EL DÍA DE LA RESPUESTA
Tras el atentado terrorista israelí sobre un edificio en Beirut donde se
asesinó a uno de los altos comandantes de Hesbolá y a civiles inocentes, Hassan
Nasrallah anunció oficialmente el escarmiento exitoso contra múltiples blancos
sionistas incluso cerca de Tel Aviv
Por
Ali Al Najafi
Tras el atentado terrorista israelí del 30 de julio pasado contra un edifico de Beirut en el cual mato al comandante de Hesbolá Fuad Shukr y a tres civiles libaneses que nada tenían que ver, la organización de resistencia chiita juró que en su momento y cuando lo viera propicio vengaría este crimen.
Mientras
Israel y sus FDI bombardeaban cobardemente a la población palestina y causaban
otra nueva masacre en Khan Yunis, los combatientes de Hesbolá lanzaban su
operación de venganza prometida por el asesinato de Shukr.
Los
múltiples ataques realizados el día 25 agosto que golpearon varios objetivos
militares y de inteligencia dentro de Tel Aviv se enmarcaron en aquella promesa
y que también se inscribe en el apoyo irreductible de la resistencia árabe-islámica
de la cual es parte las brigadas y el movimiento popular iraquí a la causa
palestina y el cese del fuego sobre la Franja de Gaza.
Apelando a
una fecha especial para el Islam chiita y muy cara para los musulmanes de esta
corriente, Hesbolá ejecuto la denominada “Operación Arbaín” (que se da 40 días
después de “Ashura”) de desquite contra Israel en la fecha de conmemoración del
martirio del Imán Hussein considerado como un ejemplo de la lucha por la
justicia y el derecho contra la opresión.
A
diferencia de lo que de acostumbradamente comete Israel, los ataques de castigo
de Hesbolá se centraron sobre objetivos estrictamente militares y de alta
sensibilidad para su infraestructura de inteligencia electrónica como son sus
bases de la Unidad 8200.
Entre los objetivos puntuales que abarco esta represalia estuvieron las instalaciones del monte Merón, el bunker Neve Ziv, la base Ga´aton, el complejo de bunkeres Al Zaura, la base Al Sahl, los cuarteles Kela, Yoav, Nafah, la base Yarden en el Golán ocupado, en el Golán ocupado, la base Glilot a pocos kilómetros de la frontera con el Líbano, la base Aim Shema a menos de 40 km de Tel Aviv y varios emplazamientos de sistemas “Cúpula de Hierro” todos los cuales fueron o destruidos o seriamente dañados.
Se advierte
que los preparativos para llevar adelante esta operación fueron desde el ataque
en Beirut, estudiando con información de inteligencia cuales eran los mejores
puntos débiles del enemigo y cómo vulnerar sus flancos.
Según citan
fuentes en el terreno, Hesbolá utilizó nuevos Drones de ataque y misiles
pesados contra las instalaciones de inteligencia militar AMAN y de la Unidad
8200 causando pérdidas en sus infraestructuras valuadas en varios millones de
dólares más, las pérdidas de personal que Tel Aviv está tratando de encubrir.
Uno de los
puntos centrales en el éxito de esta operación fue que ninguno de los 340
misiles lanzados pudo ser interceptado por los sistemas israelíes, algo de lo
cual también se ha estado desinformando en medios de occidente. Esto también
pone de manifiesto un fracaso estratégico israelí al no haber podido anticipar
el evento e incluso, no haber podido lidiar con simples cohetes Katiuska, que
fueron empleados contra los objetivos más cercanos a Tel Aviv.
Según
fuentes en Tel Aviv, en el gabinete de Netanyahu reinaba la más absoluta ira e
incluso, ante los daños que iban reportando se vieron obligados a ordenar el
cierre de todos los aeropuertos y poner en estado de alerta roja a toda la
población abriendo los refugios de la ciudad. El pánico reinó en el primer
minuto que los cohetes cayeron a pocos kilómetros de la capital y seguramente
se mantendrá en el tiempo.
Netanyahu y
su gabinete de supremacistas judíos pueden actuar como no alterados por el
golpe ante sus ciudadanos pero, en lo más profundo de su ser no hay dudas que
han comprendido que se acabaron los tiempos de la impunidad en la que confiados
en el amparo de EEUU y de sus organizaciones internacionales (ONU, FMI, Banco Mundial,
AIEA etcetc) totalmente cooptadas, podía derramar sangre árabe-islámica sin
consecuencias.
Tal como lo
dijo el mismo secretario general de Hesbolá Sayed Hassan Nasrallah en un pasaje
de su mensaje a los libaneses tras la ejecución de este escarmiento, “el Líbano
ya no es débil” en una clara alusión a los jerarcas en Tel Aviv quienes para
tratar de ocultar la humillación sufrida por los sorpresivos ataques,
anunciaron un bombardeo preventivo sobre el Líbano tratando de argumentar que
estaban al tanto de las acciones de la resistencia libanesa que como quedo
claro, no era verdad.
Por lo
pronto algunos consideran que este escarmiento de Hesbolá contra Israel no ha
terminado ya que, su compromiso con lograr el alto al fuego en la Franja de
Gaza va ligado a su lucha por contener a un estado colonialista y expansionista.
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