer que las acciones de la resistencia palestina surgieron de la nada y solo con el objeto de asesinar judíos.  Incluso y de forma inmediata los partidarios sionistas en occidente comenzaron a tratar de hacer creer que los palestinos buscan crear otra “Shoa”.

No hace falta hacer intrincados argumentos para señalar estas canallescas falacias. No hay lógica humana que justifique matar a unos es malo y matar a otros no lo es. La opinión pública en general sabe la verdad, aunque siga mostrando temor en involucrarse.

Si partimos que el estado de Israel fue erigido sobre la base del terrorismo y la conquista militar ¿Cuál es la legitimidad y mucho menos su legalidad?

Precisamente y a la sombra del genocidio ampliamente documentado que el ejército israelí (apoyado como nadie por EEUU) esta llevando sobre la población palestina de la franja de Gaza, es que la opinión pública mundial ve con claridad cuáles son las respuestas.

A la luz de esta macabra realidad, el relato victimista con el cual el sionismo ha tratado de tapar los crímenes de su estado representativo, se cae a pedazos y no solo ha revelado los espíritus de los palestinos que resisten con una fiereza nunca vista o de los pueblos árabes que se han lanzado con decisión a una lucha en la que la muerte está asegurada sino también de una parte del judaísmo que no aprueba los crímenes que el nacionalismo judío lleva a cabo bajo la excusa de representarles.

Las incoherencias históricas ya no pueden ocultarse. Ya son muy pocos los que creen las editoriales de esos “grandes” medios angloestadounidenses que supieron marcar la pauta de qué es lo bueno y que es lo malo de una determinada situación o suceso de la historia. Son los mismos que trataron de ocultar las masacres de civiles, las torturas y los abusos en Afganistán e Iraq, las apoyadas en Siria, el ominoso campo de concentración de “Guantánamo”, todos estos lugares con una cosa en común, la mayoría de sus víctimas, musulmanes y por tal motivo, según su punto de vista no tan humanos como los occidentales y que los sionistas han blanqueado últimamente calificando a los palestinos como “animales humanos”.

En el caso de Israel el trabajo de esos mismos medios, ha estado dedicado a mostrarlo como el “bueno”, la “víctima” bajo el asedio de los árabes e islámicos “malos”, una visión simplona pero efectiva en épocas de monopolio del relato informativo, pero eso ya es historia.

Hoy ya se está sabiendo quiénes eran con mayor detalle los fundadores del estado de Israel y cuáles fueron sus acciones. Asesinos y ladrones agrupados en bandas como “Leji” (Pandilla Stern), “Irgun” y las “Palmach” fueron los creadores e incluso fueron mandatarios del actual estado que hoy el extremismo judío quiere ampliar con una sola idea: judeizar toda Palestina. Es el mismo extremismo que realizó (con la complicidad del Shin Bet y el Mossad) toda clase de atentados terroristas y termino asesinando en noviembre de 1995 a Yitzak Rabin por buscar la paz con los palestinos. Pueden apostar lo que quieran que los buenos judíos (religiosos o no), como personas simples e iguales a cualquier otro ser humano que pisa este mismo mundo no los celebran ¿Cómo podrían celebrarles cuando sus métodos y políticas son tan aberrantes como la de los fascistas y los nazis?

Precisamente esa historia ocultada por los medios y de la cual el sionismo ha hecho hasta lo imposible por enterrar, es la que hoy se carnifica en el actual gobierno de extremistas judíos liderado por el primer ministro Benjamín Netanyahu. Son los herederos del Sionismo revisionista fundado por Vladimir “Zeev” Jabotinsky y que por la década de los veintes en el siglo XX se alió con los ultranacionalistas ucranianos Simón Petliura y Dimitro Dontsov quienes a su vez colaborarían con el Tercer Reich para perseguir y asesinar a miles de húngaros, judíos ucranianos y gitanos ¿Cómo es posible eso?

Sumada a esta inconfesable realidad político histórica hay otras facetas más negras del sionismo (si es que puede haber algo más oscuro) que dejan pesimamente mal parado a ese relato victimista con el cual los extremistas del revisionismo mediante los medios y sus empleados, tapaban sus crímenes. Muchos ex “SS” del nazismo terminaron siendo reclutados para usar sus talentos en inteligencia y torturas al servicio de ese proto estado judío ¿Quién puede explicar esto?

Otro escenario donde se ve muy bien como estas viejas y oscuras alianzas que los medios y los historiadores del Establecimiento occidental han ocultado es Ucrania. Con un payaso como Volodymyr Zelensky apoyado por el circulo de oligarcas judíos de Odessa, quien ha tratado de influir con su ascendencia judía askenazi para crear un relato épico similar al fabulado para instaurar el estado tapón en Eurasia tal como Israel en el Medio Oriente, se puede ver ese entretejido entre nazis, ultranacionalistas eslavos y los sionistas que siempre estuvo y sigue estando vigente.

Con este trasfondo por qué asombraría que los israelíes adherentes a esta ideología venenosa, estén festejando las masacres en Gaza e incluso haciendo fiestas posteadas en sus redes donde bailan y sonríen por la desgracia de los palestinos bajo las bombas. Simplemente macabro.

Ello pone de manifiesto que dentro del sionismo hay núcleos más extremos y peligrosos que en el pasado atacaron a sus beneficiarios angloestadounidenses y que hoy, ante la oportunidad de hacerse de la franja de Gaza no dudaran de volver a hacerlo si no se cumplen sus planes. Precisamente son los supremacistas que hoy acompañan a Netanyahu los sucesores de esa línea extremista que no ha dudado en asesinar mediante simples pistoleros o mediante atentados sangrientos a quienes se les opongan, judíos o no.    

 

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